Archivo Español de Arqueología 95
enero-diciembre 2022, e24
ISSN: 0066-6742, eISSN: 1988-3110, ISSN-L: 0066-6742
https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.res06

Reseña de / Review of: Sabine Deschler-Erb, Umberto Albarella, Silvia Valenzuela Lamas y Gabriele Rasbach (Eds.), Roman animals in ritual and funerary contexts: proceedings of the 2nd Meeting of the Zooarchaeology of the Roman Period Working Group, Basel, 1st-4th February, 2018, Kolloquien zur Vor- und Frühgeschichte 26, Harrassowitz Verlag, Wiesbaden, 2021, 256 pp. ISBN: 978-3-4471-1641-1.

Marta Moreno García

Instituto de Historia, CCHS-CSIC

https://orcid.org/0000-0002-6735-9355

CONTENIDO

El International Council for Archaeozoology (ICAZ)1 https://www.alexandriaarchive.org/icaz/ es una organización sin ánimo de lucro que, además de promover la investigación científica en el área de la arqueozoología, fomenta la comunicación internacional entre profesionales y estudiantes interesados en esta disciplina. A ella están afiliados Grupos de Trabajo (GT) autónomos, constituidos en torno a temas específicos, que se reúnen con periodicidad variable para intercambiar ideas y avanzar en el conocimiento de las problemáticas que les son afines. En 2014, Silvia Valenzuela Lamas (CSIC) y Umberto Albarella (University of Sheffield) propusieron la creación de un GT dedicado a la arqueozoología del periodo romano, dado que los materiales faunísticos asociados a esta cronología representan una fuente de información muy valiosa para entender la introducción y expansión de la civilización romana por diversos territorios. Es obvio que los animales fueron parte integral de los sistemas económicos y sociales que definen este proceso histórico. La arqueozoología lleva décadas realizando aportaciones significativas a temáticas como las estrategias de gestión ganadera, los hábitos de consumo, las prácticas carniceras o los intercambios comerciales de productos animales. Una trayectoria que, en cierta forma, responde al interés generalizado por comprender los cambios surgidos a raíz de las nuevas formas de organización económica, social y territorial impuestas por Roma en Europa, el occidente asiático y norte de África. La alta resolución con la que el análisis arqueozoológico permite aproximarse a estas cuestiones ha puesto de manifiesto la existencia de particularidades locales que narran historias propias y demuestran una diversificación a menudo difícil de discernir en las fuentes documentales oficiales.

El primer encuentro del GT celebrado en Sheffield (Reino Unido) en 2014 focalizó su atención en la ganadería del Imperio romano de Occidente (Valenzuela Lamas y Albarella, 2017Valenzuela-Lamas, S. y Albarella, U. (Eds.) (2017). Animal Husbandry across the Western Roman Empire: Changes and Continuities. European Journal of Archaeology, Tomo 20, n.º 3.). El segundo, celebrado en Basel (Suiza) en 2018, cuyas actas constituyen el objeto de la presente reseña, se centró en los restos de animales depositados en contextos rituales y funerarios, contemplándose un marco geográfico y temporal más amplio. La elección de este tópico, como reconoce en el prefacio la organizadora del congreso, Sabine Deschler-Erb, no es ajena al creciente interés de la investigación bioarqueológica por el estudio del mundo ritual y religioso de la Antigüedad. Las dieciséis contribuciones que se recogen en el volumen editado por la citada investigadora junto a Umberto Albarella, Silvia Valenzuela Lamas y Gabriele Rasbach ofrecen una visión panorámica y multirregional (a pesar de no haber ningún estudio del área mediterránea más occidental) sobre el sacrificio y uso de animales en cementerios, santuarios urbanos y rurales, depósitos votivos, ritos fundacionales o de clausura de estructuras. Cada una de ellas es prueba fehaciente del extenso corpus de datos que genera el material arqueofaunístico, esencial para comprender la dinámica de formación de estos contextos, así como describir los gestos y las acciones ejecutadas por los elementos de una sociedad como medio de expresión de sus creencias y de la relación establecida con el más allá. Al mismo tiempo, por su propia naturaleza, los restos de animales sacrificados y ofrendados son un reflejo de factores ambientales y económicos, pudiéndose concluir que las prácticas cultuales y religiosas también arrojan luz sobre estas cuestiones.

La serie “Kolloquien zur Vor- und Frühgeschichte” publicada en papel y en formato digital2 https://doi.org/10.34780/b03671ada6 por la Comisión Romano-Germánica (RGK) y el Departamento de Eurasia del Instituto Arqueológico Alemán (DAI) constituye un excelente marco de difusión de los trabajos presentados en Basel. Todos están redactados en inglés, excepto dos que utilizan el alemán y uno el francés. También se recurre a las tres lenguas en las palabras clave y los breves resúmenes con los que se inicia y cierra cada contribución. Cabe destacar la alta calidad de las fotografías a color que ilustran gran parte de los artículos, el tamaño a página completa de las plantas de los edificios y contextos arqueológicos, y la claridad de tablas y gráficos que facilitan la lectura de los datos analizados. Además, la extensa bibliografía reunida constituye una potente herramienta de trabajo. Un aspecto menos positivo es la organización de las actas de acuerdo al apellido de los autores. Del primer artículo sobre un santuario de la Galia romana del siglo III se pasa a un pequeño complejo eclesiástico de los siglos IV-V en el alto Egipto, para continuar con el templo de Juno en Tas-Silġ en la isla de Malta, el Plutonio de Hierápolis en Turquía y así, sucesivamente, hasta llegar a los últimos trabajos dedicados a depósitos rituales etruscos en el centro de Italia y un posible contexto ritual con perros en el anfiteatro de Viminacium (Serbia), respectivamente. Las aportaciones presentan escalas de análisis diferentes, dependiendo de la contextualización y representatividad de las muestras, de manera que la falta de un hilo conductor provoca un cierto desconcierto. La diversidad de conjuntos arqueofaunísticos analizados es grande, pero la tipología de los contextos arqueológicos y las temáticas a ellos asociadas hubieran funcionado muy bien como eje vertebrador, consintiendo al lector trasladarse de unas problemáticas a otras de forma estructurada y no saltando entre ellas. O simplemente se podría haber hecho uso de las características formales de los trabajos, ya que se distinguen al menos tres categorías: síntesis regionales, análisis comparativos y estudios de caso.

Desde esta perspectiva, las contribuciones de Maaike Groot (pp. 61-76), Sébastien Lepetz (pp. 141-174) y Fabienne Pigière (pp. 175-183) son tres excelentes síntesis de la investigación arqueozoológica desarrollada sobre los restos de animales utilizados en las prácticas funerarias en cementerios de territorios muy próximos entre sí: los actuales Países Bajos, norte de Francia y sur de Bélgica. En general, el marco temporal que comprenden se extiende desde el final de la Edad del Hierro hasta prácticamente la época tardorromana. El estudio detallado de las especies faunísticas, la edad de los animales sacrificados, las porciones anatómicas ofrendadas y el tratamiento a que fueron sujetas documentan aspectos clave de los rituales llevados a cabo. Se identifican tendencias diacrónicas regionales, pero también caracteres concretos que denotan variedad y grados diferentes de complejidad. Los tres trabajos enfatizan el dominio del cerdo sobre otras especies, tanto en los restos incinerados procedentes de las piras funerarias como en las ofrendas depositadas en el interior y exterior de las tumbas a modo de alimento fresco o tras su consumo ritual. La constatación de esta práctica con anterioridad al proceso de romanización subraya el mantenimiento de costumbres locales, aunque el mundo de las creencias hubiera evolucionado hacia una nueva dimensión. Desde mediados del siglo II d. C. se deja traslucir un cambio de tendencia. La gallina toma el relevo y, en paralelo, se verifica una disminución en el número de ofrendas cárnicas, circunstancia que en opinión de Lepetz (p. 169) expresa el paso hacia rituales más comedidos o frugales. La abundancia de cerdo y gallina en los contextos funerarios lleva a estos autores a plantear el interés de realizar análisis comparativos con ambientes domésticos, pues así será posible evaluar en qué medida los animales sacrificados en los cementerios difieren de aquellos que conforman la base económica de los asentamientos.

Precisamente, esta es la aproximación metodológica desarrollada por Simone Häberle et al. (pp. 79-99) en el vicus de Kempraten (Suiza). Las similitudes que aprecian entre el área residencial, el santuario galo-romano de Seewiese y el Mitreo conciernen las proporciones de mamíferos domésticos y silvestres, muy semejantes en todos los casos, mientras las diferencias más significativas afectan a la menor frecuencia de gallina y peces en muestras procedentes de contextos domésticos. Este dato junto al bajo valor culinario de las especies ícticas representadas se interpreta como señal del protagonismo de estos taxones en las ceremonias y, en consecuencia, la existencia de criterios de selección sobre los animales que participan en ellas. Además, se pone en valor el programa sistemático de cribado de sedimentos que permitió recuperar una variedad considerable de micromamíferos, aves, anfibios, reptiles, gasterópodos y otros invertebrados, cuya mayor o menor abundancia a lo largo de la secuencia temporal proporciona información relevante sobre el medioambiente local y la ausencia o presencia de actividad humana en estos lugares. Kunst et al. (pp. 123-140) también comparan los desechos de comidas comunales celebradas en el área del santuario de Júpiter Heliopolitanus de Carnuntum (Austria) con la basura generada fuera de este espacio. Sin embargo, en esta ocasión se cuestiona si el carácter ritual o especial de los depósitos hubiera sido reconocible sin disponer de la información contextual, la estratigrafía del santuario y la interpretación de otros materiales arqueológicos diferentes de los restos faunísticos. La abundancia de aves junto a muestras voluminosas de restos de bovino en los que no se aprecian estigmas de manipulación relacionados con las técnicas de conservación de la carne, comunes en contextos urbanos romanos, se apuntan como rasgos distintivos. En esta misma línea, Angela Trentacoste (pp. 217-236) presenta un interesantísimo trabajo sobre la tradición cultural etrusca de amortizar intencionalmente estructuras y espacios subterráneos con desechos faunísticos, una práctica que continuaría en el centro de Italia en época romana republicana. A partir de los análisis de la fauna recogida en un santuario semi-subterráneo en Cerveteri y una antigua cantera situada en la zona marginal de Velzna, la actual Orvieto, se proponen una serie de criterios que permitirían identificar los desechos de consumo generados en banquetes rituales o asociados a eventos festivos como los que pudieron tener lugar al clausurar estos dos espacios. No obstante, la autora es consciente del reto metodológico existente. En la mayor parte de los casos, los rellenos de estructuras subterráneas (silos, pozos, cisternas, fosas, etc.) son auténticos palimpsestos en los que desechos domésticos y aquellos derivados de actividades rituales cotidianas suelen sucederse de forma alternada.

Por su parte, los estudios de caso que conforman el resto de las contribuciones están orientados a examinar acontecimientos o procesos específicos que tuvieron lugar en un marco espacial y temporal particular. A este respecto, cuatro aportaciones analizan depósitos de animales localizados en los recintos de grandes santuarios consagrados a dioses romanos y una en centros ceremoniales al aire libre. Los datos recabados del análisis de las variables arqueozoológicas habituales (identificación de taxones, perfiles anatómicos y demográficos, y procesos tafonómicos) apoyan diferentes hipótesis interpretativas sobre los actos ceremoniales allí celebrados. Bourgois (pp. 1-17) pone de manifiesto la particularidad que representa el enterramiento de las carcasas de dos bueyes a ambos lados del muro de un pórtico situado en el recinto sagrado del santuario de Briga (norte de Francia). A pesar de no poder determinar si el sacrificio de las reses fue coetáneo, la cantidad de carne que proporcionaría cada una de ellas hace suponer la celebración de un evento público importante, tal vez el abandono y la desacralización del santuario a finales del siglo III d. C., en el que esta sería vendida o distribuida entre los fieles o habitantes del asentamiento. Jacopo De Grossi Mazzorin (pp. 25-37) describe los numerosos restos de ovejas, cabras, aves, pescados y moluscos procesados y consumidos en el santuario fenicio-púnico (siglos III-I a. C.) de Juno en Tas-Silġ en la isla de Malta y llama la atención sobre la baja contribución del cerdo, un animal impuro en la región semítica de origen de los fenicios. Además, teniendo en cuenta que palomas y tórtolas eran aves sagradas para Astarté, la divinidad local, parece que, aunque el templo se hubiera consagrado a la diosa Juno tras la ocupación romana, las ofrendas efectuadas en el santuario respetaron la sensibilidad religiosa de la población indígena. Igualmente es interesante una segunda aportación de este investigador, de esta vez en coautoría con Claudia Minniti (pp. 39-52), sobre dos depósitos votivos de los siglos I-II d. C. hallados en el Plutonio de Hierápolis, Frigia (Turquía). Según los autores clásicos, los cultos ctónicos asociados a Plutón pretendían demostrar, por un lado, su poder destructivo y por otro, exigían el sacrificio de víctimas en su honor. Ambas circunstancias quedan reflejadas en las muestras aquí analizadas. El elevado número de esqueletos completos de aves se relaciona con el primer ritual, ya que se solía arrojar pájaros a la cueva sobre la que se encontraba el Plutonio. Los gases tóxicos que emanaban de la entrada provocaban la muerte por asfixia de los animales. Mientras los restos identificados de bovino, caprinos y cerdos, entre los que dominan las extremidades, corresponden a las partes ofrendadas en los sacrificios. Höpken y Fiedler (pp. 113-121) nos trasladan al área sacra de Sarmizegetusa (Rumanía) dedicada a los dioses Domnus y Domna. Alrededor del templo se excavaron varias estructuras que contienen restos de animales presumiblemente relacionadas con las ceremonias cultuales. La alta contribución de huesos de bovino quemados junto a materiales sin signos de termoalteración denotan la importancia de esta especie en los ritos locales, así como el proceso selectivo que tuvo lugar con anterioridad a su integración en estos depósitos. Tras el sacrificio y probable consumo de la carne, los desechos fueron incinerados, luego se separaron carbones y huesos, y estos se transfirieron a los silos que estaban preparados para recibir la ofrenda a las dos divinidades. Por último, Rainsford et al. (pp. 185-199) exploran las asociaciones faunísticas de Ashwell y Charlwood, dos centros ceremoniales al aire libre en el sur de Inglaterra, datados en la transición del Hierro a época romana. La abundancia de restos incinerados en ambos yacimientos sugiere la práctica de actividades rituales semejantes. Sin embargo, el espectro de animales sacrificados, en términos taxonómicos y de grupos de edad, demuestra la alta variabilidad que existía en los tipos de ofrendas, una cuestión por ahora difícil de relacionar con la existencia de creencias diferentes.

A los trabajos anteriores cabe sumar otros tres estudios de caso cuyo vínculo con prácticas rituales resulta incierto, bien por falta de paralelos, bien porque las evidencias contextuales no son del todo conclusivas (Deschler-Erb y Schaflitzl, pp. 53-60; Höpken y Berke, pp. 101-111; Vuković et al., pp. 237-256). La discusión que ofrecen sobre problemas de equifinalidad, posicionamiento secundario, sincronía con otros materiales arqueológicos y determinación de los agentes naturales o antrópicos que han causado alteraciones en los huesos resulta enriquecedora y demuestra el rigor metodológico empleado por los investigadores a la hora de enfrentarse a la problemática que supone determinar el carácter ritual de un conjunto arqueofaunístico. Con seguridad, este debió ser uno de los tópicos abordados a lo largo del encuentro y que continuará a ser debatido en el futuro.

He dejado para el final las contribuciones de Pam Crabtree y Douglas Campana (pp. 19-24) y Veronika Sossau (pp. 201-215). La decisión de los editores de incluirlas en este volumen no parece del todo justificada si atendemos al tema y la cronología del encuentro. En la primera, como los propios autores reconocen (p. 19), no se aborda el ritual romano sino los hábitos dietéticos y las bases económicas de las primeras comunidades cristianas establecidas en los oasis del desierto egipcio en los siglos IV-V. Por su parte, Sossau explora el papel social del consumo de carne en la época arcaica de Grecia considerando fuentes iconográficas y documentales, además de hacer una pequeña incursión en la investigación de materiales arqueológicos en contextos funerarios y rituales de la región centro de Grecia.

En resumen, el conjunto de artículos que conforman las actas del 2º Encuentro del Grupo de Trabajo de Arqueozoología del periodo romano del ICAZ ofrece una amplia perspectiva sobre el uso de los animales en las prácticas cultuales y funerarias de esta cronología. Cada uno refleja realidades individuales que valorizan la capacidad del registro arqueozoológico bien contextualizado para mostrar la heterogeneidad de actividades y comportamientos asociados a actividades rituales, así como la existencia de conexiones y problemáticas transversales en ámbitos geográficos diferentes. La lectura de estas actas se recomienda vivamente a estudiantes y profesionales de la Arqueología interesados sobre todo en el periodo romano, porque les ayudará a reflexionar sobre la importancia de recuperar y registrar de forma sistemática el material arqueofaunístico, compartir la información contextual y de otros materiales con el/la arqueozoólogo/a y entender que los estudios arqueozoológicos no se limitan a enumerar las especies de animales consumidas.

BIBLIOGRAFÍA

 

Valenzuela-Lamas, S. y Albarella, U. (Eds.) (2017). Animal Husbandry across the Western Roman Empire: Changes and Continuities. European Journal of Archaeology, Tomo 20, n.º 3.