1. Introducción
⌅La
identificación y estudio de materiales perecederos como las fibras
textiles se plantea como un tema complejo a nivel arqueológico por los
problemas de conservación intrínsecos a esta clase de materialidad. Su
escaso grado de preservación condiciona la aproximación a importantes
aspectos socioeconómicos, técnicos y culturales que se dan en torno a
los tejidos y sus múltiples usos (Banck-Burgess et al., 1999Banck-Burgess, J., Raeder Knudsen, L., Mann, K. y Walton Rogers, P. (1999). Hochdorf IV. Stuttgart: Theiss.
; Gleba y Mannering, 2012Gleba, M. y Mannering, U. (2012). Textiles and textile production in Europe from prehistory to AD 400. Oxford: Oxbow Books.
; Andrianou, 2012Andrianou,
D. (2012). “Eternal Comfort: Funerary Textiles in Late Classical and
Hellenistic Greece”. En: Carroll, M. y Wild, J. P. (Eds.). Dressing the Dead in Classical Antiquity. Stroud: Amberley publishing, pp. 42-61.
).
Esta
situación se repite en el caso de los grupos culturales ibéricos, si
bien es cierto que en este caso particular contamos con otros
testimonios que nos acercan a cuestiones como la de la vestimenta
mediante la escultura antropomorfa, la cerámica ibérica figurada o los
exvotos realizados en diferentes materiales (véase, entre otros, Nicolini, 1969Nicolini, G. (1969). Les Bronzes Figurés des Sanctuaires Ibériques. Paris: PUF.
; Prada, 1979Prada, M. (1979). “El vestido y los adornos en el Mundo Ibérico. La indumentaria en los exvotos ibéricos de El Cigarralejo”. Boletín de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, 11-12, pp. 27-51.
; Prados, 1992Prados Torreira, L. (1992). Exvotos ibéricos de bronce del Museo Arqueológico Nacional. Madrid: Ministerio de Cultura.
; Olmos, 1992Olmos Romera, R. (1992). La sociedad ibérica a través de la imagen. Madrid: Ministerio de Cultura.
; Izquierdo, 2001Izquierdo Peraile, I. (2001). “La trama del tejido y el vestido femenino en la cultura ibérica”. En: Marín, M. (Ed.). Tejer y vestir de la Antigüedad al islam. Madrid: CSIC, pp. 287-312.
; De la Bandera, 2009De
la Bandera Romero, M. L. (2009). “La vestimenta ibérica prerromana: una
lectura social desde su imagen”. En: Cruz-Auñón, R. y Ferrer, E.
(Coords.). Estudios de Prehistoria y Arqueología en homenaje a Pilar Acosta Martínez. Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 337-356.
; Ramallo y Brotons, 2019Ramallo Asensio, S. F. y Brotons Yagüe, F. (2019). Catálogo de escultura del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo, Albacete. Murcia: EDITUM.
; Uroz, 2020Uroz
Rodríguez, H. (2020). “Textile production and aristocracy in the
Ibero-Roman oppidum of Libisosa (Lezuza, Albacete, Spain)”. En:
Bustamante, M., Sánchez, E. y Jiménez, J. (Coords.). Redefining ancient textile handcraft structures, tools and production processes: proceedings of the VIIthInternational Symposium on Textiles and Dyes in the Ancient Mediterranean World. Granada: Universidad de Granada, pp. 67-78.
).
Esta visión se completa con los elementos relacionados directamente con
la fabricación de los tejidos, como la representación pintada del telar
del Tossal de Manisses (Izquierdo y Pérez, 2005, p. 94Izquierdo
Peraile, I. y Pérez Ballester, J. (2005). “Grupos de edad y género en
un nuevo vaso del Tossal de Sant Miquel de Llíria (València)”. Sagvntvm, 37, pp. 85-103.
) o el hallazgo de agujas, fusayolas y pesas de telar en asentamientos (Pérez Jordà et al., 2011Pérez
Jordà G., Ferrer García C., Iborra Eres, M. P., Ferrer Eres M. A.,
Carrión Marco Y., Tortajada Comeche, G. y Soria Combadiera, I. (2011).
“El trabajo Cotidiano-Los recursos agropecuarios, la metalurgia, el uso
de la madera y las fibras vegetales”. En: Bonet, H. y Vives-Ferrándiz,
J. (Eds.). La Bastida de les Alcusses, 1928-2010. Valencia: Diputación Provincial de Valencia, pp. 113-125.
; Prados y Sánchez, 2020Prados
Torreira, L. y Sánchez Moral, M. E. (2020). “Textiles and rituality in
Iberian Culture”. En: Marín-Aguilera, B. y Gleba, M. (Eds.). Interweaving traditions: clothing and textiles in Bronze and Iron Age Iberia. Sagvntvm Extra, 20. Valencia: Universidad de Valencia, pp. 129-140.
) y espacios de culto cuya funcionalidad todavía se discute en términos productivos y/o rituales (Vílchez, 2015Vílchez Suárez, M. (2015). “Tejido y rito en espacios de culto iberos: las fusayolas como objeto de estudio”. Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 17, pp. 281-288.
).
En
esta dirección, los datos relativos a la existencia o uso de tejidos
durante las prácticas funerarias ibéricas son prácticamente
inexistentes, reducidos en la mayoría de los casos al descubrimiento de
fusayolas como parte del ajuar (Rafel, 2007Rafel Fontanals, N. (2007). “El textil como indicador de género en el registro funerario ibérico”. Treballs d’Arqueologia, 13, pp. 115-146.
).
No obstante, otros factores explican la escasez de evidencias de
tejidos o fibras textiles, como la propia cremación del individuo; las
condiciones en que se depositaron los objetos funerarios en fosas
simples, dificultando la conservación de los tejidos; y la propia
metodología arqueológica, que no siempre ha estado atenta a la posible
aparición de restos de esta clase. Esta situación convierte en casos
excepcionales a aquellos espacios cementariales en los que se han
conservado evidencias textiles, tal y como sucede con los tejidos
hallados en las necrópolis de La Albufereta (Alfaro, 1984Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
) y El Cigarralejo (Hundt, 1968Hundt,
H. J. (1968). “Die verkohlten Reste von Geweben, Geflechten, Seilen,
Schnüren und Holzgeräten aus Grab 200 von El Cigarralejo”. Madrider Mitteilungen, 8, pp. 187-205. DOI: https://doi.org/10.34780/q3d7-d613.
; Alfaro, 1984Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
).
A
pesar de estas circunstancias, en los últimos años se ha abierto un
nuevo campo de estudio en el análisis de los tejidos mediante la
aplicación de técnicas de tipo arqueométrico, en particular la
microscopía estereoscópica y la microscopía electrónica de barrido
(MEB). El empleo de estas dos técnicas, en consonancia con el estudio
arqueológico sistemático, permite explorar la existencia de restos de
tejido conservados en mayor o menor medida gracias al proceso de
mineralización que experimentan los objetos metálicos (Chen, Jakes y Foreman, 1996Chen, H. L., Jakes, K. A. y Foreman, D. W. (1996). “SEM, EDS, and FTIR Examination of Archaeological Mineralized Plant Fibers”. Textile Research Journal, 66(4), pp. 219-224. DOI: https://doi.org/10.1126/science.23.589.596.
; Reynaud et al., 2020Reynaud,
C., Thoury, M., Dazzi, A., Latour, G., Scheel, M., Li, J., Thomas, A.,
Moulherat, C., Didier, A. y Bertrand, L. (2020). “In-place molecular
preservation of cellulose in 5,000-year-old archaeological textiles”. PNAS, 117 (33), pp. 19670-19676. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.2004139117.
; Iaconni et al., 2023Iaconni,
C., Autret, A., Desplanques, E., Chave, A., King, A., Fayard, B.,
Moulherat., C., Leccia, E. y Bertrand, L. (2023). “Virtual technical
analysis of archaeological textiles by synchrotron microtomography”. Journal of Archaeological Science, 149, 105686. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jas.2022.105686.
).
Siguiendo
este enfoque, el presente trabajo se plantea como una aplicación de
estos métodos a una selección de tumbas de la necrópolis ibérica de Los
Nietos (Cartagena, España). Este complejo funerario fue excavado en
diversas etapas desde 1975 a 1989 (García Cano, 1993García Cano, C. (1993). “Avance sobre la necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena). Campaña 1988-1989”. Memorias de Arqueología, 4, pp. 93-108.
),
arrojando un total de casi 200 sepulturas de cremación que se han
datado entre los siglos V y III a. C. Para este estudio hemos
seleccionado las tumbas excavadas durante las primeras intervenciones
arqueológicas dirigidas por un equipo de la Universidad Autónoma de
Madrid, en concreto un total de 31 enterramientos (Cruz, 1990Cruz, M. L. (1990). Necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena, Murcia). Metodología aplicada y estudio del yacimiento. Excavaciones Arqueológicas en España, 158. Madrid: Ministerio de Cultura.
)
cuyos objetos se encuentran sin restaurar en los fondos del Museo
Arqueológico de Cartagena. Los resultados de este trabajo ponen de
manifiesto la conservación de fibras textiles y fragmentos de tejido
adheridos a objetos relacionados con la panoplia armamentística presente
en algunas de estas sepulturas, así como permite explorar y profundizar
en la práctica de la envoltura o deposición de algunas de estas armas
sobre tejidos que podían estar confeccionados con materiales de origen
animal y vegetal.
2. Contexto arqueológico
⌅Desde los primeros trabajos realizados por Pedro San Martín en los años 1960 (Diehl, San Martín Moro y Schubart, 1962Diehl,
E., San Martín Moro, P. y Schubart, H. (1962). “Los Nietos: Ein
Handelsplatz des 5. bis 3. Jahrhunderts an der spanischen Levanteküste”. Madrider Mitteilungen, 3, pp. 45-83.
; San Martín, 1964San Martín Moro, P. (1964). “Primer informe sobre la excavación de La Loma del Escorial, Los Nietos (Cartagena)”. Noticiario Arqueológico Hispánico, 6, pp. 157-161.
),
en la localidad de Los Nietos se ha reconocido un intenso poblamiento
adscrito principalmente a época ibérica. Su emplazamiento en la ribera
meridional del Mar Menor y junto a la rambla de La Carrasquilla, que
conecta la línea litoral con la Sierra Minera de Cartagena-La Unión (Fig. 1),
permitió su profundo desarrollo entre los siglos V y III a. C. por la
intensificación de la explotación de los recursos minero-metalúrgicos de
la zona (Ortiz et al., 2021Ortiz,
J.E., Torres, T., Sánchez-Palencia, Y., Ros, M. M., Ramallo, S. F.,
López-Cilla, I., Galán, L. A., Manteca, I., Rodríguez-Estrella, T.,
Blázquez, A., Gómez-Borrego, A., Ruiz-Zapata, B. y Gil, M. J. (2021).
“Lipid biomarkers and metal pollution in the Holocene record of
Cartagena Bay (SE Spain): Coupled natural and human induced
environmental history in Punic and Roman times”. Environmental Pollution, 297, 118775. DOI: https://doi.org/10.1016/j.envpol.2021.118775.
) y el auge de una importante actividad productiva (García Cano, 1995García Cano, C. (1995). “El departamento B de la Loma del Escorial (Los Nietos, Cartagena)”. Verdolay, 7, pp. 259-269.
; Suárez, 2007Suárez Escribano, L. (2007). “Excavación en avenida de la Marina, número 67, Los Nietos”. En: XVIII Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. Murcia: CARM, pp. 87-89.
) y comercial (García Cano y García Cano, 1992García
Cano, C. y García Cano, J. M. (1992). “Cerámica ática del poblado
ibérico de La Loma del Escorial (Los Nietos, Cartagena”. Archivo Español de Arqueología, 65, pp. 3-32. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1992.v65.458.
; García Cano y Ruiz, 1995-1996García
Cano, C. y Ruiz Valderas, E. (1995-1996). “El poblado ibérico de la
Loma del Escorial (Los Nietos) durante el s. III a. C.”. Anales de Prehistoria y Arqueología, 11-12, pp. 129-149.
) de carácter diversificado.
El esquema urbanístico de Los Nietos no
difiere del que es típico de otros asentamientos ibéricos del Levante y
Sureste peninsular, con el área principal del poblado en una posición
suavemente elevada en la denominada Loma del Escorial, un sistema
defensivo del que se conoce el sector oriental de la muralla, el espacio
de necrópolis a unos 200 m al oeste y dos posibles áreas cultuales
aisladas sobre lomas de fácil acceso al suroeste del complejo
habitacional (García Cano, 2005, p. 156García Cano, C. (2005). “Un tachón de escudo de bronce procedente de la necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena)”. Mastia, 4, pp. 155-174.
).
Las excavaciones arqueológicas del poblado, a pesar de estar
condicionadas por el desarrollo urbano de la localidad, han permitido
diferenciar hasta tres fases constructivas que se suceden desde el siglo
V a. C. Los restos más arcaicos se corresponden con un horizonte del
Ibérico Antiguo que, a finales de dicha centuria, dan paso a un poblado
completamente remodelado y planificado que aprovecha un importante
desarrollo ligado a la actividad comercial.
Este nuevo poblado,
ahora también fortificado, experimenta una época de desarrollo en el que
se concentran en el asentamiento numerosos productos de ámbito
mediterráneo, entre los que se incluye un importante conjunto de
cerámicas áticas de figuras rojas (García Cano y García Cano, 1992García
Cano, C. y García Cano, J. M. (1992). “Cerámica ática del poblado
ibérico de La Loma del Escorial (Los Nietos, Cartagena”. Archivo Español de Arqueología, 65, pp. 3-32. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1992.v65.458.
),
ánforas orientales, centromediterráneas y del área del estrecho de
Gibraltar que comparten espacios con ánforas y cerámicas ibéricas. La
heterogeneidad de los repertorios exhumados permite plantear la
funcionalidad de una parte de estos espacios intramuros como almacenes o
puntos intermedios de comercialización. Estos testimonios de especial
significancia para el contexto regional coinciden con una época de
desarrollo en la que otros cabezos se ocupan en la línea de costa del
Mar Menor asociados a la explotación y la transformación de los
minerales (Martínez, 2012Martínez
Salvador, A. (2012). “Evidencias arqueológicas de la minería prerromana
en Cartagena: la explotación minerometalúrgica del Cabezo de la Escucha
en Cala Reona (Cartagena, España)”. Lucentum, 31, pp. 61-90. DOI: https://doi.org/10.14198/LVCENTVM2012.31.04.
; Bellón, 2017Bellón
Aguilera, J. (2017). “Una mina prerromana en el Cabezo de la Escucha
(Cartagena). Descripción y estudio de la misma”. En: Puche Riart, O.,
Ayarzagüena Sanz, M., López Cidad, J. F. y Pous de la Flor, J. (Eds.). Minería y metalurgia históricas en el sudoeste europeo. Nuestras raíces mineras. Madrid: SEDPGYM – Valoriza Minería, pp. 85-92.
).
Intervenciones
posteriores han permitido completar el repertorio de actividades
productivas desarrolladas en esta fase del poblado, con hornos de tipo
metalúrgico funcionando en el espacio extramuros (García Cano, 2005García Cano, C. (2005). “Un tachón de escudo de bronce procedente de la necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena)”. Mastia, 4, pp. 155-174.
) o la manufactura de cerámica en el poblado a partir del horno de doble cámara identificado junto a la línea de costa (Suárez, 2007Suárez Escribano, L. (2007). “Excavación en avenida de la Marina, número 67, Los Nietos”. En: XVIII Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. Murcia: CARM, pp. 87-89.
).
Sin embargo, esta fase del asentamiento se ve interrumpida de forma
dramática a mediados del siglo IV a. C. como demuestra el nivel de
destrucción registrado en gran parte de los espacios excavados (García Cano, 1995, pp. 259-260García Cano, C. (1995). “El departamento B de la Loma del Escorial (Los Nietos, Cartagena)”. Verdolay, 7, pp. 259-269.
).
A pesar de este evento, el emplazamiento no se abandona y las
estructuras se remodelan, apreciando a partir de ahora una clara
vinculación comercial con el ámbito púnico hasta la conquista romana y
el sincrónico abandono del poblado (García Cano y Ruiz, 1995-1996García
Cano, C. y Ruiz Valderas, E. (1995-1996). “El poblado ibérico de la
Loma del Escorial (Los Nietos) durante el s. III a. C.”. Anales de Prehistoria y Arqueología, 11-12, pp. 129-149.
).
En
lo relativo al espacio funerario, las primeras excavaciones realizadas
fueron las dirigidas por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid
entre 1975 y 1985 que sacaron a la luz un total de 31 enterramientos (Cruz, 1987, 1990Cruz, M. L. (1987). “Necrópolis de Los Nietos (Cartagena). Campañas de 1984 y 1985”. En: Memorias de Arqueología 1. Murcia: Servicio Regional de Patrimonio Histórico, pp. 183-255.
) y varios fragmentos escultóricos que apuntaban a la existencia de uno o varios monumentos funerarios (Almagro-Gorbea y Cruz, 1987Almagro Gorbea, M. y Cruz, M. L. (1987). “Los monumentos funerarios ibéricos de Los Nietos (Murcia)”. Sagvntvm, 16, pp. 137-148.
).
Con posterioridad, el desarrollo urbanístico de la localidad llevó a la
excavación en extensión del espacio de la necrópolis afectado,
documentándose un total de 163 nuevas sepulturas de cremación con
cronologías entre el final del siglo V e inicios del II a. C. (García Cano, 2005García Cano, C. (2005). “Un tachón de escudo de bronce procedente de la necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena)”. Mastia, 4, pp. 155-174.
).
El elevado número de tumbas ha permitido reconocer tres tipos de
enterramiento en función de si los restos incinerados se encontraban en
urna, en fosa cineraria, o con los restos poco concentrados y mezclados
con tierra roja (García Cano, 1993, pp. 97-98García Cano, C. (1993). “Avance sobre la necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena). Campaña 1988-1989”. Memorias de Arqueología, 4, pp. 93-108.
).
Esta última intervención también identificó diversos encachados
tumulares y bloques trabajados compatibles con la existencia de otros
monumentos funerarios.
3. Muestra y métodos
⌅La
necrópolis de Los Nietos sobresale por el amplio repertorio de
enterramientos identificados durante las campañas de excavación
realizadas en el área funeraria. Sin embargo, este estudio se ha
centrado en los enterramientos exhumados durante el periodo 1975-1985 (Cruz, 1987, 1990Cruz, M. L. (1987). “Necrópolis de Los Nietos (Cartagena). Campañas de 1984 y 1985”. En: Memorias de Arqueología 1. Murcia: Servicio Regional de Patrimonio Histórico, pp. 183-255.
)
ya que los ajuares de estas tumbas se encontraban hasta la fecha sin
restaurar. Esta es una condición indispensable para la investigación de
tejidos mediante las potenciales trazas que dejan estos durante el
proceso de mineralización, restos que suelen ser destruidos durante los
trabajos de restauración.
De estas 31 sepulturas, 20 contenían diversos elementos metálicos (Cruz, 1990Cruz, M. L. (1990). Necrópolis ibérica de Los Nietos (Cartagena, Murcia). Metodología aplicada y estudio del yacimiento. Excavaciones Arqueológicas en España, 158. Madrid: Ministerio de Cultura.
)
que fueron exhaustivamente revisados a nivel macroscópico. Del total de
96 objetos entre armas, adornos y otros elementos (Tabla Suplementaria
1), se detectaron trazas a nivel macroscópico que podían ser compatibles
con restos de tejido en dos tumbas: las sepulturas 6 y 27. Ambas tumbas
se encontraron violadas según los informes de su excavadora y, a partir
de los datos publicados, estas no guardan relación espacial alguna ya
que se localizaron en sectores situados en los extremos opuestos del
área intervenida. A pesar de ello, durante la excavación de la sepultura
6 se identificaron fragmentos metálicos correspondientes a una lanza,
un puñal y un pequeño aro, aunque no se localizó ningún material
cerámico asociado que permitiese determinar la cronología de la tumba de
forma precisa.
Por el contrario, la excavación de la tumba 27
reveló un notable número de objetos. En este sentido, destacan 18
objetos metálicos que se encontraron en las inmediaciones de la urna
cineraria cerámica, entre ellos 7 lanzas, 1 soliferreum, 3 falcatas, 4 cuchillos, 1 espada, 1 manilla de escudo, 1 anillo de bronce y un objeto indeterminado (Fig. 2).
Desde el punto de vista cronológico, el hallazgo de un pequeño cuenco
ático de borde ancho y plano, y base baja con anillo ancho y plano (tipo
AT-VN 882-889), permite encuadrar la sepultura en la primera mitad del
siglo IV a. C. (Sparkes y Talcott, 1970Sparkes, B. y Talcott, L. (1970). The Athenian Agora: Results of Excavations Conducted by the American School of Classical Studies at Athens, XII. Volume XII Black and Plain Pottery of the 6th, 5th, and 4th Centuries B.C. New Jersey: The American School of Classical Studies at Athens.
; Rouillard, 1991Rouillard, P. (1991). Les Grecs et la péninsule ibérique du VIIIe au IVe siècle avant Jésus-Christ. Paris: Publications du Centre Pierre Paris.
).
En lo relativo a los análisis, todos los
fragmentos observados en este estudio se encontraban completamente
mineralizados, como sucede en la gran mayoría de casos en los que se han
conservado tejidos protohistóricos en la Europa templada (Desplanques, 2020Desplanques, E. (2020). L’usage
des textiles dans les pratiques funéraires : le cas des crémations en
urne métallique en Europe au Ier millénaire av. J.-C. Tesis Doctoral, Sorbonne Université.
). Este estado de conservación imposibilita su disociación sin deteriorar de la superficie metálica a la que se adhieren.
El
estudio de los tejidos mineralizados requiere un enfoque analítico
basado en rutinas interdisciplinares que implican medios de observación
tanto macroscópicos (ojo desnudo, lupa binocular) como microscópicos
(microscopía óptica y microscopía electrónica de barrido). El primer
paso de este proceso consiste en estudiar los modos de fabricación del
material textil (hilado y tejido). Para ello, se han aplicado las
convenciones desarrolladas por el Centre International d'Étude des Tissus Anciens (Masurel, 1982Masurel, H. (1982). “Les tissus antiques de l'Âge des Métaux à l'époque mérovingienne. Fabrication-Gisements-Traitements”. Sites, 13, pp. 11-26.
, 1990Masurel, H. (1990). Tissus et Tisserands du Premier âge du Fer. París: Société des Amis du Musée des Antiquités Nationales.
; Moulherat, 2008Moulherat, C. (2008). “Archéologie des textiles - Une nouvelle méthodologie appliquée à l’étude des tissus minéralisés’’. Les Nouvelles de l’Archéologie, 114, pp. 18-23. DOI: https://doi.org/10.4000/nda.600.
).
Las mediciones necesarias para caracterizar los fragmentos se han
realizado mediante un microscopio portátil Dino-Lite AM7915MZT.
El análisis textil pretende identificar una serie de variables cualitativas y cuantitativas que pasamos a exponer a continuación. Por un lado, las variables cualitativas son:
-
El ligamento: modo en el que se cruzan los hilos de la urdimbre y la trama.
-
La estructura de los hilos: el conjunto de fibras que por torsión forman un hilo (simple) o el conjunto de hilos simples que forman un hilo retorcido.
-
El sentido de la torsión: las letras z y s indican el sentido de la torsión a través de la mediana de cada una de las letras. Las letras Z y S en mayúsculas indican un hilo retorcido, las letras z y s en minúsculas indican un hilo simple.
Por otro lado, las variables cuantitativas son:
-
La reducción: el número de hilos por cm. Sirve para evaluar el grado de cohesión de un tejido. Si el tejido no es regular, hay que realizar varios recuentos adoptando el número medio.
-
El grosor de los hilos (en mm): solo se recoge el número medio por mm.
El estudio de los hilos mineralizados de Los Nietos ha requerido la toma de muestras y su estudio mediante un microscopio electrónico de barrido, análisis autorizados por el Servicio Regional de Patrimonio de la Región de Murcia (SME 11/2024). Se extrajo aproximadamente un milímetro de material de cada una de las zonas en las que se reconocieron a nivel macroscópico trazas compatibles con restos textiles. Estas muestras se fijaron a un portamuestras metálico mediante adhesivo de silicona y se les aplicó un recubrimiento de plata coloidal y una fina película de carbono (~10 nm) para hacerlas conductoras. Las muestras se analizaron con un microscopio electrónico de barrido ApreoS (Thermo Fisher, MA-USA) en condiciones de vacío parcial y acoplado a un sistema de dispersión de energía (EDX).
La observación por MEB revela un estado de mineralización negativa, es decir, caracterizado por una rápida deposición de productos de corrosión alrededor de la fibra, seguida de una destrucción completa de los compuestos orgánicos que constituyeron los restos de tejido. Esto ha provocado que se genere una huella externa de las fibras sobre la envoltura mineral, permitiendo distinguir las características morfológicas en la vista longitudinal necesarias para determinar la naturaleza de la fibra.
4. Resultados
⌅En ocho objetos de la tumba 27 y uno de la tumba 6 se encontraron restos textiles, concretamente 38 fragmentos cuyas características técnicas y posición en la superficie de los objetos permitieron agruparlos en 22 conjuntos. Debido al estado muy avanzado de mineralización, no ha sido posible detectar la presencia o evidencias de color relacionadas. Del mismo modo, la ausencia de elementos del borde de los tejidos ha imposibilitado el reconocimiento de la dirección del tejido. En ausencia de estos marcadores, la dirección del tejido puede deducirse a veces a partir del diámetro, la estructura y la ondulación de los hilos. Sin embargo, el estado de conservación del material textil de Los Nietos no permite deducir la dirección a partir de la estructura de los hilos, a menudo deformados (engrosados o abrasionados) por la corrosión. Por lo tanto, las direcciones OX y OY se asignaron arbitrariamente durante las observaciones macroscópicas.
Además, la mala conservación de los fragmentos no siempre permite obtener las características deseadas. Cuando ha resultado imposible separar los fragmentos según criterios técnicos o por el tipo de materia prima, los fragmentos se han agrupado bajo la misma denominación de pieza textil. Es el caso de los objetos 27-4 y 27-7.
4.1. Caracterización técnica de los fragmentos
⌅El estado de conservación de las muestras extraídas solo ha permitido identificar trazas asociadas con claridad a fragmentos de tejido en 5 de los 22 conjuntos, siendo el resto fibras textiles que también se han analizado en la medida de sus posibilidades (Tablas 1 y 2). Todos los fragmentos caracterizados pertenecen a la categoría de tejidos simples: hay tres tejidos de entramado liso y dos tejidos de sarga.
El tejido de entramado liso o tela se caracteriza porque los hilos se cruzan alternativamente por la mitad. Se trata del tejido más simple y fuerte, con el máximo cruce de hilos. Los tejidos 27-15-T1 (Fig. 3a) y 27-19-T2 (Fig. 3b) son los llamados tejidos equilibrados: hay tantos hilos como trazos por centímetro, y la urdimbre y la trama son igualmente visibles. El fragmento 27-19-T1 (Fig. 3c) es un tejido de haz urdimbre o haz trama ya que la densidad de la trama es superior.
Los otros dos tejidos identificados son de tipo sarga ‒27-13-T2 (Fig. 3d) y 27-15-T2 (Fig. 3e)‒, pero es imposible caracterizarlos con mayor precisión ya que el número de hilos conservados es insuficiente. Este tipo de tejido se distingue por una diagonal formada por el desplazamiento del punto de ligamento en un hilo en cada pasada y por la relación de ligamento, que tiene en cuenta la longitud de flotación y ligaduras realizadas por los hilos.
Además de la diferenciación por el ligamento del tejido, existen variaciones cuantitativas (reducción, diámetros de los hilos) que permiten identificar varias calidades de tejido dentro de este conjunto. Los tejidos con una reducción inferior a 8 hilos/cm se consideran groseros; los que tienen una reducción superior a 15 hilos/cm relativamente finos; y existe una categoría intermedia para los tejidos con una reducción comprendida entre 9 y 15 hilos/cm (Tab. 1). Las reducciones observadas oscilan entre 4 y 20 hilos/cm en todos los casos.
Diámetro medio de los hilos (en mm) | |||||
---|---|---|---|---|---|
Inferior a 0,8 | Entre 0,9 y 1,5 | Superior a 1,6 | Diámetro no calculable | ||
Reducción media (en hilos/cm) | Inferior a 9 | 27-6-T1 | 27-7-T1 | 6-4-T1 | 27-10-T1 |
27-19-T2* | 27-15-T2* | ||||
Comprendido entre 9 y 15 | 27-13-T2* | 27-6-T2 | |||
27-7-T2 | |||||
27-20-T1 | 27-15-T3 | ||||
27-24-T1 | |||||
Superior a 15 | 27-15-T1* | ||||
27-19-T1* | |||||
27-19-T3 | |||||
Reducción no cuantificable | 27-13-T1 | 27-10-T2 | |||
27-13-T3 | 27-10-T3 | ||||
27-13-T4 | 27-13-T5 | ||||
27-17-T1 |
A esto se añade el criterio del diámetro del hilo: el diámetro se considera fino si es inferior a 0,8 mm, medio si está entre 0,9 y 1,5 mm, y grueso si es superior a 1,6 mm (Fig. 4). Si tenemos en cuenta los tejidos en los que ha sido posible tomar todas las medidas, el grosor de los hilos y la reducción suele ser relativo al número de hilos por cm, lo que indica un ajuste de trama de poca densidad.
Se distinguen así tres categorías de calidad del tejido: una categoría relativamente gruesa a la que pertenecen los fragmentos 6-4-T1 y 27-15-T2; una segunda categoría de tejido de calidad media (27-6-T2, 27-7-T2, 27-15-T3, 27-19-T2, 27-24-T1); y una tercera que comprende aquellos tejidos relativamente finos (27-15-T1, 27-19-T1, 27-19-T3). Los fragmentos que no encajan por completo en esta clasificación confirman que los hilos presentan un ajuste de trama de poca densidad, puesto que los hilos son relativamente finos o medios para reducciones bastante bajas (27-6-T1, 27-7-T1, 27-13-T2, 27-20-T1; 27-7-T1, 27-19-T2). Cabe la posibilidad de que estos tejidos tuvieran un aspecto bastante aireado y un alto grado de flexibilidad, aunque no debe obviarse que los diámetros de los hilos pueden haber sido alterados (engrosados o adelgazados) por la corrosión y la deposición de sedimentos.
Por tanto, dos de los tejidos de entramado liso identificados (27-15-T1 y 27-19-T1) son tejidos relativamente finos, mientras que el tejido 27-19-T2 es más basto, más cercano a la calidad de la sarga 27-13-T2. La sarga 27-15-T2 también pertenece a la categoría de tejidos bastos, lo que muestra que los tejidos de entramado liso parecen ser de mejor calidad.
La torsión de los hilos es un criterio que rara vez se
puede tener en cuenta para la diferenciación de los fragmentos debido a
que muchas veces no es identificable por la presencia de sedimentos que
recubren los hilos. En el caso del conjunto de Los Nietos, ocho
direcciones exhiben torsiones en sentido z (Fig. 5)
y cuatro direcciones muestran torsiones en sentido s (incluyendo dos
identificados de forma incierta en el fragmento 27-13-T2). En nuestros
análisis no observamos hilos retorcidos. De esta manera, los hilos
simples con torsión en Z parecen ser los más frecuentes, situación que
se repite, por ejemplo, entre los fragmentos textiles conservados en la
tumba 200 de El Cigarralejo (Alfaro, 1984, pp. 138-141Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
).
4.2. Caracterización de los materiales utilizados y conjuntos textiles
⌅Del total de muestras tomadas, ocho permitieron identificar la materia prima con la que se confeccionaron los fragmentos textiles reconocidos mediante MEB. Cinco muestras (27-6-T1, 27-7-T1, 27-15-T2, 27-19-T3 y 27-24-T1) revelaron la presencia de fibras de lana, caracterizadas por la presencia de escamas a nivel microscópico que son un patrón claro de este material (Fig. 6a-6b). Tres muestras (27-15-T1, 27-15-T3 y 27-19-T1) mostraron la presencia de fibras liberianas (Fig. 6c-6d), un tipo de fibra que se obtiene de plantas como el lino y el cáñamo. Aquí, el diámetro de las fibras medido (entre 5,7 y 28,7 µm) y el contexto arqueológico permiten apuntar al uso de lino.
La elección de la materia prima y la calidad de los tejidos no parecen estar asociadas en nuestro caso de estudio. Entre los tejidos más finos del repertorio analizado, los dos tejidos de entramado liso 27-15-T1 y 27-19-T1 están hechos de fibras liberianas, mientras que el tejido 27-19-T3 está confeccionado en lana. Todos los tejidos de entramado liso identificados están constituidos por fibras liberianas, frente a la sarga cuya materia prima reconocida es la lana. El número de fragmentos identificados, sin embargo, no es suficiente para establecer un vínculo entre la elección del material y el ligamento del tejido.
Ambas materias primas se utilizaron para confeccionar tejidos cuyas variables cuantitativas son comparables. Esto es claramente visible en la categoría de los tejidos más finos del conjunto: los fragmentos 27-15-T1, 27-19-T1 y 27-19-T3 presentan diámetros de hilo fino y reducciones superiores a 16 hilos/cm, pero los dos primeros fueron hechos con fibras de lino y el último con fibras de lana. La categoría de tejidos de calidad media también incluye tejidos de fibras liberianas (27-15-T3) y tejidos de fibra de lana (27-24-T1). El tejido más espeso del corpus identificado ha sido, por tanto, lana, aunque esto no excluye que no se utilizasen también otras materias primas de tipo grosero que no han dejado evidencias en los objetos analizados.
Por tanto, observamos tejidos de calidad variada depositados uno cerca del otro, a veces sobre los mismos objetos. Entre los 22 conjuntos de fragmentos, 21 pertenecen a la sepultura 27. Los fragmentos se han diferenciado por su disposición en los objetos, sobre todo cuando no están en la misma cara y no se ve la extensión del mismo tejido hacia la cara contraria. Sin embargo, no se puede descartar que determinados fragmentos diferenciados en varios conjuntos pertenezcan a la misma pieza de tejido que habría envuelto los objetos. Este es, por ejemplo, el caso de la falcata 27-6 (Fig. 7), donde el fragmento T1 situado en el lado A y el T2 en el lado B tienen características muy similares.
Además, cuando los fragmentos se han localizado relativamente separados, se les ha designado de forma diferente, pero también es posible que originalmente pertenecieran a un solo tejido, como es el caso de los fragmentos T1, T2 y T3 del regatón 27-10 cuyas características técnicas no eran apenas legibles. Teniendo en cuenta estas posibilidades de agrupación, podemos contar 17 piezas de tejido claramente distintas, lo que muestra la relevancia y uso de piezas textiles en la sepultura. Finalmente, también es posible que varios objetos pudieran haber estado en contacto con el mismo tejido en su posición original, como podría ser en el caso de una manta, por ejemplo, y que los restos interpretados aquí se hayan individualizado como tejidos distintos.
Sep. | Objeto | Número de tejido | Ligamento | Reducción media (en hilos/cm) | Diámetro medio de los hilos (en mm) | Estructura de los hilos | Materia prima | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
OX | OY | OX | OY | OX | OY | |||||
6 | 4 (punta de lanza) | T1 | Indet. | 6,5 | 5,5 | 1,65 | 1,75 | X | X | Indet. |
27 | 6 (falcata) | T1 (Cara A) | Indet. | X | 7,5 | X | 0,6 | X | z | Lana |
T2 (Cara B) | Indet. | 10 | 7,5 | 0,6 | 1 | X | X | Indet. | ||
7 (falcata) | T1 (Cara A) | Indet. | X | 4 | 1,4 | 1,45 | X | X | Lana | |
T2 (Cara A) | Indet. | X | 11,5 | X | 0,9 | X | z | Indet. | ||
10 (regatón) | T1 | Indet. | X | 5 | X | X | X | X | Indet. | |
T2 (Cara A) | Indet. | X | X | X | X | X | X | Indet. | ||
T3 (Cara B) | Indet. | X | X | X | X | X | X | Indet. | ||
13 (punta de lanza) | T1 (Caras A-B) | Indet. | X | X | 2,6 | X | z | X | Indet. | |
T2 (Cara A) | Sarga | 12,5 | 12,5 | 0,8 | 0,7 | s ? | s ? | Indet. | ||
T3 (Cara A) | Indet. | X | X | 1,7 | 1,9 | X | s | Indet. | ||
T4 (Cara B) | Indet. | X | X | 2,75 | X | s | X | Indet. | ||
T5 (Cara B) | Indet. | X | X | X | X | s | X | Indet. | ||
15 (manilla de escudo) | T1 (Cara A) | Tejido de entramado liso equilibrado | 16 | 16 | 0,5 | 0,6 | z | z | Fibras liberianas | |
T2 (Cara A) | Sarga | 6,5 | 7 | 1,55 | 1,6 | z ? | X | Lana | ||
15 (manilla escudo) | T3 (Caras A-B) | Indet. | X | 10 | 0,9 | 1,05 | X | z | Fibras liberianas | |
17 (cuchillo) | T1 (Cara A) | Indet. | X | X | 1,9 | 1,9 | X | X | Indet. | |
19 (cuchillo afalcatado) | T1 (Cara A) | Tejido de entramado liso | 18,5 | 14 | 0,6 | 0,55 | X | z | Fibras liberianas | |
T2 (Cara B) | Tejido de entramado liso equilibrado | 8,5 | 8,5 | 0,95 | 1,1 | X | X | Indet. | ||
T3 (Cara B) | Indet. | 19 | 20 | 0,5 | 0,45 | X | X | Indet. | ||
20 (soliferreum) | T1 (Cara A) | Indet. | 14 | 10,5 | 0,6 | 0,65 | X | X | Indet. | |
24 (indet.) | T1 (Cara A) | Indet. | 11 | 8,5 | 0,95 | 0,95 | X | X | Lana |
5. Discusión
⌅La caracterización arqueométrica de los conjuntos textiles reconocidos sobre diversos objetos metálicos de la necrópolis ibérica de Los Nietos ha permitido identificar, en primer lugar, la existencia de tejidos de entramado liso y de sarga (Fig. 4).
Centrando
nuestra atención en los primeros, estos tejidos de entramado liso se
realizan mediante una técnica de confección simple que consiste en la
creación de una estructura mediante el paso de hilos de trama por encima
y por debajo de urdimbres alternadas (Gleba, 2020, p. 24Gleba,
M. (2020). “Tracing textile production in the Bronze Age-Early Iron Age
Iberian Peninsula: an introduction”. En: Marín-Aguilera, B. y Gleba, M.
(Eds.). Interweaving traditions: clothing and textiles in Bronze and Iron Age Iberia. Sagvntvm Extra 20. Valencia: Universidad de Valencia, pp. 17-27.
).
Esta sencillez técnica los convierte en tejidos muy comunes dentro del
ámbito mediterráneo de la Edad del Hierro, especialmente en Grecia (Moulherat y Spantidaki, 2012Moulherat, C. y Spantidaki, Y. (2012). “Greece”. En: Gleba, M. y Mannering, U. (Eds.). Textiles and Textile Production in Europe: From Prehistory to AD 400. Oxford: Oxbow Books, pp. 185-202.
).
En el caso concreto de los grupos culturales ibéricos, esta situación
también parece ser la habitual ya que, aunque no sean muchos los
ejemplos de tejidos conocidos y conservados, los restos identificados
hasta la fecha en las necrópolis de El Cigarralejo, La Albufereta y
Castellones de Ceal, el asentamiento del Puntal dels Llops (Alfaro, 1984Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
) y el santuario de La Nariz (Alfaro y Ocharán, 2014Alfaro
Giner, C. y Ocharan Ibarra, J. A. (2014). “Fragmento de tejido ibérico
(s. II a. C.) del santuario rupestre de La Nariz (Moratalla, Murcia)”.
En: Ferrando, C. y Costa, B. (Eds.). In Amicitia. Miscel·lània d’estudis en homenatge a Jordi H. Fernández. Ibiza: Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera, pp. 35-51.
) son principalmente tejidos de entramado liso.
En cuanto al material utilizado para la confección, los tejidos de entramado liso 27-15-T1 (Fig. 3a) y 27-19-T1 (Fig. 3c) de Los Nietos están elaborados con lino, mientras que el material utilizado para el tejido 27-19-T2 no ha podido ser determinado. La imposibilidad de identificar la fibra en este último caso es problemática en la medida en que se abren dos posibilidades en torno a su interpretación: en primer lugar, que se tratase de un tejido elaborado en lino y formase parte del mismo conjunto que el tejido 27-19-T1; o, en segundo lugar, que fuera un tejido distinto a este último elaborado con lana que pudiera relacionarse con el fragmento 27-19-T3, elaborado en el mismo material (Fig. 7).
En
cualquier caso, la producción de tejidos de entramado liso a partir de
materiales de origen vegetal y animal tuvo que ser habitual en el
Sureste ibérico, tal y como demuestran los más de 50 fragmentos de
tejido conservados en la tumba 200 de El Cigarralejo (Hundt, 1968Hundt,
H. J. (1968). “Die verkohlten Reste von Geweben, Geflechten, Seilen,
Schnüren und Holzgeräten aus Grab 200 von El Cigarralejo”. Madrider Mitteilungen, 8, pp. 187-205. DOI: https://doi.org/10.34780/q3d7-d613.
: Cuadrado, 1987Cuadrado Díaz, E. (1987). La necrópolis ibérica de “El Cigarralejo” (Mula, Murcia). Biblioteca Praehistorica Hispana, XXIII. Madrid: CSIC.
),
que formaban parte de la indumentaria del individuo incinerado y en los
que coexisten fragmentos confeccionados en lana y lino (Alfaro, 2012Alfaro Giner, C. (2012). “Spain”. En: Gleba, M. y Mannering, U. (Eds.). Textiles and Textile Production in Europe: From Prehistory to AD 400. Oxford: Oxbow Books, pp. 334-346.
).
Estos tejidos de entramado liso, incluyendo aquellos que pueden
relacionarse con las dos piezas elaboradas a partir de la técnica de
placas, presentan un diámetro de hilo de 0,1-0,3 mm siempre liso y
predominantemente con torsión en z (Alfaro, 1984Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
, 2012Alfaro Giner, C. (2012). “Spain”. En: Gleba, M. y Mannering, U. (Eds.). Textiles and Textile Production in Europe: From Prehistory to AD 400. Oxford: Oxbow Books, pp. 334-346.
).
Otros
yacimientos ibéricos en los que se ha constatado esta variedad de
piezas de tejido son la necrópolis de La Albufereta y el santuario de La
Nariz. Por un lado, en el primer caso citado hay un conjunto de tejidos
de entramado liso con hilado simple y retorcido en z (0,35-0,3 mm de
grosor) fabricados en lino (Alfaro, 1984, p. 142Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
).
Por otro, el lino también se utilizó para la confección de tejido de
entramado liso en La Nariz, donde se localizó un pequeño fragmento de
tejido fino que probablemente fuese parte de una ofrenda con una
reducción de 30 hilos/cm en el sentido de la urdimbre y 38 hilos/cm en
el sentido de la trama y con hilos z (Alfaro y Ocharán, 2014Alfaro
Giner, C. y Ocharan Ibarra, J. A. (2014). “Fragmento de tejido ibérico
(s. II a. C.) del santuario rupestre de La Nariz (Moratalla, Murcia)”.
En: Ferrando, C. y Costa, B. (Eds.). In Amicitia. Miscel·lània d’estudis en homenatge a Jordi H. Fernández. Ibiza: Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera, pp. 35-51.
).
Los
restos de Los Nietos son también comparables con otros contextos
contemporáneos más lejanos, como el caso del sarcófago antropomorfo
femenino de Cádiz, que proporcionó 75 fragmentos textiles de diferentes
calidades, pero confeccionados en lino y de entramado liso de 0,3 mm de
grosor (Alfaro, 1983Alfaro Giner, C. (1983). “Fragmentos textiles del sarcófago antropomorfo femenino de Cádiz”. En: Homenaje al Profesor Martín Almagro Bach. Madrid: Ministerio de Cultura, pp. 281-289.
, 1984, pp. 137-138Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
);
o, como último ejemplo, los dos fragmentos de lino del yacimiento
tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Extremadura) que son tejidos
de entramado liso, con una dirección de torsión principalmente en z y
una reducción establecida entre 10 y 30 hilos por centímetro en ambos
sentidos (Rodríguez y Celestino, 2017, p. 191Rodríguez
González, E. y Celestino Pérez, S. (2017). “Las estancias de los
dioses. La habitación 100 del yacimiento de Casas del Turuñuelo
(Guareña, Badajoz)”. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la UAM, 43, pp. 179-194. DOI: https://doi.org/10.15366/cupauam2017.43.006.
).
La
situación es diferente para las sargas, de las que disponemos de pocas
comparaciones arqueológicas en contextos ibéricos. Los únicos fragmentos
de sarga 2/2 encontrados hasta el momento proceden de La Albufereta y
datan del siglo IV a. C. Estas están tejidas con hilos de torsión en z y
presentan entre 8 y 10 hilos por cm en los sistemas de urdimbre y trama
(Alfaro, 1983, pp. 119-121Alfaro Giner, C. (1983). “Fragmentos textiles del sarcófago antropomorfo femenino de Cádiz”. En: Homenaje al Profesor Martín Almagro Bach. Madrid: Ministerio de Cultura, pp. 281-289.
; 1984, pp. 138-141Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
; Verdú, 2015, pp. 417-18Verdú Parra, E. (2015). La necrópolis ibérica de l’Albufereta (Alacant). Ritos y usos funerarios en un context de interacción cultural. Alicante: Museo Arqueológico de Alicante.
). En Casas del Turuñuelo se identificaron sargas hechas en lana, concretamente sargas 2/2 (Marín-Aguilera et al., 2019, p. 936Marín-Aguilera,
B., Rodríguez-González, E., Celestino, S. y Gleba, M. (2019). “Dressing
the sacrifice: textiles, textile production and the sacrificial economy
at Casas del Turuñuelo in fifth-century BC Iberia”. Antiquity, 93, pp. 933-953. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2019.42.
)
técnicamente similares a las de Los Nietos. Durante la Segunda Edad del
Hierro, el tejido de sarga, en particular con hilos torcidos en z, fue
muy común en Europa central y occidental (Grömer, Kern y Reschreiter, 2013Grömer, K., Kern, A. y Reschreiter, H. (Eds.) (2013). Textiles from Hallstatt: weaving culture in Bronze Age and Iron Age salt mines. Budapest: Archaeolingua Alapítvány.
; Gleba, 2017Gleba, M. (2017). “Tracing textile cultures of Italy and Greece in the early first millennium BC”. Antiquity, 91, pp. 1205-1222. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2017.144.
), aunque en la península itálica se encuentra en proporciones menores que el tejido de entramado liso (Gleba, 2017, p. 1209, fig. 4aGleba, M. (2017). “Tracing textile cultures of Italy and Greece in the early first millennium BC”. Antiquity, 91, pp. 1205-1222. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2017.144.
) y en Grecia apenas existen algunos ejemplares aislados (Moulherat y Spantidaki, 2012Moulherat, C. y Spantidaki, Y. (2012). “Greece”. En: Gleba, M. y Mannering, U. (Eds.). Textiles and Textile Production in Europe: From Prehistory to AD 400. Oxford: Oxbow Books, pp. 185-202.
).
Estas disparidades revelan opciones de producción, uso e intercambio
diferentes que probablemente reflejan un panorama diverso en torno a los
patrones de consumo de las sargas a escala local y regional.
Tampoco
contamos con evidencias que revelen la forma o el uso original para los
tejidos depositados en la necrópolis de Los Nietos. Los tejidos son
elementos importantes de reconocimiento y pertenencia a un grupo social (Serghidou, 2012Serghidou, A. (2012). “Vêtements et preuves chez Hérodote”. En: Gherchanoc, F. y Huet, V. (Eds.). Vêtements antiques. S'habiller, se déshabiller dans les mondes anciens. Arlés: Errance, pp. 77-90.
; Olson, 2017, p. 7Olson, K. (2017). Masculinity and dress in Roman antiquity. London ‒ New York: Routledge.
; Bouvier 1987, pp. 10-11Bouvier,
D. (1987). “Mourir près des fontaines de Troie. Remarques sur le
problème de la toilette funéraire d'Hector dans l'Iliade”. Euphrosyne, XV, pp. 9-29. DOI: https://doi.org/10.1484/j.euphr.5.126634.
).
Sea cual sea su uso, constituyen un código de identidad comprendido por
todos los participantes en el funeral. Los tejidos utilizados en la
puesta en escena del ritual funerario desempeñan un importante papel
visual: formas, colores, texturas, drapeados o materiales son señales
visuales de identificación que constituyen un sistema de comunicación.
Cabe mencionar aquí los tejidos de placas descubiertos en la tumba 200
de El Cigarralejo (Hundt, 1968Hundt,
H. J. (1968). “Die verkohlten Reste von Geweben, Geflechten, Seilen,
Schnüren und Holzgeräten aus Grab 200 von El Cigarralejo”. Madrider Mitteilungen, 8, pp. 187-205. DOI: https://doi.org/10.34780/q3d7-d613.
),
que revelaron no solo la existencia de este tipo de técnica entre los
íberos del Sureste, sino también la posibilidad de combinar diferentes
técnicas y acabados en un mismo tejido (Alfaro, 1984, p. 119Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
). Así, los tejidos escenifican la relación entre los vivos y los muertos (Thomas, 1985, p. 7Thomas, L. V. (1985). Rites de mort : pour la paix des vivants. París: Fayard.
), y su identificación en la tumba permite plantear interrogantes sobre las formas en que se manipulaban y sus significados.
Aunque la tumba 6 solo proporcionó un fragmento de tejido, los objetos de la tumba 27 demuestran que los tejidos utilizados debieron aportar una presencia visual y material importante en el momento del enterramiento. La distribución de los fragmentos sobre los objetos sugiere que los tejidos estaban dispuestos de diferentes maneras (posiblemente combinados) alrededor de los objetos y, por tanto, fueron manipulados de distinta forma. Varios objetos podrían haber estado envueltos, como es el caso de la falcata 27-6, la punta de lanza 27-13, el regatón 27-10 y el cuchillo afalcatado 27-19 (Fig. 7). Este último habría sido objeto de varias manipulaciones que atañeron a los materiales textiles puesto que contiene restos de tres tejidos muy distintos (Fig. 7). Así, podría haber sido colocado sobre un paño y cubierto por otros dos, o bien haber sido envuelto y luego colocado sobre una capa de tejido o cubierto con este.
Otros objetos solo muestran restos de fibras textiles por una cara. Aunque no podemos descartar la posibilidad de que los restos de tejido hayan desaparecido por completo, es posible que estos objetos estuvieran simplemente cubiertos o colocados sobre una capa de tejido. Esto también podría deberse a la presencia en la tumba de tejidos depositados como los demás objetos, como ajuar funerario, y por tanto sin función en relación con el mobiliario. Los tejidos en contacto con los objetos se habrían mineralizado en las superficies sin que se estableciera ningún vínculo particular entre ambos objetos. Esta posibilidad podría contemplarse para la falcata 27-7 (Fig. 9), la manilla de escudo 27-15 (Fig. 8), el soliferreum 27-20 (Fig. 9) y el objeto indeterminado 27-24.
Uno
de los aspectos más significativos de este trabajo ha sido la
identificación de varios tejidos asociados a un mismo objeto metálico.
El resultado es indiscutible en el caso de la manilla de escudo y el
cuchillo afalcatado de la sepultura 27 (Fig. 7),
con presencia de tejidos tanto de origen animal como vegetal. El uso de
tejidos distintos en un mismo enterramiento es un acto que se suele
apreciar con mayor claridad en el caso de las cremaciones en urna
metálica, donde el tejido se conserva mejor gracias a los óxidos de
cobre. Además, en estos casos los huesos quemados fueron objeto de un
cuidado especial, siendo un ejemplo paradigmático de este gesto
funerario el caso del caldero de Maroussi (Grecia, siglo V a. C.) en el
que los restos del difunto se envolvieron en tres tipos diferentes de
tejido: dos de lino y uno de lana (Spantidaki y Moulherat 2004, p. 8, figs. 11-14Spantidaki, Y. y Moulherat, C. (2004). “Υφάσματα αττικής”. Arachne, 2, pp. 5-13.
).
Tampoco es infrecuente que las urnas contengan restos de tejidos
diferentes utilizados para su cubrición o envoltura, como se pudo
reconocer en Sainte-Geneviève-des-Bois (Francia, siglo V a. C.) donde el
cofre que contenía la propia urna envuelta presentaba restos de tres
tejidos diferentes (Milcent y Moulherat, 1999Milcent,
P. Y. y Moulherat, C. (1999). “Un tumulus princier du Ve siècle avant
J.-C. à Sainte-Geneviève-des-Bois, La Ronce (Loiret)”. En: Fastes des
Celtes entre Champagne et Bourgogne aux VIIe - IIIe s. av. n. è. Actes
du colloque de l'A.F.E.A.F. tenu à Troyes en 1995. Troyes: Société Archéologique Champenoise, pp. 295-332.
).
En el caso de Los Nietos, y teniendo en cuenta los límites impuestos
por la conservación del material arqueológico, descubrimos cómo este
cuidado se aplicó al menos a las armas, jugando los textiles un papel
fundamental en el proceso de deposición del ajuar en la sepultura.
Por
tanto, los datos con los que contamos nos permiten plantear un patrón a
partir del que se seleccionaron determinados objetos que se cubrieron,
envolvieron o colocaron sobre tejidos y se dejaron a la vista, al menos
momentáneamente y antes del cierre de la sepultura. En Los Nietos no se
menciona el hallazgo o la aparición de fibras textiles en relación con
los restos óseos de los difuntos en las casi 200 tumbas excavadas,
aunque sí se han encontrado estos restos en otras necrópolis
peninsulares. El caso más paradigmático es el de la sepultura 200 de El
Cigarralejo, donde ese conjunto ya citado de restos de tejido se asocia
directamente con la vestimenta con la que fue incinerado este personaje (Alfaro, 1984Alfaro Giner, C. (1984). Tejido y cestería en la Península Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la Prehistoria hasta la Romanización. Biblioteca Praehistorica Hispana XXI. Madrid: CSIC.
);
otro caso en la región carpetana es el de la necrópolis de El Vado,
donde en al menos dos casos se han podido identificar fibras de lino en
el interior de las urnas en las que se depositaron los restos
incinerados (Martín-Bañón, 2010, p. 326Martín
Bañón, A. (2010). “El hábitat carpetano y la necrópolis de El Vado (La
Puebla de Almoradiel, Toledo)”. En: Madrigal, A. y Perlines, M.
(Coords.). Actas de las II Jornadas de Arqueología de Castilla La Mancha. Toledo: Diputación Provincial de Toledo, pp. 308-342.
).
La
práctica de envolver, en particular las armas y los huesos calcinados
de los difuntos, estaba muy extendida en Europa durante la Protohistoria
(Gleba, 2014, p. 141Gleba,
M. (2014). “Wrapped up for safe keeping: “wrapping” customs in Early
Iron Age Europe”. En: Harris, S. y Douny, L. (Eds.), Wrapping and unwrapping material culture: archaeological and anthropological perspectives. Walnut Creek: Left Coast Press, pp. 135‑146.
).
Este gesto pudo ser el resultado de varias intenciones con múltiples
significados complementarios y a veces opuestos: por ejemplo, los
objetos se ocultan, se protegen, se transforman o se exhiben. Se han
propuesto varias interpretaciones en diversos contextos: la
representación de la desaparición de los difuntos y de los objetos que
los acompañan para simbolizar la muerte (Pontalis, 1987, p. 248Pontalis, J. B. (1987). “Perdre de vue”. Nouvelle Revue de Psychanalyse, 35, pp. 231-248.
); la división del mundo de los muertos y de los vivos por la barrera que simbolizan los tejidos (Augstein, 2018, p. 82Augstein,
M. (2018). “Botschaften durch Objekte – Botschaften durch Bilder: Wann
und für wenwaren Grabbeigaben sichtbar?”. En: Keil, W., Kiyanrad, S. y
Theis, C. (Eds.). Zeichentragende Artefakte im sakralen Raum. Heidelberg: De Gruyter, pp. 71-94.
; Santaniello, 1989Santaniello, C. (1989). “Come veniva tinta la spartana? Contributo a una discussione aperta”. En: Vattioni, F. (Ed.). Sangue e antropologia nella teologia. Roma: Pia Unione Preziosissimo Sangue, pp. 417-428.
); o la mera demostración y/o afirmación de poder (Banck-Burgess, 2014, p. 154Banck-Burgess, J. (2014). “Wrapping as an element of Early Celtic Burial Customs”. En: Harris, S. y Douny, L. (Eds.). Wrapping and unwrapping material culture. Archaeological and anthropological perpectives. Walnut Creek: Left Coast Press, pp. 147‑156.
).
La
elección del tejido para cubrir o envolver parece natural: se trata de
un material flexible, fácil de manejar y disponible. Tampoco debemos
pasar por alto la posibilidad de que el embalaje en un contexto
funerario sea el resultado de un hábito de protección y cuidado de los
objetos (Kern, 2005, p. 8Kern,
A. (2005). “Hallstatt - eine Einleitung zu einem sehr bemerkenswerten
Ort”. En: Bichler, K., Hofmann-de Keijzer, R. y Kern, A. (Eds.). Hallstatt Textiles: Technical Analysis, Scientific Investigation and Experiment on Iron Age Textiles. Oxford: Archeopress, pp. 1-10.
; Gleba, 2014, p. 142Gleba,
M. (2014). “Wrapped up for safe keeping: “wrapping” customs in Early
Iron Age Europe”. En: Harris, S. y Douny, L. (Eds.), Wrapping and unwrapping material culture: archaeological and anthropological perspectives. Walnut Creek: Left Coast Press, pp. 135‑146.
; Grömer, 2017, p. 90Grömer,
K. (2017). “Recycling of Textiles in Historic Contexts in Europe Case
Studies from 1500 BC till 1500 AD”. En: Miroglav, I., Balen, J. y
Kudelić, A. (Eds.). Izložba ‘Recikliraj, ideje iz prošlosti / Recycle, ideas from the past. Zagreb: Arheološki Muzej, Filozofski Fakultet Sveucilišta, Institut zu Arheologiju, pp. 75-98.
).
Por último, la práctica de envolver puede ser paralela a la de romper
deliberadamente los objetos depositados en la tumba, una constante entre
los íberos cuando se trata de armas (Cuadrado, 1987Cuadrado Díaz, E. (1987). La necrópolis ibérica de “El Cigarralejo” (Mula, Murcia). Biblioteca Praehistorica Hispana, XXIII. Madrid: CSIC.
; Quesada, 1992Quesada Sanz, F. (1992). Arma y símbolo: la falcata ibérica. Alicante: Instituto de Cultura Juan Gil-Albert.
; Alcalá-Zamora y Bueno, 2000Alcalá-Zamora, L. y Bueno Sequera, F. J. (2000). “El armamento en la necrópolis ibérica de Pozo Moro (Chinchilla, Albacete)”. Anales de Prehistoria y Arqueología, 16, pp. 17-32.
) y que se reproduce en la necrópolis de Los Nietos como evidencian las falcatas y el soliferreum estudiados en la tumba 27. Los gestos de mutilar y ocultar objetos
podrían tener el mismo objetivo simbólico: dedicar objetos al muerto
inutilizándolos (De Grumond, 2009, p. 174De Grumond, N. (2009). “On mutilated mirrors”. En: Gleba, M. y Becker, H. (Eds.). Votives, Places and Rituals in Etruscan Religion. Studies in Honor of Jean MacIntosh Turfa. Leiden ‒ Boston: Brill, pp. 171-182.
; Bonfante, 2015Bonfante, L. (2015). “Etruscan mirrors and the grave”. En: Haack, M. L. (Ed.). L’écriture et l’espace de la mort. Épigraphie et nécropoles à l'époque préromaine. Roma: Publications de l’École Française de Rome, pp. 375-400. DOI : https://doi.org/10.4000/books.efr.2741.
; Price y Gleba, 2012Price, K. y Gleba, M. (2012). “Textiles on Egyptian Mirrors: Pragmatics or Religion?”. Archaeological Textiles Review, 54, pp. 2-13.
).
La
colocación de los tejidos y la multiplicidad de gestos posibles también
plantean interrogantes sobre la temporalidad de la ceremonia funeraria.
En el caso de las tumbas estudiadas de Los Nietos, los tejidos se
colocaron necesariamente sobre o alrededor de los objetos después de la
cremación, pudiendo además haber estado expuestos, cubiertos o
descubiertos, antes de que se cerrara la tumba. En este sentido, las
comparaciones antropológicas y etnográficas abren vías de reflexión muy
enriquecedoras sobre la polisemia de los conjuntos funerarios y las
diferentes etapas y ritos que pudieron formar parte de las ceremonias,
siendo determinados gestos funerarios propios de cada fase del proceso
funerario y cumpliendo los tejidos funciones específicas en cada caso (Dierkens, 1981, p. 43Dierkens, D. (1981). “Cimetières mérovingiens et histoire du haut Moyen Âge: chronologie-société-religion. Bruxelles”. En: Histoire et Méthode. Bruxelles: Université de Bruxelles, pp. 16-70.
; De Aquino, 1998, p. 89De Aquino, P. (1998). “La mort défaite. Rites funéraires du candomblé”. L'Homme, 147, pp. 81-104. DOI: https://doi.org/10.3406/hom.1998.370506.
).
Por lo que respecta a los grupos culturales ibéricos, es imposible
saber cómo se elegían los tejidos, quién los manipulaba, quién
participaba en la ceremonia y cuándo se producían estos gestos, pero la
cantidad de tejidos y la posible complejidad en su disposición sugieren
una profundidad de la ceremonia en la que los tejidos tuvieron que
desarrollar un papel protagonista y tener un fuerte impacto visual sobre
los participantes en el funeral.
6. Consideraciones finales
⌅La caracterización arqueológica de los restos textiles conservados en diversos objetos metálicos procedentes de la necrópolis de Los Nietos aporta evidencias directas sobre el uso de tejidos en las prácticas funerarias ibéricas y el papel de estos en determinados gestos ritualizados. Los resultados obtenidos a partir de investigaciones interdisciplinares como la aquí realizada, combinando el examen arqueológico con técnicas de corte arqueométrico, han permitido no solo reconocer determinados tipos de tejidos a priori no legibles a nivel macroscópico, sino también identificar el origen de las materias primas con los que parte de estos materiales se confeccionaron.
De este modo, se propone una rutina de trabajo para abordar el análisis que vincula determinados ítems utilizados como ajuar funerario con el o los tejidos elegidos, intentando reconocer patrones de deposición y reconstruir los códigos visuales evocados, que pudieron ser múltiples y haber dejado solo ínfimas huellas materiales. Para ello, el análisis de las fibras mineralizadas nos ha permitido confirmar el uso de diferentes tejidos vinculados a prácticas específicas como envolver, cubrir o depositar, así como mostrar la posibilidad de que en algunos casos estos ritos implicasen la combinación de diferentes tejidos, tal y como se ha expuesto para varios objetos de la tumba 27 donde coexisten tejidos de origen animal y vegetal.
A pesar de las limitaciones impuestas por las condiciones del propio registro arqueológico, consideramos que este trabajo abre nuevas vías relacionadas con la investigación textil y su identificación en contextos funerarios. Además, esperamos que esta investigación sirva también como llamada de atención para exponer que la mineralización de los objetos metálicos puede contener trazas de fibras textiles, aspecto que debería ser tenido en cuenta y estudiado antes de acometer procesos de conservación y restauración que implican la eliminación de estas capas de mineralización que protegen los frágiles indicios de los tejidos antiguos.
Material suplementario
⌅En el sitio web del artículo está disponible el siguiente material complementario: tabla en la que se recogen los objetos metálicos identificados en las 31 tumbas excavadas en la necrópolis de Los Nietos por la Universidad Autónoma de Madrid según sepultura y tipología.
Agradecimientos
⌅Nos gustaría agradecer sinceramente las facilidades y el apoyo dado por M. Cruz Linarejos a la hora de acceder a toda la información que hemos necesitado en relación con sus excavaciones en la necrópolis ibérica de Los Nietos. También queremos reconocer las facilidades dadas por el personal del Museo Arqueológico de Cartagena durante el proceso de estudio y toma de muestras. María Teresa Cabrera Marcos colaboró durante la primera fase de trabajo en la que se localizaron, revisaron y sistematizaron los elementos metálicos de las tumbas estudiadas.
Declaración de conflicto de intereses
⌅Los/as autores/as de este artículo declaran no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo.
Fuentes de financiación
⌅Este trabajo forma parte de las actividades de investigación del Proyecto “Producir y abastecer a la nueva capital púnica del Mediterráneo Occidental: contextualización y caracterización arqueométrica de los materiales cerámicos de la Qart-Hadasht de Iberia” (21954/PI/22) financiado por la Fundación Séneca, Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia.
Declaración de contribución de autoría
⌅Elsa Desplanques: conceptualización, análisis formal, investigación, metodología, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición.
Benjamín Cutillas-Victoria: conceptualización, investigación, adquisición de fondos, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición.