Archivo Español de Arqueología 95
enero-diciembre 2022, e10
ISSN: 0066-6742, eISSN: 1988-3110, ISSN-L: 0066-6742
https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.10

Archivo Español de Arqueología. Un análisis historiográfico*Este trabajo se inscribe dentro del proyecto de investigación “Paisaje y territorio militarizado en la Hispania romana: movilidad y transferencia cultural (ss. II a.C.-IV d.C.)” (I+D HAR2017-85929-P), concedido por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (MINECO), a la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), cuyos investigadores principales son Ángel Morillo y Cruces Blázquez Cerrato. Agradecemos a los evaluadores anónimos las indicaciones y sugerencias efectuadas en su ánimo de mejorar este trabajo.

Archivo Español de Arqueología. A historiographic analysis

Jesús Salas Álvarez

Universidad Complutense de Madrid

https://orcid.org/0000-0002-7364-4347

Rosalía María Durán Cabello

Universidad Complutense de Madrid

https://orcid.org/0000-0002-9896-7716

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo es ofrecer un análisis historiográfico preliminar de la revista Archivo Español de Arqueología desde su nacimiento en 1925 como Archivo Español de Arte y Arqueología hasta el año 2019. Este largo periodo se ha dividido en varias etapas en razón de los cambios en su estructura, organización y orientación temática, relacionándolas con los cambios que ha experimentado la Arqueología española durante casi un siglo. Finalmente se avanzan algunas consideraciones generales, estableciendo futuras líneas de investigación historiográfica para analizar de forma más detallada en el futuro.

Palabras clave: 
revistas de Arqueología; historiografía arqueológica; Arqueología española.
ABSTRACT

The aim of this paper is to present a preliminary historiographic analysis of the journal Archivo Español de Arqueología from its birth in 1925 as the Archivo Español de Arte y Arqueología until 2019. This long period has been divided into several stages due to the changes in its structure, organization, and thematic orientation, relating them to the changes that Spanish archaeology has experienced for almost a century. Finally, some general considerations are advanced, establishing future lines of historiographic research to be analyzed in more detail in the future.

Keywords: 
journals about Archaeology; Archaeological historiography; Spanish Archaeology.

Enviado: 06-04-2021. Aceptado: 14-01-2022. Publicado online: 13-07-2022

Cómo citar este artículo/Citation: Salas Álvarez, J. y Durán Cabello, R. M. (2022). “Archivo Español de Arqueología. Un análisis historiográfico”. Archivo Español de Arqueología, 95, e10. https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.10

CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN

 

Este trabajo debe enmarcarse en una línea de trabajo desarrollada en los últimos años sobre el análisis historiográfico de las publicaciones arqueológicas (Armada, 2017Armada, X. L. (2017). “Las revistas de arqueología en España”. En: Ruiz Zapatero, G. (Coord.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 90-91.), que cuenta con algunos ejemplos significativos, como son los casos de Ampurias (Gracia, 2012Gracia Alonso, F. (2012). Arqueologia i política. La gestió de Martín Almagro Basch al capdavant del Museu Arqueològic Provincial de Barcelona (1939-1962). Barcelona: Universitat de Barcelona.), si bien de una forma parcial, y de Pyrenae (Gracia, 2015Gracia Alonso, F. (2015). “Història de Pyrenae, Cinquanta anys de recerca i difusió de l’Arqueologia a la Universitat de Barcelona (1965-2015)”. Pyrenae, 46 (1), pp. 13-37.), en este caso desde una perspectiva meramente organizativa. También se han realizado análisis, en este caso de carácter bibliométrico, sobre Trabajos de Prehistoria (Rodríguez Yunta, Vidal y Martínez Navarrete, 2019Rodríguez Yunta, L.; Vidal Liy, J. I. y Martínez Navarrete, M. I. (2019). “Análisis bibliométrico de la revista Trabajos de Prehistoria en el contexto de las revistas españolas de Arqueología y Prehistoria recogidas por Scopus e ÍnDICEs CSIC”. Trabajos de Prehistoria, 76 (2), pp. 7-26. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2019.12233 ) y sobre la propia Archivo Español de Arqueología (en adelante AEspA) (Rodríguez Yunta y Vidal, 2020Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ).

También se han publicado acercamientos historiográficos a la Arqueología española del siglo XX a partir del estudio de las fuentes orales, en forma de memorias o entrevistas con arqueólogos e historiadores. En este sentido, destacaríamos las entrevistas a llevadas a cabo a historiadores de Historia Antigua (Wulff et al., 2016Wulff, F.; López Domech, R.; González Blanco, A. y Ortuño Rodríguez, E. (2016). La creación de la Historia Antigua en España en los años sesenta del siglo XX. Conversaciones con sus fundadores. Madrid. Universidad Carlos III de Madrid. https://portal.uc3m.es/portal/page/portal/inst_hist_julio_caro_baroja/estructura/Grupo_investigacion/historiografia_historia_religiones/historia_oral_disciplina/HistoriaAntigua_0.pdf ), la interviú realizada a Antonio Gilman Guillén en Trabajos de Prehistoria (Vicent, Díaz del Río y Martínez Navarrete, 2020aVicent, J. M.; Díaz del Río, P.; Martínez Navarrete, M.ª I. (2020a). “Una entrevista a Antonio Gilman Guillén. Primera parte”. Trabajos de Prehistoria, 77 (1), pp. 7-29. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2020.12244 , 2020bVicent, J. M.; Díaz del Río, P.; Martínez Navarrete, M.ª I. (2020b). “Una entrevista a Antonio Gilman Guillén. Segunda parte”. Trabajos de Prehistoria, 77 (2), pp. 215-236. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2020.12253), las entrevistas llevadas a cabo por Enrique Baquedano a diversos prehistoriadores y arqueólogos1 https://www.youtube.com/playlist?list=PL0AC1F6EEF983A68A [Fecha consulta 17.01.2022], o las semblanzas de investigadoras dadas a conocer dentro del más reciente Proyecto de I+D+i Recuperando la memoria: recorridos femeninos en la historia de la arqueología española (siglos XIX y XX) (ArqueólogAs), dirigido por Margarita Díaz-Andreu de la Universidad de Barcelona2 https://www.ub.edu/arqueologas/proyecto/?reload=439029 [Fecha consulta 17.01.2022].. Recientemente, se ha publicado un trabajo sobre la presencia de autoras en las revistas científicas españolas de Arqueología (Pastor y Mateo, 2022Pastor Quiles, M. y Mateo Corredor, D. (2022): “(Still) a man’s world. Análisis de la evolución de la presencia de autoras en revistas científicas españolas de Arqueología (1970-2020)”. Archivo Español de Arqueología, 95, e02. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.02 ).

En el año 2002, con motivo del 50 aniversario de la creación del Instituto de Historia del CSIC y del 75 aniversario de Archivo Español de Arqueología, que puede considerarse la decana de las revistas científicas españolas de temática arqueológica y una de las más valoradas, Gloria Mora realizó un estudio historiográfico sobre AEspA hasta el año 2001, en el que distinguió distintas etapas, que relacionó con los cambios ocurridos en el contexto político e ideológico español a lo largo de la vigencia de la revista (Mora, 2002, p. 5Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ). A este trabajo habría que unir otras publicaciones que han analizado la bibliometría de la revista (García del Toro et al., 1997García del Toro, M. A.; García Avolio, J. L.; Juarez Pérez, M. y López Guerao, M. A. (1999). “Estudio bibliométrico de la revista Archivo Español de Arqueología: foro nacional de investigación arqueológica”. XXIV Congreso Nacional de Arqueología (Cartagena 1997), Murcia: Instituto de Patrimonio Histórico. Vol. 5, pp. 329-338.), en particular la publicada por Rodríguez Yunta y Vidal (2020)Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 , proponiendo una aproximación a su historia a través de una serie de datos estadísticos que, aunque a priori puedan parecer áridos y poco atrayentes, nos informan de la evolución epistemológica y temática de la revista desde su fundación. Dichos datos permiten comprobar fehacientemente la transformación experimentada en España por la disciplina arqueológica a lo largo de casi un siglo, a través tanto de las temáticas que aparecen como de los investigadores que las publican.

En el presente trabajo3Agradecemos a Indira de Choudens Martínez su ayuda con la realización de las tablas gráficas que se acompañan al presente trabajo., se han analizado un total de 1650 artículos y notas de investigación, elaboradas por 977 autores. El método de análisis ha consistido en cuantificar, hasta 2019, las cifras y ordenar los temas incluidos en el Sumario y el Noticiario y los autores más representados. De momento no abordamos otras cuestiones como el análisis de citas, el contenido de recensiones, el vaciado de los archivos o el comentario sobre las formas de presentación gráfica, que restarían para un posterior examen más detenido4Tampoco se han analizado otros datos de la publicación, como pueden ser la estructura económica de la revista, la evolución de las subvenciones, número de artículo por cada volumen y de ejemplares de las tiradas, política de intercambio y suscriptores, descargas y citaciones, etc., lo que habría aumentado considerablemente el número de páginas de este artículo y no ser, estrictamente, el objetivo fundamental de este análisis historiográfico. En cualquier caso, en estos apartados nos remitidos a lo ya publicado (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020)..

En este estudio se establece una periodización en la historia de la revista, en la que se consideran tanto el contexto político e ideológico, que implicó cambios trascendentales derivados, por ejemplo de la Ley de Reforma Universitaria (1983) o el traspaso de competencias en Arqueología a las comunidades autónomas (1985), como otras variables de carácter institucional y organizativo: cambios en la dirección y equipo editorial de la revista, que provocaron transformaciones conceptuales y variación de las líneas, todo ello en estrecha relación con la renovación de la disciplina arqueológica a lo largo de casi un siglo de historia.

2. PRIMERA ETAPA: 1925-1938

 

En 1925 aparece la revista Archivo Español de Arte y Arqueología, en adelante AEAA (Fig. 1), como órgano de difusión de la Sección de Arte y Arqueología, creada en 1913 en el seno del Centro de Estudios Históricos (en adelante, CEH), con la intención de prestar atención sobre “aquellos problemas que nos tocan más de cerca, no solo por el mayor interés que su proximidad haya de despertar, sino porque, estando las fuentes en nuestro propio suelo, tenemos el deber de no dejar que los extraños monopolicen su descubrimiento”5Real Decreto de 18 de marzo de 1910, publicado en la Gaceta de Madrid n.º 78, de 19 de marzo de 1910, pp. 582-583..

medium/medium-AESPA-95-e10-gf1.png
Figura 1.  Número 1 de Archivo Español de Arte y Arqueología 1925 (Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, Ministerio de Cultura y Deporte, España).

La revista, que debemos incluir dentro del contexto de otras publicaciones surgidas en el seno del CEH (Mora, 2002, pp. 8-9Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ), venía a ser el reflejo de los objetivos fundacionales de la institución, según los cuales se prestaría atención a la investigación de fuentes escritas y a los estudios de obras artísticas y arqueológicas, pero siempre con la finalidad, como se postulaba en el art. 2 del decreto fundacional, de dar a conocer la Historia de España, a través de los restos proporcionados por las excavaciones arqueológicas o provenientes de fondos y documentos conservados en archivos, museos y monumentos6El art. 2 del Real Decreto de 18 de marzo de 1910, hace mención a las “misiones científicas, excavaciones y exploraciones para el estudio de monumentos, documentos [...] y, en general, cuanto pueda ser fuente de conocimiento histórico”..

Esta es quizá una de las etapas menos conocidas de la revista desde el punto de vista historiográfico. La asociación de la Arqueología y la Historia del Arte dentro de una misma revista científica impulsada desde el principal órgano de investigación del Estado respondía al concepto decimonónico que entendía por Arqueología la recopilación y análisis descriptivo de obras de arte clásico, así como el estudio de monumentos antiguos de notable entidad, aún muy vigente durante las primeras décadas del siglo XX.

La revista estuvo codirigida en sus inicios por Manuel Gómez-Moreno y por Elías Tormo, directores, respectivamente, de las secciones de Arqueología y de Arte y catedráticos, ambos, en la Universidad Central. El secretario de la publicación fue Francisco Javier Sánchez Cantón, discípulo de Tormo y profesor auxiliar de Historia del Arte en la Universidad Central. Esta estructuración se mantuvo hasta 1932, cuando Gómez-Moreno y Tormo cesaron en la dirección de la revista, que, a partir de este momento, fue asumida exclusivamente por Sánchez Cantón. Sin duda la llegada de la República unos meses atrás no debió ser ajena a este reposicionamiento.

AEAA nació como una publicación de carácter cuatrimestral, dedicada casi exclusivamente a temas españoles, y en la que también se plasma la dualidad de la Sección del CEH en la que se encuadraba. La subsección de Arqueología se encargaba de las etapas prehistórica, romana y medieval y la subsección de Arte centró sus estudios en el Renacimiento y en épocas posteriores (Mora, 2002, p. 10Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ; Cabañas, 2010, pp. 184-185Cabañas Bravo, M. (2010). “La investigación en Historia del Arte en el Centro de Estudios Históricos de la JAE”. En: Sánchez Ron, J. M. y García Velasco, J. (Eds.). 100 JAE. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas en su Centenario. Tomo II. Madrid: Residencia de Estudiantes, pp. 181-193.).

Pese a estas diferencias, la publicación mantuvo a lo largo de su existencia la misma estructura hasta su interrupción en 1938, en plena guerra civil, aunque el número de artículos variase anualmente (Fig. 2). Siempre se inició con un Sumario, que incluía diversos artículos, seguido por una sección denominada Varia, que incluía pequeños estudios de temática diversa, tras la que aparecía una sección de Bibliografía, donde se realizaban reseñas de libros y artículos. Un esquema, tal y como ha sugerido G. Mora, muy similar al del Bulletin Hispanique (Mora, 2002, p. 10Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ).

medium/medium-AESPA-95-e10-gf2.png
Figura 2.  Número de artículos publicados anualmente por Archivo Español de Arte y Arqueología entre 1925 y 1937 (elaboración propia).

Entre los propios autores de los artículos distinguimos tres grandes grupos (Fig. 3). De una parte, los discípulos de Tormo (Arciniega, 2016Arciniega García, L. (2016). “El Centro de Estudios Históricos, colmena de investigadores”. En Arciniega García, L. (Coord.). Elías Tormo, apóstol de la historia del arte en España. València: Institució Alfons el Magnànim, pp. 107-112.), que se dedicaban más a la Historia del Arte: Antonio García y Bellido (Blázquez, 1995Blázquez Martínez, J. M.ª (1995). “Tres arqueólogos españoles del siglo XX: los profesores A. García y Bellido, A. Blanco y J. Maluquer de Motes”. VII Jornadas de Arte. Historiografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. Madrid: CSIC, pp. 87-196.; Blánquez y Pérez, 2004Blánquez Pérez, J. y Pérez, M. (2004). Antonio García y Bellido. Misceláneas. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.), Enrique Lafuente Ferrari y Francisco Javier Sánchez Cantón (Cabañas, 2010Cabañas Bravo, M. (2010). “La investigación en Historia del Arte en el Centro de Estudios Históricos de la JAE”. En: Sánchez Ron, J. M. y García Velasco, J. (Eds.). 100 JAE. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas en su Centenario. Tomo II. Madrid: Residencia de Estudiantes, pp. 181-193.). De otra parte, se encontraban los discípulos de Gómez Moreno, que realizaban trabajos de corte “más arqueológico”: Juan de Mata Carriazo y Arroquia (Carriazo, 2001Carriazo Rubio, J. L. (Coord.) (2001). Juan de Mata Carriazo y Arroquia: perfiles de un centenario (1899-1999). Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.; Mederos, 2010aMederos Martín, A. (2010a). “Una trayectoria rota. Juan de Mata Carriazo, Catedrático de Prehistoria e Historia de España Antigua y Media de la Universidad de Sevilla”. Spal-Revista de Prehistoria y Arqueología, 19, pp. 61-96. DOI: https://doi.org/10.12795/spal.2010.i19.03 ), Emilio Camps (Mederos, 2018Mederos Martín, A. (2018). “Emilio Camps Cazorla, profesor ayudante de Gómez-Moreno y director electo del Museo Arqueológico Nacional (1903-1952)”. Spal-Revista de Prehistoria y Arqueología, 27(2), pp. 287-314. ; Salve, 2019Salve Quejido, V. (2019). “Emilio Camps Cazorla (1903-1952)”. En: 150 años de una profesión: de anticuarios a conservadores. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Vol. II, pp. 499-509. ) y Cayetano de Mergelina (Mederos, 2010bMederos Martín, A. (2010b). “Cayetano de Mergelina, catedrático de arqueología y director del Museo Arqueológico Nacional”. BSAA Arqueología, 76, pp. 179-212.; García Jiménez, 2016García Jiménez, I. (2016). “Cayetano de Mergelina, arqueólogo sanluqueño”. En: Parodi Álvarez, M. (Coord.). Arqueólogos por el Bajo Guadalquivir en la primera mitad del Siglo XX (IIIª Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir). Sanlúcar de Barrameda (Cádiz): Fundación Casa Medina Sidonia, pp. 119-133.).

medium/medium-AESPA-95-e10-gf3.png
Figura 3.  Investigadores que participaron en Archivo Español de Arte y Arqueología y sección en la que se encuadraron (elaboración propia).

Mención aparte es el caso de Diego Angulo Íñiguez7La tesis doctoral de Angulo versaba sobre Arquitectura mudéjar sevillana de los siglos XIII, XIV y XV y fue codirigida por Tormo y Gómez-Moreno., quien desde 1925 ya era catedrático en Granada, desde donde colaboró con el CEH, publicando tanto trabajos de corte artístico como arqueológico (Mateo, 2001Mateo Gómez, I. (Coord.) (2001). Diego Angulo Íñiguez, historiador del arte. Madrid: CSIC.; Pasamar y Peiró, 2002, pp. 81-83Pasamar Alzuria, G. y Peiró Martín, I. (2002). Diccionario Akal de historiadores españoles contemporáneos (1840-1980). Madrid: Akal.; Cabañas, 2010, pp. 81-193Cabañas Bravo, M. (2010). “La investigación en Historia del Arte en el Centro de Estudios Históricos de la JAE”. En: Sánchez Ron, J. M. y García Velasco, J. (Eds.). 100 JAE. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas en su Centenario. Tomo II. Madrid: Residencia de Estudiantes, pp. 181-193.).

Años después, la mayoría de ellos logró el prestigio y el reconocimiento académico, tanto en el campo de la Historia del Arte como en el de la Arqueología, ingresando en las universidades y museos o bien formando parte de las instituciones defensoras del patrimonio histórico español.

A estos dos grupos, habría que añadir un tercero, compuesto por arqueólogos y arquitectos. Entre los primeros estaban Juan Cabré (González Reyero, 1999González Reyero, S. (1999). “D. Juan Cabré Aguiló (1882-1947). Los trabajos de cultura ibérica de un pionero”. En: Blánquez Pérez, J. y Roldán Gómez, L. (Eds.). La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria. Madrid: Patrimonio Nacional, vol. 1, pp. 87-94.; Blánquez y Rodríguez, 2004Blánquez Pérez, J. y Rodríguez Nuere. B. (Eds.) (2004). El arqueólogo Juan Cabré (1882-1947). La fotografía como técnica documental. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.), Julio Martínez Santa-Olalla (Roldán y Blánquez, 2011Roldán Gómez, L. y Blánquez Pérez, J. (2011). “Julio Martínez Santa-Olalla, una biografía pendiente (1905-1972)”. En: Roldán Gómez, L. y Blánquez Pérez, J. (Coords.). Carteia III. Madrid: Junta de Andalucía, pp. 105-120.), José Pérez de Barradas (Salas Vázquez, 2008Salas Vázquez, E. (Ed.) (2008). Arqueología. América. Antropología. José Pérez de Barradas (1879-1981). Madrid: Ayuntamiento.) y Alejandro Ramos Folqués (Ronda, 2018bRonda Femenía, A. M.ª (2018b). “Revisión de los testimonios y documentos sobre el lugar del hallazgo de la Dama de Elche. La “fita” de Pedro Ibarra y la recreación de Ramos Folqués”. Archivo Español de Arqueología, 91, pp. 279-303. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.091.018.014 ), mientras que entre los segundos se encontraban Ricardo de Orueta, Francisco Íñiguez y Félix Hernández Jiménez. Todos ellos compartieron la circunstancia de estar vinculados como colaboradores a una u otra sección, aunque sus directores de tesis doctorales nunca estuvieron asociados al CEH. A pesar de ello, en los años posteriores jugaron un destacado papel en la investigación y protección del patrimonio arqueológico y monumental español.

Merece la pena destacar el caso de J. Cabré, quien en 1917 dejó de ser miembro de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (De la Rasilla, 1997De la Rasilla Vives, M. (1997). “La Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas y la Arqueología Prehistórica en España (1913-1935)”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 431-437., 2004De la Rasilla Vives, M. (2004). “La Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas: algunas consideraciones sobre su andadura y economía”. Zona Arqueológica, 4 (4), pp. 325-343.) y pasó a formar parte del grupo de colaboradores del CEH, siendo encargado por Gómez-Moreno para la realización de estudios sobre el mundo ibérico (Polack, 2018, pp. 508-510Polack, G. (2018). Los legados documentales en la historiografía arqueológica española: el CeDap de la UAM y el ejemplo de Juan Cabré Aguiló (1882-1947). Tesis doctoral inédita. Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad Autónoma de Madrid. http://hdl.handle.net/10486/683957 ).

En el conjunto de los temas abarcados por la revista AEAA predominan, mayoritariamente, los temas de Historia del Arte sobre los de Arqueología (Fig. 2), a pesar de que el primer artículo del número 1 de la revista, elaborado por J. Cabré, versaba sobre la cámara sepulcral de Toya (González Reyero, 2019González Reyero, S. (2019). “El descubrimiento de Toya en su contexto: la aportación de Juan Cabré Aguiló”. En: Bellón Ruiz, J. P. y Moreno Padilla, M.ª I. (Coords.). Cien años de arqueología de un monumento: la cámara de Tugia. Jaén: Instituto de Estudios Giennenses, pp. 45-66.), que había descubierto en 1913 y excavado años después, o el trabajo de Mergelina sobre las ruinas de la antigua Bobastro (Mesas de Villaverde, Ardales, Málaga).

Esto es debido a que tanto en el ámbito universitario como en el CEH se seguía practicando la denominada “Arqueología artística” (Salas Álvarez, 2021, p. 662Salas Álvarez, J. (2021). “La enseñanza de la Arqueología clásica en la Universidad Central en el primer tercio del Siglo XX”. En Andrés Carretero, A.; Castellano, M.; Moreno Conde, M. y Papí Rodes, C., coord., Abantos. Homenaje a Paloma Cabrera Bonet. Madrid: Ministerio de Cultura y Deportes, pp. 661-670.), que no tenía nada que ver con la disciplina que se venía desarrollando por la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades y su sucesora la Junta de Defensa del Tesoro Artístico (Díaz-Andreu, 2003Díaz-Andreu, M. (2003). “Arqueología y dictaduras: Italia, Alemania y España”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 33-74.; Beltrán y Cortadella, 2017, pp. 54-57Beltrán Fortes, J. y Cortadella Morral J. (2017). “La consolidación de la arqueología moderna (1912-1960)”. En: Ruiz Zapatero, G. (Coord.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 53-81.), donde la metodología empleada (Salas Álvarez, 2017, pp. 432-433Salas Álvarez, J. (2017). “Apuntes para un estudio sobre la evolución de la metodología arqueológica en España entre mediados del XIX y comienzos del XX”. En: Ayarzagüena Sanz, M.; Mora, G. y Salas Álvarez, J. (Eds.). 150 años de Historia de la Arqueología: Teoría y Método de una disciplina. Madrid: SEHA, pp. 419-438.), era totalmente distinta a la aplicada por la Arqueología de corte artístico.

El concepto “Arqueología artística” tiene su base en una serie de artículos escritos por Giner de los Ríos (Giner, 1936Giner de los Ríos, F. (1936). Arqueología artística de la Península. Madrid: Espasa Calpe.), posteriormente recogidos en su obra Arqueología artística de la Península que, basándose en los postulados del krausismo, respondía a un proyecto de “una arqueología sobre nuestro patrimonio artístico, en la que se diera cuenta de su valor, su análisis histórico-artístico, su estado actual y las pautas para su conservación” (Pinilla, 2010, pp. 211-212Pinilla Burgos, R. (2010). “La «Arqueología artística de la Península» de Francisco Giner de los Ríos y la contribución del krausoinstitucionismo a una historiografía crítica del arte”. En: Mora García, J. L.; Mandado Gutiérrez, R. E.; Gordo Piñar, G. y Noguereles Jové, M. (Coords.). La filosofía y las lenguas de la Península Ibérica. Santander: Institut d´Estudis Catalans, pp. 209-228.), y en la que siempre fueron fundamentales tanto las visitas como la observación directa de los monumentos.

En esta misma corriente hay que insertar a E. Tormo, quien, en el discurso de apertura del Curso Académico 1909-1910 de la Universidad Central, defendía que las Bellas Artes tenían justificada su presencia en los planes de estudios universitarios por tratarse de “una ciencia humanística que ahonda en la historia de la cultura a través de algunos restos materiales de la civilización y por ello es una ciencia auxiliar de la Historia” (Arciniega, 2014, p. 20Arciniega García, L. (2014). Elías Tormo y Monzó (1869-1957) y los inicios de la Historia del Arte en España. Granada: CEHA.). Y que la Historia de las Bellas Artes debía denominarse en realidad Arqueología artística, puesto que “mira a un pasado, que todavía no ha pasado, á obra que hoy, en nuestros museos, templos ó colecciones, tiene viva, y no pasada, su propia y prístina virtualidad comunicativa y parlante” (Tormo, 1909, pp. 14-15Tormo Monzó, E. (1909). Las Bellas Artes, nueva entre las disciplinas universitarias. Universidad Central, discurso leído en la solemne inauguración del curso académico de 1909 a 1910. Madrid: Imprenta Colonial.).

Idea semejante parece también subyacer en otro de los proyectos del CEH, como fueron las Misiones de Arquitectura, desarrollado por el arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno, y cuya materialización física fueron las denominadas Cartillas de Arquitectura Española, en las que participaron los miembros de la Sección de Arte y Arqueología del CEH: Carriazo y Arroquia elaboró una monografía sobre arquitectura tartésica; García y Bellido una obra sobre arquitectura romana en España y Camps realizó dos monografías, una sobre arquitectura visigoda y asturiana y otra sobre Arqueología califal y mozárabe.

La propia presencia de una figura como Gómez-Moreno justifica el predominio de los estudios dedicados al Arte y la Arqueología medieval dentro de la temática arqueológica, mientras la Arqueología clásica y la prerromana, englobando dentro de esta a la Arqueología protohistórica y, en menor medida, a la prehistórica, presentan un peso menor.

Se trataron temas de arte paleolítico y postpaleolítico, gracias a los trabajos de J. Cabré y de Fermín de Bouza-Brey; el mundo prerromano céltico tuvo cabida con los trabajos de J. Cabré; para los referidos al mundo tartésico tenemos las aportaciones de Carriazo y Arroquia y de Manuel Esteve Guerrero (González Rodríguez, 2016González Rodríguez, R. (2016). “Manuel Esteve Guerrero: arqueólogo y fundador del Museo Arqueológico Municipal de Jerez de la Frontera”. En: Parodi Álvarez, M. (Coord.). Arqueólogos por el Bajo Guadalquivir en la primera mitad del Siglo XX (IIIª Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir). Sanlúcar de Barrameda (Cádiz): Fundación Casa Medina Sidonia, pp. 157-179.), y enfocadas a la cultura ibérica están las contribuciones de Cabré, García y Bellido y Ramos Folqués. El mundo romano estuvo representado en los artículos de Antonio Vives y Escudero (Mederos, 2014Mederos Martín, A. (2014). “Antonio Vives y Escudero, coleccionista, arqueólogo y primer catedrático de numismática de la Universidad de Madrid”. En: Ferrando Ballester, C. y Costa Ribas, B. (Eds.). In amicitia miscel·lània d’estudis en homenatge a Jordi H. Fernández. Ibiza: Museu Arqueològic d’Evissa i Formentera, pp. 417-431.) y de Joaquín María de Navascués (López Rodríguez, 2018López Rodríguez, J. R. (2018). “Aportaciones a la museografía y la arqueología españolas: Joaquín María de Navascués, director del Museo Arqueológico Nacional”. En: Carretero Pérez, A.; Papí, C. y Ruiz Zapatero, G. (Coords.). Arqueología de los museos. 150 años de la creación del Museo Arqueológico Nacional: actas del V Congreso Internacional de Historia de la Arqueología / IV Jornadas de Historia SEHA - MAN. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pp. 449-470.). Sobre Tardoantigüedad y Alta Edad Media publicaron Carriazo y Arroquia, Martínez Santa-Olalla, Pérez de Barradas y Mergelina, además del propio Gómez-Moreno. Además, aparecieron las primeras publicaciones sobre una embrionaria “Arqueología subacuática”, gracias a los estudios del historiador y contraalmirante Julio Guillén Tato.

De los 81 autores que participaron en la revista a lo largo de estos años, destacan por volumen de trabajos Sánchez Cantón (17 artículos), Gómez-Moreno (14 artículos), Tormo (13 artículos), Cabré (10 trabajos), Angulo (8 artículos), Carriazo y Arroquia (7 trabajos) y García y Bellido (7 trabajos). Un aspecto digno de mención es la presencia de únicamente tres autoras, todas ellas formando parte de publicaciones de conjunto: Encarnación Cabré (Baquedano, 2006Baquedano Beltrán, I. (2006). “Doña Encarnación Cabré: sus trabajos arqueológicos en Guadalajara y en la colección Cerralbo”. En: García-Soto Mateos, E., García Valero, M.A. y Martínez Naranjo, J.P. (Coords.). Actas del Segundo Simposio de Arqueología de Guadalajara. Sigüenza (Guadalajara): Centro de Profesores, pp. 489-516.), María Elena Gómez-Moreno y Matilde López Serrano, con una aportación cada una de ellas.

También hemos observado cómo a lo largo del tiempo se fueron produciendo cambios en las líneas de investigación de los autores, que pasan de la Historia del Arte a la Arqueología, o viceversa, o bien simultanean ambos estudios. Un caso paradigmático es José María Luengo Martínez, miembro de la Comisión de Monumentos de León, cuyo primer trabajo publicado en la revista fue sobre las explotaciones auríferas romanas en Rabanal del Camino (León) y el segundo sobre el calvario gótico de Trobajo de Cerecedo (León). Otro ejemplo similar fue García y Bellido, quien, inicialmente, publicó una serie de artículos sobre la familia Churriguera, tema central de su tesis doctoral, dirigida por E. Tormo. Si bien, a partir de 1931, y tras conseguir la cátedra de Arqueología de la Universidad Central (Blánquez y Pérez, 2004, p. 36Blánquez Pérez, J. y Pérez, M. (2004). Antonio García y Bellido. Misceláneas. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.), dio un giro en la temática de sus publicaciones, que pasaron a centrarse en la Arqueología ibérica, iniciándose con el magnífico estudio sobre la Bicha de Balazote y las relaciones del arte ibérico con Etruria y Grecia.

Tan importante como la nómina de autores que participaron en la revista son las ausencias. En primer lugar, es destacable el caso de José Ramón Mélida Alinari, catedrático de Arqueología de la Universidad Central hasta su jubilación en 1929 (Díaz-Andreu, 2004Díaz-Andreu, M. (2004). “Mélida: génesis, pensamiento y obra de un maestro”. En: Mélida, J. R. Arqueología española. Edición de M. Díaz-Andreu. Pamplona: Urgoiti, pp. IX-CXCIX.; Casado, 2006Casado Rigalt, D. (2006). José Ramón Mélida (1856-1933) y la arqueología española. Madrid: Real Academia de la Historia.; Mederos, 2013Mederos Martín, A. (2013). “La etapa final de los arqueólogos de la Escuela Superior de Diplomática. José Ramón Mélida, Catedrático de Arqueología y Director del Museo Arqueológico Nacional (1912-1930)”. BSAA Arqueología, 79, pp. 77-225.; Mederos, 2015), quien nunca llegó a publicar en AEAA, a pesar de realizar las primeras monografías sobre Arqueología en nuestro país y que durante mucho tiempo fueron los únicos manuales universitarios sobre la materia. Una posible explicación a esta ausencia podría ser la mala relación, académica y profesional, que Mélida mantuvo con Gómez-Moreno a raíz de obtener en 1911 la cátedra de Arqueología de la Universidad Central (Díaz-Andreu, 2004, pp. XCVI y CIV-CVIDíaz-Andreu, M. (2004). “Mélida: génesis, pensamiento y obra de un maestro”. En: Mélida, J. R. Arqueología española. Edición de M. Díaz-Andreu. Pamplona: Urgoiti, pp. IX-CXCIX.).

Entre los investigadores que tampoco llegaron a publicar en la revista, pese a gozar de un gran prestigio y reconocimiento en esta época, se encuentra Hugo Obermaier (Mederos, 2010-2011Mederos Martin, A. (2010-2011). “Hugo Obermaier, el duro camino hacia la cátedra de historia primitiva del hombre (1877-1922)”. Boletín de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, 46, pp. 235-260.), catedrático de Historia Primitiva del Hombre de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, y que había sido uno de los primeros sistematizadores de la Prehistoria española, y muy bien conectado con García y Bellido (Mora, 2019Mora Rodríguez, G. (2019). “Antonio García y Bellido y Hugo Obermaier: contexto intelectual e historia de una amistad epistolar”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 53-68.). Igual ocurrió con Pere Bosch Gimpera (Gracia, 2011Gracia Alonso, F. (2011). Pere Bosch Gimpera: universidad, política, exilio. Madrid: Marcial Pons. ), catedrático de Prehistoria e Historia Antigua en la Universidad de Barcelona, cuya obra Etnología de la Península Ibérica (1932) fue la primera monografía sistemática sobre el Bronce Final y las culturas prerromanas de la península ibérica, y que combinaba las fuentes clásicas con los datos obtenidos en excavaciones y trabajos de campo (Cortadella, 2003Cortadella i Morral, J. (2003). “Historia de un libro que se sostenía por sí mismo”. En: Bosch Gimpera, P. Etnología de la Península Ibérica. Edición de J. Cortadella Morral. Pamplona: Urgoiti, pp. VIII-CCXLI.).

Tampoco tuvieron reflejo en los trabajos publicados en AEAA hechos tan significativos como el IV Congreso Internacional de Arqueología (Barcelona, 1929), en el que participaron numerosos investigadores españoles, como demostración de las relaciones internacionales de la Arqueología española de ese momento (Casado y Mederos, 2020Casado Rigalt, D. y Mederos Martín, A. (2020). “La proyección exterior de la arqueología española a través de los congresos arqueológicos internacionales (1900-1936)”. Lucentum, XXXIX, pp. 329-348. DOI: https://doi.org/10.14198/LVCENTVM2020.39.14 ) o El Crucero Universitario por el Mediterráneo (1933) (Gracia y Fullola, 2006Gracia Alonso, F. y Fullola Pericot, J. M.ª (2006). El sueño de una generación. El Crucero Universitario por el Mediterráneo de 1933. Barcelona: Universitat de Barcelona.), y en el que participaron numerosos miembros de la Sección de Arte y Arqueología del CEH y colaboradores de la revista AEAA.

No cabe duda de que nos encontramos ante distintos grupos de investigadores, con muy diferentes relaciones, intereses y medios de expresión, ajenos en este caso a los de Gómez-Moreno y el CEH. Un ejemplo en este sentido fueron las monografías Memorias de la Junta Superior de Excavaciones Arqueológicas, que permanecieron hasta 1933, en las que se publicaron los resultados de las intervenciones arqueológicas sufragadas por este órgano entre 1912 y 1933. También debemos recordar la fundación casi en paralelo de otras revistas, como Archivo de Prehistoria Levantina, instituida en 1928, o el Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología de Valladolid, con un concepto muy semejante a AEAA, que comenzó a publicarse en 1932 (Mora, 2002, p. 11Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ). Ambas recogen también temas arqueológicos, aunque vinculados a otros investigadores y escuelas. Otro caso lo constituye el Anuario de Prehistoria Madrileña, editado entre 1930 y 1936 por el Servicio de Investigaciones Prehistóricas (De Carrera y Martín, 1997De Carrera, E. y Martín Flores, A. (1997). “Las instituciones arqueológicas del Ayuntamiento de Madrid: el Servicio de Investigaciones Prehistóricas y el Instituto Arqueológico Municipal”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 581-592.; Mena y Méndez, 2002, pp. 196-200Mena Muñoz, P. y Méndez Madariaga, A. (2002). “Las instituciones arqueológicas madrileñas”. En: Quero Castro, S. y Pérez Navarro, A. (Coord.). Historiografía de la Arqueología Española. Las Instituciones. Madrid: Ayuntamiento, pp. 187-221. ), órgano creado en 1929 por el Ayuntamiento de Madrid y dirigido por Pérez de Barradas, en el que colaboraron, entre otros, Obermaier, Bosch Gimpera, Martínez Santa-Olalla, Luis Pericot, Blas Taracena, José de Calasanz Serra y Rafols y Adolf Schulten, así como otros investigadores extranjeros, que publicaron sus trabajos en francés, lo cual representaba una llamativa novedad frente a AEAA, que únicamente lo hacía en español.

Estas publicaciones vinieron a sumarse a Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, aparecida en 1871, donde asiduamente publicaba Mélida, y al Anuari del Institut d’Estudis Catalans, aparecida en 1908, cuya sección arqueológica acogió los trabajos de Bosch Gimpera y de sus discípulos, así como de Josep Puig i Cadafalch sobre las excavaciones en Ampurias.

Con el estallido de la guerra civil comienza un período convulso de la Historia de España, que evidentemente afectó mucho a la Arqueología nacional (Gracia, 2021a, pp. 609-651Gracia Alonso, F. (2021a). Ciencia y Política: La organización de la arqueología y la prehistoria en España (1850-1939). Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.). En ese momento se produce el traslado de la Junta para la Ampliación de Estudios (en adelante JAE) y del CEH a Valencia. Durante esos años, la revista siguió vigente hasta el volumen de 1937. El 19 de mayo de 1938, el gobierno franquista decretó el cese de las actividades de la JAE en la zona que controlaba militarmente, aunque la institución siguió con sus funciones en la zona controlada por el gobierno de la República. Pero, a consecuencia de la confrontación bélica, AEAA dejó de publicarse (Mora, 2002, p. 13Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ).

3. SEGUNDA ETAPA: 1940-1951

 

El 24 de noviembre de 1939 se creó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (en adelante CSIC)8BOE de 28 de noviembre. https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1939/332/A06668-06671.pdf, modificado posteriormente por el Reglamento de 10 de febrero de 1940., como un organismo autónomo pero dependiente del Ministerio de Educación, que sucedió a la JAE. En el seno de este nuevo ente, las antiguas secciones del CEH se agruparon, a partir de 1940, en el Instituto Diego Velázquez de Arte y Arqueología, englobado dentro del Patronato Marcelino Menéndez Pelayo, que era el encargado de los estudios de Historia, Filología y Arte (Pasamar, 1991, p. 316Pasamar Alzuria, G. (1991). “Oligarquías y clientelas en el mundo de la investigación científica: el Consejo Superior en la Universidad de posguerra”. En: Carrera Ares, J. J. y Ruiz Carnicer, M. A. (Coords.). La Universidad española bajo el régimen de Franco. Zaragoza: Institución Fernando el Católico, pp. 305-339.; Díaz-Andreu, 1994Díaz-Andreu, M. (1995). “Arte y arqueología: la larga historia de una separación”. VII Jornadas de Arte. Historiografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. Madrid: CSIC, pp. 151-160.; Díaz-Andreu, 2003, p. 46Díaz-Andreu, M. (2003). “Arqueología y dictaduras: Italia, Alemania y España”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 33-74., Mora 2002, pp. 12-13Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 , 2003, p. 96Mora Rodríguez, G. (2003). “El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Antigüedad y el CSIC”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975). Málaga: CEDMA, pp. 95-109. ; Cabañas, 2007, p. 333Cabañas Bravo, M. (2007). “La Historia del Arte en el Instituto Diego Velázquez del CSIC entre 1939 y 1975”. En: Puig-Samper Mulero, M. A. (Ed.). Tiempos de investigación JAE-CSIC, cien años de ciencia en España. Madrid: CSIC, pp. 333-345.).

El instituto fue dirigido por Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya, cargo que simultaneó, entre 1939 y 1951 (Memoria del Consejo, 1940-1965), con la Dirección General de Bellas Artes. La subdirección recayó en C. de Mergelina, mientras que la secretaría la obtuvo D. Angulo, sustituido en 1942 por B. Taracena, quien permaneció en el cargo hasta su fallecimiento en 1951.

Dentro del instituto, y siguiendo el criterio de materias de investigación, se crearon varias secciones (Díaz-Andreu, 2003, pp. 51-52Díaz-Andreu, M. (2003). “Arqueología y dictaduras: Italia, Alemania y España”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 33-74.): Prehistoria, Arqueología ibérica y clásica, Arqueología medieval y Numismática y Epigrafía. La dirección de estas secciones las desempeñaron Cabré -Prehistoria-, Martínez Santa-Olalla, a la sazón recién nombrado a cargo de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, -Arqueología de la Edad del Hierro e Hispania romana- (Castelo et al., 1997, p. 576Castelo Ruano, R.; Cardito Rollán, L.; Panizo Arias, I. y Rodríguez Casanova, I. (1997). “Julio Martínez Santa-Olalla. Vinculación y contribución a los organismos e instituciones arqueológicas española de posguerra”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 573-580.; Mederos, 2003-2004Mederos Martín, A. (2003-2004). “Julio Martínez Santa-Olalla y la interpretación aria de la Prehistoria de España (1939-1945)”. BSAA Arqueología, 69-70, pp. 13-56.), M. Gómez Moreno -Arqueología medieval- y José Ferrándiz Torres, la de Numismática y Epigrafía, que en marzo de 1951 se desgajó en el Instituto Antonio Agustín (Cabañas, 2007, p. 340Cabañas Bravo, M. (2007). “La Historia del Arte en el Instituto Diego Velázquez del CSIC entre 1939 y 1975”. En: Puig-Samper Mulero, M. A. (Ed.). Tiempos de investigación JAE-CSIC, cien años de ciencia en España. Madrid: CSIC, pp. 333-345.).

En su vuelta a la normalidad institucional, el Instituto Diego Velázquez retomó y reorganizó asimismo sus publicaciones, dividiendo el antiguo Archivo Español de Arte y Arqueología en dos revistas independientes: Archivo Español de Arte y Archivo Español de Arqueología, ambas dirigidas por el marqués de Lozoya, en su calidad de director del mencionado instituto.

La explicación a esta separación la encontramos en las siguientes palabras del propio marqués de Lozoya, aparecidas en el número 1, pese a que mantuvo el número correlativo, XIV, de la serie original conjunta de AEAA:

La investigación artística y la arqueológica tienen procedimientos diferentes, requieren distinta distribución de su texto y de su repertorio gráfico y, finalmente, suelen encontrar sus lectores en sectores diversos. Todo esto justifica la separación. Lo que ya no es tan fácil es el establecer esta línea divisoria entre ambas disciplinas discutidísimas casi desde sus orígenes (Contreras, 1940, pp. 3-4Contreras, J. (1940). “Prólogo”. Archivo Español de Arqueología, 41, pp. 3-4.).

La segregación de ambas revistas fue acompañada de una nueva estructuración de esta:

… los artículos serán más breves, como propios de una revista cuyo público desea ver reflejada en sus páginas la más viva y reciente modalidad de la investigación. Las monografías tendrán su cabida en colecciones anejas que integrarán una biblioteca de Arqueología Española; se conserva la Sección “Varia” para recoger aquellas noticias que, cualquiera que sea su importancia, no permiten ser desarrollas en un artículo, y la “Bibliografía, limitada escuetamente a la noticia lo más exacta posible de cada obra, sin controversias ni aportaciones, que tendrán su lugar más adecuado en otro sitio (Contreras, 1940, p. 4Contreras, J. (1940). “Prólogo”. Archivo Español de Arqueología, 41, pp. 3-4.).

La revista nació con una tirada trimestral y con una estructura (Fig. 4) similar al antiguo AEAA. Se iniciaba con un Sumario, en el que tenían cabida estudios y artículos, al que seguía una sección denominada Varia, que incluía noticias de hallazgos o estudios arqueológicos puntuales, para finalizar con un apartado de Bibliografía en el que se hacían reseñas de los libros recibidos en la biblioteca del CSIC. Sobre el contenido, temáticas y procedencia de los autores a partir de este momento, contamos con el reciente y riguroso estudio bibliométrico de la revista (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ), a cuyos datos nos remitimos para no repetirlos en el presente trabajo.

medium/medium-AESPA-95-e10-gf4.png
Figura 4.  Índice del primer número de Archivo Español de Arqueología (1940), que corresponde al número XIV, fascículo 41 del antiguo Archivo Español de Arte y Arqueología (Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia, UCM).

A partir del t. XVI n.º 50 de 1943 la dirección de la revista recayó definitivamente en García y Bellido (Mora, 2002, p. 14Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ), quien después de la guerra civil y tras superar el posterior proceso de depuración, había recuperado su docencia en la cátedra de Arqueología clásica de la Universidad Central (Gracia, 2009, pp. 119-120Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra.). Su presencia durante esos años en las páginas de la revista fue muy notable. Fue considerado por sus contemporáneos como el introductor en España de la Arqueología clásica como ciencia moderna (Blázquez, 1975, p. 35Blázquez Martínez, J. M.ª (1975a). “El Profesor García y Bellido y la Arqueología Clásica”. Cuadernos de la Fundación Pastor, 20, 35-43.; Blázquez, 1995Blázquez Martínez, J. M.ª (1995). “Tres arqueólogos españoles del siglo XX: los profesores A. García y Bellido, A. Blanco y J. Maluquer de Motes”. VII Jornadas de Arte. Historiografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. Madrid: CSIC, pp. 87-196.) y como “el primer verdadero arqueólogo clásico de nuestro país que ha sabido juntar la tradición de nuestros eruditos de viejos tiempos con la perfección metódica de la ciencia moderna” (Pericot, 1975, p. 18Pericot, L. (1975). “Semblanza de Antonio García y Bellido”. Cuadernos de la Fundación Pastor, 20, pp. 11-21.).

Durante estos primeros años se publicaron mayoritariamente trabajos sobre la península ibérica, debido al aislamiento internacional de España durante la posguerra, que separó a los investigadores españoles de sus homólogos europeos, a pesar del reconocimiento internacional que siempre disfrutó García y Bellido (González y Ruiz, 1997González Serrano, P. y Ruiz Bremón, M. (1997). “Antonio García y Bellido y la Escuela de Arqueología Clásica en Madrid”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 593-598.; Bendala et al., 2005Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello. R. y Morillo, A. (Eds.) (2005). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC.; García-Bellido, 2019García-Bellido, Mª. P. (2019). “Antonio García y Bellido y la influencia alemana en su primera etapa profesional”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 33-52.; Koch, 2005, pp. 15-16Koch, M. (2005). “La obra de García y Bellido en la tradición científica alemana”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello, R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 15-20.; Koch, 2019, pp. 29-30Koch, M. (2019). “Antonio García y Bellido, un arqueólogo/historiador en su tiempo”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 25-32.).

En cuanto al marco cronológico de los trabajos presentados, estos abarcan desde la Prehistoria hasta la Edad Media. En la temática prima, sobre todo, la Hispania Romana, como elemento homogeneizador y creador de un modelo de imperio imitado por España en la Edad Moderna (Mora, 2003, p. 103Mora Rodríguez, G. (2003). “El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Antigüedad y el CSIC”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975). Málaga: CEDMA, pp. 95-109. ). Pero también se van a añadir trabajos sobre los pueblos prerromanos, el mundo visigodo, las Colonizaciones (epígrafe en el que tenían cabida materias tan dispares como Ampurias, Tartessos, los fenicios y la presencia de materiales griegos en la península ibérica), el patrimonio arqueológico español (con noticias sobre corpora o cartas arqueológicas) y algunos artículos sobre el norte de África, que debemos poner en relación con la justificación del Protectorado Español (Gozalbes, 2003Gozalbes Cravioto, E. (2003). “África Antigua en la Historiografía y Arqueología de época franquista”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coord.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 135-160. ; Mora, 2002, p. 14Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 , 2003, pp. 103-107Mora Rodríguez, G. (2003). “El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Antigüedad y el CSIC”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975). Málaga: CEDMA, pp. 95-109. ).

El nuevo régimen imprimió un cambio en los enfoques teóricos y conceptuales de la Arqueología, sobre todo, de las etapas protohistórica o medieval, que se convierten en un objetivo ideológico prioritario para legitimar la validez del sistema político como heredero de los celtas o los visigodos, cuya filiación germánica no dejaba lugar a dudas respecto a las simpatías del aparato al frente del Estado. La exaltación de los valores de la Roma clásica en España favoreciendo la idea unitaria del Imperio servía, asimismo, para desprestigiar los movimientos nacionalistas o para reforzar los mitos de la resistencia secular de la Nación española (Numancia, Viriato) (Fernández-Ochoa y Morillo, 2005, p. 246Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.). No cabe duda de que AEspA reflejaba perfectamente esta tendencia.

La revista también ilustra acerca del importante grupo de discípulos y colaboradores de los que supo rodearse García y Bellido en el Instituto Diego Velázquez (Mora, 2002, p. 14Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ; Fernández-Ochoa y Morillo, 2005, p. 250Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.), quienes le ayudaron no solo en sus tareas investigadoras sino también en sus actividades docentes, muchos de los cuales publicaron en sus páginas, como B. Taracena o Martín Almagro Basch. También fueron años en los que los becarios y colaboradores del instituto fueron, poco a poco, participando en las publicaciones de la revista, como Antonio Blanco Freijeiro (Blanco, 1975Blanco Freijeiro, A. (1975). “García y Bellido, fundador del Instituto Español de Arqueología”. Cuadernos de la Fundación Pastor, 20, pp. 23-32.; Storch de Gracia, 1989)Storch de Gracia y Asensio, J. (1989). “Vida y obra de Antonio Blanco Freijeiro”. En: Homenaje al profesor Antonio Blanco Freijeiro. Madrid: Ediciones Complutenses, pp. 27-37., J. C. Serra Rafols o Concepción Fernández-Chicarro (Fernández Gómez, 2019Fernández Gómez, F. (2019). “Concepción Fernández-Chicarro y de Dios (1916-1979)”. 150 años de una profesión: de anticuarios a conservadores. Madrid: Ministerio de Cultura y Deportes, vol. II, pp. 662-674.), quienes dieron a conocer sus primeros artículos de investigación o hicieron reseñas de los libros que se iban recibiendo en la biblioteca del instituto. Hay que subrayar que Fernández-Chicarro fue durante mucho tiempo la única investigadora en firmar en solitario en AEspA.

Pero los autores más prolijos de este período fueron García y Bellido, director de la revista (con 84 trabajos), y su discípulo Augusto Fernández de Avilés (24 trabajos), secretario de la publicación desde 1946 (Blánquez y Roldán, 2006Blánquez Pérez, J. y Roldán, L. (2006). Augusto Fernández de Avilés en homenaje. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.), a quienes se suma Antonio Beltrán Martínez, catedrático de Arqueología y Epigrafía de la Universidad de Zaragoza (28 trabajos).

García y Bellido se propuso convertir AEspA en la publicación de referencia sobre la Arqueología española, tanto en el interior como en el exterior (Blánquez y Pérez, 2004, p. 54Blánquez Pérez, J. y Pérez, M. (2004). Antonio García y Bellido. Misceláneas. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.). De ahí que se detecte, por primera vez, la participación puntual de arqueólogos extranjeros que trabajaban sobre temas específicos o relacionados con la península ibérica, como son los casos de Octavio da Veiga Ferreira, Helmut Schlunk, Mario Cardozo, Jacques Fontaine, Nino Lamboglia, Erich Kukhan o Jean Mallon, solo por citar a algunos, con quienes García y Bellido había mantenido contacto, amistad y pertenencia a las mismas instituciones internacionales (Koch, 2005, pp. 16-17Koch, M. (2005). “La obra de García y Bellido en la tradición científica alemana”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello, R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 15-20.). La preeminencia de autores italianos, alemanes y portugueses hay que enmarcarla también dentro del contexto de las relaciones internacionales de la España franquista (Gracia, 2021a, pp. 253-258Gracia Alonso, F. (2021a). Ciencia y Política: La organización de la arqueología y la prehistoria en España (1850-1939). Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.), que se vieron condicionadas por la política aislacionista motivada por las sanciones contra nuestro país impuestas por las Conferencias de Potsdam y San Francisco (1945). Por tanto, los trabajos de estos autores extranjeros sirvieron a los arqueólogos españoles para conocer las metodologías y líneas de investigación que se realizaban en Italia, Alemania y Portugal, contactos que se vieron afianzados con la participación de investigadores extranjeros en los Cursos de Arqueología de Ampurias impulsados por Almagro Basch (Gracia, 2021b, pp. 37-39Gracia Alonso, F. (2021b). “El projecte de Martín Almagro Basch per potenciar Empúries. Els Cursos Internacionals d’Arqueologia”. En: Castañer Masoliver, P.; Hernández, E.; Santos Retolaza, M.; Tremoleda Trilla, J. y Oliveras Llovera, V. (Eds.). Els Cursos d´Arqueologia d´Empúries (1947-2001). Empuries: Museu d’Arqueologia de Catalunya, pp. 35-47.).

En el lado opuesto, hay que mencionar la casi total ausencia de publicaciones en AEspA de Julio Martínez Santa-Olalla, antiguo ayudante de García y Bellido en la cátedra de Arqueología clásica de la Universidad Central, y que, desde octubre de 1939, por el exilio de H. Obermaier, venía detentando interinamente la cátedra de Historia Primitiva del Hombre, actividad docente que compaginaba con la Comisaría General de Excavaciones Arqueológica (en adelante CGEA), organismo encargado por el nuevo régimen para administrar la Arqueología española en sustitución de la Sección de Arqueología de la Junta del Tesoro Artístico Nacional (Díaz-Andreu y Ramírez, 2001Díaz-Andreu, M. y Ramírez Sánchez, M. (2001). “La Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas (1939-1955): la administración del Patrimonio Arqueológico en -en España durante la primera etapa de la dictadura franquista”. Complutum, 12, pp. 325-343.; Díaz-Andreu, 2003, p. 46Díaz-Andreu, M. (2003). “Arqueología y dictaduras: Italia, Alemania y España”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 33-74.; Gracia, 2009Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra.). Esta importante figura, sin duda una de las más destacadas y prolíficas de la Arqueología española durante esos años, únicamente publicó en el número inaugural de octubre de 1940 (Fig. 4), seguramente un artículo recepcionado antes de 1938, y se mantuvo completamente al margen a partir de ese momento. Los motivos de esta separación son varios. En primer lugar, la oposición de Martínez Santa-Olalla al regreso a la cátedra madrileña de H. Obermaier, maestro suyo y de García y Bellido (Mora, 2019, pp. 61-65Mora Rodríguez, G. (2019). “Antonio García y Bellido y Hugo Obermaier: contexto intelectual e historia de una amistad epistolar”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 53-68.; Gracia, 2021a, pp. 634-638Gracia Alonso, F. (2021a). Ciencia y Política: La organización de la arqueología y la prehistoria en España (1850-1939). Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.). En segundo lugar, por la existencia de cierta pugna con García y Bellido como representante de la segunda cátedra de Arqueología de la Universidad Central, a lo que habría que sumar, finalmente, un posible conflicto de competencias entre la CGEA y el CSIC (Gracia y Munilla, 2010, pp. 185-186Gracia Alonso, F. y Munilla Cabrillana, G. (2010). “El Instituto Arqueológico Nacional e Imperial. Un intento fallido de reorganización de la protección y estudio del patrimonio arqueológico en 1938”. En: Colorado Castellary, A. (Ed.). Patrimonio, Guerra Civil y Posguerra. Madrid: Ediciones Complutenses, pp. 175-186.). Aunque la labor de la Comisaría General aún no ha sido debidamente estudiada, sí se sabe que los personalismos y enfrentamientos entre esta institución y los miembros de la universidad fueron notables. En efecto, Martínez Santa-Olalla se dedicó a la puesta en marcha de una batería de nuevas publicaciones desde la CGEA: Informes y Memorias de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas (Madrid, 1942) y Acta Arqueológica Hispánica (1943), a los que se añadirá algo más adelante (1952) el Noticiario Arqueológico Hispánico.

Otra de las grandes ausencias fue la de Schulten, quien difundió un historicismo cultural revalorizando las fuentes literarias sobre la península ibérica a través de un análisis arqueofilológico muy del gusto alemán y derivado de su propia formación. Schulten tuvo una gran influencia en la Arqueología hispana de época protohistórica y romana (Wulff, 2004Wulff, F. (2004). “Adolf Schulten. Historia antigua, arqueología y racismo en medio siglo de historia europea”. En: Adolf Schulten. Historia de Numancia. Edición de F. Wulff. Pamplona: Urgoiti, pp. IX-CCXVII.; Morillo, 2005, pp. 177-179Morillo Cerdán, A. (Coord.) (2005). Arqueología Militar Romana en Hispania. Anejos de Gladius, 5. Madrid: CSIC.; Gómez Gonzalo, 2017Gómez Gonzalo, M.ª P. (2017). Adolf Schulten en Numancia, Historia de una controversia. Soria: Diputación Provincial.). Sin embargo, a pesar incluso de cobrar desde 1940 una pensión honorífica, así como una beca del CSIC desde 1945, y de residir habitualmente en España, nunca publicó en AEspA (Blech, 2017Blech, M. (2017). “La trayectoria de Schulten en la Alemania imperial”. En: Baquedano, E. y Arlegui, M. (Coords.). Schulten y el descubrimiento de Numantia, Alcalá de Henares: Museo Arqueológico Regional, pp. 70-103.). Su desinterés y desvalorización del panorama científico español es bien conocido (Wulff, 2004, pp. XIX y XXVIIIWulff, F. (2004). “Adolf Schulten. Historia antigua, arqueología y racismo en medio siglo de historia europea”. En: Adolf Schulten. Historia de Numancia. Edición de F. Wulff. Pamplona: Urgoiti, pp. IX-CCXVII.). Dicho desdén provocó el alejamiento de buena parte de los arqueólogos españoles, perfectamente ilustrada en la necrológica que le dedicó García y Bellido en las propias páginas de AEspA en 1960, donde hizo hincapié en el desprecio del investigador alemán hacia la producción científica nacional (García y Bellido, 1960García y Bellido, A. (1960). “Adolf Schulten”. Archivo Español de Arqueología, 33, 222-238. ; cf. Gómez Gonzalo, 2017, pp. 285-286Gómez Gonzalo, M.ª P. (2017). Adolf Schulten en Numancia, Historia de una controversia. Soria: Diputación Provincial.).

También durante estos años surgieron otras revistas con las que tuvo que convivir, algunas vinculadas al propio CSIC, como Ampurias (Barcelona, 1939) (Gracia, 2015Gracia Alonso, F. (2015). “Història de Pyrenae, Cinquanta anys de recerca i difusió de l’Arqueologia a la Universitat de Barcelona (1965-2015)”. Pyrenae, 46 (1), pp. 13-37.), y otras encuadradas en el ámbito universitario, como Zephyrus (Salamanca, 1950), Caesaragusta (Zaragoza, 1951) y Cuadernos de Historia Primitiva (Madrid, 1946).

4. TERCERA ETAPA: 1951-1972

 

El comienzo de la década de 1950 marcó un importante cambio en la revista. En 1951 tuvieron lugar tres acontecimientos que señalaron el inicio de una nueva etapa: el fallecimiento de B. Taracena, secretario del Instituto Diego Velázquez de Arte y Arqueología del CSIC; la celebración en Madrid del II Congreso Nacional de Arqueología; y la creación del Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro, por segregación de la Sección de Arqueología del Instituto Diego Velázquez (García y Bellido, 1951García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.; Cabañas, 2007, p. 343Cabañas Bravo, M. (2007). “La Historia del Arte en el Instituto Diego Velázquez del CSIC entre 1939 y 1975”. En: Puig-Samper Mulero, M. A. (Ed.). Tiempos de investigación JAE-CSIC, cien años de ciencia en España. Madrid: CSIC, pp. 333-345.).

La dirección del nuevo órgano recayó en García y Bellido (Olmos, 1994Olmos, R. (1994). “Antonio García y Bellido y su época: una posible lectura”. Archivo Español de Arqueología, 67, pp. 293-308. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1994.v67.449 ), mientras que la secretaría pasó a ser desempeñada por Almagro Basch. La idea era que este nuevo instituto se centrase en estudios que abarcasen, cronológicamente, desde la Prehistoria hasta el año 711 d. C., fecha en la que se estableció el límite cronológico entre el mundo antiguo y el medieval (García y Bellido, 1951, p. 161García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.). Y en cuanto al área geográfica de estudio pensaban que “ha llegado el momento de empezar a cultivar una Arqueología que no sea sólo «la nuestra», «la provinciana», sino la Arqueología patrimonial del Occidente entero, del cual, y de la cual España es no sólo una parte, sino, además, una de las más importantes” (García y Bellido, 1951, p. 164García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.).

Esta idea se vio refrendada con la aparición de Arte Romano (1955García y Bellido, A. (1955). Arte Romano. Madrid: CSIC. ), de García y Bellido, y de Arte Griego (1956), de su discípulo Blanco Freijeiro, dos obras que venían a cumplir con la nueva línea de pensamiento del Instituto Rodrigo Caro, que desde su aparición ha formado a multitud de arqueólogos españoles, como lo demuestran las diversas reediciones que han tenido desde entonces. Dichas publicaciones contribuyeron a subrayar las novedosas preocupaciones temáticas de la Arqueología española, donde el mundo celta y el visigodo fueron “olvidados” frente a otros periodos como el mundo romano y las Colonizaciones, mucho más acordes con el nuevo posicionamiento del régimen.

Poco a poco se hacen notar en el instituto los nuevos aires de la Arqueología clásica española, que se reivindica como una disciplina global e integradora destinada a hacer historia a partir de las excavaciones arqueológicas. El propio García y Bellido ejemplifica muy bien esta evolución que estaba experimentando la disciplina arqueológica en las décadas centrales del siglo XX, desde sus primeros trabajos de los años cuarenta, mucho más volcados en las piezas singulares, a sus estudios sobre el templo romano de Córdoba, Herrera de Pisuerga o León, donde aplica ya métodos estratigráficos:

… que la Arqueología clásica se cultive en estrecho contacto y en íntima convivencia con aquellas disciplinas afines por sus relaciones de sujeto, tiempo y lugar; es decir, con la Historia externa (en primer lugar), con la Numismática y con la Epigrafía antiguas, con la Filología y Lingüística clásicas (griega y latina fundamentalmente), con las Instituciones, con la Literatura y Filosofía antiguas, etcétera, etc. Para la Arqueología, todas ellas son disciplinas auxiliares, así como para cualquiera de ellas la Arqueología es una disciplina subsidiaria. Todas juntas, empero, lo son en última instancia para la Historia (García y Bellido, 1951, p. 163García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.; Fernández-Ochoa, 2002, p. 27Fernández-Ochoa, C. (2002). “Antonio García y Bellido y la Arqueología del Noroeste Peninsular”. En: Morillo Cerdán, A.; García Marcos, V. y Fernández Ochoa, C., Imágenes de Arqueología Leonesa. Antonio García y Bellido y el Noroeste Peninsular en la Antigüedad. Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 21-35.).

No debemos olvidar el importante papel desempeñado en este sentido por Almagro Basch, que empleó, ya en los años 50, la estratigrafía como método arqueológico en las excavaciones de Ampurias, en las que colaboró Nino Lamboglia (Cortadella, 1997Cortadella i Morral, J. (1997). “El profesor Nino Lamboglia (1912-1977) y la arqueología clásica en España”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 553-564. ), introductor del método estratigráfico en España a través de las excavaciones y de los Cursos de Verano de Ampurias (Gracia Alonso, 2021bGracia Alonso, F. (2021b). “El projecte de Martín Almagro Basch per potenciar Empúries. Els Cursos Internacionals d’Arqueologia”. En: Castañer Masoliver, P.; Hernández, E.; Santos Retolaza, M.; Tremoleda Trilla, J. y Oliveras Llovera, V. (Eds.). Els Cursos d´Arqueologia d´Empúries (1947-2001). Empuries: Museu d’Arqueologia de Catalunya, pp. 35-47.).

El esquema de la revista, a partir de 1951, no sufrió cambio alguno, puesto que continuaron las mismas secciones que antes de su adscripción al Instituto Rodrigo Caro. La dirección de la publicación continuó siendo una de las labores principales de García y Bellido, mientras que la secretaría permaneció en manos de Fernández de Avilés. A este equipo editorial se unió Beltrán, catedrático de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Zaragoza, como redactor del Noticiario. La mayor parte de las publicaciones corresponden a dicho equipo.

Pero la creación del Instituto Rodrigo Caro también previó la constitución de una red de investigación (Fig. 5), algo novedoso para la época. Esta red estaba compuesta por el propio instituto y por las secciones del CSIC de Barcelona, liderada por Almagro Basch, y de Valencia, dirigida por Domingo Fletcher Valls, y cada una de las cuales contaba con una publicación propia.

medium/medium-AESPA-95-e10-gf5.png
Figura 5.  Red de investigación del Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro, 1951 (elaboración propia a partir del texto de García y Bellido, 1951García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.).

En el caso de Barcelona, el medio de difusión fue la revista Ampurias, fundada en 1939, que podría encuadrarse en los estudios prehistóricos y protohistóricos (Gracia, 2015Gracia Alonso, F. (2015). “Història de Pyrenae, Cinquanta anys de recerca i difusió de l’Arqueologia a la Universitat de Barcelona (1965-2015)”. Pyrenae, 46 (1), pp. 13-37.), mientras que la Sección de Valencia, donde se publicaba la revista Archivo de Prehistoria Levantina -el primer número apareció en 1929, aunque no fue hasta 1945 cuando adquirió una periodicidad anual-, estaba dedicada a los estudios del ámbito mediterráneo desde los orígenes hasta el mundo ibérico (García y Bellido, 1951, pp. 165-166García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.)

El año 1956 supuso un nuevo e importante punto de inflexión para la revista, pues solo se editó el fascículo correspondiente al mes de enero, de manera que el número de artículos publicados ese año fue solamente de 5, a los que hay que añadir los 6 trabajos presentes en el Noticiario. De estos 11 trabajos, García y Bellido firmó 5 aportaciones, y entre los restantes autores hay que mencionar a Antonio Blanco Freijeiro y a José María Blázquez Martínez, dos de sus discípulos. Los artículos se centraron en el mundo orientalizante y en la cultura púnica en la península ibérica, mientras que los trabajos aparecidos en el Noticiario se centraron en Arqueología hispanorromana. Entre ellos se encuentra la memoria de las campañas de excavaciones arqueológicas llevadas a cabo desde 1953 a 1956 en Iuliobriga (Retortillo, Cantabria), dirigidas por García y Bellido.

La primera pregunta que podemos hacernos es ¿qué pudo haber sucedido para esta repentina parálisis de la revista, que también afectó a Ampurias, para que no se publicara el volumen completo en 1956? Sin embargo, hay que destacar que esta circunstancia parece que no afectó a Archivo Español de Arte, que continuó con su tirada trimestral de fascículos.

A nuestro modo de ver, la explicación que podemos aducir para comprender esta cuestión radica en la existencia de una serie de cambios organizativos que se venían gestando en la Arqueología española, desde 1954, cuando se resolvió la oposición a la cátedra de Historia Primitiva del Hombre de la Universidad Central, que fue ganada por Martín Almagro Basch, en detrimento de Julio Martínez Santa-Olalla, quien la venía ocupando desde el final de la guerra civil (García Santos, 2008García Santos, J. C. (2008). “Una encrucijada en el mundo de la prehistoria española. La oposición a Cátedra de Historia Primitiva del Hombre de 1954”. Revista de Historiografía, 9, pp. 146-166.; Gracia, 2009, pp. 467-484Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra., 2012, pp. 333-348Gracia Alonso, F. (2012). Arqueologia i política. La gestió de Martín Almagro Basch al capdavant del Museu Arqueològic Provincial de Barcelona (1939-1962). Barcelona: Universitat de Barcelona.). Como consecuencia, Martínez Santa-Olalla se tuvo que marchar a la Universidad de Zaragoza para detentar allí la cátedra de Historia del Arte.

La pérdida de la posición privilegiada de Martínez Santa-Olalla se verifica tras la solicitud, por parte de varios catedráticos de Prehistoria y Arqueología, de un cambio en el modelo de investigación y gestión de las excavaciones arqueológicas en España. Hasta ese momento habían estado organizadas y supervisadas por el “todopoderoso” comisario general de excavaciones arqueológicas, quien a través de una red de comisarios locales controlaba todas las actividades arqueológicas. Esta petición se plasmó en la carta fechada el 31 de enero de 1955 en la que firman Luis Pericot, Antonio García y Bellido, Alberto del Castillo López, Cayetano de Mergelina, Antonio Beltrán Martínez, Juan Maluquer de Motes Nicolau y Martín Almagro Basch, que fue remitida a Joaquín Ruiz Giménez, Ministro de Educación y representante aperturista del régimen franquista (Gracia, 2009, p. 487Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra.; Beltrán y Cortadella, 2017, p. 76Beltrán Fortes, J. y Cortadella Morral J. (2017). “La consolidación de la arqueología moderna (1912-1960)”. En: Ruiz Zapatero, G. (Coord.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 53-81.; Koch, 2019, p. 29Koch, M. (2019). “Antonio García y Bellido, un arqueólogo/historiador en su tiempo”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 25-32.), y en la que solicitaban y justificaban dicho cambio (Díaz-Andreu y Ramírez, 2001, p. 340Díaz-Andreu, M. y Ramírez Sánchez, M. (2001). “La Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas (1939-1955): la administración del Patrimonio Arqueológico en -en España durante la primera etapa de la dictadura franquista”. Complutum, 12, pp. 325-343.; Gracia, 2009, pp. 487-491Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra.):

Con la normalidad nacional y el desarrollo que supuso la creación de centros investigadores por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la llegada de nuevas promociones de profesores a cátedras universitarias y de alumnos a los seminarios de las mismas, aquella organización no tiene ya a nuestro juicio eficacia, la eficacia que es de desear y que consideramos absolutamente necesaria […]. Cuantos firmamos esta nota […] lo hacemos movidos por el deseo que por fin la Prehistoria y la Arqueología españolas alcancen el desarrollo que su importancia en todos los aspectos exige…

El resultado fue el Decreto de 2 de diciembre de 19559 Publicado en el BOE n.º 2 de 1956, de 2 de enero., que dispuso la desaparición de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas y su sustitución por el Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas, justificándose este cambio, según recoge el propio decreto, la necesidad de:

… establecer un mayor contacto de este servicio con los hombres de ciencia y universitarios dedicados a las disciplinas relacionadas con él, ya que las peculiares características de las excavaciones arqueológicas exigen, para su mayor aprovechamiento científico, ser no sólo directamente conocidas, sino también quedar sometidas a la iniciativa y consejo de quienes necesitan de ellas como laboratorio imprescindible de investigación, para incorporar inmediatamente al acervo científico las nuevas observaciones y conocimientos que las mismas excavaciones puedan facilitar.

Esta modificación significó, de facto, el cese en sus funciones de Julio Martínez Santa-Olalla y la aparición de un nuevo organigrama administrativo, donde se creaban, bajo la tutela de la Dirección General de Bellas Artes, las denominadas Delegaciones de Zona del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas, al frente de las cuales se colocaba, según el artículo 4 del decreto regulador del nuevo organismo, a un catedrático de universidad de Arqueología, de Prehistoria e Historia del Arte. Dichos delegados actuarían bajo la supervisión de un inspector general, también catedrático de universidad, cargo que recayó en el propio Martínez Santa-Olalla, si bien en este caso, controlado por una junta consultiva, de la que formaban parte todos los delegados de zona que precisamente había promovido el escrito en su contra y a la que se incorporaron posteriormente, entre otros, el director del Museo Arqueológico Nacional (en adelante MAN) y Almagro Basch, en su condición de catedrático de Prehistoria de la Universidad de Madrid (Gracia, 2009, pp. 494-495Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra.; Mederos, 2017Mederos Martín, A. (2017). “Martín Almagro Basch, un balance de su trayectoria científica (1934-1984)”.Cuadernos de Prehistoria y Arqueología, 43, pp. 251-289.), circunstancias todas ellas que llevarían a Martínez Santa-Olalla a presentar en 1961 la dimisión de su cargo de inspector general.

Estos acontecimientos se enmarcan, sin duda, dentro del proceso de transformación política que acaecía en el interior del propio régimen franquista y que estaba teniendo lugar en España en esas mismas fechas, donde el nacionalcatolicismo que había controlado los resortes del estado como un bloque único comenzó a fraccionarse dejando paso a otras sensibilidades (Morán, 1998Morán, G. (1998). El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Barcelona: Tusquets.).

Superada la “crisis de 1956” de la Arqueología española, y una vez puesto en marcha el nuevo sistema por el que se regirán a partir de ese momento las excavaciones arqueológicas en España, AEspA volvió a retomar el mismo ritmo de publicaciones semestrales anterior a este año.

Un paso más en este proceso de relativa descentralización de la investigación es la división, en 1958, del Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro en dos entes distintos: por una parte, el Instituto de Arqueología Rodrigo Caro, que continuó bajo la dirección de García y Bellido; y, por otra, el Instituto Español de Prehistoria, que pasó a ser dirigido por Almagro Basch. El sistema de creación de este nuevo organismo fue el mismo que se siguió para la fundación en 1951 del Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro: un centro monográfico surgido a partir de una figura destacada en ese campo de investigación. La función de la revista Trabajos de Prehistoria, creada en 1960, fue la de ser vehículo de expresión del nuevo Instituto Español de Prehistoria, hasta 1968 como serie monográfica y, más tarde, como anuario.

La necesidad de esta división ya había sido prevista en 1951 por el propio García y Bellido:

… es de esperar que ambas busquen y hallen sus propios cauces en Institutos hermanos, pero independientes, lo que redundará en beneficio de ambas. Con ello no haremos sino seguir los mismos rumbos que estos estudios han tomado ya en los grandes Organismos científicos extranjeros similares al C.S.I.C., en los que coexisten separados Institutos de Prehistoria, Arqueología y Arte en general, a pesar de las numerosas zonas de contacto y líneas de interferencia que entre ellos existen (García y Bellido, 1951, p. 162García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.).

La segregación entre ambos institutos y la creación de Trabajos de Prehistoria también tuvo repercusión en AEspA, pues a partir de este momento ya no tuvieron cabida, lógicamente, los temas de Prehistoria, por lo que pasó a centrarse más en el estudio de las antigüedades griegas y romanas, incluyendo las de los pueblos sometidos directa o indirectamente a sus influjos. La Protohistoria se convirtió en un ámbito compartido, dependiendo de los enfoques de los investigadores (más arqueológico o más cercano a los textos clásicos). En cuanto al ámbito espacial, la revista tuvo como referencia el área mediterránea y sus aledaños (García y Bellido, 1951, p. 161García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.), estableciendo ya claramente el límite cronológico de trabajos a publicar en el año 711 d. C.:

La cultura antigua greco-romana continuó, potente y vital, más allá de estas fechas, no sólo en el Imperio bizantino, sino entre las monarquías bárbaras, herederas tanto de las tierras solares del secular Imperio romano de Occidente como de buena parte de los elementos más característicos de su cultura, por las razones expuestas anteriormente (García y Bellido, 1951, p. 161García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.).

En 1958 se produjeron algunos cambios editoriales en la revista. Uno de ellos es que se comenzó a publicar un único volumen (el XXXI), que recoge dos números (97 y 98), correspondientes a los dos semestres de cada año. El segundo es la inclusión de publicidad de otras obras del propio Instituto de Arqueología Rodrigo Caro, como son Arte Romano (1955García y Bellido, A. (1955). Arte Romano. Madrid: CSIC. ) de García y Bellido o Arte Griego (1956) de Blanco Freijeiro, antes mencionadas.

Una década después, en 1968, falleció A. Fernández de Avilés, que había sido secretario de la revista casi desde su fundación. Fue sustituido por Alberto Balil Illana, profesor agregado de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Santiago de Compostela, aunque ya había sido profesor ayudante y profesor adjunto en la cátedra de Arqueología clásica de García y Bellido (Rodríguez Oliva, 1993, p. 11Rodríguez Oliva, P. (1993). “Semblanza del Profesor Alberto Balil Illana (1928-1989)”. Estudios dedicados a Alberto Balil in memoriam. Málaga: Universidad de Málaga, pp.7-15.).

Los autores más prolíficos de estos momentos en la revista fueron A. García y Bellido (37 trabajos) y sus discípulos A. Balil (20 trabajos) y A. Blanco Freijeiro (15 trabajos). Pero también fue una etapa en la que comenzaron a publicar sus estudios otros investigadores españoles ya consagrados, como Manuel Pellicer Catalán, Manuel Sotomayor Muro o M. Esteve Guerrero. Era una nueva generación, ya formada fuera de España, sobre todo en Italia, Alemania e Inglaterra, que, en los años sesenta, accedieron a las agregadurías a cátedras universitarias.

Junto a ellos había autores noveles que pronto comenzaron a destacar en el panorama de la Arqueología y de la Historia Antigua de España (Wulff et al., 2016Wulff, F.; López Domech, R.; González Blanco, A. y Ortuño Rodríguez, E. (2016). La creación de la Historia Antigua en España en los años sesenta del siglo XX. Conversaciones con sus fundadores. Madrid. Universidad Carlos III de Madrid. https://portal.uc3m.es/portal/page/portal/inst_hist_julio_caro_baroja/estructura/Grupo_investigacion/historiografia_historia_religiones/historia_oral_disciplina/HistoriaAntigua_0.pdf ): Marcelo Vigil Pascual, José Manuel Roldán Hervás, Julio Mangas Manjarrés, Gloria Trías Rubiés, M.ª Ángeles Mezquiriz de Irujo, Pilar González Serrano, José M.ª Luzón Nogué o Javier Arce Martínez, por citar a algunos. La presencia femenina se hace más habitual, indicio de una incorporación cada vez más frecuente de las investigadoras a la universidad, cambio que tendrá su reflejo más palpable a partir de los años 1970 (Pastor y Mateo, 2022, p. 5Pastor Quiles, M. y Mateo Corredor, D. (2022): “(Still) a man’s world. Análisis de la evolución de la presencia de autoras en revistas científicas españolas de Arqueología (1970-2020)”. Archivo Español de Arqueología, 95, e02. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.02 ).

También continuó durante este período la participación de autores extranjeros en AEspA, entre los que destacan los investigadores alemanes: Helmut Schlunk, Erich Kukhan, Wilhelm Schüle, Jürgen Untermann, Hans Georg Niemeyer, Géza Alföldy, Thea Elisabeth Haevernick y Theodor Hauschild. Poco a poco fueron abriéndose hueco los científicos franceses como Huges Vertet, Gustave Vuillemot, Michel Ponsich y Claude Domergue. Muchos de ellos estaban asentados o desarrollaban su actividad en España en el marco del Deutsches Archäologisches Institut de Madrid (DAI) o vinculados a la Casa de Velázquez. A ellos hay que unir a los portugueses Fernando António de Almeida e Silva Saldanha, Octávio da Veiga Ferreira y Manuel Afonso do Paço. La presencia anglosajona es más reducida, aunque aparecen autores como Howard Comfort y Ernest Loewinsohn. Este último, instalado en España, fue el primero en publicar un campamento romano a partir del análisis del vuelo americano de 1956, siguiendo una metodología ya empleada con anterioridad en otras regiones fronterizas del Imperio por figuras como Osbert Guy Stanhope Crawford, Kenneth St. Joseph o Irwin Scollar (Scollar, 1965Scollar, I. (1965). Archäologie aus der Luft, Arbeitsergebnisse der Flugjahre 1960 und 1961 im Rheinland. Düsseldorf: Rheinland-Verlag.).

El ámbito geográfico de los trabajos publicados se centró, en la gran mayoría de casos, en la península ibérica, si bien hay algunos estudios relativos al norte de África, Grecia y Centroeuropa.

En cuanto a la temática de los artículos, podemos establecer varios grupos. De una parte, el período prerromano, donde se abordaban temas como el mundo de las Colonizaciones, fuentes clásicas, cerámica (prerromana, griega y fenicia), las estelas del suroeste y el tesoro del Carambolo. Por otra parte, respecto al mundo romano (Fernández-Ochoa y Morillo, 2005, pp. 250-251Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.), los temas estaban en consonancia con las concepciones del momento, priorizando los estudios de monumentos arquitectónicos, en particular de las capitales provinciales de Hispania (Tarraco, Corduba, Emerita) y los yacimientos clásicos de la Arqueología hispanorromana (Italica, Barcino, Ampurias), a la vez que se unen los primeros estudios sobre urbanismo y viviendas privadas urbanas o rurales (villae). De la mano de García y Bellido (y en mucha menor medida Loewinsohn), se dieron a conocer algunos trabajos sobre ejército romano (Morillo y Martín, 2005Morillo Cerdán, A. y Martín Hernández, E. (2005). “El ejército romano en la Península Ibérica. De la »Arqueología Filológica« a la Arqueología Militar Romana”. Estudios humanísticos. Historia, 4, pp. 177-208.), en particular referidos a su presencia en el noroeste peninsular (Morillo, García y Fernández-Ochoa, 2002Morillo Cerdán, A.; García Marcos, V. y Fernández-Ochoa, C. (2002). Imágenes de Arqueología Leonesa. Antonio García y Bellido y el Noroeste Peninsular en la Antigüedad. Valladolid: Junta de Castilla y León.).

Los artículos referidos a materiales arqueológicos, muchas veces descontextualizados y con una perspectiva más artística que arqueológica, fueron uno de los ítems más numerosos. Se dieron a conocer cerámicas, vidrios, sarcófagos, epígrafes, monedas, orfebrería y metalistería, pintura y escultura. En el campo de la musivaria hispanorromana, García y Bellido comenzó a publicar desde 1952 una serie de trabajos preparatorios de un Corpus de Mosaicos Romanos de España (García y Bellido, 1955, p. 632García y Bellido, A. (1955). Arte Romano. Madrid: CSIC. ) que, desgraciadamente, no llegó a ver finalizado (López Monteagudo, 2005, pp. 85-87López Monteagudo, G. (2005). “García y Bellido y los mosaicos romanos”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello, R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 85-91.), pero que sirvió para abrir numerosas vías de investigación sobre los mosaicos, como se aprecia en las contribuciones publicadas en AEspA en los años sucesivos.

El mundo visigodo también se hizo presente en algunos trabajos centrados, principalmente, en arquitectura y en necró­polis.

Esta época también fue el momento en el que el Instituto de Arqueología publicó varias monografías, relacionadas con trabajos contenidos en AEspA. Entre estas monografías hay que citar la obra Colonia Aelia Augusta, Italica (1960) de García y Bellido y Colonia Iulia Augusta Paterna Faventia Barcino (1964), de Balil Illana, donde se trataron de forma específica y global estos yacimientos, a los que habría que unir Urbanística de las grandes ciudades del mundo antiguo (1966), de García y Bellido, una obra de síntesis sobre la materia.

Fue en esta etapa cuando AEspA inauguró, también, una serie de monografías: los Anejos de Archivo Español de Arqueología, de aparición muy esporádica (7 volúmenes entre 1951 y 1974), que convivieron con otras nuevas series de gran influencia en el panorama científico español del momento, como la ya mencionada Trabajos de Prehistoria en una primera etapa (1960-1968), con Gladius, creada en el seno del CSIC en 1961 (García Vuelta, 2006García Vuelta, O. (2006). “El Instituto de Estudios sobre Armas Antiguas (CSIC). Una aproximación a su historia (1960-1988)”. Gladius, XXVI, pp. 119-147. DOI: https://doi.org/10.3989/gladius.2006.6 ), y con Excavaciones Arqueológicas en España, iniciada en 1962 y dependiente del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas.

No podemos dejar de reseñar que durante este periodo surgen también nuevas revistas de Arqueología, vinculadas todas ellas a las recientes cátedras que surgieron en los centros universitarios o institutos extranjeros radicados en Madrid. Es el caso de Saguntum (Valencia, 1962), Pyrenae (Barcelona, 1965) o Habis (Sevilla, 1970). A ellas se sumaron Madrider Mitteilungen (1960), vinculada al Instituto Arqueológico Alemán (DAI), y Mélanges de la Casa de Velázquez (1965), órgano de expresión de la misión francesa. Resulta muy significativo que la Universidad Complutense de Madrid no creara en este contexto una revista de Arqueología. Sin duda el papel de García y Bellido, que unía en su persona tanto la cátedra como la dirección de AEspA, convertía dicha revista en el órgano de expresión de la Arqueología clásica en la Universidad de Madrid.

5. CUARTA ETAPA: 1973-1985

 

Desde el punto de vista institucional esta etapa estuvo presidida por la muerte, en septiembre de 1972, de A. García y Bellido, que había refundado y dirigido la revista durante varias décadas. Este hecho produjo una paralización de facto de la revista. Los números 125 a 130, correspondientes a los años 1972 a 1974, se publicaron conjuntamente como un volumen de homenaje a García y Bellido, en el que participaron tanto sus discípulos y colaboradores del CSIC, como arqueólogos alemanes, franceses y portugueses que habían mantenido contacto con el antiguo director y la institución, muchos de los cuales habían publicado en ocasiones en AEspA.

Los primeros cambios se aprecian en el n.º 131, correspondiente al año 1975, en el que ya apareció J. M.ª Blázquez, catedrático de Historia Antigua de la Universidad Complutense, asumiendo la dirección de la revista, en sustitución de su maestro, mientras que la secretaría de la publicación recayó en su discípula Guadalupe López Monteagudo (Mora, 2002, p. 17Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ).

Esta etapa coincide con numerosos avances metodológicos y conceptuales en la Arqueología española. Al igual que en la etapa anterior, los trabajos son eminentemente descriptivos, basados en tipologías y paralelos, con interpretaciones históricas basadas en el registro epigráfico-literario y sin preocupaciones epistemológicas y contextuales. Aunque la tradición clásica alemana y francesa domina con fuerza en la Arqueología española de estos momentos, se produjo un importantísimo aumento cuantitativo de la información de carácter material, aprovechando una mayor precisión de las tipologías y de las estratigrafías por efecto de la escuela Almagro-Lamboglia, y el interés por la cultura material de Ranuccio Bianchi Bandinelli (1982) Bianchi Bandinelli, R. (1982). Introducción a la Arqueología Clásica como Historia del Arte Antiguo. Madrid: Akal. [Roma: 1976]. y de Andrea Carandini (1984)Carandini, A. (1984). Arqueología y Cultura material. Barcelona: Mitre [Bari: 1975].. Aun así, siguió siendo muy fuerte el peso de la tradición artística entendida esta como un mero estudio de los materiales sin atender a su contexto.

A principios de los años 1970, con más de una década de retraso respecto a otros países de nuestro entorno, se abrieron camino los planteamientos epistemológicos de la Nueva Arqueología y las nuevas técnicas de datación científica, aunque la Arqueología clásica se muestra mucho más refractaria a dichas novedades, que revalorizan el contexto medioambiental y sus recursos. Algún tiempo más tardaron en abrirse paso los postulados derivados de la Escuela de los Annales sobre la construcción y la evolución de los modos de organización y estructuración del paisaje rural (p. e., Chevallier, 1976Chevallier, R. (1976). “Le paysage palimpseste de l’histoire: pour une archéologie du paysage”. Mélanges de la Casa de Velázquez, 12, pp. 503-510.; Chouquer et al., 1987Chouquer, G.; Clavel-Levêque, M.; Favory, F. y Vallat, J.-P. (1987). Structures agraires en Italie centro-meridionale. Roma: École Française de Rome.).

Durante este periodo de transición en todos los ámbitos de nuestro país, los autores que más publicaron en AEspA fueron José María Blázquez, con 12 trabajos, seguido de sus discípulos Javier Arce y María Pilar San Nicolás, con 8 y 7 artículos, respectivamente. A ellos hay que sumar una serie de profesores universitarios que configuraban la Arqueología y la Historia Antigua de la época: Jaime Alvar Ezquerra, José Remesal Rodríguez, Guadalupe López Monteagudo, Lorenzo Abad Casal, Manuel Bendala Galán, Diego Ruiz Mata, Pilar León Alonso, Miguel Ángel Elvira Barba, M.ª Cruz Fernández Castro, Alicia María Canto de Gregorio y Juan Pedro Garrido Roiz, por citar algunos de los investigadores. Constituyeron una nueva generación que se estaba incorporando, en aquellos momentos, a las plantillas de las universidades “decanas” y a los nuevos centros universitarios que comenzaron a surgir por todo el país. Muchos de esos nuevos centros universitarios comenzaron a editar sus propias revistas de investigación, enriqueciendo así el panorama bibliográfico y las posibilidades de publicar trabajos de investigación: Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid (1974), Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense (1974), Cypsela (1976), Gallaecia (1976), Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada (1976), Trabajos de Arqueología Navarra (1979), Faventia (1979), Lucentum (1982), Gerión (1983) y Bolskan (1984).

Desde 1975, AEspA fue incorporando, como novedad, artículos de investigadores extranjeros que publicaban en su lengua vernácula. Inicialmente predominaba el italiano, pero se incorporaron paulatinamente el francés, el inglés y el alemán (por este orden), signo evidente de la internacionalización de la revista provocada por la movilidad, cada vez mayor, de los investigadores españoles hacia los países europeos, y del prestigio creciente de la propia publicación.

Durante estos años aumentaron significativamente las subvenciones públicas con destino a excavaciones arqueológicas, uno de cuyos resultados más evidentes fue el incremento de yacimientos conocidos, de los cuales los de época romana constituyen un magnífico ejemplo (Fernández-Ochoa y Morillo, 2005, p. 251Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.).

La dirección de J. M.ª Blázquez coincidió también con una diversificación temática de la revista, pues a partir de este momento se incorporaron artículos que se centraban sobre el Bronce Final, Tartessos y las colonizaciones fenicia, griega y púnica en Occidente, como se puede apreciar en el volumen 52 (1979), dedicado monográficamente a la colonización griega y a su impacto sobre el mundo indígena en la península ibérica. Junto a ellos continuó el interés por los estudios sobre la Arqueología romana, en particular sobre aspectos económicos como el aceite hispano, siguiendo una línea historiográfica ya claramente dibujada en el panorama contemporáneo que hacía hincapié en un concepto de romanización basado en la explotación de los territorios conquistados más que en una transformación ideológica profunda (Barbero y Vigil, 1965Barbero, A. y Vigil, M. (1965). “Sobre los orígenes sociales de la Reconquista: cántabros y vascones desde fines del Imperio Romano hasta la invasión musulmana”. Boletín Real Academia de la Historia, 156, pp. 271-339. ; Pippidi, 1976Pippidi, D. M. (Ed.) (1976). Assimilation et résistance à la culture gréco-romaine dans le monde ancien (Travaux du VII Congrès International d’études classiquesMadrid, 1974). Paris: Les Belles Lettres.; Blázquez, 1975bBlázquez Martínez, J. M.ª (1975b). La Romanización. Madrid: Istmo.).

A modo de ejemplo cabe subrayar la importancia que otorgan las publicaciones a materiales arqueológicos, muchos de ellos con una innegable perspectiva “artística” o iconográfica. Por este motivo la musivaria romana se convirtió en temática con gran presencia en AEspA para estas fechas, y que se materializó con el comienzo de la publicación del Corpus de Mosaicos de Hispania en 1978. Junto a ello, la escultura siguió constituyendo una importante línea de trabajo, a la que se sumó, como novedad, la de los estudios referidos a la pintura romana.

Respecto al mundo hispanorromano hay que hacer notar que, durante estos años, se publicaron los primeros estudios monográficos sobre los edificios monumentales existentes en las urbes romanas (teatros, anfiteatros y circos), junto con noticias sobre los resultados de excavaciones arqueológicas. A ellos se unieron los estudios relativos a los acueductos y a la arquitectura doméstica, así como sobre el territorio rural: asentamientos y centuriaciones, que se añadieron a los trabajos sobre el trazado de las vías romanas. Estas líneas cobraron en este momento nueva fuerza por influencia de los investigadores franceses, y fueron impulsados por el creciente desarrollo viario y rural (concentración parcelaria). Otra de las novedades fueron los estudios sobre las producciones de terra sigillata hispánica, cerámica romana de barniz negro y sobre las marcas presentes en las ánforas de la Bética, a las que se unieron las aportaciones relativas a la Historia de las Religiones, el cristianismo antiguo y, en general, sobre la Tardoantigüedad.

6. QUINTA ETAPA: 1986-2002

 

Esta etapa constituye una de las más largas e importantes en la evolución de AEspA. A lo largo de la misma se han visto reflejadas fielmente las transformaciones metodológicas y conceptuales de la Arqueología española durante dicho periodo.

La transición democrática supuso una modificación completa no solo del marco institucional sino también de la investigación. La transferencia de las competencias en Arqueología desde la Administración central a las distintas comunidades autónomas y la aprobación de la Ley de Patrimonio Histórico 16/1985 implicó la creación de una nueva estructura legislativa, un control y una protección del patrimonio arqueológico más estrictos, y con mayores presupuestos para excavación. Surgió así la llamada “Arqueología de gestión”, en la que la Administración pública y las empresas privadas colaboran activamente, en particular en la Arqueología urbana, que experimentó un incremento espectacular debido al desarrollo económico y la renovación de los cascos urbanos. Esto también se reflejó en la elaboración de las Cartas Arqueológicas, en parte consecuencia de la expansión urbana y de los diferentes Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) aprobados a partir de entonces. La aparición de esta actividad supuso una transformación significativa en el cuerpo profesional de la Arqueología, formado, hasta la fecha casi exclusivamente por docentes universitarios y arqueólogos de centros de investigación. El 50 % de los profesionales de la Arqueología vivían a finales de los años noventa de la gestión (Díaz-Andreu y Mora, 1995, p. 35Díaz-Andreu, M. y Mora, G. (1995). “Arqueología y política: el desarrollo de la Arqueología española en su contexto histórico”. Trabajos de Prehistoria, 52 (1), pp. 25-38. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.1995.v52.i1.429 ).

No ha sido menor la incidencia de las modificaciones derivadas de la Ley de Reforma Universitaria de 1983 y de la reestructuración universitaria, que implicó la segregación de las facultades de Geografía e Historia respecto a las antiguas de Filosofía y Letras, y la consolidación y aparición de nuevos centros universitarios en España: Universidad Autónoma de Madrid (1968), Cádiz (1979), Alicante (1979), Cantabria (1972), País Vasco (1972), Girona (1991), Rovira i Virgili (1991), Burgos (1994), etc., así como la incorporación de la Arqueología a los planes de estudio de las nuevas titulaciones universitarias.

La reforma de la investigación científica posibilitó la realización de proyectos de investigación, gracias a los cuales la Arqueología ha podido avanzar de forma notable. La consolidación y creación de nuevos equipos de investigación se reflejó en la aparición de nuevas publicaciones vinculadas a esos centros universitarios, como Anales de Arqueología Cordobesa (1990), Revista d´Arqueologia de Ponent (1991), Spal. Revista de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla (1993) y Romvla. Revista del Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (2002). A ellas habría que sumar la fallida Revista de Estudios Ibéricos, editada por la Universidad Autónoma de Madrid entre 1994 y 1998.

El panorama epistemológico de la Prehistoria y de la Arqueología española cambió vertiginosamente a partir de los años ochenta. En poco menos de un decenio se adoptaron métodos, técnicas y conceptos anglosajones y americanos, renovándose rápidamente gracias a un contacto cada vez más fluido con el exterior a través de becas y estancias en el extranjero y como consecuencia de un mayor conocimiento y dominio de idiomas de los estudiantes en formación. Se introducen líneas de investigación completas a imitación de otros países occidentales, como la Arqueología del paisaje, la Arqueominería, la Arqueometalurgia o la Arqueología militar, por poner tan solo algunos ejemplos.

Los cambios en la estructura administrativa del CSIC hicieron que AEspA fuera dependiendo, sucesivamente, de los distintos departamentos en los que quedaron encuadrados los institutos del CSIC (Mora, 2002, pp. 17-18Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ), aunque estas modificaciones apenas influyeron en el devenir de la revista. En pocos años se sucedieron 5 directores, todos ellos miembros del CSIC: José María Blázquez (hasta 1987), Ricardo Olmos Romera (1987-1989), Luis Caballero Zoreda (1990-2000) y Javier Arce (2000-2004).

Entre 1987 y 1988 se introdujeron importantes cambios en la revista, como fueron la creación del comité de redacción (1987) y del consejo asesor (1988), para así dar respuesta a la nueva política que aplicó a partir de este momento el CSIC sobre sus publicaciones seriadas (Mora, 2002, p. 18Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ). Asimismo, se estableció la necesidad de un resumen en otro idioma, preferentemente el inglés.

Dentro de las modificaciones experimentadas por la revista a finales de la década de 1980, debemos mencionar la revitalización de la serie Anejos del Archivo Español de Arqueología, estrechamente ligada a la publicación matriz, con la misma dirección, consejo de redacción y consejo asesor. La creación del Instituto de Arqueología de Mérida en el año 2000 por parte del CSIC y la Junta de Extremadura, en relación directa con el proyecto de Arqueología urbana en dicha ciudad y el Consorcio de la Ciudad Monumental, impulsó la publicación de la serie Anejos tanto en Madrid como en Mérida, sin perder la coherencia y numeración correlativa de la serie.

Los investigadores de este período que cuentan con más publicaciones son los propios investigadores del CSIC, como R. Olmos (16 trabajos), M.ª Paz García-Bellido (11 artículos) y J. Arce (10 trabajos). No obstante, se observa un interesante aumento de autores e instituciones con respecto al período anterior. Este hecho supone el comienzo de lo que podríamos llamar “proceso de democratización” en el acceso a publicación en la revista, evolución que culminó en la etapa posterior con la incorporación de las evaluaciones externas. La preponderancia de investigadores del CSIC se ve complementada con la presencia de las universidades Complutense de Madrid y Autónoma de Madrid, con mucha mayor participación respecto a las de otras universidades españolas (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020, p. 24Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ). Sin embargo, entre los profesores de universidad, destaca Juan Manuel Abascal Palazón, actualmente catedrático del área de Historia Antigua de la Universidad de Alicante, con 10 aportaciones. Hay que destacar también que el 11 % de las contribuciones corresponden a autores italianos, franceses y alemanes, siendo menor el número de aportaciones realizadas por los estudiosos anglosajones (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020, pp. 26-27, fig. 21Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ).

Asimismo, se observa un aumento en las coautorías de artículos, indicando la creación de equipos de trabajo vinculados a los nuevos proyectos estatales y autonómicos de investigación. Se incrementan también, de forma exponencial, las aportaciones de dos colectivos bien distintos: de una parte, la de investigadores adscritos a los Servicios de Arqueología y de Pa­trimonio Arqueológico de las comunidades autónomas, que son síntoma del nuevo papel de dichas entidades de cara a la investigación; de otra, los arqueólogos de empresas privadas de Arqueología, que publican parte de sus trabajos en AEspA, por considerar que es la mejor forma de dar a conocer los resultados de sus labores de campo.

Esta misma renovación se constata en las líneas temáticas presentes en la revista: junto a las ya tradicionales como materiales o arquitectura monumental, aparecen los primeros trabajos de ramas completamente nuevas de la disciplina arqueológica. Uno de los casos más significativos es la irrupción de la Arqueología urbana, que concibe la ciudad como un único yacimiento, lo que supuso un incremento de los estudios sobre arquitectura y urbanismo ya con contexto (Fernández-Ochoa y Querol, 2000Fernández-Ochoa, C. y Querol, M.ª A. (2000). “La Arqueología urbana en España”. Actas do 3º Congreso de Arqueología Peninsular, VIII. “Terrenos” da Arqueología da Península Ibérica. Porto: ADECAP, pp. 11-19.; Rodríguez Temiño, 2004Rodríguez Temiño, I. (2004). Arqueología urbana en España. Madrid: Ariel.), como por ejemplo los estudios acerca de Hispalis (Campos y González, 1987Campos Carrasco, J. y González, J. (1987). “Los foros de Hispalis Colonia Romula”. Archivo Español de Arqueología, 60, pp. 123-158.), Carthago Nova (Ramallo y Ruiz, 1994Ramallo Asensio, S. y Ruiz Valderas, E. (1994). “Un edículo republicano dedicado a Atargatis en Carthago Nova”. Archivo Español de Arqueología, 67, pp. 79-102. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1994.v67.420 ), Corduba (Ventura, 1999Ventura Villanueva, A. (1999). “El teatro en el contexto urbano de Colonia Patricia (Córdoba): ambiente epigráfico, evergetas y culto imperial”. Archivo Español de Arqueología, 72, pp. 57-72. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1999.v72.296 ) o Augusta Emerita (Mateos, 2001Mateos Cruz, P. (2001). “Augusta Emerita: la investigación arqueológica en una ciudad de época romana”. Archivo Español de Arqueología, 74, pp. 183-2008. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2001.v74.153 ).

En dichos trabajos se muestra la renovación de la metodología arqueológica que supuso la adopción del sistema de matriz estratigráfica (Matrix Harris) y la excavación en extensión (Open Area) de E. C. Harris (1991)Harris, E. C. (1991). Principios de estratigrafía arqueológica. Barcelona: Bellaterra. [London: 1989, 2ª ed.]., que llegó a España de la mano de las intervenciones de Carandini en la villa de Settefinestre (Carandini, 1997Carandini, A. (1997). Historias en la Tierra. Manual de excavación arqueológica. Barcelona: Bellaterra. [Turín: 1991].; cf. Fernández-Ochoa y Morillo, 2005, p. 254Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.). El método Harris se aplicó pronto también a la lectura estratigráfica de los paramentos de una edificación, lo que hoy conocemos como Arqueología de la Arquitectura, que a partir de 2002 tuvo una publicación específica en el seno del CSIC (Revista Arqueología de la Arquitectura). Ejemplos pioneros de este tipo de estudios fue el trabajo sobre el foro provincial de Tarraco (1989TED’A (1989). “El foro provincial de Tarraco, un complejo arquitectónico de época flavia”. Archivo Español de Arqueología, 62, pp. 141-191.) realizado por el TED’A y los de L. Caballero y Agustín Azkárate Garay-Olaun, algunos de ellos en AEspA. Junto a las nuevas líneas continuaron apareciendo artículos de corte más clásico sobre el mundo romano, sobre arquitectura monumental (murallas, puertos, termas, templos…) y urbanismo.

Otra de las transformaciones de esta etapa se detecta en el incremento de las publicaciones sobre prospecciones del territorio, ligadas a los avances metodológicos en Teledetección e Informática, que posibilitaron el desarrollo de nuevos sistemas de información visual y de recopilación de la información; también se percibe la difusión entre la Arqueología clásica de los presupuestos teóricos procesuales, que supusieron un cambio conceptual de gran calado, al poner el acento más en la reconstrucción del paisaje que en la localización de yacimientos (Gutiérrez Lloret, 1997, pp. 159-160Gutiérrez Lloret, S. (1997). Arqueología. Introducción a la historia material de las sociedades del pasado. Alicante: Universidad de Alicante.). Se introdujeron así en AEspA de la mano de autores como Almudena Orejas Saco del Valle (1991Orejas, A. (1991). “Arqueología del paisaje: historia, problemas y perspectivas”. Archivo Español de Arqueología, 64, pp. 191-230. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1991.v64.503 , 1995)Orejas, A. (1995). “Arqueología del Paisaje: de la reflexión a la planificación”. Archivo Español de Arqueología 68, pp. 215-224. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1995.v68.423 , los estudios de Arqueología del paisaje o de Arqueología del territorio. En este sentido, jugaron un importante papel las transformaciones de la red viaria nacional, que impulsaron tanto el desarrollo de excavaciones de urgencia como de prospecciones arqueológicas. Ello implicó, también, una revisión de los estudios sobre el trazado de las vías romanas, apoyándose ahora en la constatación arqueológica, y no de una propuesta de trazados a partir de las fuentes clásicas y de la toponimia, o la identificación de mansiones, como había ocurrido en épocas anteriores.

Con estos trabajos, hay que relacionar la publicación de numerosos congresos y reuniones científicas, así como la reactivación, en 1993, del Comité Español de la Tabula Imperii Romani, con la publicación de las hojas K-29, K-30, J-29 y K/J-31, que incorporaron un novedoso sistema informatizado de gestión de datos (TIR, 1990TIR (1990). “La Tabula Imperii Romani su estado actual en España”. Archivo Español de Arqueología, 63, pp. 358-366.; Cepas, 2002Cepas Palanca, A. (2002). “La Tabvla Imperii Romani. Antecedentes de un proyecto científico de documentación arqueológica”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 333-348. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.142 ).

Aparecieron también las primeras publicaciones sobre campamentos romanos (Morillo, 1991Morillo Cerdán, A. (1991). “Fortificaciones campamentales de época romana en España”. Archivo Español de Arqueología, 64, pp. 135-190. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1991.v64.502 ) ya abordadas desde una perspectiva moderna, dentro de lo que algo más adelante comenzará a denominarse Arqueología militar (Morillo, 2005Morillo Cerdán, A. y Martín Hernández, E. (2005). “El ejército romano en la Península Ibérica. De la »Arqueología Filológica« a la Arqueología Militar Romana”. Estudios humanísticos. Historia, 4, pp. 177-208., 2008Morillo Cerdán, A. (2008): “Criterios arqueológicos de identificación de los campamentos romanos en Hispania”. Salduie, 8, pp. 73-93.) e incluso algunas reflexiones teóricas, por ejemplo, sobre la Arqueología de la muerte. Con todo, una gran mayoría, especialmente en la sección Noticiario, seguían siendo estudios sobre materiales, a menudo sin contexto arqueológico, procedentes de hallazgos casuales o de excavaciones sistemáticas. Continuaron las publicaciones sobre estudios de mosaicos, escultura y pintura, pero ya con otra perspectiva de análisis, pues se fue abandonando el estudio puramente artístico y se dio paso, en mayor o menor medida, al marco contextual, los programas decorativos a los que van asociados esas obras, así como el estudio de la procedencia de los materiales, y de la existencia de escuelas y/o talleres. Asimismo, se incrementaron los artículos sobre cerámica, en particular ánforas y terra sigillata, vidrios y metales (procedencia de minerales, hornos, etc.), objetos de hueso, además de publicaciones sobre moneda ibérica y romana, de la mano de M.ª Paz García-Bellido (1995)García-Bellido, M.ª P. (1995). “Moneda y territorio: la realidad y su imagen”. Archivo Español de Arqueología, 68, pp. 131-147. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1995.v68.402 y diversos estudios de epigrafía, donde el papel de Juan Manuel Abascal resulta trascendental. De forma tímida se introdujeron los primeros trabajos de tipo arqueométrico, que comenzaron a aportar nuevos datos acerca de los procesos tecnológicos en el mundo antiguo, muy importantes de cara a la interpretación económica y social de la península ibérica durante la Antigüedad, así como sobre la existencia de redes de intercambios comerciales, en la Protohistoria y el período romano.

Como nuevos campos de estudios, destacan los análisis de los contextos materiales propiamente dichos (p. e. Ramallo, Berrocal y Ruiz, 1996Ramallo Asensio, S.; Berrocal Caparrós, M.ª C. y Ruiz Valderas, E. (1996). “Contextos cerámicos de los siglos V-VII en Cartagena”. Archivo Español de Arqueología, 69, pp. 125-190. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1996.v69.238 ), fundamentales para la datación de las estructuras con los que están relacionados. También en este momento surgió y se asentó, como línea de investigación, la Historia e Historiografía de la Arqueología, gracias al análisis y revisión de los fondos procedentes de excavaciones y de hallazgos fortuitos, conservados en los archivos, bibliotecas y museos españoles, y que también tuvieron su reflejo en las contribuciones aceptadas y publicadas en AEspA, como son los trabajos de Luis J. Balmaseda sobre las coronas de Guarrazar (Balmaseda, 1995Balmaseda Muncharaz, L. J. (1995). “El tesoro perdido de Guarrazar”. Archivo Español de Arqueología, 68, pp. 35-43. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1995.v68.404 ) o el estudio de Trinidad Tortosa Rocamora y Gloria Mora sobre el patrimonio arqueológico y la Real Academia de la Historia (Tortosa y Mora, 1996Tortosa, T. y Mora, G. (1996). “La actuación de la Real Academia de la Historia sobre el patrimonio arqueológico: ruinas y antigüedades”. Archivo Español de Arqueología, 69, pp. 191-218. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1996.v69.239 ), o la publicación de Gloria Mora sobre AEspA (Mora, 2002Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125 ).

Prueba de este interés fue la elaboración en el año 2002 (vol. 75, n.º 185-186) de un número monográfico en el que se conmemoraba el 75 aniversario de la revista, encargándose para la ocasión una serie de artículos a diversos especialistas, de modo que cubriesen los temas tratados en AEspA desde sus inicios. En el año 2003 se publicó otro monográfico sobre una temática (la Romanización) y un área específica (el valle del Ebro), editado por Francisco Pina Polo.

7. SEXTA ETAPA: 2003-2019

 

A partir del año 2003, sin abandonar la interesante evolución que se había iniciado durante el periodo anterior, la revista abordó distintos cambios en su organización para adecuarla paulatinamente a la nueva estructura científica que se estaba consolidando tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. A partir del número de ese año (volumen 76) quedaron fijadas las nuevas normas para los autores que se aplicaron a partir del siguiente año, introduciendo ya la necesidad de una evaluación externa (pares ciegos), que sigue en vigor en nuestros días: “Los artículos publicados en AEspA son informados por dos evaluadores externos antes de su aceptación para su publicación. El Comité de Redacción hace la selección de los mismos” (Normas para la presentación de originales, vol. 76, 2003, p. 324). Dicha normativa fue precisándose conforme el sistema de evaluación se iba imponiendo en las grandes revistas científicas: “Los textos son seleccionados por el Consejo de Redacción e informados preceptivamente por dos evaluadores externos al CSIC y la institución o entidad a la que pertenezca el autor” (Normas para la presentación de originales, vol. 78, 2005, p. 308).

Dichos cambios tuvieron lugar justo al final del mandato como director de J. Arce, quien cesó en 2004. Fue sustituido por M.ª Paz García-Bellido, concretamente entre ese año y 2010. Ha sido ella la primera y única investigadora en dirigir la revista a lo largo de toda su historia (Noguera, 2020, p. 10Noguera Celdrán, J. M. (2020). “Editorial: AEspA abre nueva época digital a los 80 [95] años de su fundación”.Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 7-10. ).

Para adaptarse a su incorporación a la plataforma de la Web of Science (WOS), la revista se convirtió en anual a partir de 2006. En 2009 tuvo lugar una nueva reestructuración de su organización, que pasará a articularse en dos secciones básicas: los Artículos, que recogen reflexiones de carácter general sobre temas concretos hasta contribuciones más breves sobre novedades en la investigación arqueológica, y las Recensiones de obras recibidas en la biblioteca del CSIC, desapareciendo el apartado de Novedades que tenía anteriormente, sin duda una auténtica declaración de intenciones para dejar atrás la publicación de materiales descontextualizados que había sido tan habitual desde el nacimiento de la revista pero que no encontraba ya cabida en un panorama como el de comienzos del siglo XXI.

En 2010, tras la retirada de M.ª Paz García-Bellido, se acometieron nuevos cambios en la dirección y gestión de la revista (Fig. 6). Como primera medida, el comité científico de Archivo Español de Arqueología, en un intento por mantener la objetividad y separarse de cualquier tendencia endogámica, quedó armonizado en cuestiones de género y de representación territorial del estado español, incorporando además un miembro de Portugal, y buscando también un equilibrio entre las distintas temáticas y líneas de investigación. Además, el comité científico apostó por “externalizar” la dirección, para convertir la revista en un auténtico órgano de expresión de la Arqueología a nivel nacional, decisión que se ha mantenido a lo largo de los últimos mandatos cuatrianuales. En 2010 fue nombrado director Francisco Pina, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, mientras la secretaría pasó a Ángel Morillo Cerdán, a la sazón profesor titular de Arqueología de la Universidad Complutense. Este último, ya como catedrático de Arqueología de la Universidad Complutense, sustituyó como director a Francisco Pina en 2016, momento en que Inés Sastre Prats, del Instituto de Historia, pasó a ejercer la secretaría. En mayo de 2019 se nombró director a José Miguel Noguera Celdrán, catedrático de Arqueología de la Universidad de Murcia, manteniéndose la secretaría en manos de Inés Sastre.

medium/medium-AESPA-95-e10-gf6.png
Figura 6.  Evolución de los consejos de redacción y asesor de AEspA entre 2009 y 2020 (elaboración propia).

Por otra parte, se ha introducido durante estos años la participación de los miembros del consejo de redacción, que son consultados regularmente sobre la calidad científica de todos los artículos presentados antes de tomar la decisión de enviarlos a evaluación. Esta participación proporciona una masa crítica mucho más elevada para realizar una selección más objetiva.

Desde el punto de vista editorial, con el fin de aumentar los estándares de calidad e impacto científico, en 2010 se procedió a la homologación en un único sistema de cita bibliográfica, de tipo Harvard, por ser el más común ya entre los especialistas de Arqueología.

Tras una profunda reflexión en el seno del consejo de redacción de cara precisamente a hacerla más permeable y abierta a la situación de la Arqueología española, se optó por redefinir los contenidos cronológicos, ampliándolos en el espacio y en el tiempo y marcando la pluralidad de fuentes:

Archivo Español de Arqueología es una revista científica de periodicidad anual que publica trabajos de Arqueología, con atención a sus fuentes materiales, literarias, epigráficas o numismáticas. Tiene como campo de interés las culturas del ámbito mediterráneo y europeo desde la Protohistoria a la Alta Edad Media, flexiblemente abierto a realidades culturales próximas y tiempos fronterizos. Se divide en dos secciones: Artículos, dentro de los que tendrán cabida reflexiones y análisis de carácter general sobre temas concretos como contribuciones más breves sobre novedades en la investigación arqueológica y Recensiones. Además, edita la serie Anejos de Archivo Español de Arqueología, que publica de forma monográfica libros concernientes a las materias mencionadas. Los trabajos serán originales e inéditos y no estarán aprobados para su edición en otra publicación o revista (Normas para la Presentación de originales, vol. 4, 2011, p. 315).

Finalmente, en 2020 se dio un paso más. El consejo de redacción decidió reinsertar el Noticiario junto con las secciones de Artículos y Recensiones. Y se optó por convertirla, a partir del vol. 94 de 202110 http://aespa.revistas.csic.es/index.php/aespa. [Consultado en fecha 15 de enero de 2021]., en una revista científica electrónica versión online first y sin edición impresa11Agradecemos a Ángel Morillo sus comentarios sobre la evolución interna de AEspA durante su periodo como secretario y director de la revista.. Esta es una de las grandes apuestas de futuro de la revista, que gestionará los artículos “de forma independiente, aunque llegada la fecha de cierre de cada volumen se deberán ordenar convenientemente”. Dicho sistema ofrece en formato electrónico los contenidos aprobados por el consejo de redacción: “No será un servicio de pre-prints, pues solo se publicarán versiones definitivas revisadas por pares, aprobadas, editadas y con maquetación definitiva” (Noguera, 2020, p. 9Noguera Celdrán, J. M. (2020). “Editorial: AEspA abre nueva época digital a los 80 [95] años de su fundación”.Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 7-10. ). No cabe duda de que esto supone el comienzo de una nueva etapa en la revista.

Todos estos cambios se insertan dentro de las nuevas necesidades generadas por un mundo científico en profundo cambio, marcado cada vez más por la valoración de las publicaciones según el impacto científico de la revista, que se mide por su repercusión en las consultas y descargas on line a través de la web, lo que supone una transformación radical respecto al concepto tradicional de revista y de la propia dinámica de la construcción científica. Lo que antes se publicaba en congresos, reuniones científicas o monografías de ámbito local, regional, nacional e internacional sin más aval acreditado que la propia calidad del trabajo o el nombre y el buen hacer reconocido del investigador, ahora busca un acomodo en los portales on line de revistas científicas puesto que, si no, corre el riesgo de quedar al margen de la corriente principal de la investigación. Esto genera, por una parte, una dura competencia entre investigadores y grupos por “colocar” los resultados de sus trabajos en publicaciones con el mayor impacto posible, provocando un auténtico aumento de la “intensidad” científica en aras de una “productividad” que tiene su reflejo práctico en una mejora de las condiciones económicas y del ranking científico a través de los distintos sistemas de evaluación de la investigación nacionales o autonómicos (los denominados sexenios o tramos de investigación); por otra parte, las revistas, cuanto más ascienden en el ranking de impactos, mayor presión sufren por parte de autores en busca de publicaciones de calidad. Dicha presión se traslada a los evaluadores, que cada vez deben ser más diligentes, para cumplir los plazos, y tener un mayor grado de especialización.

La revista AEspA resulta paradigmática en este sentido, especialmente durante esta última etapa, habiéndose encontrado algunos años con 5 veces más material del que podía publicar. Por este motivo fue preciso en 2015 establecer un periodo de carencia de dos años, a fin de reflejar toda la pluralidad y riqueza de las distintas líneas de investigación presentes en la Arqueología española, que corría el riesgo de opacarse debido a autores más prolíficos y trabajadores. La atracción de artículos de alta calidad científica ha situado durante estos años a Archivo en la cúspide del ranking de revistas de Arqueología clásica de España, junto con otras publicaciones como Zephyrus.

Este proceso (evaluación externa, participación del consejo de redacción) ha “democratizado” de forma definitiva la revista dando entrada a un número mucho mayor de autores y grupos de investigación, tanto del ámbito académico como de la denominada Arqueología de gestión. Y tiene su reflejo en la amplitud temática que ha alcanzado la revista.

En cuanto a los autores más prolijos en estos momentos, destacan Juan Manuel Campos Carrasco, catedrático de Arqueología de la Universidad de Huelva, que es el que tiene más aportaciones, seguido de Rosario Cebrián Fernández -Universidad Complutense de Madrid-, de Margarita Orfila Pons -Universidad de Granada- y de Antonio Pizzo -Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma- (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020, p. 24, fig. 13Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ).

Resulta llamativa la escasez de publicaciones de miembros pertenecientes al CSIC (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2002, p. 24, fig. 16), lo que contrasta vivamente con las etapas anteriores. No cabe duda de que la implementación del nuevo sistema de evaluación, donde la presencia en publicaciones científicas periódicas siendo miembro del consejo de redacción penaliza notablemente de cara a las evaluaciones nacionales, está detrás de esta circunstancia, que se hace extensible al resto de los miembros de dicho comité.

Y en cuanto a la filiación de los autores, se observa una disminución de las aportaciones de los profesores e investigadores de casi todas las universidades españolas, excepto las de Sevilla y de Barcelona. El más notable es el caso de la Universidad Autónoma de Madrid, que ve reducida su presencia en casi un 85 % respecto al período anterior (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020, p. 24, fig. 16Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ), tal vez en relación con la jubilación de investigadores con una larga trayectoria dentro del ámbito de la Arqueología clásica, como Manuel Bendala y Carmen Fernández-Ochoa. De otro lado, existe un aumento considerable de contribuciones por parte de autores extranjeros, básicamente de Francia y de Portugal (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020, p. 25, fig. 21Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ).

Muy singular ha sido la incorporación de los investigadores portugueses y del idioma portugués durante la última década a las publicaciones de AEspA, síntoma de la integración cada vez mayor entre ambas naciones a nivel científico, desde el punto de vista de temáticas y proyectos de investigación. Los colegas portugueses han “adoptado” Archivo Español de Arqueología como una de las más cercanas de elevado impacto en los rankings científicos.

En cuanto a las líneas temáticas de las contribuciones a AEspA siguen estando muy presentes trabajos sobre el Bronce Final-Tartessos y las Colonizaciones griega y fenicio-púnica en la península ibérica. En este contexto no solo se presta atención al estudio de los yacimientos y del urbanismo, sino también al estudio de la religiosidad y de los santuarios, de las necrópolis y de la ocupación del territorio. Asimismo, encuentran cabida la epigrafía, la numismática y los estudios sobre joyería y cerámica prerromanas (Arruda, 2019Arruda, M. (2019). “A cerâmica grega de época arcaica do território actualmente português”. Archivo Español de Arqueología, 92, pp. 63-69. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.092.019.003 ), no solo desde una vertiente arqueométrica, sino también su relación con las rutas comerciales, su asociación con determinados rituales funerarios, por el aspecto iconográfico y, también, por el significado que tiene la presencia de materiales foráneos en los ajuares. También se dedica puntual atención a otras líneas temáticas, aunque ya fuera de nuestras fronteras: el mundo urbano cartaginés en el norte de África, la Arquitectura doméstica en Grecia o el estudio de Etruria durante el período orientalizante.

Respecto al mundo romano convienes decir que continúan presentes los estudios de epigrafía, numismática y musivaria, así como pintura, además de escultura y decoración arquitectónica, si bien este último campo ya es abordado desde una perspectiva arqueométrica más actual, en la que se intenta discriminar el tipo de material utilizado en su elaboración, así como la procedencia geográfica del mismo. Esta visión o perspectiva es también utilizada a la hora de abordar las técnicas edilicias tanto de los edificios públicos civiles y religiosos (p. e.: anfiteatros, termas, templos etc.) como de la arquitectura doméstica.

Por el contrario, la Arqueología urbana, que ha tenido un importante papel en el conocimiento de “la arquitectura y el urbanismo de las ciudades antiguas infrapuestas a las actuales” (Fernández-Ochoa y Durán, 2005, p. 130Fernández-Ochoa, C. y Durán Cabello, R. M. (2005). “García y Bellido y la arqueología urbana hipanorromana: De los sondeos a la planificación integral”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello. R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 113-136.) durante las últimas décadas del siglo XX, parece haber decaído durante los últimos años, en consonancia con la paralización de las grandes obras públicas y el cambio de paradigma conceptual de la mano de la Arqueología preventiva (Querol, 2010Querol, M.ª A. (2010). Manual de gestión del Patrimonio Cultural. Madrid: Akal.).

La aplicación de la Arqueoastronomía ha permitido la reinterpretación de algunas construcciones funerarias y ver la importancia que determinados cultos mistéricos han jugado dentro de la religión y de la religiosidad romana (Jiménez y Carrasco, 2012Jiménez Hernández, A. y Carrasco Gómez, I. (2012). “La Tumba del Elefante de la Necrópolis Romana de Carmona. Una revisión necesaria desde la Arqueología de la Arquitectura y la Arqueoastronomía”. Archivo Español de Arqueología, 85, pp. 119-139. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.085.012.007 ). También se incluyen algunos trabajos de Arqueología de la Arquitectura (Caballero, Arce y Utrero, 2004Caballero Zoreda, L.; Arce Sainz, F. y Utrero Agudo, M.ª A. (2004). “La iglesia de San Torcuato de Santa Comba de Bande (Orense): arqueología de la arquitectura”. Archivo Español de Arqueología, 77, pp. 273-318. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2004.v77.100 ), en los que se intenta precisar la cronología del edificio a partir del estudio de los paramentos.

En los estudios sobre Arqueología del paisaje y del territorio (Fiz, 2013Fiz Fernández. J. I. (2013). “Métodos estadísticos y funciones SIG: una propuesta de modelado del poblamiento en el ager Tarraconensis”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 91-112. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.006 ), se observa la indispensable utilización de los sistemas de información geográfica y la teledetección. Asimismo, se incorporan publicaciones que se enmarcan en lo que viene a denominarse desde hace algunos años Arqueología de la producción (Noguera y Antolinos, 2009Noguera Celdrán, J. M. y Antolinos Marín, J. A. (2009). “Áreas productivas y zonas de servicio de la villa romana de Los Cipreses (Jumilla, Murcia)”. Archivo Español de Arqueología, 82, pp. 191-220. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.082.009.008 ), un paso más de cara al conocimiento de la estructura económica del mundo romano. De esta manera, se oferta un panorama en el que se interrelacionan los datos procedentes de canteras (Taelman, 2014Taelman, D. (2014). “Reflexiones sobre el uso de mármol en Lusitania central en época romana: La decoración arquitectónica en piedra de Ammaia (São Salvador da Aramenha, Portugal)”. Archivo Español de Arqueología, 87, pp. 175-194. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.087.014.011 ), minas (Baron, Rico y Antolinos, 2017Baron, S.; Rico, C. y Antolinos Martín, J. A. (2017). “Le complexe d’ateliers du Cabezo del Pino (Sierra Minera de Cartagena-La Unión, Murcia) et l’organisation de l’activité minière à Carthago Noua à la fin de la République romaine. Apports croisés de l’archéologie et de la géochimie”. Archivo Español de Arqueología, 90, pp. 147-169. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.090.017.007 ) y vías de comunicación (Núñez y Sáenz de Urtubi, 2005Núñez Marcén, J. y Sáenz de Urtubi Rodríguez, F. (2005). “Una mutatio de la via ab Asturica Burdigalam en Mariturri (Vitoria/Álava)”. Archivo Español de Arqueología, 78, pp. 189-208. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2005.v78.80 ) con los lugares de aparición de tesorillos, proporcionando datos para conocer los patrones de ocupación del territorio y las posibles relaciones comerciales.

La Arqueología militar también ha jugado un papel fundamental en estos años, no solo por la importancia de cara al conocimiento de territorios en guerra o conquistados, sino también por el análisis de los asentamientos y campamentos militares, así como por el estudio de objetos singulares, militaria, aparecidos en yacimientos como León.

Dentro de este grupo hay que incluir los estudios sobre cerámica romana, cuyos análisis arqueométricos han proporcionado interesantes datos acerca de su verdadero contenido, así como del conocimiento de las rutas de comercio del grano, del vino y del garum y la salsamenta (García y Martínez, 2009García Vargas, E. y Martínez Maganto, J. (2009). “Fuentes de riqueza y promoción social de los »negotiantes salsarii «béticos durante el Alto Imperio romano: Una aproximación diacrónica”. Archivo Español de Arqueología, 82, pp. 133-152. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.082.009.006 ), considerando, también, la demanda de determinados centros productores cerámicos, a partir de la dispersión de sus productos.

En cuanto a la Tardoantigüedad, se han publicado artículos sobre urbanismo, viviendas y ocupación del territorio, y el mundo funerario asociados a todos ellos, integrando en estos casos los datos proporcionados por la epigrafía y la arquitectura sacras, que han sido determinantes para conocer la progresiva cristianización de las antiguas provincias romanas de Hispania.

Un aspecto de suma importancia en el devenir de la revista ha sido la incorporación de evidencias materiales de las fases emiral (García Entero et al., 2017García Entero, V.; Peña Cervantes, Y.; Zarco Martínez, E. y Aranda González, R. (2017). “Contextos cerámicos emirales del yacimiento de Carranque (Toledo)”. Archivo Español de Arqueología, 90, pp. 97-124. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.090.017.005 ; Blázquez y Martín, 2019Blázquez Cerrato, C. y Martín Esquivel, A. (2019). “Conjunto de dírhams califales hallado en Zamora: estudio e interpretación”. Archivo Español de Arqueología, 92, pp. 287-306. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.092.019.016 ) y califal (Pizarro, 2013Pizarro Berengena, G. (2013). “Los Pasadizos Elevados entre la Mezquita y el Alcázar Omeya de Córdoba. Estudio arqueológico de los sabatat”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 233-249. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.013 ; Hermann, 2013Hermann, M. (2013). “Vestigios altomedievales procedentes de las aguas de Ibiza/Eivissa (Islas Baleares)”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 251-260. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.014 ), así como altomedieval cristiana (Caballero Zoreda, 2013Caballero Zoreda, L. (2013). “Producciones constructivas y decorativas. Indicadores cronológico-culturales de la Alta Edad Media hispánica”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 187-214. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.011 ; Alfaro et al., 2017Alfaro Suescun, E.; Loza Uriarte, M.; Niso Lorenzo, J. y Solaun Bustinza, J. L. (2017). “Iglesias, rentas y sistemas de almacenamiento en el País Vasco durante los siglos X y XI d. C.: el testimonio arqueológico de San Martín de Dulantzi (Alegría-Dulantzi, Álava)”. Archivo Español de Arqueología, 90, pp. 247-270. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.090.017.011 ).

Otra línea de investigación se centra en la Historia e Historiografía de la Arqueología, dedicada tanto a materiales encontrados en excavaciones arqueológicas como a monumentos antiguos (Vallori et al., 2011Vallori, B.; Orfila Pons, M. y Cau Ontiveros, M. A. (2011). “Las excavaciones de Gabriel Llabrés, Rafael Isasi y Juan Llabrés en la ciudad romana de Pollentia (Alcudia, Mallorca) (1923-1946)”. Archivo Español de Arqueología, 84, pp. 285-304. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.084.011.012 ; Ronda, 2018bRonda Femenía, A. M.ª (2018b). “Revisión de los testimonios y documentos sobre el lugar del hallazgo de la Dama de Elche. La “fita” de Pedro Ibarra y la recreación de Ramos Folqués”. Archivo Español de Arqueología, 91, pp. 279-303. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.091.018.014 ). También han irrumpido estudios dedicados a los spolia (López y Martínez, 2006López Quiroga, J. y Martínez Tejera, A. M. (2006). “El destino de los templos paganos en Hispania durante la Antigüedad Tardía”. Archivo Español de Arqueología, 79, pp. 125-154. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2006.v79.7 ; Aja, 2007Aja Sánchez, J. R. (2007). “»Oboliscum in circo positum est«: monumentos tebanos en Roma y Constantinopla (s. IV). Memoria, expolio y religión”. Archivo Español de Arqueología, 80, pp. 285-308. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2007.v80.36 ) y la reutilización de dichos elementos de la Antigüedad clásica en épocas posteriores. Otro de los nuevos ámbitos incorporados son los ensayos relativos a la participación del público en los yacimientos arqueológicos. Esta investigación está en consonancia con los últimos trabajos realizados sobre la materia, que han centrado su atención en determinados personajes como Francisco de Bruna y Ahumada (Beltrán y Salas, 2018Beltrán Fortes, J. y Salas Álvarez, J. (2018). “Arqueología de la Sevilla ilustrada. La figura de Francisco de Bruna”. En: Beltrán Fortes, J. y Méndez Rodríguez, L. (Coords.). Sevilla en el Siglo de la Ilustración. Cultura, arte y ciencia en la ciudad del XVIII. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 99-139.; Beltrán, León y Vila, 2018Beltrán Fortes, J.; León Alonso, P. y Vila Villar, E. (Coords.) (2018). Francisco de Bruna (1719-1807) y su colección de antigüedades en el Real Alcázar de Sevilla. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.) o Francisco Xavier Delgado (Beltrán, Gimeno y Mora, 2020Beltrán Fortes, J.; Gimeno Pascual, H. y Mora Serrano, B. (2020). Sobre inscripciones y monedas. El anticuario Francisco Xavier Delgado Jurado en los primeros decenios del siglo XIX. Schedae epigráficas sevillanas y monetario. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.); sobre un yacimiento concreto (Ronda, 2018aRonda Femenía, A. M.ª (2018a). L’Alcúdia de Alejandro Ramos Folqués: contextos arqueológicos y humanos en el yacimiento de la Dama de Elche. Alicante: Universidad de Alicante.), sobre la participación española en las exposición de Roma de 1911 y 1937 (Tortosa, 2019Tortosa, T. (Ed.) (2019). Patrimonio Arqueológico español en Roma:“Le mostre internazionale di Archeologia” de 1911 y 1937 como instrumentos de Memoria Histórica. Roma: L’Erma di Bretschneider.) o acerca el Museo Arqueológico Nacional (Ruiz Zapatero, 2017aRuiz Zapatero, G. (2017). “La configuración de la arqueología contemporánea en España (1960-2017)”. En: Ruiz Zapatero, G. (Dir.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 83-119.); también acerca del papel desempeñado por las Comisiones Provinciales de Monumentos y Sociedades Arqueológicas en la recuperación del pasado de la nación (Mora y Tortosa, 2021Mora Rodríguez, G. y Tortosa Rocamora, T. (2021). Las Comisiones de Monumentos y las Sociedades Arqueológicas como instrumentos para la construcción del pasado europeo. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.). Tampoco podemos olvidar los últimos estudios sobre interdisciplinariedad en Arqueología, realizados a partir de los relatos y experiencias propias narradas en primera persona por diversos investigadores (Díaz-Andreu y Portillo, 2021Díaz-Andreu, M. y Portillo, M. (Coords.) (2021). Arqueología e interdisciplinariedad. La microhistoria de una revolución en la arqueología española (1970-2020). Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.).

Para ilustrar la evolución temática de la revista, sirva una comparativa de la presencia de algunos temas en las publicaciones AEspA y su devenir a lo largo de la última década (Fig. 7) donde se aprecian claramente las tendencias de la investigación, que requerirían, evidentemente, un análisis más completo y detallado. Hay campos como la arquitectura, con una presencia continuada en la revista desde sus inicios, que se mantienen de una forma más o menos constante a pesar de que pueden faltar en volúmenes concretos (por ejemplo, no se publicaron artículos sobre arquitectura en 2012, 2016 y 2017). Otros como la escultura, también con una larga trayectoria, parecen desvitalizarse y sufrir un retroceso frente a etapas anteriores (solo en 4 años de los 9 revisados se publicaron trabajos sobre dicha cuestión). Todavía más evidente es el retroceso en la investigación sobre mosaico romano, una de las señas de identidad de AEspA en la segunda mitad del siglo XX. En contraposición, los estudios sobre cerámica han experimentado un aumento considerable entre los trabajos publicados, presente en casi todos los años y siempre con un peso a veces superior a los artículos sobre arquitectura, superando en mucho a los de escultura. En todos ellos, independiente de si se trata de cerámica prerromana, griega y/o romana, se han incluido tanto estudios de índole arqueométrico como de tipo económico, poniendo los materiales en relación con las vías comerciales y las líneas de navegación. Interesante resulta asimismo la presencia, discreta pero habitual, de análisis relativos a necrópolis, también ocupando en este caso una amplia horquilla cronocultural.

medium/medium-AESPA-95-e10-gf7.png
Figura 7.  Comparativa entre algunos ítems temáticos aparecidos en la revista AEspA entre 2011 y 2019 (elaboración propia).

8. A MODO DE CONCLUSIONES

 

En este trabajo se ha pretendido realizar un primer acercamiento, desde un punto de vista estrictamente historiográfico, a la historia de la revista AEspA. Desde su fundación como Archivo Español de Arte y Arqueología, en 1925, y, posteriormente, desde 1940, denominada ya Archivo Español de Arqueología, la revista se ha constituido en un punto de referencia tanto para los investigadores españoles como extranjeros sobre Arqueología peninsular. Esto la convierte no solo en “testigo” sino también en un buen reflejo de la propia transformación experimentada por parte de la disciplina arqueológica en España durante casi un siglo de existencia. A lo largo de las seis etapas que hemos establecido, AEspA ha sido, y aún continúa siéndolo en la actualidad, uno de los órganos de difusión de las novedades y hallazgos arqueológicos, en la península ibérica y en el mundo mediterráneo, entre la Protohistoria y la Alta Edad Media.

Nacida como una publicación cuatrimestral, a lo largo de su existencia ha sufrido una serie de cambios en su estructura, organización y temática en razón de la propia evolución política e institucional del país y de la transformación de la Arqueología. Surgida como vehículo de expresión del CEH, tras la guerra civil, y ya bajo la dirección de Antonio García y Bellido, la revista pasó a convertirse en el medio de divulgación de las actividades del Instituto de Arqueología Rodrigo Caro. Desde entonces, a nivel institucional, ha sufrido diferentes cambios ligados a los de la propia estructura política aplicada por el Estado a través del CSIC, como principal organismo nacional de investigación. De esta manera ha estado sometida a avatares derivados de la política de presupuestos que afectó decisivamente a cuestiones de formación y contratación de personal y sus vaivenes a lo largo de casi un siglo.

En el devenir de AEspA se observa la influencia ejercida, al menos durante las primeras etapas, por los propios directores, en particular Manuel Gómez-Moreno y Elías Tormo, por una parte, y Antonio García y Bellido, por otra, a los que podemos sumar, en menor medida a José M.ª Blázquez. Ellos impulsaron la revista a lo largo de sus diferentes etapas de una forma personal, a veces ejerciendo un gran posibilismo para mantenerla en medio de dificultades políticas e institucionales. La huella de sus intereses epistemológicos y científicos, así como de sus relaciones personales (colegas y discípulos) se dejó sentir en los autores y temáticas presentes a lo largo de varias décadas. La propia evolución de la Arqueología en España y su progresiva institucionalización a partir de la década de 1980, gracias a los nuevos planes de estudios universitarios, determinó, primero, la necesidad de la participación de las universidades en el consejo de redacción y en el comité asesor, y, más tarde, la introducción del sistema de evaluación de artículos y la externalización de los principales cargos directivos, así como la ampliación del papel del consejo de redacción. Dicha transformación, que la alejaba de personalismos y de posibles influencias endogámicas, se reveló muy certera de cara a la conversión de AEspA en una revista “nacional” y su transformación en una de las principales publicaciones de referencia de nuestro país, reconocida también internacionalmente.

La evolución de AEspA puede seguirse bien a través tanto de la participación de investigadores como de las temáticas de sus artículos. La reducida participación de autores en las primeras dos etapas, casi siempre los mismos, nacionales y vinculados tanto a la Universidad Central como a la Institución Libre de Enseñanza y a la propia dirección de la revista, dejó paso, a partir de las transformaciones políticas y científicas de mediados del siglo XX, a una creciente participación de autores externos al CSIC, procedentes tanto de las universidades de Madrid como de otras universidades españolas. Además, a partir de ese mismo momento, se fueron incorporando publicaciones más numerosas tanto de autores extranjeros como de investigadoras. Sin embargo, en las décadas posteriores estas dos esferas han experimentado una evolución muy diferente.

Por lo que se refiere a los investigadores extranjeros, su presencia se ha mantenido constante a lo largo del tiempo, rara vez superando el 10 % del total de publicaciones, lo que constituye buena prueba de las dificultades de nuestro país para abrirse camino en un mundo científico global y con el inglés como principal idioma vehicular de la ciencia. Los índices de impacto de las revistas españolas en los rankings correspondientes no alcanzan evidentemente los de otras publicaciones anglosajonas y ello reorienta a los autores hacia dichos foros.

Se puede inferir otra consideración si analizamos la presencia extranjera en AEspA debido a su origen. A partir de 1940 aparecen en las páginas de la revista trabajos de autores alemanes, franceses, italianos y portugueses, tendencia que continúa en la actualidad. Si bien llama la atención que tan solo haya dos autores anglosajones en esta nómina. De hecho, el contacto con los alemanes es muy temprano y en el caso de los franceses y portugueses, también es muy precoz, con anterioridad a la guerra civil, y se prolongará durante las décadas posteriores. La aparición de investigadores italianos es posterior, en torno a las décadas centrales del siglo XX. Sin embargo, la casi total ausencia de autores anglosajones requiere un comentario especial. Este alejamiento se debe, posiblemente, a dos motivos. Por un lado, la incomprensión lingüística mutua: en los primeros años de AEAA y de AEspA, la mayoría de los investigadores nacionales desconocían el inglés mientras que tenían rudimentos de francés y alemán (durante la guerra y el comienzo de la posguerra debían estudiarse en el Bachillerato). Por su parte, los anglosajones no entendían el español y raramente conocían otra lengua que no fuera la propia, lo que constituye el segundo motivo, aunque es este un carácter que los diferencia de los franceses y alemanes, que contaban con notables escuelas de hispanistas, de larga tradición y, consecuentemente, sedes arqueológicas estables en nuestro país. Por esta razón, los investigadores anglosajones, no se sentían concernidos por los temas de Arqueología española. Es llamativo que este “absentismo” de los investigadores anglosajones, en general, y británicos, en particular, salvo excepciones como H. Comfort o S. Keay, se haya mantenido hasta nuestros días. Por el contrario, la presencia de investigadores de Italia y Portugal debemos ponerla en relación con la escasez de revistas de Arqueología bien posicionadas en índices de impacto de dichas naciones, que hacen que se vuelvan a AEspA por la facilitad idiomática y su elevada posición en el ranking.

En lo que respecta a la participación femenina en AEspA, la tendencia ha sido muy desigual. Las contribuciones firmadas por autoras no han dejado de ascender desde mediados del siglo XX (Pastor y Mateo, 2022Pastor Quiles, M. y Mateo Corredor, D. (2022): “(Still) a man’s world. Análisis de la evolución de la presencia de autoras en revistas científicas españolas de Arqueología (1970-2020)”. Archivo Español de Arqueología, 95, e02. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.02 ), representando hoy en día el 30-40 % de los artículos que se presentan en algunos números (16 investigadores por 10 investigadoras en el último número de 2019, un 37 %, por poner un ejemplo). No podemos dejar de mencionar que M.ª Paz García-Bellido fue la primera mujer en dirigir la revista. Evidentemente sería preciso realizar un análisis más detallado sobre el particular, donde se tuviera en consideración si se trata de firma única o múltiple y, en este segundo supuesto, su posición dentro del orden de firma. Tampoco podemos olvidar la evolución del número de investigadoras desde que se implementó el consejo de redacción (en la actualidad 6 investigadoras frente a 8 investigadores), así como el porcentaje de evaluadores por sexo. Pero las cifras ilustran muy bien la importante presencia femenina en el panorama de la Arqueología española, aunque todavía no se haya alcanzado la paridad absoluta (Pastor y Mateo, 2022Pastor Quiles, M. y Mateo Corredor, D. (2022): “(Still) a man’s world. Análisis de la evolución de la presencia de autoras en revistas científicas españolas de Arqueología (1970-2020)”. Archivo Español de Arqueología, 95, e02. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.02 ).

En relación con la participación de investigadores, es preciso señalar la incorporación masiva de arqueólogos “de gestión” y miembros de empresas de Arqueología a la nómina de autores a partir de mediados de la década de 1980, en consonancia con las transformaciones de la disciplina a partir de la Ley 16/1985 de Patrimonio. En la última etapa dicha tendencia se ha frenado e incluso se ha revertido en beneficio del personal universitario (profesores) e investigadores, lo que constituye un buen indicio acerca del final de la “Era de la Arqueología urbana” y de los grandes proyectos urbanísticos, así como de obras públicas a partir de la crisis económica que comenzó en 2008.

Finalmente, quedaría pendiente abordar un análisis pormenorizado respecto a las autorías individuales y colectivas para establecer su porcentaje total y, en el caso de las obras de varios autores, correlacionarlo con grupos y proyectos de investigación tanto a nivel nacional como autonómico. Una simple ojeada revela la fuerte presencia de autorías colectivas, que en algunos volúmenes -como el de 2018- alcanzan casi dos terceras partes del total de artículos. Una comparativa entre las diferentes etapas ofrece por si sola una visión de cómo ha cambiado la forma de trabajo entre los arqueólogos españoles a lo largo de un siglo.

Una de las cuestiones que reviste mayor interés es la de comprobar el desarrollo y transformación en la temática de los estudios. La inmensa mayoría de los 1650 artículos y notas de investigación publicados entre 1925 y 2019 se encuadran en temas de Arqueología de la península ibérica. El mundo de las Colonizaciones fenicia, griega y púnica, así como sobre las etapas prerromana y visigoda, fueron líneas de investigación “cultivadas” por la revista desde sus inicios, aunque el grueso de las publicaciones (46,7 %) siempre se ha centrado en el mundo romano. A partir de 1951, se abandonaron parcialmente los estudios dedicados al mundo celta y visigodo, que habían sido utilizados políticamente por el régimen franquista, para centrarse casi exclusivamente en las Colonizaciones/Tartessos y en la cultura romana, líneas en las que se estaban produciendo grandes avances en la investigación, p. e.: las excavaciones en El Carambolo o las de principales ciudades hispanorromanas como Tarraco o Italica.

Los cambios introducidos en la Arqueología española en la década de 1970 también tuvieron su reflejo en AEspA. Los nuevos métodos y planteamientos teóricos tuvieron como consecuencia el progresivo abandono de los estudios de corte artístico, en los que no se atendía al contexto de las piezas descritas, en favor de una diversificación temática de la revista. En efecto, se añaden nuevos ítems de investigación. En primer lugar, hay que subrayar que a partir de esta época ya se empieza a hablar de Arqueología hispanorromana, lo que supone un profundo cambio conceptual (Fernández-Ochoa y Morillo, 2005Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.). Se abordan cuestiones más transversales como la economía, la ocupación del territorio y el espacio rural, las producciones cerámicas y la expansión del cristianismo. Estos intereses se unieron a los ya conocidos sobre monumentos romanos, estatuaria y musivaria, de corte más clásico. Un poco más tarde, se introdujeron nuevas líneas de investigación que han ido asentándose en los años posteriores, como la Arqueología urbana, la Arqueología militar, la Arqueología del paisaje, la arqueominería así como estudios contextuales de moneda y de cerámica, además de análisis arqueométricos. En todos ellos, se presta una especial atención al estudio de los contextos mientras que se abandonan los artículos de índole puramente artística. También se incluyen en este momento los estudios sobre Historia e Historiografía de la Arqueología española, que hoy constituyen una línea consolidada dentro de la investigación española.

Esta evolución respecto a las temáticas abordadas no es exclusiva de AEspA, pues se puede rastrear como una dinámica general de las últimas décadas si la comparamos con otras publicaciones científicas de Arqueología.

Ya en el siglo XXI, la adopción del sistema de evaluación externa y los cambios en la estructura de la ciencia española marcan el inicio de una nueva etapa, que convierte AEspA en una de las principales revistas de Arqueología en nuestro país por el índice de impacto que tiene dentro de los rankings de clasificación de revistas. Desde el punto de vista temático se ha revitalizado la línea centrada en Tartessos y las Colonizaciones con nuevos enfoques y perspectivas, al igual que en mundo ibérico y romano. También se ha incorporado una consistente línea temática centrada en la Alta Edad Media andalusí (periodos emiral y califal) y cristiana. Se presta atención a los estudios sobre la religión y los santuarios, a las necrópolis y a la ocupación del territorio, pero con una visión transversal, pues también tendrán cabida la relación de estos ítems con las rutas comerciales -por la presencia de materiales ajenos a la península ibérica- y por su asociación con determinados rituales funerarios, a partir de ciertas tipologías constructivas o de su interpretación desde un punto de vista arqueoastronómico. Se introduce de una forma más decidida la Arqueometría aplicada a cerámica o decoración arquitectónica, o evidencias militares de época romana y también aparecen los primeros trabajos vinculados a la Arqueología de la producción. A ellos hay que añadir una vuelta a los temas del norte de África, relacionados con la participación de diversas universidades en los trabajos arqueológicos en el yacimiento de Cartago.

Más allá de estas páginas, que representan un análisis preliminar, quedan numerosas cuestiones por analizar en la historia e historiografía de AEspA, que pueden ser líneas de investigación ad futurum. A modo de ejemplo, se podría indicar la cuantificación de artículos de autoría individual o colectiva, como ya hemos apuntado más arriba. Otra línea de trabajo podría ser un estudio comparativo porcentual entre las publicaciones del personal adscrito a los centros de investigación y los trabajos derivados de la actividad generada por la Arqueología de gestión y arqueólogos de empresa, máxime cuando algunos de esos grupos de investigación han desarrollado sus propios instrumentos para la gestión del patrimonio arqueológico, como son los casos del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida o el extinto TED’A de Tarragona, que, en muchos casos, han proporcionado investigadores a distintos organismos o profesores a varias universidades españolas.

Relacionado con este punto, también cabría realizar un estudio cuantitativo de la presencia del profesorado universitario entre los autores de AEspA, a fin tener una respuesta a esos altibajos en el número de autores no solo entre unas y otras universidades a lo largo de las distintas etapas de la publicación, sino también conocer quiénes y sobre qué temas publican los distintos investigadores del ámbito universitario, o si estos han cambiado/ampliado sus temas de investigación o han concentrado su trabajo en otras revistas o en otro tipo de publicaciones. Esto podría completarse con una comparativa bibliométrica con otras publicaciones, monografías y congresos, pues podrían indicar especializaciones temáticas entre las diferentes revistas tanto de carácter nacional como regional, e incluso con un índice histórico de investigadores de referencia por temas de investigación durante los últimos años.

Igualmente, un aspecto para investigar en el futuro sería el análisis cuantitativo de las publicaciones en otros idiomas. En la última etapa, AEspA ha publicado artículos en francés, italiano y portugués, pero no en inglés, el idioma internacional por excelencia en la investigación en los últimos años. Esto contrasta con otras revistas de temática parecida, publicadas tanto por el propio CSIC -Trabajos de Prehistoria y Arqueología de la Arquitectura- como por otras universidades -Spal, Zephyrvs y Complutum por citar algunas- que han publicado trabajos en portugués, inglés e italiano. Pero, curiosamente, ninguna de las revistas mencionadas ha publicado trabajos en alemán, aunque sí de autores alemanes (T. Schattner, A. U. Stylow, S. Panzram, M. Hermann), pero en español. Este tipo de estudio podría proporcionar datos acerca de las relaciones internacionales de los principales grupos de investigación que trabajan en nuestro país y obtener alguna explicación al porqué apenas se publica en francés y en alemán, cuando en España tanto la Casa de Velázquez como el Instituto Arqueológico Alemán desarrollan proyectos arqueológicos desde mediados del siglo XX. Está claro que al tener ambas instituciones sus propios canales de difusión publican de manera dúplice: para sus respectivas comunidades científicas, por un lado, y, de otro, para hacer difusión de los resultados de sus excavaciones en el país donde se radican.

Finalmente, sería preciso hacer una revisión temática por periodos cronoculturales más detallada y cuidadosa, para establecer conexiones con las tendencias en la investigación. Además, debería complementarse con la realización de un estudio comparativo entre diferentes revistas de Arqueología y correlacionar los firmantes con centros universitarios y proyectos y equipos.

NOTAS

 
*

Este trabajo se inscribe dentro del proyecto de investigación “Paisaje y territorio militarizado en la Hispania romana: movilidad y transferencia cultural (ss. II a.C.-IV d.C.)” (I+D HAR2017-85929-P), concedido por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (MINECO), a la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), cuyos investigadores principales son Ángel Morillo y Cruces Blázquez Cerrato. Agradecemos a los evaluadores anónimos las indicaciones y sugerencias efectuadas en su ánimo de mejorar este trabajo.

1

https://www.youtube.com/playlist?list=PL0AC1F6EEF983A68A [Fecha consulta 17.01.2022]

2

https://www.ub.edu/arqueologas/proyecto/?reload=439029 [Fecha consulta 17.01.2022].

3

Agradecemos a Indira de Choudens Martínez su ayuda con la realización de las tablas gráficas que se acompañan al presente trabajo.

4

Tampoco se han analizado otros datos de la publicación, como pueden ser la estructura económica de la revista, la evolución de las subvenciones, número de artículo por cada volumen y de ejemplares de las tiradas, política de intercambio y suscriptores, descargas y citaciones, etc., lo que habría aumentado considerablemente el número de páginas de este artículo y no ser, estrictamente, el objetivo fundamental de este análisis historiográfico. En cualquier caso, en estos apartados nos remitidos a lo ya publicado (Rodríguez-Yunta y Vidal, 2020Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001 ).

5

Real Decreto de 18 de marzo de 1910, publicado en la Gaceta de Madrid n.º 78, de 19 de marzo de 1910, pp. 582-583.

6

El art. 2 del Real Decreto de 18 de marzo de 1910, hace mención a las “misiones científicas, excavaciones y exploraciones para el estudio de monumentos, documentos [...] y, en general, cuanto pueda ser fuente de conocimiento histórico”.

7

La tesis doctoral de Angulo versaba sobre Arquitectura mudéjar sevillana de los siglos XIII, XIV y XV y fue codirigida por Tormo y Gómez-Moreno.

8

BOE de 28 de noviembre. https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1939/332/A06668-06671.pdf, modificado posteriormente por el Reglamento de 10 de febrero de 1940.

9

Publicado en el BOE n.º 2 de 1956, de 2 de enero.

10

http://aespa.revistas.csic.es/index.php/aespa. [Consultado en fecha 15 de enero de 2021].

11

Agradecemos a Ángel Morillo sus comentarios sobre la evolución interna de AEspA durante su periodo como secretario y director de la revista.

BIBLIOGRAFÍA

 

Aja Sánchez, J. R. (2007). “»Oboliscum in circo positum est«: monumentos tebanos en Roma y Constantinopla (s. IV). Memoria, expolio y religión”. Archivo Español de Arqueología, 80, pp. 285-308. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2007.v80.36

Alfaro Suescun, E.; Loza Uriarte, M.; Niso Lorenzo, J. y Solaun Bustinza, J. L. (2017). “Iglesias, rentas y sistemas de almacenamiento en el País Vasco durante los siglos X y XI d. C.: el testimonio arqueológico de San Martín de Dulantzi (Alegría-Dulantzi, Álava)”. Archivo Español de Arqueología, 90, pp. 247-270. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.090.017.011

Arciniega García, L. (2014). Elías Tormo y Monzó (1869-1957) y los inicios de la Historia del Arte en España. Granada: CEHA.

Arciniega García, L. (2016). “El Centro de Estudios Históricos, colmena de investigadores”. En Arciniega García, L. (Coord.). Elías Tormo, apóstol de la historia del arte en España. València: Institució Alfons el Magnànim, pp. 107-112.

Armada, X. L. (2017). “Las revistas de arqueología en España”. En: Ruiz Zapatero, G. (Coord.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 90-91.

Arruda, M. (2019). “A cerâmica grega de época arcaica do território actualmente português”. Archivo Español de Arqueología, 92, pp. 63-69. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.092.019.003

Balmaseda Muncharaz, L. J. (1995). “El tesoro perdido de Guarrazar”. Archivo Español de Arqueología, 68, pp. 35-43. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1995.v68.404

Baquedano Beltrán, I. (2006). “Doña Encarnación Cabré: sus trabajos arqueológicos en Guadalajara y en la colección Cerralbo”. En: García-Soto Mateos, E., García Valero, M.A. y Martínez Naranjo, J.P. (Coords.). Actas del Segundo Simposio de Arqueología de Guadalajara. Sigüenza (Guadalajara): Centro de Profesores, pp. 489-516.

Barbero, A. y Vigil, M. (1965). “Sobre los orígenes sociales de la Reconquista: cántabros y vascones desde fines del Imperio Romano hasta la invasión musulmana”. Boletín Real Academia de la Historia, 156, pp. 271-339.

Baron, S.; Rico, C. y Antolinos Martín, J. A. (2017). “Le complexe d’ateliers du Cabezo del Pino (Sierra Minera de Cartagena-La Unión, Murcia) et l’organisation de l’activité minière à Carthago Noua à la fin de la République romaine. Apports croisés de l’archéologie et de la géochimie”. Archivo Español de Arqueología, 90, pp. 147-169. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.090.017.007

Beltrán Fortes, J. y Cortadella Morral J. (2017). “La consolidación de la arqueología moderna (1912-1960)”. En: Ruiz Zapatero, G. (Coord.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 53-81.

Beltrán Fortes, J.; Gimeno Pascual, H. y Mora Serrano, B. (2020). Sobre inscripciones y monedas. El anticuario Francisco Xavier Delgado Jurado en los primeros decenios del siglo XIX. Schedae epigráficas sevillanas y monetario. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.

Beltrán Fortes, J.; León Alonso, P. y Vila Villar, E. (Coords.) (2018). Francisco de Bruna (1719-1807) y su colección de antigüedades en el Real Alcázar de Sevilla. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.

Beltrán Fortes, J. y Salas Álvarez, J. (2018). “Arqueología de la Sevilla ilustrada. La figura de Francisco de Bruna”. En: Beltrán Fortes, J. y Méndez Rodríguez, L. (Coords.). Sevilla en el Siglo de la Ilustración. Cultura, arte y ciencia en la ciudad del XVIII. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 99-139.

Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello. R. y Morillo, A. (Eds.) (2005). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC.

Bianchi Bandinelli, R. (1982). Introducción a la Arqueología Clásica como Historia del Arte Antiguo. Madrid: Akal. [Roma: 1976].

Blanco Freijeiro, A. (1975). “García y Bellido, fundador del Instituto Español de Arqueología”. Cuadernos de la Fundación Pastor, 20, pp. 23-32.

Blánquez Pérez, J. y Pérez, M. (2004). Antonio García y Bellido. Misceláneas. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

Blánquez Pérez, J. y Rodríguez Nuere. B. (Eds.) (2004). El arqueólogo Juan Cabré (1882-1947). La fotografía como técnica documental. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

Blánquez Pérez, J. y Roldán, L. (2006). Augusto Fernández de Avilés en homenaje. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

Blázquez Cerrato, C. y Martín Esquivel, A. (2019). “Conjunto de dírhams califales hallado en Zamora: estudio e interpretación”. Archivo Español de Arqueología, 92, pp. 287-306. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.092.019.016

Blázquez Martínez, J. M.ª (1975a). “El Profesor García y Bellido y la Arqueología Clásica”. Cuadernos de la Fundación Pastor, 20, 35-43.

Blázquez Martínez, J. M.ª (1975b). La Romanización. Madrid: Istmo.

Blázquez Martínez, J. M.ª (1995). “Tres arqueólogos españoles del siglo XX: los profesores A. García y Bellido, A. Blanco y J. Maluquer de Motes”. VII Jornadas de Arte. Historiografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. Madrid: CSIC, pp. 87-196.

Blech, M. (2017). “La trayectoria de Schulten en la Alemania imperial”. En: Baquedano, E. y Arlegui, M. (Coords.). Schulten y el descubrimiento de Numantia, Alcalá de Henares: Museo Arqueológico Regional, pp. 70-103.

Caballero Zoreda, L. (2013). “Producciones constructivas y decorativas. Indicadores cronológico-culturales de la Alta Edad Media hispánica”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 187-214. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.011

Caballero Zoreda, L.; Arce Sainz, F. y Utrero Agudo, M.ª A. (2004). “La iglesia de San Torcuato de Santa Comba de Bande (Orense): arqueología de la arquitectura”. Archivo Español de Arqueología, 77, pp. 273-318. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2004.v77.100

Cabañas Bravo, M. (2007). “La Historia del Arte en el Instituto Diego Velázquez del CSIC entre 1939 y 1975”. En: Puig-Samper Mulero, M. A. (Ed.). Tiempos de investigación JAE-CSIC, cien años de ciencia en España. Madrid: CSIC, pp. 333-345.

Cabañas Bravo, M. (2010). “La investigación en Historia del Arte en el Centro de Estudios Históricos de la JAE”. En: Sánchez Ron, J. M. y García Velasco, J. (Eds.). 100 JAE. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas en su Centenario. Tomo II. Madrid: Residencia de Estudiantes, pp. 181-193.

Campos Carrasco, J. y González, J. (1987). “Los foros de Hispalis Colonia Romula”. Archivo Español de Arqueología, 60, pp. 123-158.

Carandini, A. (1984). Arqueología y Cultura material. Barcelona: Mitre [Bari: 1975].

Carandini, A. (1997). Historias en la Tierra. Manual de excavación arqueológica. Barcelona: Bellaterra. [Turín: 1991].

Carriazo Rubio, J. L. (Coord.) (2001). Juan de Mata Carriazo y Arroquia: perfiles de un centenario (1899-1999). Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.

Casado Rigalt, D. (2006). José Ramón Mélida (1856-1933) y la arqueología española. Madrid: Real Academia de la Historia.

Casado Rigalt, D. y Mederos Martín, A. (2020). “La proyección exterior de la arqueología española a través de los congresos arqueológicos internacionales (1900-1936)”. Lucentum, XXXIX, pp. 329-348. DOI: https://doi.org/10.14198/LVCENTVM2020.39.14

Castelo Ruano, R.; Cardito Rollán, L.; Panizo Arias, I. y Rodríguez Casanova, I. (1997). “Julio Martínez Santa-Olalla. Vinculación y contribución a los organismos e instituciones arqueológicas española de posguerra”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 573-580.

Cepas Palanca, A. (2002). “La Tabvla Imperii Romani. Antecedentes de un proyecto científico de documentación arqueológica”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 333-348. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.142

Chevallier, R. (1976). “Le paysage palimpseste de l’histoire: pour une archéologie du paysage”. Mélanges de la Casa de Velázquez, 12, pp. 503-510.

Chouquer, G.; Clavel-Levêque, M.; Favory, F. y Vallat, J.-P. (1987). Structures agraires en Italie centro-meridionale. Roma: École Française de Rome.

Contreras, J. (1940). “Prólogo”. Archivo Español de Arqueología, 41, pp. 3-4.

Cortadella i Morral, J. (1997). “El profesor Nino Lamboglia (1912-1977) y la arqueología clásica en España”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 553-564.

Cortadella i Morral, J. (2003). “Historia de un libro que se sostenía por sí mismo”. En: Bosch Gimpera, P. Etnología de la Península Ibérica. Edición de J. Cortadella Morral. Pamplona: Urgoiti, pp. VIII-CCXLI.

De Carrera, E. y Martín Flores, A. (1997). “Las instituciones arqueológicas del Ayuntamiento de Madrid: el Servicio de Investigaciones Prehistóricas y el Instituto Arqueológico Municipal”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 581-592.

De la Rasilla Vives, M. (1997). “La Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas y la Arqueología Prehistórica en España (1913-1935)”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 431-437.

De la Rasilla Vives, M. (2004). “La Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas: algunas consideraciones sobre su andadura y economía”. Zona Arqueológica, 4 (4), pp. 325-343.

Díaz-Andreu, M. (1995). “Arte y arqueología: la larga historia de una separación”. VII Jornadas de Arte. Historiografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. Madrid: CSIC, pp. 151-160.

Díaz-Andreu, M. (2003). “Arqueología y dictaduras: Italia, Alemania y España”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 33-74.

Díaz-Andreu, M. (2004). “Mélida: génesis, pensamiento y obra de un maestro”. En: Mélida, J. R. Arqueología española. Edición de M. Díaz-Andreu. Pamplona: Urgoiti, pp. IX-CXCIX.

Díaz-Andreu, M. y Mora, G. (1995). “Arqueología y política: el desarrollo de la Arqueología española en su contexto histórico”. Trabajos de Prehistoria, 52 (1), pp. 25-38. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.1995.v52.i1.429

Díaz-Andreu, M. y Portillo, M. (Coords.) (2021). Arqueología e interdisciplinariedad. La microhistoria de una revolución en la arqueología española (1970-2020). Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.

Díaz-Andreu, M. y Ramírez Sánchez, M. (2001). “La Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas (1939-1955): la administración del Patrimonio Arqueológico en -en España durante la primera etapa de la dictadura franquista”. Complutum, 12, pp. 325-343.

Fernández Gómez, F. (2019). “Concepción Fernández-Chicarro y de Dios (1916-1979)”. 150 años de una profesión: de anticuarios a conservadores. Madrid: Ministerio de Cultura y Deportes, vol. II, pp. 662-674.

Fernández-Ochoa, C. (2002). “Antonio García y Bellido y la Arqueología del Noroeste Peninsular”. En: Morillo Cerdán, A.; García Marcos, V. y Fernández Ochoa, C., Imágenes de Arqueología Leonesa. Antonio García y Bellido y el Noroeste Peninsular en la Antigüedad. Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 21-35.

Fernández-Ochoa, C. y Durán Cabello, R. M. (2005). “García y Bellido y la arqueología urbana hipanorromana: De los sondeos a la planificación integral”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello. R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 113-136.

Fernández-Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. (2005). “Arqueología Hispanorromana (1940-2000. Evolución temática y valoración historiográfica”. En: Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A. La Arqueología Hispanorromana a fines del siglo XX. Bibliografía temática y balance historiográfico. Madrid: NRT Ediciones, pp. 249-262.

Fernández-Ochoa, C. y Querol, M.ª A. (2000). “La Arqueología urbana en España”. Actas do 3º Congreso de Arqueología Peninsular, VIII. “Terrenos” da Arqueología da Península Ibérica. Porto: ADECAP, pp. 11-19.

Fiz Fernández. J. I. (2013). “Métodos estadísticos y funciones SIG: una propuesta de modelado del poblamiento en el ager Tarraconensis”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 91-112. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.006

García y Bellido, A. (1951). “El Instituto de Arqueología y Prehistoria Rodrigo Caro”. Archivo Español de Arqueología, 83-84, pp. 161-168.

García y Bellido, A. (1955). Arte Romano. Madrid: CSIC.

García y Bellido, A. (1960). “Adolf Schulten”. Archivo Español de Arqueología, 33, 222-238.

García-Bellido, M.ª P. (1995). “Moneda y territorio: la realidad y su imagen”. Archivo Español de Arqueología, 68, pp. 131-147. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1995.v68.402

García-Bellido, Mª. P. (2019). “Antonio García y Bellido y la influencia alemana en su primera etapa profesional”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 33-52.

García del Toro, M. A.; García Avolio, J. L.; Juarez Pérez, M. y López Guerao, M. A. (1999). “Estudio bibliométrico de la revista Archivo Español de Arqueología: foro nacional de investigación arqueológica”. XXIV Congreso Nacional de Arqueología (Cartagena 1997), Murcia: Instituto de Patrimonio Histórico. Vol. 5, pp. 329-338.

García Entero, V.; Peña Cervantes, Y.; Zarco Martínez, E. y Aranda González, R. (2017). “Contextos cerámicos emirales del yacimiento de Carranque (Toledo)”. Archivo Español de Arqueología, 90, pp. 97-124. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.090.017.005

García Jiménez, I. (2016). “Cayetano de Mergelina, arqueólogo sanluqueño”. En: Parodi Álvarez, M. (Coord.). Arqueólogos por el Bajo Guadalquivir en la primera mitad del Siglo XX (IIIª Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir). Sanlúcar de Barrameda (Cádiz): Fundación Casa Medina Sidonia, pp. 119-133.

García Santos, J. C. (2008). “Una encrucijada en el mundo de la prehistoria española. La oposición a Cátedra de Historia Primitiva del Hombre de 1954”. Revista de Historiografía, 9, pp. 146-166.

García Vargas, E. y Martínez Maganto, J. (2009). “Fuentes de riqueza y promoción social de los »negotiantes salsarii «béticos durante el Alto Imperio romano: Una aproximación diacrónica”. Archivo Español de Arqueología, 82, pp. 133-152. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.082.009.006

García Vuelta, O. (2006). “El Instituto de Estudios sobre Armas Antiguas (CSIC). Una aproximación a su historia (1960-1988)”. Gladius, XXVI, pp. 119-147. DOI: https://doi.org/10.3989/gladius.2006.6

Giner de los Ríos, F. (1936). Arqueología artística de la Península. Madrid: Espasa Calpe.

Gómez Gonzalo, M.ª P. (2017). Adolf Schulten en Numancia, Historia de una controversia. Soria: Diputación Provincial.

González Reyero, S. (1999). “D. Juan Cabré Aguiló (1882-1947). Los trabajos de cultura ibérica de un pionero”. En: Blánquez Pérez, J. y Roldán Gómez, L. (Eds.). La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria. Madrid: Patrimonio Nacional, vol. 1, pp. 87-94.

González Reyero, S. (2019). “El descubrimiento de Toya en su contexto: la aportación de Juan Cabré Aguiló”. En: Bellón Ruiz, J. P. y Moreno Padilla, M.ª I. (Coords.). Cien años de arqueología de un monumento: la cámara de Tugia. Jaén: Instituto de Estudios Giennenses, pp. 45-66.

González Rodríguez, R. (2016). “Manuel Esteve Guerrero: arqueólogo y fundador del Museo Arqueológico Municipal de Jerez de la Frontera”. En: Parodi Álvarez, M. (Coord.). Arqueólogos por el Bajo Guadalquivir en la primera mitad del Siglo XX (IIIª Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir). Sanlúcar de Barrameda (Cádiz): Fundación Casa Medina Sidonia, pp. 157-179.

González Serrano, P. y Ruiz Bremón, M. (1997). “Antonio García y Bellido y la Escuela de Arqueología Clásica en Madrid”. En: Mora, G. y Díaz-Andreu, M. (Eds.). La Cristalización del Pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España. Málaga: Universidad de Málaga, pp. 593-598.

Gozalbes Cravioto, E. (2003). “África Antigua en la Historiografía y Arqueología de época franquista”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coord.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975), Málaga: CEDMA, pp. 135-160.

Gracia Alonso, F. (2009). La Arqueología durante el primer franquismo (1939-1956). Barcelona: Bellaterra.

Gracia Alonso, F. (2011). Pere Bosch Gimpera: universidad, política, exilio. Madrid: Marcial Pons.

Gracia Alonso, F. (2012). Arqueologia i política. La gestió de Martín Almagro Basch al capdavant del Museu Arqueològic Provincial de Barcelona (1939-1962). Barcelona: Universitat de Barcelona.

Gracia Alonso, F. (2015). “Història de Pyrenae, Cinquanta anys de recerca i difusió de l’Arqueologia a la Universitat de Barcelona (1965-2015)”. Pyrenae, 46 (1), pp. 13-37.

Gracia Alonso, F. (2021a). Ciencia y Política: La organización de la arqueología y la prehistoria en España (1850-1939). Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.

Gracia Alonso, F. (2021b). “El projecte de Martín Almagro Basch per potenciar Empúries. Els Cursos Internacionals d’Arqueologia”. En: Castañer Masoliver, P.; Hernández, E.; Santos Retolaza, M.; Tremoleda Trilla, J. y Oliveras Llovera, V. (Eds.). Els Cursos d´Arqueologia d´Empúries (1947-2001). Empuries: Museu d’Arqueologia de Catalunya, pp. 35-47.

Gracia Alonso, F. y Fullola Pericot, J. M.ª (2006). El sueño de una generación. El Crucero Universitario por el Mediterráneo de 1933. Barcelona: Universitat de Barcelona.

Gracia Alonso, F. y Munilla Cabrillana, G. (2010). “El Instituto Arqueológico Nacional e Imperial. Un intento fallido de reorganización de la protección y estudio del patrimonio arqueológico en 1938”. En: Colorado Castellary, A. (Ed.). Patrimonio, Guerra Civil y Posguerra. Madrid: Ediciones Complutenses, pp. 175-186.

Gutiérrez Lloret, S. (1997). Arqueología. Introducción a la historia material de las sociedades del pasado. Alicante: Universidad de Alicante.

Harris, E. C. (1991). Principios de estratigrafía arqueológica. Barcelona: Bellaterra. [London: 1989, 2ª ed.].

Hermann, M. (2013). “Vestigios altomedievales procedentes de las aguas de Ibiza/Eivissa (Islas Baleares)”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 251-260. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.014

Jiménez Hernández, A. y Carrasco Gómez, I. (2012). “La Tumba del Elefante de la Necrópolis Romana de Carmona. Una revisión necesaria desde la Arqueología de la Arquitectura y la Arqueoastronomía”. Archivo Español de Arqueología, 85, pp. 119-139. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.085.012.007

Koch, M. (2005). “La obra de García y Bellido en la tradición científica alemana”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello, R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 15-20.

Koch, M. (2019). “Antonio García y Bellido, un arqueólogo/historiador en su tiempo”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 25-32.

López Monteagudo, G. (2005). “García y Bellido y los mosaicos romanos”. En: Bendala, M.; Fernández Ochoa, C.; Durán Cabello, R. y Morillo, A. (Eds.). La Arqueología Clásica Peninsular ante el Tercer Milenio. En el Centenario de A. García y Bellido (1903-1972). Madrid: CSIC, pp. 85-91.

López Quiroga, J. y Martínez Tejera, A. M. (2006). “El destino de los templos paganos en Hispania durante la Antigüedad Tardía”. Archivo Español de Arqueología, 79, pp. 125-154. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2006.v79.7

López Rodríguez, J. R. (2018). “Aportaciones a la museografía y la arqueología españolas: Joaquín María de Navascués, director del Museo Arqueológico Nacional”. En: Carretero Pérez, A.; Papí, C. y Ruiz Zapatero, G. (Coords.). Arqueología de los museos. 150 años de la creación del Museo Arqueológico Nacional: actas del V Congreso Internacional de Historia de la Arqueología / IV Jornadas de Historia SEHA - MAN. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pp. 449-470.

Mateo Gómez, I. (Coord.) (2001). Diego Angulo Íñiguez, historiador del arte. Madrid: CSIC.

Mateos Cruz, P. (2001). “Augusta Emerita: la investigación arqueológica en una ciudad de época romana”. Archivo Español de Arqueología, 74, pp. 183-2008. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2001.v74.153

Mederos Martín, A. (2003-2004). “Julio Martínez Santa-Olalla y la interpretación aria de la Prehistoria de España (1939-1945)”. BSAA Arqueología, 69-70, pp. 13-56.

Mederos Martín, A. (2010a). “Una trayectoria rota. Juan de Mata Carriazo, Catedrático de Prehistoria e Historia de España Antigua y Media de la Universidad de Sevilla”. Spal-Revista de Prehistoria y Arqueología, 19, pp. 61-96. DOI: https://doi.org/10.12795/spal.2010.i19.03

Mederos Martín, A. (2010b). “Cayetano de Mergelina, catedrático de arqueología y director del Museo Arqueológico Nacional”. BSAA Arqueología, 76, pp. 179-212.

Mederos Martin, A. (2010-2011). “Hugo Obermaier, el duro camino hacia la cátedra de historia primitiva del hombre (1877-1922)”. Boletín de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, 46, pp. 235-260.

Mederos Martín, A. (2013). “La etapa final de los arqueólogos de la Escuela Superior de Diplomática. José Ramón Mélida, Catedrático de Arqueología y Director del Museo Arqueológico Nacional (1912-1930)”. BSAA Arqueología, 79, pp. 77-225.

Mederos Martín, A. (2014). “Antonio Vives y Escudero, coleccionista, arqueólogo y primer catedrático de numismática de la Universidad de Madrid”. En: Ferrando Ballester, C. y Costa Ribas, B. (Eds.). In amicitia miscel·lània d’estudis en homenatge a Jordi H. Fernández. Ibiza: Museu Arqueològic d’Evissa i Formentera, pp. 417-431.

Mederos Martín, A. (2017). “Martín Almagro Basch, un balance de su trayectoria científica (1934-1984)”.Cuadernos de Prehistoria y Arqueología, 43, pp. 251-289.

Mederos Martín, A. (2018). “Emilio Camps Cazorla, profesor ayudante de Gómez-Moreno y director electo del Museo Arqueológico Nacional (1903-1952)”. Spal-Revista de Prehistoria y Arqueología, 27(2), pp. 287-314.

Mena Muñoz, P. y Méndez Madariaga, A. (2002). “Las instituciones arqueológicas madrileñas”. En: Quero Castro, S. y Pérez Navarro, A. (Coord.). Historiografía de la Arqueología Española. Las Instituciones. Madrid: Ayuntamiento, pp. 187-221.

Mora Rodríguez, G. (2002). “Archivo Español de Arqueología. Notas para una historia de la revista”. Archivo Español de Arqueología, 75, pp. 5-20. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2002.v75.125

Mora Rodríguez, G. (2003). “El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Antigüedad y el CSIC”. En: Wulff Alonso, F. y Álvarez Martí-Aguilar, M. (Coords.). Antigüedad y Franquismo (1936-1975). Málaga: CEDMA, pp. 95-109.

Mora Rodríguez, G. (2019). “Antonio García y Bellido y Hugo Obermaier: contexto intelectual e historia de una amistad epistolar”. En: Sánchez Moreno, E. (Coord.). Veinticinco Estampas de la España Antigua cincuenta años después (1967-2017). En torno a la obra de Antonio García y Bellido y su actualización científica. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla, pp. 53-68.

Mora Rodríguez, G. y Tortosa Rocamora, T. (2021). Las Comisiones de Monumentos y las Sociedades Arqueológicas como instrumentos para la construcción del pasado europeo. Sevilla: Editorial de la Universidad de Sevilla.

Morán, G. (1998). El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Barcelona: Tusquets.

Morillo Cerdán, A. (1991). “Fortificaciones campamentales de época romana en España”. Archivo Español de Arqueología, 64, pp. 135-190. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1991.v64.502

Morillo Cerdán, A. (Coord.) (2005). Arqueología Militar Romana en Hispania. Anejos de Gladius, 5. Madrid: CSIC.

Morillo Cerdán, A. (2008): “Criterios arqueológicos de identificación de los campamentos romanos en Hispania”. Salduie, 8, pp. 73-93.

Morillo Cerdán, A. y Martín Hernández, E. (2005). “El ejército romano en la Península Ibérica. De la »Arqueología Filológica« a la Arqueología Militar Romana”. Estudios humanísticos. Historia, 4, pp. 177-208.

Morillo Cerdán, A.; García Marcos, V. y Fernández-Ochoa, C. (2002). Imágenes de Arqueología Leonesa. Antonio García y Bellido y el Noroeste Peninsular en la Antigüedad. Valladolid: Junta de Castilla y León.

Noguera Celdrán, J. M. (2020). “Editorial: AEspA abre nueva época digital a los 80 [95] años de su fundación”.Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 7-10.

Noguera Celdrán, J. M. y Antolinos Marín, J. A. (2009). “Áreas productivas y zonas de servicio de la villa romana de Los Cipreses (Jumilla, Murcia)”. Archivo Español de Arqueología, 82, pp. 191-220. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.082.009.008

Núñez Marcén, J. y Sáenz de Urtubi Rodríguez, F. (2005). “Una mutatio de la via ab Asturica Burdigalam en Mariturri (Vitoria/Álava)”. Archivo Español de Arqueología, 78, pp. 189-208. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2005.v78.80

Orejas, A. (1991). “Arqueología del paisaje: historia, problemas y perspectivas”. Archivo Español de Arqueología, 64, pp. 191-230. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1991.v64.503

Orejas, A. (1995). “Arqueología del Paisaje: de la reflexión a la planificación”. Archivo Español de Arqueología 68, pp. 215-224. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1995.v68.423

Olmos, R. (1994). “Antonio García y Bellido y su época: una posible lectura”. Archivo Español de Arqueología, 67, pp. 293-308. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1994.v67.449

Pasamar Alzuria, G. (1991). “Oligarquías y clientelas en el mundo de la investigación científica: el Consejo Superior en la Universidad de posguerra”. En: Carrera Ares, J. J. y Ruiz Carnicer, M. A. (Coords.). La Universidad española bajo el régimen de Franco. Zaragoza: Institución Fernando el Católico, pp. 305-339.

Pasamar Alzuria, G. y Peiró Martín, I. (2002). Diccionario Akal de historiadores españoles contemporáneos (1840-1980). Madrid: Akal.

Pastor Quiles, M. y Mateo Corredor, D. (2022): “(Still) a man’s world. Análisis de la evolución de la presencia de autoras en revistas científicas españolas de Arqueología (1970-2020)”. Archivo Español de Arqueología, 95, e02. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.02

Pericot, L. (1975). “Semblanza de Antonio García y Bellido”. Cuadernos de la Fundación Pastor, 20, pp. 11-21.

Pinilla Burgos, R. (2010). “La «Arqueología artística de la Península» de Francisco Giner de los Ríos y la contribución del krausoinstitucionismo a una historiografía crítica del arte”. En: Mora García, J. L.; Mandado Gutiérrez, R. E.; Gordo Piñar, G. y Noguereles Jové, M. (Coords.). La filosofía y las lenguas de la Península Ibérica. Santander: Institut d´Estudis Catalans, pp. 209-228.

Pippidi, D. M. (Ed.) (1976). Assimilation et résistance à la culture gréco-romaine dans le monde ancien (Travaux du VII Congrès International d’études classiquesMadrid, 1974). Paris: Les Belles Lettres.

Pizarro Berengena, G. (2013). “Los Pasadizos Elevados entre la Mezquita y el Alcázar Omeya de Córdoba. Estudio arqueológico de los sabatat”. Archivo Español de Arqueología, 86, pp. 233-249. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.086.013.013

Polack, G. (2018). Los legados documentales en la historiografía arqueológica española: el CeDap de la UAM y el ejemplo de Juan Cabré Aguiló (1882-1947). Tesis doctoral inédita. Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad Autónoma de Madrid. http://hdl.handle.net/10486/683957

Querol, M.ª A. (2010). Manual de gestión del Patrimonio Cultural. Madrid: Akal.

Ramallo Asensio, S.; Berrocal Caparrós, M.ª C. y Ruiz Valderas, E. (1996). “Contextos cerámicos de los siglos V-VII en Cartagena”. Archivo Español de Arqueología, 69, pp. 125-190. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1996.v69.238

Ramallo Asensio, S. y Ruiz Valderas, E. (1994). “Un edículo republicano dedicado a Atargatis en Carthago Nova”. Archivo Español de Arqueología, 67, pp. 79-102. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1994.v67.420

Rodríguez Oliva, P. (1993). “Semblanza del Profesor Alberto Balil Illana (1928-1989)”. Estudios dedicados a Alberto Balil in memoriam. Málaga: Universidad de Málaga, pp.7-15.

Rodríguez Temiño, I. (2004). Arqueología urbana en España. Madrid: Ariel.

Rodríguez Yunta, L. y Vidal Liy, J. I. (2020). “Análisis bibliométrico de Archivo Español de Arqueología en el contexto de las revistas españolas de Arqueología recogidas por Scopus e ÍnDICES-CSIC”. Archivo Español de Arqueología, 93, pp. 11-34. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.093.020.001

Rodríguez Yunta, L.; Vidal Liy, J. I. y Martínez Navarrete, M. I. (2019). “Análisis bibliométrico de la revista Trabajos de Prehistoria en el contexto de las revistas españolas de Arqueología y Prehistoria recogidas por Scopus e ÍnDICEs CSIC”. Trabajos de Prehistoria, 76 (2), pp. 7-26. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2019.12233

Roldán Gómez, L. y Blánquez Pérez, J. (2011). “Julio Martínez Santa-Olalla, una biografía pendiente (1905-1972)”. En: Roldán Gómez, L. y Blánquez Pérez, J. (Coords.). Carteia III. Madrid: Junta de Andalucía, pp. 105-120.

Ronda Femenía, A. M.ª (2018a). L’Alcúdia de Alejandro Ramos Folqués: contextos arqueológicos y humanos en el yacimiento de la Dama de Elche. Alicante: Universidad de Alicante.

Ronda Femenía, A. M.ª (2018b). “Revisión de los testimonios y documentos sobre el lugar del hallazgo de la Dama de Elche. La “fita” de Pedro Ibarra y la recreación de Ramos Folqués”. Archivo Español de Arqueología, 91, pp. 279-303. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.091.018.014

Ruiz Zapatero, G. (2017). “La configuración de la arqueología contemporánea en España (1960-2017)”. En: Ruiz Zapatero, G. (Dir.). El Poder del Pasado. 150 años de Arqueología en España. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pp. 83-119.

Salas Álvarez, J. (2017). “Apuntes para un estudio sobre la evolución de la metodología arqueológica en España entre mediados del XIX y comienzos del XX”. En: Ayarzagüena Sanz, M.; Mora, G. y Salas Álvarez, J. (Eds.). 150 años de Historia de la Arqueología: Teoría y Método de una disciplina. Madrid: SEHA, pp. 419-438.

Salas Álvarez, J. (2021). “La enseñanza de la Arqueología clásica en la Universidad Central en el primer tercio del Siglo XX”. En Andrés Carretero, A.; Castellano, M.; Moreno Conde, M. y Papí Rodes, C., coord., Abantos. Homenaje a Paloma Cabrera Bonet. Madrid: Ministerio de Cultura y Deportes, pp. 661-670.

Salas Vázquez, E. (Ed.) (2008). Arqueología. América. Antropología. José Pérez de Barradas (1879-1981). Madrid: Ayuntamiento.

Salve Quejido, V. (2019). “Emilio Camps Cazorla (1903-1952)”. En: 150 años de una profesión: de anticuarios a conservadores. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Vol. II, pp. 499-509.

Scollar, I. (1965). Archäologie aus der Luft, Arbeitsergebnisse der Flugjahre 1960 und 1961 im Rheinland. Düsseldorf: Rheinland-Verlag.

Storch de Gracia y Asensio, J. (1989). “Vida y obra de Antonio Blanco Freijeiro”. En: Homenaje al profesor Antonio Blanco Freijeiro. Madrid: Ediciones Complutenses, pp. 27-37.

Taelman, D. (2014). “Reflexiones sobre el uso de mármol en Lusitania central en época romana: La decoración arquitectónica en piedra de Ammaia (São Salvador da Aramenha, Portugal)”. Archivo Español de Arqueología, 87, pp. 175-194. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.087.014.011

TED’A (1989). “El foro provincial de Tarraco, un complejo arquitectónico de época flavia”. Archivo Español de Arqueología, 62, pp. 141-191.

TIR (1990). “La Tabula Imperii Romani su estado actual en España”. Archivo Español de Arqueología, 63, pp. 358-366.

Tormo Monzó, E. (1909). Las Bellas Artes, nueva entre las disciplinas universitarias. Universidad Central, discurso leído en la solemne inauguración del curso académico de 1909 a 1910. Madrid: Imprenta Colonial.

Tortosa, T. (Ed.) (2019). Patrimonio Arqueológico español en Roma:“Le mostre internazionale di Archeologia” de 1911 y 1937 como instrumentos de Memoria Histórica. Roma: L’Erma di Bretschneider.

Tortosa, T. y Mora, G. (1996). “La actuación de la Real Academia de la Historia sobre el patrimonio arqueológico: ruinas y antigüedades”. Archivo Español de Arqueología, 69, pp. 191-218. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1996.v69.239

Vallori, B.; Orfila Pons, M. y Cau Ontiveros, M. A. (2011). “Las excavaciones de Gabriel Llabrés, Rafael Isasi y Juan Llabrés en la ciudad romana de Pollentia (Alcudia, Mallorca) (1923-1946)”. Archivo Español de Arqueología, 84, pp. 285-304. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.084.011.012

Ventura Villanueva, A. (1999). “El teatro en el contexto urbano de Colonia Patricia (Córdoba): ambiente epigráfico, evergetas y culto imperial”. Archivo Español de Arqueología, 72, pp. 57-72. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1999.v72.296

Vicent, J. M.; Díaz del Río, P.; Martínez Navarrete, M.ª I. (2020a). “Una entrevista a Antonio Gilman Guillén. Primera parte”. Trabajos de Prehistoria, 77 (1), pp. 7-29. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2020.12244

Vicent, J. M.; Díaz del Río, P.; Martínez Navarrete, M.ª I. (2020b). “Una entrevista a Antonio Gilman Guillén. Segunda parte”. Trabajos de Prehistoria, 77 (2), pp. 215-236. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2020.12253

Wulff, F. (2004). “Adolf Schulten. Historia antigua, arqueología y racismo en medio siglo de historia europea”. En: Adolf Schulten. Historia de Numancia. Edición de F. Wulff. Pamplona: Urgoiti, pp. IX-CCXVII.

Wulff, F.; López Domech, R.; González Blanco, A. y Ortuño Rodríguez, E. (2016). La creación de la Historia Antigua en España en los años sesenta del siglo XX. Conversaciones con sus fundadores. Madrid. Universidad Carlos III de Madrid. https://portal.uc3m.es/portal/page/portal/inst_hist_julio_caro_baroja/estructura/Grupo_investigacion/historiografia_historia_religiones/historia_oral_disciplina/HistoriaAntigua_0.pdf