Archivo Español de Arqueología 95
enero-diciembre 2022, e19
ISSN: 0066-6742, eISSN: 1988-3110, ISSN-L: 0066-6742
https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.res01

Reseña de / Review of: Manuel J. Parodi Álvarez, Arqueología española en el Norte de África. Marruecos, 1900-1948. Colección Atlante, Estudios de Arqueología Prehistoria e Historia marítima 3, Editorial UCA, Cádiz, 2020, 161 pp. ISBN: 978-84-9828-847-6.

Jordi Cortadella Morral

Universitat Autònoma de Barcelona

https://orcid.org/0000-0002-8269-5955

CONTENIDO

Este libro está dedicado al tristemente desaparecido Enrique Gozalbes Cravioto (Villada, 2019Villada F. (2019). “In memoriam: Enrique Gozalbes Cravioto (1957-2018)”. Antiquités africaines, 55, pp. 13-20. DOI: https://doi.org/10.4000/antafr.1113 ), al que tanto le debe la investigación sobre la historia y la arqueología del “Círculo del Estrecho”. Su autor, Manuel J. Parodi, defendió su tesis doctoral en la Universidad de Cádiz en mayo de 2017, con el título: Arqueología e institucionalización del Patrimonio en el Norte de África occidental. Pelayo Quintero Atauri (1936-1946). Se hace evidente que el presente libro es deudor de esta, así como de los diversos artículos del mismo autor publicados antes y después de la misma.

El libro está estructurado en dos prólogos (de Javier Verdugo y Enrique García Vargas, respectivamente), una introducción, cuatro capítulos y unas conclusiones, más las abreviaturas y la bibliografía final. Conviene advertir a los futuros lectores que el libro se lee mucho mejor como capítulos independientes, con lo que se evitan enojosas repeticiones debidas al mal encaje de los contenidos. Sobre el título, nos sorprende que marque como límite cronológico 1948, cuando el Protectorado español en el norte de Marruecos finalizó en 1956.

La Introducción (pp. 17-23) centra perfectamente el tema en las estructuras de gestión del patrimonio arqueológico en el territorio de la antigua zona española del Protectorado de Marruecos (1912-1956), y avanza que los principales protagonistas del estudio serán los arqueólogos César Luis de Montalbán Mazas (1876-1971) (Pérez, 2019Pérez Escribano, F. (2019). “César Luis de Montalbán y Mazas, arqueólogo proscrito y olvidado en las dos orillas del Estrecho”. Almoraima. Revista de Estudios Campogibraltareños, 51, pp. 101-114.), y especialmente Pelayo Quintero Atauri (1867-1946), a quien el autor ha dedicado recientemente una monografía (Parodi, 2021aParodi, M. J. (2021a). Pelayo Quintero. La aventura de un pionero de la Arqueología en España y Marruecos a principios del siglo XX. Córdoba: Almuzara.). Esta introducción también permite entender que la historia de la arqueología en el norte de Marruecos a lo largo de la primera mitad del siglo XX es un tema complejo que se enmarca en el contexto del tardo-colonialismo europeo y de los difíciles equilibrios internos tanto de Marruecos como de España, sujetos a las convulsiones de finales del XIX. Estas convulsiones supusieron, para España, la pérdida de su Imperio y, para Marruecos, el quebranto de su capacidad de acción internacional y, finalmente, la pérdida de su independencia al convertirse en objeto de “protección” de Francia y España. El autor nos recuerda también que el Protectorado Español fue un mecanismo diseñado por Francia y el Reino Unido para mantener el statu quo en la estratégica zona del Estrecho de Gibraltar (pp. 18-19). Tras esta presentación, la introducción deriva hacia un recorrido por el curriculum del autor, seguido de unos agradecimientos (derivados probablemente de la tesis originaria) que aquí resultan, si no inapropiados, sin duda excesivamente largos.

El capítulo uno (pp. 25-28) está dedicado a los antecedentes de las relaciones bilaterales entre España y Marruecos a partir del siglo XVIII. Se trata de un sucinto repaso a las pautas que marcaron las relaciones diplomáticas hispano-marroquíes, pero no profundiza en el contexto político marroquí ni hace un balance de la situación económica y social del territorio rifeño. El capítulo es útil para enmarcar el desarrollo posterior de los acontecimientos, pero, a nuestro juicio, es demasiado breve. Para profundizar en el tema es recomendable, por ejemplo, el excelente trabajo de María Rosa de Madariaga, Marruecos, ese gran desconocido. Breve historia del protectorado español (Madrid: Alianza, 2013), citado por el autor. No cita, en cambio, el libro de Mimoun Aziza, La sociedad rifeña frente al protectorado español de Marruecos (1912-1956) (Barcelona: Edicions Bellaterra, 2003), donde se analizan los cambios ocasionados por la entrada en vigor del nuevo ordenamiento colonial hispano, así como la estrategia puesta en marcha por la sociedad rifeña para hacer frente a los aspectos más agresivos y abusivos de la administración colonial. También sorprende la ausencia del artículo de Manuela Marín sobre los viajeros españoles en Marruecos entre 1860 y 1912 (Marín, 1996Marín, M. (1996). “Un encuentro colonial: Viajeros españoles en Marruecos (1860-1912)”. Hispania, 56/192, pp. 93-114. DOI: https://doi.org/10.3989/hispania.1996.v56.i192.753 ).

El segundo capítulo (pp. 29-43), basado en dos artículos precedentes del autor (Verdugo y Parodi, 2008Verdugo, J. y Parodi, M. J. (2008). “La gestión del patrimonio arqueológico en el antiguo protectorado español en el norte de Marruecos. Gestión, administración, normativas”. SPAL, 17, pp. 9-25. DOI: https://doi.org/10.12795/spal.2008.i17.01 ; Parodi, 2009Parodi, M. J. (2009). “Notas sobre la organización administrativa de las estructuras de gestión del Patrimonio Arqueológico en el Marruecos septentrional durante el Protectorado (1912-1956)”, Herakleion, 2, pp. 117-141), nos presenta los modelos de gestión patrimonial conjunta y cooperación cultural que aplica la administración española del protectorado. Como España reprodujo miméticamente la organización de los servicios patrimoniales nacionales en los territorios sujetos a su coadministración, el autor empieza haciendo un sucinto repertorio legal y administrativo sobre la gestión del patrimonio cultural español, desde las primeras directrices de 1752 hasta la ley de patrimonio de 1933 y su reglamento de 1936. En relación con el Protectorado, el capítulo reconstruye diligentemente su estructura administrativa y de gestión arqueológica del período, desde la Junta Superior de Estudios Históricos y Geográficos de Marruecos (1916), hasta el Patronato de Investigaciones y Alta Cultura (1941), pasando por la creación de la Biblioteca General y la Hemeroteca de Tetuán (1938) y la nueva sede del Museo Arqueológico de Tetuán (1939, inaugurado en 1940). En relación con el Instituto General Franco de Estudios e Investigación Hispanoárabe, creado en 1938 con una lógica instrumental en el marco de la política de acercamiento al movimiento nacionalista marroquí, es recomendable el trabajo de Irene Gonzales, no citado en la bibliografía (González, 2015, pp. 275-281González González, I. (2015). Escuela e ideología en el Protectorado español en el Norte de Marruecos (1912-1956). Barcelona: Edicions Bellaterra.).

Como vemos, se trata de un capítulo centrado en la legislación arqueológica, con datos sin duda útiles, pero se echa en falta el necesario contexto que supere la fría oficialidad de los decretos, informes o reglamentos. También se observan repeticiones cansinas, consecuencia tal vez de reeditar los artículos originarios sin apenas modificar sus contenidos. Pongo como ejemplo las referencias al diplomático Teodoro de Cuevas y Espinach, mencionado en las páginas 27, 42 y 60, sin que en ninguna de ellas se profundice en su figura. Sucede lo mismo con la visita de Manuel Gómez-Moreno a las excavaciones de Tamuda en 1922 (pp. 40, 48, 72 y 127), por no hablar de las continuas noticias relativas a César Montalbán y Pelayo Quintero repartidas por toda la obra prácticamente en los mismos términos.

El capítulo tercero (pp. 45-54) se presenta como unas notas sobre los primeros trabajos arqueológicos en el yacimiento de Tamuda (Tetuán), a cargo de César Montalbán, y las intervenciones posteriores de Pelayo Quintero. En este caso, el capítulo es deudor de los artículos de Parodi en el libro coordinado por Darío Bernal (2013)Bernal, D. (Coord.) (2013). Tamuda. Cronosecuencia de la ciudad mauritana y del “castellum” romano. Cádiz: Universidad de Cádiz.. No obstante, el lector interesado en el este tema debería complementarlo con el trabajo (no citado) de Enrique Gozalbes en el que se analizan los condicionantes ideológicos propios del momento (Gozalbes, 2012Gozalbes, E. (2021). “El ejército romano y la arqueología de época colonial en el Magreb”. Aqvila legionis, 15, pp. 63-78.). También aquí se repiten contenidos y se tratan aspectos más propios de los capítulos iniciales, como es el caso de la creación del Protectorado o los principales sucesos bélico-políticos, de los que el reciente libro coordinado por Daniel Macías Fernández es una buena introducción (Macías, 2021Macías, D. (Ed.) (2021). A cien años de Annual. La guerra de Marruecos. Madrid: Desperta Ferro Ediciones.).

El capítulo cuarto (pp. 55-124) es con mucho el más largo y el más completo del libro. Trata sobre el paulatino proceso de desarrollo e institucionalización de la arqueología y la gestión del patrimonio arqueológico en el norte de Marruecos, y recoge las aportaciones de un conjunto de trabajos publicados por el autor (Parodi y Gozalbes, 2011Parodi, M. J. y Gozalbes, E. (2011). “La arqueología en el Norte de Marruecos (1900-1945)”. En: Arqueología y turismo en el Círculo del Estrecho: actas del III Seminario Hispano-Marroquí. Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, pp. 175-198.; Parodi, 2021aParodi, M. J. (2021a). Pelayo Quintero. La aventura de un pionero de la Arqueología en España y Marruecos a principios del siglo XX. Córdoba: Almuzara.; 2021bParodi, M. J. (2021b). “Quintero Atauri y Tarradell: diarios inéditos de sus excavaciones”. En Bernal, D., Ramos Muñoz, J., Kbiri Alaoui, M., Tarradell-Font, N. y Zouak, M. (Eds.). Gar Cahal y Tamunda en el Archivo Tarradell: historiografía y arqueología en el Norte de África Occidental. Etudes et travaux d’archéologie marocaine 14. Cádiz - Rabat: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz - Institut National des Sciences de l’Archéologie et du Patrimoine, pp. 309-320.). En él se nos presentan tres realidades arqueológicas absolutamente independientes, tanto a nivel organizativo como de investigación: la zona francesa; la zona española; y la ciudad internacional de Tánger.

Sobre las misiones científicas en Marruecos de Gaston Buchet (1896) y de Édouard Michaux-Bellaire (1906) se dice que sus objetivos no eran otros que el de avanzar en el estudio científico del país con vistas a favorecer la posterior expansión y penetración francesa (p. 62). Estando de acuerdo con esta afirmación, no encuentro las mismas reflexiones para las misiones españolas, como por ejemplo la expedición de Julio Cervera, Francisco Quiroga y Felipe Rizzo al Sahara occidental (1886) (Salom, 2008Salom, J. (2008). “El colonialismo español en el marco de los sistemas internacionales del siglo XIX”. En: Rodríguez Esteban, J. A. (Ed.). Conmemoración de la expedición científica de Cervera-Quiroga-Rizzo al Sahara occidental en 1886. Madrid: CSIC, pp. 25-67.).

Nos dice el autor que, al igual que el alto comisario francés, el mariscal Liautey, era plenamente consciente del valor de las antigüedades como justificante de la actuación protectora (p. 68), también las autoridades españolas del Protectorado tenían la voluntad de utilizar el patrimonio arqueológico como instrumento de propaganda de las bondades de la administración colonial (p. 73). Creemos que habría sido conveniente desarrollar más el tema. Sugiero a los lectores interesados empezar por las reflexiones incluidas en el libro de Carlos Cañete, Cuando África comenzaba en los pirineos. Una historia del paradigma africanista español (siglos XV-XX) (Madrid: Marcial Pons, 2021).

La arqueología en el Protectorado español se presenta en tres fases: a) Los primeros pasos (1912-1936); b) La consolidación de las estructuras (1939-1946); c) Un mayor desarrollo (1949-1956). Cada una de ellas marcadas por tres personalidades relevantes: César Montalbán, Pelayo Quintero y Miquel Tarradell, respectivamente.

En la primera fase destaca la escasez presupuestaria y la falta de personal competente, como dato negativo. En positivo estaría la creación del primer museo de Tetuán, inaugurado en 1923, y las excavaciones en Tamuda y Lixus. Aquí el autor aborda de nuevo (y repite) las premisas generales de la arqueología en el norte de Marruecos. Entre ellas, que “el sistema administrativo y legal del Protectorado hispano-marroquí se basaba en el pleno respeto de la personalidad jurídica internacional de Marruecos y en la plena soberanía marroquí del territorio protegido” (p. 55). Aparte de presentar esta ficción jurídica de manera acrítica, el tema ya había sido tratado en el capítulo segundo.

Vuelven a ser protagonistas César Montalbán y Pelayo Quintero, a los que se añaden la actividad de algunos “interventores”, figuras de la administración española que en principio tenían como función controlar a las autoridades indígenas, pero que en muchas ocasiones aportaban informaciones valiosas de muy diversa índole, incluida la arqueología. Cabe señalar en este capítulo el exhaustivo análisis del Cuestionario arqueológico redactado por Julio Martínez Santa-Olalla (pp. 112-122), y el enfrentamiento de este con Pelayo Quintero y con su valedor, Tomás García Figueras, que a la sazón era el secretario general de la Alta Comisaría del Protectorado. A nuestro parecer, estos aspectos son las más interesantes del libro.

Llegados a las Conclusiones (pp. 125-138) y como decíamos al principio, no se explica la razón por la que el libro se detiene en 1948 y no lleva su análisis hasta el final del Protectorado, en 1956. Aunque se menciona la etapa marcada por la actividad de Miquel Tarradell (1948-1956), el autor no la afronta con un mínimo de detalle hasta llegar a las páginas 129-131 de las conclusiones, cuando en realidad esta última etapa merecería un quinto capítulo.

También he de estar en desacuerdo con las afirmaciones de la página 128, donde se dice que la revuelta rifeña de 1921-1927 no fue un enfrentamiento de la “potencia protectora” (las comillas son mías) contra unos rebeldes, sino una guerra de independencia de ciertos territorios del norte del país contra el sultán, escenario en el que una parte del país trató de romper la soberanía nacional marroquí, y que las potencias protectoras, obligadas por el mandato internacional, intervinieron en defensa no de sus propios intereses (que también), sino de la integridad del Estado marroquí, amenazado por la independencia rifeña.

Aunque en su momento se presentó como una revuelta más contra el poder central, vista con perspectiva histórica, la Guerra del Rif fue de hecho uno de los primeros conflictos de descolonización, debido tanto al proto-nacionalismo alentado por Abd el-Krim, como a la puesta en práctica de elementos propios de las guerras revolucionarias posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Estoy en cambio de acuerdo con las afirmaciones plasmadas en la página 132, en cuanto a que durante el período del Protectorado el patrimonio arqueológico se convirtió en una herramienta de propaganda de la acción cultural de la administración española. La acción cultural era una de los mecanismos al servicio de la propaganda política ejercida por las autoridades españolas, empeñadas en mostrar su benéfica acción civilizadora. El objetivo principal de muchos de los trabajos sobre la arqueología y la historia antigua en el Magreb era demostrar, por una parte, el desarrollo que había conocido el Magreb bajo la ocupación romana, y por otra, el atraso de los pueblos que sufrieron y resistieron esa ocupación.

También son un acierto las líneas de investigación que el autor deja abiertas: 1) Los perfiles personales y profesionales de C. Montalbán, T. García Fugueras, P. Quintero y sus colaboradores (C. Giménez Bernal, A. Tomillo Najarro, C. Morán Bardón, A. Mekinasi); 2) La historia de los estudios arqueológicos propiamente dichos; 3) La implementación territorial de la administración del patrimonio.

En la Bibliografía final se distingue una “Bibliografía general” (muy completa en cuanto a la historia de la investigación) de la “Bibliografía específica de Pelayo Quintero”, ordenada en cuatro subapartados. Posiblemente se trata de un efecto (o defecto) procedente de la tesis del autor, que aquí es un sinsentido en la medida que no va acompañada de la bibliografía temática de los otros arqueólogos coprotagonistas.

El caso del protectorado español en Marruecos no es tan diferente de otras experiencias coloniales. La presencia europea en Marruecos en el siglo XIX comenzó con sucesivas intervenciones militares y tratados comerciales que fueron debilitando y endeudando al Majzen (o Estado marroquí), que debía afrontar con reformas una delicada situación interna y el envite de las grandes potencias europeas (Francia, España, Gran Bretaña y Alemania). El choque de los intereses de estas potencias en Marruecos explica los diferentes tratados, acuerdos y conferencias que fueron moldeando el país a la medida de las relaciones de poder de dichas potencias. Desde un principio, el control militar y económico de las colonias fue acompañado de un interés científico de las diferentes realidades naturales, sociales y culturales que se encontraban en los territorios africanos.

En el período de entreguerras, el avance de ideas nacionalistas árabes en los países del Magreb cambió la situación política, cuestionándose la arqueología casi exclusivamente romana, ligada al modelo de colonización territorial. Así, en los años veinte se inició un cambio significativo en la política arqueológica hacia otros temas más allá del mundo romano. A partir de entonces, el Magreb se empezó a concebir como un territorio cerrado y aislado, una “isla” abierta solo a influencias orientales. Este giro teórico puede entenderse como una respuesta ideológica europea al fin de su dominio en un contexto de descolonización, acabando con las teorías históricas legitimadoras de la colonización propias del primer tercio del siglo XX.

Queda mucho por hacer en este campo. Un análisis más profundo de la documentación debería poner en evidencia distinciones y diferencias más profundas que se articulan en el tiempo y en el espacio, y que dependen de factores económicos, ideológicos y, no en menor importancia, humanos.

Profundizando en la relación entre el conocimiento arqueológico y su contexto social podemos ver el origen de muchas ideas que han estado vigentes tras 1956 en la investigación de la arqueología española y marroquí. Más allá de la antigüedad clásica, existen excelentes trabajos sobre los estudios prehistóricos en Marruecos (Ramos, 2008Ramos, J., Pérez, M., Domínguez, J. C. y Vijande, E. (2008). “El africanismo en los estudios pre- y proto-históricos. La aportación de Miguel Tarradell”. En: Bernal, D., Raissouni, B., Ramos, J., Zouak, M. y Parodi, M. (Eds.). En la orilla africana del Círculo del Estrecho. Historiografía y proyectos actuales. Actas del II Seminario Hispano-Marroquí de especialización en Arqueología. Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, pp. 105-142.; Almisas-Cruz, 2017Almisas-Cruz, S. (2017). “Historiografía del Neolítico en el Marruecos francés (1875-1956). Contexto social de producción y desarrollo del conocimiento”. En: Sahnouni, M. y Rios Garaizar, J. (Eds.). Proceedings of the II Meeting of African Prehistory. Burgos: CENIEH, pp. 463-509.) y también sobre la arqueología medieval (Cressier, 2009Cressier, P. (2009). “Archéologie du Maghreb islamique, archéologie d’al-Andalus, archéologie espagnole?”. En: Marín, M. (coord.). Al-Andalus-España, Historiografías en contraste, siglos XVII-XXI. Colección de la Casa de Velázquez 109. Madrid: Casa de Velázquez, pp. 131-145. ). En cuanto a la arqueología francesa e italiana en el Magreb puede consultarse, por ejemplo, el artículo de Salima Naji (2011)Naji, S. (2011). “Archéologie coloniale au Maroc, 1920-1956: civiliser l’archaïque”. Les nouvelles de l’archéologie, 126, pp. 23-28. DOI: https://doi.org/10.4000/nda.1166 y el libro de Marta Petricioli (1990)Petricioli, M. (1990). Archeologia e Mare Nostrum. Le missioni archeologiche nella política mediterránea dell’Italia 1898/1943. Roma: Valerio Levi Editore..

BIBLIOGRAFÍA

 

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