Archivo Español de Arqueología 95
enero-diciembre 2022, e07
ISSN: 0066-6742, eISSN: 1988-3110, ISSN-L: 0066-6742
https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.07

El plomo ibérico de la Fundació CIRNE (Museu de Xàbia, Alicante): un nuevo texto en escritura nororiental dual*Esta publicación es parte de los proyectos de I+D+i “Estudio paleográfico, lingüístico y funcional del corpus epigráfico ibérico” (PID2019-106606GB-C33) y “Escrito para los dioses. Escritura y ritualidad en la Península Ibérica antigua” (PID2019-105650GB-I00), financiados por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/. Se inscribe también en el Grup de Recerca Consolidat LITTERA (2017SGR241).

The Iberian lead tablet of the CIRNE Foundation (Museum of Xàbia, Alicante): a new text in the dual variant of the north-eastern script

Joan Ferrer i Jané

Grup LITTERA, Universitat de Barcelona

https://orcid.org/0000-0002-6596-7437

Noemí Moncunill Martí

Universitat de Barcelona

https://orcid.org/0000-0002-5568-3377

Víctor Sabaté Vidal

Universitat de Barcelona

https://orcid.org/0000-0003-1699-8111

Javier Velaza Frías

Universitat de Barcelona

https://orcid.org/0000-0002-5811-3345

Joaquim Bolufer Marqués

Museu de Xàbia

https://orcid.org/0000-0001-8435-6423

Enric Martínez

Fundació Cultural CIRNE, Xàbia

https://orcid.org/0000-0002-5459-6319

RESUMEN

El propósito de este trabajo es editar un nuevo plomo ibérico de procedencia desconocida, conservado en el Museu de Xàbia (Alicante), que podría contener hasta tres textos en escritura ibérica nororiental, pero sin que sea claro cómo se interrelacionan. Probablemente el rasgo más distintivo de este plomo es la disposición especular de sus textos, con paralelos tanto dentro como fuera del corpus ibérico. Desde el punto de vista paleográfico, cabe destacar que el uso del signo ti de dos trazos permite proponer que tenga su origen en la zona edetana o contestana adyacente. Además, se trata de textos explícitamente duales y con un alto grado de coherencia respecto del comportamiento estándar. También destaca el uso de la dualidad de la vibrante ŕ, que sigue una casuística similar a la ya documentada en la escritura ibérica suroriental, con la marcada, ŕ, ante consonante, la no marcada, ř, en posición intervocálica y representando plausiblemente la vibrante múltiple, y ambas en posición final. En cuanto al léxico, hay que subrayar la presencia del elemento baides y de diversos antropónimos ibéricos claros, como sakaŕaŕgi , uŕkebeŕś y niosildiř , aunque la inscripción carece de elementos decisivos que permitan determinar su función.

Palabras clave: 
epigrafía ibérica; plomo escrito; signario ibérico; paleohispanística.
ABSTRACT

The purpose of this work is to present a new Iberian lead tablet of unknown origin, preserved in the Museu de Xàbia (Alacant), which might contain up to three texts in north-eastern Iberian writing, but without it being clear how they interrelate. Its most distinguishing feature may be the specular disposition of the texts, with parallels both within and outside the Iberian corpus. From the point of view of the script, the use of the two-stroke ti sign allows us to propose that the inscription originated in Edetania or nearby Contestania. In addition, the texts make explicit use of the dual system, displaying a high degree of consistency with respect to the standard behavior. Also noteworthy is the use of the duality of the trill ŕ, which shows a similar distribution to that already attested in south-eastern Iberian writing, with the marked variant, ŕ, before consonant, the unmarked one, ř, in intervocalic position and plausibly representing the multiple trill, and both in final position. As for the lexicon, the presence of the element baides and of several clear Iberian personal names, such as sakaŕaŕgi, uŕkebeŕś , and niosildiř , should be highlighted, yet the inscription lacks diagnostic elements to determine its function.

Keywords: 
Iberian epigraphy; inscribed lead tablet; Iberian signary; palaeohispanistics.

Enviado: 11-02-2021. Aceptado: 20-04-2021. Publicado online: 12-07-2022

Cómo citar este artículo/Citation: Ferrer i Jané, J., Moncunill Martí, N., Sabaté Vidal, V., Velaza Frías, J., Bolufer Marqués, J. y Martínez, E. (2022). “El plomo ibérico de la Fundació CIRNE (Museu de Xàbia, Alicante): un nuevo texto en escritura nororiental dual”. Archivo Español de Arqueología, 95, e07. https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.07

CONTENIDO

1. PRESENTACIÓN

 

El 31 de enero del año 2019 ingresó en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Municipal Soler Blasco de Xàbia una plancha de plomo partida en dos mitades con signos de escritura ibérica (Fig. 1). La pieza había sido donada por una persona anónima, pocos días antes, a la Fundació CIRNE de Xàbia. Era evidente que se trataba de una pieza excepcional y de gran interés histórico; por ello la Junta de CIRNE decidió depositar el plomo en el museo local, desde donde las características y las circunstancias del hallazgo fueron comunicadas al Servei Territorial d’Alacant de la Direcció General de Patrimoni de la Conselleria d’Educació, Cultura i Esport de la Generalitat Valenciana.

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Figura 1.  Fotografías del plomo antes de la restauración (CIRNE).

Con fecha de 22 de febrero de 2019 fue autorizado el depósito definitivo del plomo ibérico en el Museu de Xàbia, pero con la obligación de realizar las analíticas pertinentes para verificar la autenticidad de la pieza, así como su posterior limpieza y consolidación. Estos trabajos, realizados por el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCRI), han consistido en el análisis del plomo mediante microscopia electrónica (SEM), que ha demostrado su antigüedad, y posteriormente en la limpieza de la plancha, utilizando exclusivamente medios mecánicos.

Carecemos de cualquier dato sobre las circunstancias de aparición del plomo y del lugar de hallazgo. Fuentes no demasiado fiables indicaron que procedía de la comarca de la Marina Alta, un territorio con importantes yacimientos de época ibérica situado en el nordeste de la Contestania, pero con pocas intervenciones arqueológicas, y del que no se conoce hasta ahora ningún documento epigráfico ibérico. Como se dirá después, esta posibilidad debe quedar abierta a la luz de los datos epigráficos y paleográficos del texto, que son compatibles con que se trate de un plomo de procedencia contestana, pero no puede descartarse tampoco que haya sido producido en la vecina región de la Edetania.

2. DESCRIPCIÓN Y COMENTARIO EPIGRÁFICO

 

La lámina de plomo, de forma rectangular, mide 248,47 × 84,66 × 1,2 mm (Fig. 2). Se observan tres pliegues verticales que indican que, tras recibir la inscripción, el plomo fue doblado dos veces por la mitad. Es en el extremo inferior de estas dobleces, así como en el extremo superior del pliegue central y en la parte inferior de una de las caras que quedaban expuestas cuando la lámina estaba plegada, donde se han producido las principales pérdidas materiales, que, a pesar de todo, han provocado únicamente la desaparición total de entre tres y cuatro signos y parcial de alrededor de una quincena. Al ser desdoblado, sin duda de manera no profesional, el plomo quedó partido por el pliegue central en dos fragmentos aproximadamente del mismo tamaño y que conectan en varios puntos. La tablilla llegó a la Fundació CIRNE en este estado, recubierta además por una importante capa de concreciones terrosas y carbonatadas, aunque ya entonces podía apreciarse con claridad la existencia de una inscripción ibérica de cierta extensión en la cara interior, escrita en la variante dual del signario ibérico comúnmente conocido como nororiental o levantino (véase infra, § 3); el reverso, por contra, es anepigráfico.

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Figura 2.  Fotografía de la cara interior de la lámina ya restaurada (CIRNE).

El área ibérica ha proporcionado más de cien láminas de plomo inscritas con dataciones que van desde el siglo IV hasta el I a. n. e., aunque la tablilla del Grau Vell (Sagunto: V.04.61)1Si no se indica lo contrario, las referencias a inscripciones paleohispánicas corresponden al Banco de Datos Hesperia (BDH): http://hesperia.ucm.es/. podría llegar a remontar a finales del s. V a.n.e.2Véanse, de todos modos, las consideraciones expresadas en Ferrer i Jané, Asensio y Pons, 2016, p. 135. Estos datos convierten el corpus ibérico en uno de los conjuntos más importantes del Mediterráneo Occidental, superado para esa cronología solo por la documentación siciliana, con más de 300 láminas entre defixiones, téseras públicas, contratos y otros documentos. Esta versatilidad del plomo como soporte de escritura se atestigua también en el caso ibérico: a las inscripciones de carácter comercial, administrativo o contable, que parecen constituir la amplia mayoría del corpus y que son reconocibles por la presencia de numerales o de términos como śalir (‘plata’, ‘moneda de plata’ o ‘dinero’: Moncunill y Velaza, 2019, p. 426Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert), se añaden plomos que por su maquetación pueden ser identificados con cartas (Simón, 2019Simón, I. (2019). “Las cartas ibéricas sobre plomo”. Analecta Papyrologica, 31, pp.95-126.), etiquetas (con o sin agujero para su fijación), textos tal vez funerarios (GI.10.10) e incluso inscripciones a las que por su lugar de hallazgo, forma o contenido se podría atribuir un carácter “religioso” en sentido amplio (Sabaté Vidal, 2021Sabaté Vidal, V. (2021). “In search of religious inscriptions on Iberian lead tablets”. En: Estarán, M. J., Dupraz, E. y Aberson, M. (eds.), Des mots pour les dieux : Dédicaces cultuelles dans les langues indigènes de la Méditerranée occidentale. Bern: Peter Lang, pp.241-260.); entre estas últimas destacan las dos láminas con abecedarios del Tos Pelat (V.21.01-02), con una posible función apotropaica.

En su mayor parte, los plomos ibéricos están inscritos en signario ibérico nororiental, mientras que en alfabeto greco-ibérico contamos hoy con nueve3Se trata de las tablillas de la necrópolis del Rabosero en Torres-Torres (V.04.29), La Serreta (A.04.01, .03 y .07-09), El Cigarralejo (MU.04.01), Coimbra del Barranco Ancho (MU.01.01) y el aún inédito de la Illeta dels Banyets. No incluimos en esta relación la lámina atribuida a La Serreta pero procedente del Bancal de la Corona (Mas d’Is, Penàguila): a pesar de constar como auténtica no solo en los MLH (G.1.2), sino también en el Banco de Datos Hesperia (A.04.02), poco después de su hallazgo en 1944 ya fue considerada como falsa por varios investigadores (Taracena, Pericot y Cabré, 1951, pp. 49-50, n.º 3; Gómez-Moreno, 1962, pp. 71-72; más tarde De Hoz, 1987, p. 286), opinión que ha sido confirmada recientemente por el análisis electroquímico del metal, que presenta características propias de un plomo contemporáneo (Doménech-Carbó, Doménech-Carbó y Peiró-Ronda, 2013, pp. 65-67). y en escritura ibérica meridional, con al menos trece4La Punta de Orlell (CS.21.02), La Carencia (V.14.02), el Castellar de Meca (V.15.02), la Covalta (V.19.01), la Bastida de les Alcusses (V.17.02 y .05), el Cabeçó de Mariola (A.02.01; sobre la posibilidad de que el signario utilizado en este plomo sea el nororiental, véase la nota 7), el Amarejo (AB.06.01-04), el Llano de la Consolación (AB.07.05) y dos plomos de procedencia desconocida (SP.01.04 y .07). A estos habría que añadir la posible presencia de un texto en escritura ibérica suroriental, parcialmente borrado, en el plomo palimpsesto de la Punta de Orlell (CS.21.08)., sin tener en cuenta un pequeño grupo de plomos andaluces, hallados fuera del área ibérica, que podrían formar parte del corpus turdetano5 Ferrer i Jané, 2018b. Nos referimos a los plomos del Barranco del Rey en la Sierra de Gádor (AL.01.02), el Cerro de los Allozos (GR.01.01) y la Mesa en Alcolea del Río (SE.05.01).. Para contextualizar mejor el ambiente epigráfico del que ha podido surgir el plomo del Museu de Xàbia, debemos centrarnos en primer lugar en las láminas en signario levantino de la región ibérica a la que pertenece la Marina Alta, la Contestania (Fig. 3): de norte a sur, hay que mencionar los plomos del Cerro Lucena (Enguera: V.16.01), Gandía (V.20.01), la Bastida de les Alcusses6El dudoso, por ahora ilocalizable, Bastida III. En cambio, V.17.03 es anepigráfico, mientras que las otras dos tablillas procedentes de este yacimiento están en escritura meridional (véase la nota 4)., Pitxòcol (A.03.01) y La Serreta d’Alcoi (A.04.04-06; Silgo, 2002-2003Silgo, L. (2002-2003). “Plomo con inscripción ibérica procedente de La Serreta (Serreta X)”. Recerques del Museu d’Alcoi, 11-12, pp.185-186. = Velaza, 2008, n.º 4Velaza, J. (2008). “Chronica epigraphica Iberica VIII (2006)”. Palaeohispanica, 8, pp.301-312.)7A pesar de las dudas expresadas por Untermann en los MLH (G.5.1), el plomo del Cabeçó de Mariola (A.02.01) está inscrito probablemente en el signario suroriental (véase la nota 4), puesto que el ductus sinistrorso es poco habitual en los textos levantinos.. Huelga insistir aquí en la falsedad de la inscripción del Tossal de les Basses (A.09.05SUSPECTA). Como nuestro plomo es de procedencia desconocida, tampoco podemos descartar que su origen se encuentre en algún yacimiento cercano de la región aledaña de la Edetania: los paralelos paleográficos que aportamos más abajo (§ 3) apuntan a los signarios modelo de los plomos del Castellet de Bernabé y del Tossal de Sant Miquel (V.06.001 y V.06.007), de los Villares (V.07.01-03), y de varias tablillas de procedencia irregular pero posible factura edetana (SP.01.01-02 y T.00.03).

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Figura 3.  Mapa con las inscripciones ibéricas sobre plomo. Leyenda: azul = signario ibérico nororiental; rosa = alfabeto greco-ibérico; negro = signario meridional (elaboración propia).

Tras un delicado proceso de restauración mediante el que ha podido limpiarse buena parte de la capa de concreciones, la lámina del Museu de Xàbia ha revelado la presencia de cuatro líneas completas de escritura, dos en la mitad inferior y dos en la superior, que cuentan respectivamente, de abajo a arriba según aparecen dibujadas más adelante en la figura 6, con 39 (a los que habría que sumar las tres o cuatro letras que se han perdido a la izquierda), 43, 42 y 39 signos; un quinto renglón en el centro del plomo, con una cierta tendencia ascendente, que ocupa tres cuartas partes de la longitud de la lámina y presenta 29 letras, y un pequeño final de línea en la esquina superior izquierda que ofrece 5 signos. La altura de los signos es un tanto desigual, oscilando entre 13,5 y 5 mm. El tamaño medio de las letras de la línea central es superior al del resto de la inscripción, lo que podría deberse al mayor espacio disponible para su escritura, pues no hay evidencias paleográficas de la participación de más de una mano en la inscripción del soporte; hay que destacar, además, la existencia de diferencias en el tamaño de los signos dentro de cada texto. El límite superior de la caja de los cuatro renglones completos viene marcado por dos grupos de dos líneas de pautado, con una distancia entre ellas bastante similar, de 13,6-13,25 mm. El hecho de que el extremo derecho de las líneas superiores se deslice hacia arriba indica que, muy probablemente, toda la pauta ha sido dibujada con la lámina en esta posición, a pesar de que, como veremos, parte del epígrafe tiene que ser leído con el soporte girado 180º.

En la tablilla se documentan también diecinueve interpunciones compuestas por tres o cuatro puntos verticales. Los separadores de dos y tres puntos son los más habituales en los plomos ibéricos de época antigua (siglos IV-III a.n.e.); el uso de cuatro o más puntos es un tanto excepcional, pero, incluso sin tener en cuenta su empleo como numerales en la lámina de la Bastida y en el plomo de la colección Gómez-Moreno (V.17.02 y SP.01.04), no carece de paralelos como, verbigracia, la tablilla dual de la Balaguera (CS.13.08). En otro orden de cosas, debe subrayarse que en la epigrafía antigua las interpunciones no siempre se corresponden con nuestros espacios tipográficos, puesto que algunas secuencias son suficientemente largas como para incluir varias “palabras”; es el caso confirmado de baibeŕkegetuřurtařaŕger en nuestro plomo, para cuyo análisis véase infra.

El plomo del Museu de Xàbia, según hemos adelantado, consta de seis líneas de escritura, todas ellas con ductus dextrorso, como es norma casi universal en la epigrafía ibérica nororiental. Fueron inscritas con la lámina en posición apaisada, que es también el formato más común en la epigrafía sobre plomo de todo el Mediterráneo, en general, y del área ibérica, en particular, con muy pocas excepciones.

La principal rareza de nuestro plomo se encuentra, de hecho, en la maquetación de sus distintos elementos textuales. Debemos empezar admitiendo que, en parte debido a nuestra incomprensión de la lengua ibérica y, por consiguiente, del contenido de la inscripción, no nos ha sido posible establecer con absoluta certeza en qué orden fueron inscritos los tres textos de los que presumiblemente consta la lámina. Es casi seguro que los textos que denominamos A2 y B se escribieron uno detrás de otro y, teniendo en cuenta la posición en la que muy probablemente se trazaron las cuatro líneas de pautado, en este orden8El texto B podría haber precedido a A2 si, antes de iniciarse el proceso de escritura, se hubiera girado la lámina, lo que no sería descartable en caso de haber transcurrido cierto tiempo entre el trazado de la pauta y la redacción de los textos.. Los dos renglones de escritura que constituyen A2 se habrían practicado en primer lugar y habrían tomado como límite superior las líneas de pautado inferiores. A continuación, se habría llevado a cabo la redacción del texto B en la parte superior del plomo, aunque después de girar la lámina 180º. El primer renglón toma también como límite superior de la caja de escritura una de las líneas de pautado, mientras que el segundo renglón trata de corregir la irregularidad de la pauta: empieza avanzando en paralelo al borde y se aleja de la misma a partir del cuarto signo, para a partir del noveno empezar a subir hasta encontrarse de nuevo con ella hacia la mitad de la tablilla. El colofón del texto B, por falta de espacio, se encuentra justo debajo del final de la segunda línea de escritura: se trata de dos signos seguidos por un espacio en blanco, por los mismos dos signos y por una tercera letra, en lo que parece ser un inicio fallido que ha sido corregido justo a continuación.

La particular disposición “en espejo” de los textos A2 y B encuentra un curioso paralelo en otro plomo ibérico de procedencia irregular, generalmente atribuido al Castellet de Banyoles (Tivissa), cuya editio princeps, a cargo de J. Untermann (1993)Untermann, J. (1993). “Intercanvi epistolar en un plom ibèric?”. Acta Numismàtica, 21-23, pp.93-100., tuvo que ser realizada únicamente a partir de la fotografía y del calco que le fueron proporcionados (T.07.01). Se trata de una lámina rectangular de extremos redondeados con dos textos, A y B. El texto A empieza cerca de la esquina superior izquierda, aunque dejando el espacio equivalente a una línea, y consta de tres renglones, el primero integrado por una única palabra, y los otros dos completos, si bien la lámina ha sufrido algunas pérdidas materiales que afectan a su lectura. El texto B empieza a media altura por el lado opuesto, en sentido inverso, y presenta también tres renglones: el primero avanza hasta encontrarse con el final de la primera línea de A, el segundo ocupa casi toda la superficie del plomo, introduciéndose al final entre el borde y el inicio de A, y el tercero está compuesto por un único término colocado en un pequeño espacio libre bajo la segunda línea (Fig. 4). Como indica Untermann (1993, p. 94)Untermann, J. (1993). “Intercanvi epistolar en un plom ibèric?”. Acta Numismàtica, 21-23, pp.93-100., el distinto ductus y las notables diferencias en la forma de los signos son suficientes como para atribuir la paternidad de cada texto a una mano distinta. Según el estudioso alemán, teniendo en cuenta la repetición del antropónimo śalaiaŕkis al inicio de ambos textos, se trataría de una carta de dicho personaje a torsinkeŕe y de la respuesta que este le mandaría de vuelta (véase Simón, 2019, pp. 113-115Simón, I. (2019). “Las cartas ibéricas sobre plomo”. Analecta Papyrologica, 31, pp.95-126.).

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Figura 4.  Dibujo de la inscripción T.07.01. Fuente: Untermann, 1995, p. 247, fig. 2Untermann, J. (1995). “La lengua ibérica: nuestro conocimiento y tareas futuras”. Veleia, 12, pp.243-256. (dibujo J. Velaza).

La autopsia del plomo pudo realizarla poco después uno de nosotros en una colección privada de Barcelona (Velaza, 1994, pp. 10-23Velaza, J. (1994). “Sobre dos plomos con escritura ibérica: una revisión y una noticia”. Epigraphica, 56, pp.9-28.), confirmando lo dicho por Untermann en cuanto a las diferencias paleográficas entre las manos y matizando la lectura en aquellos puntos en los que la inscripción resultaba menos visible en la fotografía. En ese trabajo se indicaban también los problemas que planteaba la interpretación epistolar, y se hacía hincapié en la estructura formular de los textos, con numerosas variantes sobre una misma base o lexema aŕikal-, y en su caprichosa disposición, como si el autor de A estuviera dejando espacio para la incisión del texto B. Se concluía que el epígrafe rezumaba un cierto aire jurídico, siendo tal vez un pacto, un contrato u otro documento similar (Velaza, 1994, pp. 21-23Velaza, J. (1994). “Sobre dos plomos con escritura ibérica: una revisión y una noticia”. Epigraphica, 56, pp.9-28.).

Más recientemente, otros dos de nosotros (Ferrer i Jané, 2018a, pp. 115-116Ferrer i Jané, J., Olesti, O. y Velaza, J. (2018). “Nuevas inscripciones rupestres latinas de Oceja y los IIIIviri ibéricos de Iulia Lybica”. Dialogues d’histoire ancienne, 44/1, pp.165-220.; Sabaté Vidal, 2021, p. 251Sabaté Vidal, V. (2021). “In search of religious inscriptions on Iberian lead tablets”. En: Estarán, M. J., Dupraz, E. y Aberson, M. (eds.), Des mots pour les dieux : Dédicaces cultuelles dans les langues indigènes de la Méditerranée occidentale. Bern: Peter Lang, pp.241-260.) hemos sugerido que podría tratarse de una inscripción “religiosa”, no solo de nuevo por la extraña maquetación de los textos, sino también por la posibilidad de relacionar el mencionado lexema aŕikal con aŕikal-er del bronce de Bechí (CS.18.02) y con aŕikaŕ, que aparece hasta un total de tres veces en dos plomos de la tumba de Orlell (CS.21.05 y .07). En cuanto al término, hay al menos tres indicios que podrían hablar en favor de que se trate de un teónimo. En primer lugar, su frecuencia de aparición es sorprendentemente alta y se documenta en soportes distintos; en segundo lugar, la procedencia sepulcral de los plomos de Orlell apunta a que podríamos estar ante inscripciones de tipo religioso; en tercer lugar, tanto en Bechí como en el plomo de Tivissa aŕikal aparece acompañado en una ocasión por el morfo -e y en cuatro por -er, pudiendo ser ambos variantes de una misma marca sintáctica. Para estos sufijos se ha propuesto una función de dativo o benefactivo9Véase, en último lugar, Rodríguez Ramos, 2017. que estaría muy acorde con la esperada para una divinidad.

Fuera del ámbito ibérico, un plomo con dos textos dispuestos “en espejo” fue publicado en 1977 por G. Manganaro (SEG 27, 656), con la posterior revisión de algunas lecturas (Manganaro, 1997, pp. 331-332 = SEG 47, 1450Manganaro, G. (1997). “Nuove tavolette di piombo inscritte siceliote”. Parola del Passato, 52, pp.306-348.). Se trata de una lámina de procedencia desconocida, al parecer hallada entre fragmentos de terracota del área de Palermo, que se conserva en una colección privada de la propia Sicilia (Fig. 5). La paleografía permite fecharla en torno al 500 a.n.e. La lámina es opistógrafa, presenta ductus dextrorso, y el pliegue vertical que se observa en el centro permite afirmar que fue doblada como mínimo una vez. Las tres líneas del verso no ofrecen ninguna secuencia identificable con seguridad, al menos a la luz de la lengua griega, mientras que es en el recto donde se documenta la disposición “en espejo”. El que podríamos denominar texto 1 comienza en la esquina superior izquierda, consta de tres líneas y está integrado por seis nombres personales separados por interpunciones dobles. El texto 2, a su vez, empieza en la esquina opuesta y debe leerse girando el plomo 180º; está compuesto por cuatro líneas, en las que se identifican dos posibles antropónimos y una serie de términos incomprensibles, aunque de lectura clara, separados igualmente por puntos verticales. Como vemos, no se trata exactamente de la misma maquetación que en los plomos de Tivissa y del Museu de Xàbia, puesto que en ellos los dos textos “miran” hacia el exterior, mientras que en la lámina siciliana lo hacen en dirección al centro. En cuanto a la función de esta última, ya en la editio princeps (Manganaro, 1977, p. 1336Manganaro, G. (1977). “Tavolette di piombo inscritte della Sicilia greca”. Annali della Scuola Normale Superiore di Pisa: Classe di Lettere e Filosofia, 7, pp.1329-1349.) se identificaba con una defixio. Esta clasificación nunca ha sido puesta en duda, a pesar de que el plomo no presenta ninguna fórmula característica de los textos de maldición, se desconoce su procedencia exacta, y contiene varias secuencias que no parecen estar escritas en griego. Además, resulta excepcional el empleo de interpunciones, que en todo el corpus de defixiones sicilianas solo se documenta una vez más -en el encabezamiento de una maldición del área gelo-agrigentina (SEG 53, 1038), también de procedencia irregular-, siendo por el contrario más frecuente en otro tipo de textos sobre plomo: baste mencionar la lex sacra de Selinunte (SEG 43, 630) o el documento financiero conservado en Chapel Hill (SEG 57, 905 A), donde se combinan con la scriptio continua. Aunque su funcionalidad nos parezca de momento indeterminable, el plomo “en espejo” no carece de interés desde el punto de vista de la onomástica, puesto que al lado de cuatro nombres griegos (Σίμε̄, Πρατομάρε̄ς, Λεπτίνας, Πραξίας) aparecen varios antropónimos anhelénicos (Ῥατο̣[ρ]ṓ, Κυκυιες, Ἀραοτες, Πυριν) con paralelos en esgrafiados de yacimientos indígenas como Terravecchia di Cuti (Palermo) y Montagna di Marzo (provincia de Enna). Tal vez sea la pertenencia del documento a una tradición cultural no griega la que explique también las singularidades de su mise en page.

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Figura 5.  Fotografía de la lámina siciliana con textos “en espejo” de procedencia desconocida (recto). Fuente: Manganaro, 1977, lám. LVIIManganaro, G. (1977). “Tavolette di piombo inscritte della Sicilia greca”. Annali della Scuola Normale Superiore di Pisa: Classe di Lettere e Filosofia, 7, pp.1329-1349..

Volviendo al plomo del Museu de Xàbia, el aspecto más problemático de su análisis epigráfico es determinar en qué momento fue inscrito el texto A1, esto es, el renglón central más corto que aparece entre los dos grupos de líneas de pautado. No resultará baladí avanzar aquí, dejando los detalles para el comentario lingüístico, que todos los textos de la lámina parecen estar relacionados entre sí en lo tocante al contenido, como si formaran parte de una única unidad documental; es significativa la repetición del antropónimo bilosḿilun en A2 y B y la posible repetición del también antropónimo uŕkebeŕś en A1 y A2. Para la colocación de A1 en el proceso de escritura de la lámina, las principales alternativas que deben considerarse son, en nuestra opinión, dos, sin que el orden de exposición revele un orden de preferencia. La opción α es que se trate del primer texto, anterior incluso al dibujo de la pauta, que habría sido llevada a cabo posteriormente en el espacio disponible encima y debajo de A1. Tres elementos podrían estar apuntando a la ausencia de líneas de referencia y de cualquier otro texto previo a A1: la tendencia ascendente del renglón, una altura sensiblemente superior de los signos y una caja de escritura algo más descuidada que en A2 y B, observable por ejemplo en las dos vibrantes de la primera secuencia sakaŕaŕgi . La alternativa β es que A1 se inscribiera en último lugar, aprovechando el espacio disponible entre los textos A2 y B, tal vez dejado a propósito ya desde un principio, en el momento de trazar la pauta, para la colocación de este tercer elemento textual. Ambas opciones presentan problemas que impiden poder hablar de una alternativa óptima. En el caso de la primera, habida cuenta de que las inscripciones parecen obedecer a un único proyecto escriturario, resulta extraño que los textos A2 y B se hayan realizado esmeradamente con la ayuda de una pauta, y que A1, en cambio, haya sido trazado sin líneas de referencia en el centro de una lámina en blanco, algo que también es en sí mismo poco habitual. En el caso de la segunda opción, sorprende, por una parte, que A1 no siga ninguna de las líneas de pautado que tendría a su disposición y que presente una dirección ascendente tan acusada, y, por otra parte, que se haya llevado a cabo en la misma dirección que A2, a pesar de suceder plausiblemente a B, lo que implicaría un nuevo giro de la lámina10Siempre y cuando no haya que considerar una cierta distancia temporal entre la redacción de B y A1: en ese caso el sentido del último texto podría deberse al azar.. La presencia en A1 del bien documentado pero misterioso baides (véase infra) no es significativa a la hora de decantarse por alguna de las dos opciones, pues las apariciones de este término en los textos sobre plomo se dan tanto en posición inicial como final (cf. verbigracia SP.01.01-02), e incluso medial.

Dado el espacio existente bajo la segunda línea de A2, no parece demasiado probable que A1 sea su continuación, si bien no puede descartarse por completo. Resulta mucho menos plausible que A2 sea la continuación de A1, puesto que en A2 y B los renglones apuran todo el espacio disponible hasta el límite del soporte, aunque ello implique la división de una palabra entre dos líneas; además, A1 quedaría como la única línea del plomo que no sigue ninguna pauta. Sí parece totalmente desechable la posibilidad de que la disposición anómala de los textos de la lámina del Museu de Xàbia se deba a una reutilización del soporte. La práctica de escribir los nuevos textos en sentido inverso fue habitual entre los iberos a la hora de reutilizar láminas ya inscritas, se procediera o no a un borrado previo de los signos anteriores; sin embargo, ya hemos indicado que los tres textos de nuestra tablilla parecen estar relacionados, y su esmerada factura, incluyendo la presencia de una pauta, invita a pensar que, de haber existido una inscripción previa, esta habría sido borrada antes de proceder a la escritura de los nuevos textos.

Para concluir el comentario epigráfico del plomo, es necesario mencionar la relativa rareza que supone el empleo de líneas de pautado. Si bien contamos con testimonios septentrionales aislados como la tablilla de la Penya del Moro (B.38.01), lo cierto es que la mayor parte de ejemplos se encuentran en plomos edetanos (La Balaguera, CS.13.08; Orlell, CS.21.05; Pico de los Ajos, V.13.03; T.00.03), contestanos -tanto en signario ibérico nororiental (La Serreta, A.04.04) como suroriental (La Covalta, V.19.01; La Bastida, V.17.02 y V.17.05; SP.01.04)- y turdetanos, donde el pautado constituye la norma en las láminas conocidas a día de hoy (AL.01.01; GR.01.01; SE.05.01). Dentro del área delimitada por estos materiales, la Marina Alta ocupa una posición indudablemente central, lo que constituye un elemento más a favor de una procedencia contestana o edetana para nuestro plomo.

3. LECTURA Y COMENTARIO PALEOGRÁFICO

 

El texto no presenta demasiadas dudas de lectura. En la primera línea del texto A2 hay una zona que está plegada hacia el otro lado, pero los signos se pueden leer combinando los trazos de ambas caras, así se puede identificar un u1 y un n1. En el penúltimo segmento hay varios signos dudosos. El segundo signo podría ser n1 en lugar de l2, pero el trazo final parece más corto y menos marcado. El signo anterior al signo ḿ4b podría ser i1, pero el trazo es menos marcado y está descentrado. Aunque a partir de las fotos era posible pensar que el último signo de este segmento fuera un te8 muy desgastado, la autopsia11Inspección realizada el 27/11/2021 en el Museu de Xàbia. no confirma esta posibilidad, puesto que no se aprecia ningún resto. El posible círculo quedaría demasiado cerca del signo anterior y el posible trazo horizontal se extiende más allá de los límites del supuesto signo. Aunque no tendría mucho sentido dejar un espacio en blanco delante de un separador, tampoco parece apreciarse ninguna razón que justifique una erosión diferencial que solo haya afectado a este signo. Así pues, prescindimos de este signo y consideramos que existe un espacio exento delante del último separador en el que cabría perfectamente un signo. También se aprecia un cambio de sentido, puesto que los signos anteriores descienden y a partir de este punto ascienden; quizás se trate del efecto de una pausa en la escritura que refleje también una posible subdivisión interna del texto.

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Figura 6.  Dibujo de la inscripción (Joan Ferrer i Jané)

Al comienzo de la segunda línea del texto A2 se han perdido entre dos y cuatro signos. Del primer signo visible solo se aprecia un pequeño trazo horizontal a media altura que se corresponde inequívocamente con un signo ke, aunque no es posible determinar si simple o complejo. Los dos siguientes han perdido la parte inferior, pero son claramente be6 y ŕ7. Como ocurría con la línea anterior, los signos siguientes se pueden reconstruir conjugando los trazos de este lado y los del fragmento doblado por la otra cara, de forma que se puede identificar un ś1 y un separador de tres puntos. Los signos visibles desde la otra cara están marcados en negro sobre el fondo gris, mientras que los trazos en rojo están reconstruidos. Del signo siguiente solo queda un ángulo recto en posición elevada que podría corresponder a un i1 o un n1 entre otros, pero probablemente sea un signo i1, teniendo en cuenta que el siguiente es probablemente un s7.

Del primer signo de la segunda línea del texto B solo queda un pequeño trazo diagonal en la parte superior que delimita unívocamente un signo u. En la zona de la fractura central los trazos visibles parecen determinar que los dos signos perdidos serían u1 y bo4.

Las variantes de signos identificadas según la clasificación de Untermann en MLH III (pp. 246-247) son12Excepto para ta2 (Ferrer i Jané, 2005, p. 960).:

  • A1: a1/a3, e1, i1, u1, ka3, ke7/ke10, ki6, te8, tu1, ba1, be6, l2, r3, ŕ7, s6/s7/s8/s10, y ś1.

  • A2: a3, i1, o2/o3, u1, ke7/ke10, ko2, ta2, ti3, tu2, ba1, be10, bi5/bi7, l2, n1, ḿ4b, r3, ŕ5/ŕ7, s6/s7 y ś1.

  • B: a1/a3, e1, i1, o3, u1, ka2/ka3, ke7/ke10, ku1, ta1/ta2, ti1, to3, tu2, ba1, be8, bi2/bi5, bo4, l2, n1/n2, ḿ4b, r3, ŕ5/ŕ7, s6/s8 y ś1.

Así pues, la lectura sería:

  • A1: sakaŕaŕgi :sadugelur :uŕkebeŕśe :baidesbaiduŕ

  • A2: istabansgetuřunbilosḿilun :niosildiř :bilosnḿildiř (vacat?) :kontaŕ - [---]kebeŕś :istaban :saŕsiŕśintaliger :baibeŕkegetuřurtařaŕger

  • B: inkařistanur :biuŕboloŕ :beiriar :niosiltun :tortin :bilosḿil- un :baibege :beśgaldai :leigeuborařeukun :leigenikansar :uřge- {dage }dageř

Se trata de una inscripción dual, con las dualidades explícitas de ta, ti y tu entre las dentales, y ka y ke entre las velares. Faltan entre las dentales te y do, y entre las velares ki, go y gu. Además, se usa también la dualidad de la vibrante ŕ.

En general, el uso de las dualidades responde a lo esperado en los elementos mejor documentados (Ferrer i Jané, 2005, nota 4Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.). A continuación de cada elemento se indican ejemplos de los paralelos que confirman el uso de la sorda o sonora en latín o griego, greco-ibérico e ibérico dual, nororiental y suroriental, sin agotar los posibles paralelos. Aun así, en escritura dual se detectan esporádicamente algunas notaciones incongruentes con la norma (Ferrer i Jané, 2005, notas 5 y 65Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.) , aproximadamente el 10 % en las zonas B y C, y entre el 15 % y el 20 % en la zona F. A veces las incongruencias se detectan dentro del mismo texto como sería el caso de iltiŕ (AUD.05.35), iltun (F.21.1) y baites (CS.14.01), puesto que coinciden con las formas canónicas, ildiŕ ,ildun y baides . Tal circunstancia se repite en este texto con el par uŕke / uřge .

  • ildiř : Adinildir (Ferrer i Jané, Olesti y Velaza, 2018Ferrer i Jané, J., Olesti, O. y Velaza, J. (2018). “Nuevas inscripciones rupestres latinas de Oceja y los IIIIviri ibéricos de Iulia Lybica”. Dialogues d’histoire ancienne, 44/1, pp.165-220.), ildiŕtiger[r] (A.08.01), ildiŕśar (AUD.05.34, 35 y 36). Como excepción, tuŕśiltiŕ (AUD.05.35).

  • sakaŕ : Sacaliscer (Mon.97.12), sakaŕiskeŕ (A.04.01a), sakaŕbedin (HER.02.037). Como excepción podría contar, quizás, sagalaku (A.04.06a).

  • aŕgi : argi (HER.02.030), aŕgi [ (GI.15.07), aŕgibeś (V.06.020) y aiduaŕgi (V.17.02).

  • tortin : Turtumelis (CIL I2, 709), tortinai [(GI.15.06) y tortinbalaŕ (B.38.01) (Moncunill, 2007, p. 330Moncunill, N. (2007). Lèxic d’inscripcions ibèriques (1991-2006). Barcelona: Universitat de Barcelona.; Moncunill y Velaza, 2019, p. 230Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert). A pesar de los recelos de Rodríguez Ramos (2014, p. 216)Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238. sobre el cambio de lectura del originalmente leído tortonbalar , la autopsia de varios de nosotros (JFJ y VSV) también confirma el signo ti.

  • ista / istan : Istamiuris (EE IX, 329) ]ista (HER.02.373) y stanko (GI.20.01).

  • bege : Begensis (CIL I2, 709) y begeber (PYO.07.01).

  • tař : Urcestar (CIL II2 / 5 684), aŕamtaŕ (GI.03.01a) y arskotař (V.06.003). Como excepción podría ser Urgidar (CIL I2, 709).

  • kon : dekώn (Polibio 10.34.2), beteśkon (GI.15.15) y konildiŕ (AB.01.05), pero Sedegwn (Lejeune et al., 1988Lejeune, M., Pouilloux, J. y Solier, Y. (1988). “Étrusque et ionien archaïques sur un plomb de Pech Maho (Aude)”. Revue Archéologique de Narbonnaise, 21, pp.19-59. DOI: https://doi.org/10.3406/ran.1988.1323 ).

  • baides : baidesir (A.04.03), baides ... (AUD.05.34, 35 [2 veces] y 36) y baidesir (GI.15.04). Respecto de la propuesta de Rodríguez Ramos (2018, nota 8)Rodríguez Ramos, J. (2018). “Estudio de fenómenos consonánticos de la lengua ibera”. Veleia, 35, pp.1-24. de que en dual edetano la forma canónica de baides fuera baites , hay que indicar que las inscripciones de Orlell CS.21.05 y 07, a pesar de presentar paleografía arcaica, variantes complejas y alguna dualidad residual, son inscripciones claramente no duales por su longitud (Ferrer i Jané, 2005, nota 1Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.); por lo tanto, no se pueden tener en cuenta los baites de CS.21.03 y 08, ya que todo indica que siguen el mismo patrón. Por otra parte, el plomo de Castellón (CS.14.01) es una inscripción muy irregular con dos baites y un baides.

  • dageř (por la velar): Bilistages (Liv. 34.11) y biuŕtageŕ (V.17.02). También la probable variante tegeŕ mantiene el mismo comportamiento: iuntegen (MU.04.01), ultitegeŕ (CS.14.01) y uŕketeger (AB.06.01). Una posible excepción podría ser bakontekeŕ (GI.20.01) del plomo de Palamós, si se confirmara el signo ke de medio trazo como complejo, aunque podría ser también simple.

  • uŕke : Urcestar (CIL II2/5, 684), uŕke (A.04.01a), uŕkekeŕe (CS.14.01) y uŕketiiger (V.17.02). Como excepción repite Urgidar (CIL I2, 709).

k g t d
a inkař galdai ista(n) (3) dageř
kans tař (2) galdai
sakaŕ tali
e uŕke uřge baides
[uŕ]ke bege
beŕke leige (2)
gelur
-ge- (2)
ger
dageř
aŕger
i aŕgi tortin ildiř (2)
o kon tortin
u ukun iltun sadu
tuřu (2) baiduŕ
Tabla 1.  Elementos con oclusivas dentales y velares susceptibles de usar coherentemente (verde) o no (rojo) el sistema dual.

Las incoherencias son:

  • uřge : Ver entrada uŕke del apartado anterior. En este caso hay una doble excepción ya que, como se explica más abajo, también hay incoherencia en la vibrante, que se esperaría que fuera ŕ. Esta doble excepción causada por la asimilación de un sonido sobre el otro podría ser similar al caso de iuśdir (V.07.02) que también presenta una doble excepción, en este caso con la sibilante, ya que la forma esperada sería iustir (T.12.02).

  • dageř (por la dental): Ver entrada dageř del apartado anterior.

  • iltun : Ildum (It. Antonino), biosildun (A.04.03) y ildursu +[ (B.38.01). Por lo que respecta a las incoherencias, en el plomo de Enguera (V.16.01) hay dos iltun y dos ildun .

Otros elementos menos conocidos, pero que aparecen de forma repetida, como getuřu y leige, mantienen la coherencia en las dos repeticiones. Para el resto de los elementos no hay paralelos o estos son escasos y/o contradictorios.

  • baiduŕ : probablemente relacionado con baides que lo precede en este texto.

  • galdai : quizás relacionado con el elemento galdu de los antropónimos Galduriaunin (CIL II2/7, 26) y Tannegaldunis (CIL II2/14, 759).

  • ger : presente en salager del plomo de Empúries (GI.10.11).

  • sadu: no tiene ningún paralelo, pero podría ser un forma defectuosa o dialectal de saldu, que sí que aparece con sonora: salduko (GI.15.04) y saldulako (V.17.02), pero una vez con sorda: saltutibaite (V.06.010).

El uso de la escritura dual en la zona F es claro tanto por la presencia de inscripciones duales explícitas (Ferrer i Jané, 2005, nota 65, 2015, p. 310Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.), como por la existencia de los abecedarios duales del Castellet de Bernabé (V.06.003) y del Tos Pelat (V.21.01-02). Sin embargo, Rodríguez Ramos (2018, nota 8)Rodríguez Ramos, J. (2018). “Estudio de fenómenos consonánticos de la lengua ibera”. Veleia, 35, pp.1-24. ha expresado su escepticismo, entendemos que no tanto por la existencia de la escritura dual edetana en sí, que es obvia por los dos motivos indicados, sino por los valores que las variantes duales expresan y que considera que podrían no ser los mismos que expresan en la escritura dual que se detecta en las zonas B y C. No obstante, el análisis del plomo de la Fundació CIRNE de Xàbia corrobora la hipótesis inicial de que ambos sistemas duales están expresando la misma oposición entre sordas y sonoras y lo hacen de la misma manera, con la variante marcada representando la sorda y la no marcada, la sonora.

Así pues, de las diecinueve apariciones de elementos analizables en uno u otro sentido, dieciséis han mostrado coherencia con este modelo y tres muestran incoherencia, por tanto, el grado de coherencia se situaría en el 84,2 % (16/19) que estaría dentro de los límites de entre el 80-85 % que ya se había propuesto para la zona F, no muy lejos del 90 % de las zonas B y C (Ferrer i Jané, 2005, nota 65Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.). Esto no excluye la posibilidad de que existan casos particulares que afecten a la interpretación dual de determinados signos o inscripciones en la zona F, que podría explicar que el nivel de coherencia sea ligeramente inferior, pero en general el comportamiento global de las inscripciones duales de la zona F es compatible con el de las zonas B y C, tal como este plomo confirma.

k g t d Total
Coherencias 3 3 7 3 16
Incoherencias 0 1 1 1 3
Indeterminadas 5 7 3 4 19
Total 8 11 11 8 38
Tabla 2.  Resumen de coherencias e incoherencias.

Para determinar el origen de la inscripción, es relevante la documentación de la dualidad de ti con la variante de dos trazos opuesta a la de tres, circunstancia que confirma que probablemente proceda de un yacimiento de la zona edetana o quizás de la contestana, ya que esta dualidad es casi exclusiva de esta zona (Fig. 7, izquierda): La Monravana (V.06.005), El Tossal de Sant Miquel (V.06.007, 008, 010, 013 y 029), El Castellet de Bernabé (V.06.001), Los Villares (V.07.01-03), El Abrigo Burgal (V.10.01), El Pitxòcol (A.03.01) y tres inscripciones sin procedencia conocida de colecciones tarraconenses, pero probablemente sean de la zona edetana o adyacentes (T.00.03, SP.01.09-10). En cambio, la variante de to de dos trazos solo se documenta en dos inscripciones: T.00.03 y V.06.003.

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Figura 7.  Izquierda: distribución de las variantes especiales de los signos ti y to. Derecha: distribución de las dualidades explícitas de ŕ. El número indica el número de signos ŕ/ř (elaboración propia).
Ref. Objeto Yacimiento Municipio ŕ ř Total
HER.02.003 Cer. Ática Ensérune Nissan-lez-Enserune 1 1 2
GI.15.04 Plomo El Puig de Sant Andreu Ullastret 12 7 19
B.38.01 Plomo La Penya del Moro Sant Just
Desvern
1 2 3
CS.14. 01 Plomo El Pujol de Gasset Castelló de la Plana 11 5 16
V.21. 01 Plomo (Abecedario) El Tos Pelat Moncada 1 1 2
V.06.003 Plomo El Castellet de Bernabé Llíria 2 1 3
V.06.010 Cer. Pintada El Tossal de Sant Miquel Llíria 2 2 4
V.06.046 Cer. Pintada El Tossal de Sant Miquel Llíria 1 1 2
V.06.082 Cer. Pintada El Tossal de Sant Miquel Llíria 3 2 5
V.07.01 Plomo Los Villares Caudete de Las Fuentes 3 3 6
CIRNE Plomo ¿? ¿? 13 9 22
Tabla 3.  Inscripciones que presentan la dualidad de la vibrante.

Curiosamente, la dualidad del signo to, aunque no es explícita, documenta solo una variante de cuatro trazos en posición coherente de compleja en el antropónimo tortin , lo que permite esperar que la simple fuera la de tres trazos. Así pues, se rompería la uniformidad de representación de los signos ti y to. Quizás esta misma situación se producía en el abecedario más antiguo del Tos Pelat (V.21.01), si A2b1 fuera pareja de A2a1, aunque los dos signos ti son de lectura dudosa.

La posibilidad de que en la escritura ibérica nororiental existiese una dualidad de la vibrante ŕ, diferenciando ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i009.png) de ř (medium/medium-AESPA-95-e07-i009a.png), surge de la identificación del sistema dual de la escritura ibérica suroriental (Ferrer i Jané, 2010, p. 98Ferrer i Jané, J., (2010). “El sistema dual de l’escriptura ibèrica sud-oriental”. Veleia, 27, pp.69-113.) en el que claramente el signo ŕ presenta variantes marcadas, ř (medium/medium-AESPA-95-e07-i009b.png), y no marcadas, ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i009c.png). Además, en esta escritura las marcadas siempre aparecen en posición intervocálica.

El análisis realizado para ver si esta misma dualidad existía en la escritura nororiental detectó un grupo de inscripciones en el que coexistían dos variantes de ŕ (Ferrer i Jané, 2010, p. 101; 2015, p. 321Ferrer i Jané, J., (2010). “El sistema dual de l’escriptura ibèrica sud-oriental”. Veleia, 27, pp.69-113.;13De la relación inicial se excluyen HER.02.374, PYO.01.01 y V.06.007. ver Tab. 3). Esta hipótesis se vio confirmada por la aparición del abecedario dual del Tos Pelat (V.21.01) en el que una de las dualidades representadas era precisamente la de ŕ.

Aunque en cuanto a la clasificación de las escrituras (Tab. 4) esta dualidad ha sido asignada como característica de la escritura dual ampliada de la zona edetana, también se usa esporádicamente fuera de esta (Fig. 7, derecha). La división entre dual estándar y dual ampliado no deja de ser una simplificación de una realidad más compleja, con un repertorio teórico de dualidades que pueden o no ser usadas por las diferentes escuelas epigráficas ibéricas (Ferrer i Jané, 2020, p. 1002Ferrer i Jané, J. (2020). “Las escrituras epicóricas de la Península Ibérica”. Palaeohispanica, 20, pp. 969-1016.). Además, de la misma forma que inscripciones cortas son duales, aunque no usen ninguna dualidad explícita de las oclusivas, probablemente pase lo mismo con esta dualidad, de forma que algunas inscripciones cortas también la estén usando aun cuando solo se documente una de las dos variantes.

Respecto de cuál sería el valor que habría detrás de esta oposición, ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i014.png) / ř (medium/medium-AESPA-95-e07-i014a.png) teniendo en cuenta que la distinción de las oclusivas es entre lenis y fortis, asimilada a efectos prácticos a diferenciación entre sordas y sonoras (Tab. 4), todo hace pensar que en este caso diferencia la vibrante normal simple, probablemente alveolar, de la múltiple. La ya tercera vibrante, r, representaría un punto de articulación diferente y solo con variante simple, puesto que no se detectan variantes paleográficas del signo r, ni en escritura nororiental (medium/medium-AESPA-95-e07-i013.png) ni suroriental (medium/medium-AESPA-95-e07-i013a.png) que puedan apoyar la existencia de una doble notación. Ese comportamiento puede deducirse también de los antropónimos y topónimos ibéricos documentados en latín, en los que la R geminada siempre corresponde a ŕ en posición intervocálica. Además, siguiendo el criterio ya detectado en las oclusivas, el valor de la marca en las vibrantes también está invertido, de forma que la variante marcada suroriental es equivalente a la variante no-marcada nororiental y ambas representan la vibrante múltiple.

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Tabla 4.  Signario teórico nororiental dual estándar (arriba izquierda). Signario teórico nororiental dual ampliado (arriba derecha). Signario usado en el plomo de la Fundació CIRNE de Xàbia (abajo). En rojo signos no documentados.
Vibrantes ibéricas
Punto de articulación vibrante simple
(lenis)
Vibrante múltiple (fortis)
V1 (¿alveolar?) ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i009.png / medium/medium-AESPA-95-e07-i016.png) ř (medium/medium-AESPA-95-e07-i016a.png / medium/medium-AESPA-95-e07-i016b.png)
V2 (¿?) r (medium/medium-AESPA-95-e07-i016c.png / medium/medium-AESPA-95-e07-i016d.png)
Tabla 5.  Valores de los signos que representan vibrantes en las inscripciones ibéricas.

Como sucede con las inscripciones surorientales, la distribución de las dos vibrantes en este nuevo plomo también es coherente, de forma que la vibrante no marcada ř aparece fundamentalmente entre vocales (5 de 6) y la marcada ŕ ante consonante (9 de 10). En el caso de las que aparecen en posición final absoluto hay un cierto equilibrio en la representación de una u otra, tanto si contamos solo las posiciones en final absoluto (2 y 3), como si añadimos las de final relativo de elemento (4 y 7). Este último comportamiento es distinto al del ibérico suroriental, donde todos los casos documentados en posición final absoluto usan ŕ. Aunque cabe indicar que el número de ejemplos conocidos de variantes de vibrantes marcadas en escritura ibérica suroriental es muy escaso.

Así, de los seis casos en posición intervocálica, solo uno usa ŕ, sakaŕ -aŕgi , mientras que los otros cinco usan ř: getuřun ,getuřur ,uborařeukun, inkař-istan , ytař-aŕger , los tres primeros aparentemente en interior de lexema y los dos últimos como final de componente. La única excepción es sakaŕ-aŕgi ; aun así, hay que indicar que en este caso sakaŕ es final de componente y podría mantener la regla original del elemento independiente, en lugar de aplicar la que le correspondería por ir seguido de aŕgi. Además, el propio escriba ha dudado de qué variante usar, ya que inicialmente ha trazado una ř sin marca y luego ha añadido la marca con un trazo adicional que ha quedado desalineado del trazo vertical principal, siendo el único caso en este texto que se traza de esta forma.

Las proporciones se invierten ante consonante; de los once casos, solo uno usa ř, uřge , mientras que nueve usan ŕ:aŕgi ,uŕke ,beŕś (2), beŕke ,aŕger ,saŕ -siŕ ,siŕ -śin , ybiuŕ -boloŕ, los seis primeros en interior de lexema y los tres últimos como final de componente. Inicialmente, habíamos considerado otra excepción, al reconstruir un signo de al final del cuarto segmento del texto A2, ildiŕ -de , pero la autopsia ha descartado su existencia, por lo que desaparece una de las posibles incoherencias. La otra excepción es uřge que aparece en la forma canónica uŕke en otro segmento de este texto. Como en otros casos de aparentes incoherencias en la notación dual (Ferrer i Jané, 2005, nota 5Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.), especialmente cuando aparecen en el mismo texto, no puede excluirse completamente que no se trate del mismo elemento, hecho que justificaría la doble notación y eliminaría la incoherencia. No obstante, llama la atención en este caso que se trate de una doble excepción de elementos adyacentes, circunstancia que plausiblemente no sea casual. Así pues, en este caso, probablemente, la sonorización de la velar sea la causa de la conversión de la vibrante simple en múltiple o al revés, sin que podamos precisar el orden de los cambios fonéticos producidos, si fuera el caso. Aun así, tanto aŕgi como aŕger , con sonora, conviven con ŕ. De hecho, en tres casos ŕ precede a la velar sonora y en dos a la sorda, en el caso de la dental, el único caso presente es con sonora y también una vez con la labial (sonora). En cuanto a las sibilantes, tres veces precede a ś y una vez a s.

Finalmente, de los seis casos en posición de final absoluto, tres usan ř, ildiř por duplicado ydageř , mientras que otros tres usan ŕ: baiduŕ ,boloŕ y quizás kontaŕ si estuviera completo; si no, probablemente habría que pensar en un final relativo. Si ampliamos la relación con las vibrantes en posición de final relativo, la proporción se mantiene, aunque ligeramente favorable a ŕ, con cuatro casos con ř, añadiendo tař , y siete con ŕ, añadiendo sakaŕ , saŕ ,siŕ ybiuŕ . En todo caso, los finales relativos parecen alinearse bien con la regla general, de forma que los tres que van ante consonante usan ŕ, mientras que de los tres que van ante vocal, dos usan ř.

Este mismo comportamiento se puede detectar en los cinco ejemplos de la inscripción de la tinajilla de la colección Ballesta (V.06.082), incidiendo de nuevo en la improbabilidad de que sea una falsificación. Así, en ořer y eřiar las dos intervocálicas van con ř, mientras que enukeŕdeiser , bekoŕban y tardeḿbaŕ , en posición de final absoluto o de final relativo ante consonante, van con ŕ. También en el plomo de Sant Just Desvern (B.38.01) se detecta el mismo comportamiento en los tres casos documentados, donde los intervocálicos teeřoke y bideřoka++ van con ř, mientras que tortinbalaŕ , en posición final relativa ante labial, va con ŕ. También encajarían con esta casuística los ejemplos del plomo del Castellet de Bernabé (V.06.003), donde los dos casos de final relativo ante consonante sukuŕba y egaŕba van con ŕ, y el tercer caso en posición de final absoluto, arskotař , va con ř.

En cambio, los otros ejemplos de dualidades explícitas (HER.02.003, GI.15.04, CS.14.01, V.06.010 y V.07.01) no presentan una casuística clara (Ferrer i Jané, 2010, p. 101Ferrer i Jané, J., (2010). “El sistema dual de l’escriptura ibèrica sud-oriental”. Veleia, 27, pp.69-113.; 2015, pp. 321-322Ferrer i Jané, J. (2015). “Las dualidades secundarias de la escritura ibérica nororiental”. Estudios de Lenguas y Epigrafía Antiguas, 14, pp.309-364. ). La explicación de esta situación quizás sea una mezcla de diferencias dialectales y/o de diferentes prácticas epigráficas sobre cómo usar la dualidad de esta vibrante. En lo que sí coinciden los textos más largos es en documentar siempre más ŕ que ř: 12/7 en GI.15.04, 11/5 en CS.14.01 y 13/9 en el de la Fundació CIRNE de Xàbia, siendo este último el que presenta una distribución más equilibrada.

La presencia en el plomo de la Fundació CIRNE de Xàbia de la dualidad de la vibrante y de la dualidad de ti con dos y tres trazos obliga a analizar si se estuviesen usando otras dualidades de la escritura dual ampliada, característica de la zona edetana (Tab. 4). Pero no parece ser el caso, con seguridad en cuanto a las vocales, donde ni siquiera para e se detecta ninguna dualidad explícita y todas las variantes usadas son de dos trazos (e), aunque solo se usa en cuatro ocasiones y en dos de ellas está dañada.

El caso de la sibilante s es más complicado, ya que la natural variabilidad de este signo, documentado casi siempre en textos largos por diferentes variantes, hace difícil identificar los casos de escritura dual. En este texto la variante más frecuente es la variante s6, documentada cuatro veces en la primera línea del texto A2, pero en este texto también hay tres casos de s7, curiosamente todos ellos muy cercanos en la línea 2. En cambio, el texto a2 presenta tres variantes diferentes s6, s10 y s7/9. El texto B presenta menos variabilidad con tres s6 y un s7. En general, los tres bilos y los dos nios van con s6, pero uno de los istaban va con s6 y el otro con s7. Así pues, no parece que se pueda defender el uso de la dualidad de la sibilante s en este texto. En cambio, la variabilidad detectada en diferentes líneas podría hacer sospechar la intervención de varias manos, pero el indicio aportado por las sibilantes no se ve confirmado en el resto de los signos, que presentan realizaciones muy parecidas en todas las líneas de los textos presentes.

ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i015.png) ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i015.png) ŕ (medium/medium-AESPA-95-e07-i015.png)/ (medium/medium-AESPA-95-e07-i015a.png ř (medium/medium-AESPA-95-e07-i015b.png) (medium/medium-AESPA-95-e07-i015c.png) ř
Delante de
consonante
Final
relativo con
consonante
Final
absoluto
Final
relativo
con vocal
Delante de
vocal
aŕger biuŕ - boloŕ baiduŕ sakaŕ - aŕgi getuřun
aŕgi saŕ - siŕ kontaŕ / [---] tař - aŕger getuřur
uŕke siŕ - śin boloŕ : inkař - istan uborařeukun
uřge dageř
beŕś ildiř :
beŕś ildiř :
beŕke
Tabla 6.  Casuística del uso de las vibrantes en el plomo de la Fundació CIRNE de Xàbia.

Otras variantes paleográficamente significativas son ki6, invertida respecto del sentido habitual, bi5, con una cabeza prominente y terminada en espiral, ka3 con trazos cortos en posición elevada e inconexos, y be10.

Por lo que respecta a su cronología poco puede indicarse, excepto que, por tratarse de una inscripción dual, sería de esperar que se situara en los siglos IV-III a.n.e. (Rodríguez Ramos, 1997, pp. 21-24Rodríguez Ramos, J. (1997): “Primeras observaciones para una datación paleográfica de la escritura ibérica”. Archivo Español de Arqueología, 70, pp.13-30. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.1997.v70.255 ; Ferrer i Jané, 2005, pp. 967-973Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.). En este intervalo, parece mucho más probable el s. III a.n.e. que el siglo IV a.n.e., teniendo en cuenta el uso de la variante be10 (medium/medium-AESPA-95-e07-i017.png), especialmente si la comparamos con la variante usada en el nuevo plomo del Pico de los Ajos (medium/medium-AESPA-95-e07-i018.png) que, a pesar de tener una cronología de amortización de finales del s. II o principios del s. I a.n.e. remite paleográficamente a las variantes más arcaicas del s. IV a.n.e. de Ullastret, como sería el caso de be8 (medium/medium-AESPA-95-e07-i019.png) (Ferrer et al., 2021, p. 102Quintanilla, A. (2005). “Palabras de contenido verbal en ibérico”. Palaeohispanica, 5, pp.507-522.).

4. COMENTARIO LÉXICO

 

Desde un punto de vista lingüístico, la inscripción se caracteriza por presentar una gran acumulación de nombres personales. Procedemos a continuación al análisis de las formas onomásticas identificables en el plomo, así como del resto de elementos léxicos reconocibles:

Texto A1:

  • sakaŕaŕgi : antropónimo formado con las bases onomásticas sakaŕ y aŕki (MLH III.1 § 7.14 y § 7.96; Rodríguez Ramos, 2014, n.os 12 y 113, respectivamenteRodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

  • sadugelur : aunque el contexto lingüístico podría sugerir que se trate de otro antropónimo, no existen paralelos concluyentes para tal interpretación. El inicio podría esconder una variante del formante saltu (MLH III.1 § 7.98; Rodríguez Ramos, 2014, n.º 115Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.; cf. asimismo el nombre personal abreviado satu (AUD.05.21)), seguida del infijo -ke-, conocido como nexo entre formantes (Moncunill y Velaza, 2019, p. 282Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert), y de una segunda base tal vez interpretable como forma defectiva de ailur (MLH III.1 § 7.3; Rodríguez Ramos, 2014, n.º 3Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) o ilur (cf. ilur·aŕgiŕ (V.04.29,2), a su vez variante de iltur (MLH III.1 § 7.63; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 66Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.)). Otra posibilidad interpretativa, considerando la presencia de las bases analizadas en nombres de lugar como Salduie y abaŕiltur (vid. MLH VI, s.v. Salluia y abaŕiltur), sería considerarlo un topónimo.

  • uŕkebeŕśe : nombre personal compuesto de uŕke (MLH III.1 § 7.140; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 168Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) y beŕś , quizás presente también en s]elkibeŕśar (L.15.02), y que podría ser interpretado como variante de los más frecuentes beŕ o incluso bels (MLH III.1 § 7.34 y § 7.32; Rodríguez Ramos, 2014, n.os 39 y 36Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.), sufijado con -e, tal vez marca de dativo (Moncunill y Velaza, 2019, p. 236Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert). El mismo nombre aparece muy posiblemente de forma incompleta en A2 (vid. infra [---]kebeŕś ).

  • baidesbaiduŕ : secuencia segmentable como baides-baiduŕ. baides es una palabra bien documentada en el corpus ibérico, cuya interpretación resulta, sin embargo, poco clara. Aparece en textos sobre plomo: así en CS.14.01 (Pujol de Gasset); AUD.05.34, .35 y .36 (Pech Maho); MU.04.01 (El Cigarralejo); CS.21.03 y .08 (La Punta d’Orlell); V.13.02 (Pico de los Ajos); A.04.03 (La Serreta d’Alcoi); GI.15.04 (El Puig de Sant Andreu), y en los plomos de procedencia desconocida T.00.02, SP.01.01 y .02. La mayoría de estas láminas parecen corresponderse con documentos de carácter comercial lato sensu, a juzgar por su contexto arqueológico (así, p. ej., los plomos de Pech Maho) o por su contenido (cf., por ej., T.00.02, con operaciones contables); sin embargo, la aparición de este término en otros ámbitos, como el religioso o funerario, queda también avalada por lo menos por el plomo greco-ibérico de El Cigarralejo (MU.04.01), al que puede atribuirse una funcionalidad ritual, tanto por proceder de una tumba como por las características físicas del soporte y la disposición particular del texto (De Hoz, 2011, pp. 419-420De Hoz, J. (2011). Historia Lingüística de la Península Ibérica en la Antigüedad II: El mundo ibérico prerromano y la indoeuropeización. Madrid: CSIC.). Desde un punto de vista lingüístico, el contexto de aparición típico de la palabra es justo delante o detrás de antropónimos, que pueden aparecer sin ningún tipo de sufijación, como en una simple enumeración. Esta particularidad ha hecho suponer que pudiera tratarse de una forma apelativa en relación con estos nombres, indicando tal vez los testigos o garantes de una determinada transacción o pacto (Rodríguez Ramos, 2004, p. 268Rodríguez Ramos, J. (2004). Análisis de epigrafía íbera. Vitoria-Gasteiz: UPV/EHU.; Orduña, 2006, p. 89Orduña, E. (2006). Segmentación de textos ibéricos y distribución de los segmentos. Madrid: UNED.; Moncunill, 2007, p. 89Moncunill, N. (2007). Lèxic d’inscripcions ibèriques (1991-2006). Barcelona: Universitat de Barcelona.; Moncunill y Velaza, 2019, p. 120Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert), del mismo modo como ocurre en el plomo griego de Pech Maho, donde una serie de personajes con onomástica precisamente ibérica son invocados en calidad de μάρτυρες. En cuanto a la etimología de la palabra, Orduña (2006, p. 90)Orduña, E. (2006). Segmentación de textos ibéricos y distribución de los segmentos. Madrid: UNED. propone que pueda corresponderse con un préstamo del propio término griego, mientras que Rodríguez Ramos (2014, p. 100)Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238. plantea que se trate de una adaptación del celtíbero ueizos, palabra formada con la raíz indoeuropea *weyd- ‘ver’. El análisis como forma nominal no es, no obstante, concluyente, y algunos autores han preferido otras interpretaciones, como que pueda tratarse de una forma verbal (Untermann, 1987, pp. 47-48Untermann, J. (1987). “La gramática de los plomos ibéricos”. Veleia, 2-3, pp. 35-56.; 2014, p. 94Untermann, J. (2014). Iberische Bleiinschriften in Südfrankreich und im Empordà. Berlin / New York: De Gruyter.; Quintanilla, 2005, p. 516Quintanilla, A. (2005). “Palabras de contenido verbal en ibérico”. Palaeohispanica, 5, pp.507-522.), atendiendo a la diversidad de los sufijos con los que baides puede combinarse, a saber -ki(-ke), -ban, -bi, -i, -ir, y al hecho de que ninguno de ellos se documenta claramente tras nombres de persona. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que algunas de estas partículas (-ban y -bi) podrían corresponderse con numerales (Ferrer i Jané, 2009, p. 454, nota 9Ferrer i Jané, J. (2009). “El sistema de numerales ibérico: avances en su conocimiento”. Palaeohispanica, 9, pp.451-479.), una interpretación compatible tanto con un valor nominal como verbal de baides . En definitiva, a pesar de que el contexto de aparición de la palabra puede ser definido con bastante claridad, su interpretación queda todavía abierta. Siguiendo con el análisis del resto de la secuencia, baiduŕ podría, a su vez, ser un apelativo en relación con baides , del que podría incluso compartir la base baid -, aunque un análisis como antropónimo no es tampoco imposible: el primer formante, bai, lo hemos identificado en A2 en el nombre baibeŕ (vid. infra); para el segundo, puede traerse a colación tuŕś (MLH III.1 § 7.132; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 163Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

Texto A2:

  • istabansgetuřunbilosḿilun : secuencia compleja probablemente segmentable como istaban-s-ge-tuřun y bilosḿilun . El inicio podría esconder un antropónimo istaban, que se repetiría en la segunda línea de este mismo texto, y que podría ir seguido en este caso de un hipotético sufijo -s, para el que disponemos de paralelos en relación con la toponimia, pero no de forma clara, sin embargo, con nombres de persona. Los elementos constitutivos del antropónimo serían ista(n) (cf. Istamiuris (CILA III, 154) y tal vez también ]ista (HER.02.323) y stanko (GI.20.01); MLH III.1 § 7.65; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 169Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) y ban (elemento documentado, por ejemplo, en ban·śor (AUD.05.35,9) o ban·tuin-ḿi (B.41.03,1/2); Rodríguez Ramos, 2014, n.o 25Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.). En el final de la secuencia se aísla -ge-tuřun , que alterna con un final en vibrante en la siguiente línea del texto (-ge-tuřur ), y donde probablemente debe identificarse un sufijo o infijo -ge - bien documentado en relación con nombres personales (Moncunill y Velaza, 2019, pp. 241-242Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert), y una forma -tuřun para la que no disponemos de paralelos, salvo la forma ya mencionada del mismo texto.

  • Por lo que respecta a bilosḿilun , pueden identificarse los formantes bilos (MLH III.1 § 7.39; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 45Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) e ilun, plausiblemente variante de iltun (MLH III.1 § 7.62; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 66Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.), unidos con el infijo -ḿ-, cuya aparición en antropónimos formados con un segundo formante iltiŕ o iltun está bien documentada: cf. ete·ḿ·iltiŕ (V.00.01,B), lakun·ḿ·iltiŕ-te (CS.21.03,B-4) y selki·ḿ·iltun (V.16.01,A-10), aunque este último podría estar documentando directamente la forma ḿilun , según la autopsia realizada por uno de nosotros (JFJ).

  • niosildiř: antropónimo compuesto de nios e ildiř (MLH III.1 § 7.94 y § 7.61; Rodríguez Ramos, 2014, n.os 104 y 65Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

  • bilosnḿildiř : compuesto antroponímico formado con bilos (MLH III.1 § 7.39; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 45Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.), el infijo -nḿ- posiblemente variante de -ḿ-, aislable también en bilosḿilun , del mismo texto (vid. supra), e ildiř (MLH III.1 § 7.61; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 65Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

  • kontaŕ [---]: si la secuencia fuera completa, serían aislables los formantes antroponímicos kon y taŕ (MLH III.1 § 7.77 y § 7.115; Rodríguez Ramos, 2014, n.os 88 y 138Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

  • [---]kebeŕś : es posible restituir el nombre personal uŕ]kebeŕś , tal como aparece en el texto A1, en aquel caso sufijado con -e.

  • istaban :vid. supra istabansgetuřun .

  • saŕsiŕśintaliger : el inicio de la secuencia puede corresponderse con un antropónimo saŕ·siŕ . Para el primer formante, cf. ildiŕśar (AUD.05.34,19) y kuleśare (HER.02.374,2/3); para el segundo, siŕ, vid. MLH III.1 § 7.105; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 123Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.. El resto del texto resulta más opaco: una segmentación como śin-tali-ger permitiría evocar los formantes sin(e) (MLH III.1 § 7.104; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 191Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) y keŕe (MLH III.1 § 7.72; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 82Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.), a pesar de la discrepancia en la sibilante y vibrante, y de no disponer de paralelos para el segmento -tali -.

  • baibeŕkegetuřurtařaŕger : secuencia compleja en la que es posible aislar varios elementos onomásticos. En la parte inicial puede segmentarse un nombre personal bai·beŕ , o tal vez mejor bai·beŕke , si tomamos en consideración el paralelismo con la estructura istabans-ge-tuřun-bilosḿilun , de este mismo texto. En ambas posibilidades obtendríamos un primer formante bai identificable también en u]lti·bai (V.06.050) o beŕ·bai (B.04.01), además de algunas marcas de propiedad donde aparece de forma aislada (B.01.03, TE.02.064,B y TE.02.441). Para la primera segmentación bai·beŕ sería posible reconocer a continuación el formante beŕ (MLH III.1 § 7.34; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 39Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.); para la segunda posibilidad, bai·beŕke , contamos, en cambio, con un único paralelo: beŕkebeśa (T.07.01). Seguidamente, es posible aislar -ge-tuřur , que alterna con un final en -n en la forma istabans-ge-tuřun, en el inicio de este mismo texto (vid. supra). Encontramos, por último, otro antropónimo, tař·aŕger , compuesto de taŕ (MLH III.1 § 7.115; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 138Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) y aŕker (MLH III.1 § 7.14; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 12Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

Texto B:

  • inkařistanur : la posibilidad de aislar un formante istan, que hemos identificado en A2 en el nombre istaban (vid. supra), permitiría segmentar el texto como inkař-istan-ur , pero el análisis del conjunto como forma antroponímica no es claro.

  • biuŕboloŕ : antropónimo compuesto de biuŕ (MLH III.1 § 7.43; Rodríguez Ramos, 2014, n.o50Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) y boloŕ , tal vez variante de boloi (cf. uŕkaboloi (V.04.29,3)) o bolai (MLH III.1 § 7.44; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 51Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

  • beiriar : podría tratarse de un nombre personal formado sobre las bases beir (cf. śani·beiŕ (CS.21.07,A-3) y tal vez variante del formante beŕ (MLH III.1 § 7.34; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 39Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.)) e iar (MLH III.1 § 7.56; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 61Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.). Pese a todo, también podría ser una forma verbal de estructura semejante a egiar .

  • niosiltun: antropónimo constituido por nios e iltun (MLH III.1 § 7.94 y § 7.62; Rodríguez Ramos, 2014, n.os 104 y 66Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.). Es destacable la aparición de los dobletes niosildiŕ/niosiltun y bilosnḿildiř/bilosḿilun , siguiendo el mismo patrón detectable en aiuniltiŕ (L.09.01)/aiuniltun (B.41.05), ildiŕadin (Mon.100.12)/ilturadin (TE.02.001), lakuiltum (T.07.01)/lakunḿiltiŕ (CS.21.07), eteḿiltiŕ (V.00.01)/eteiltuŕ (V.13.03), pero que hasta el momento no se había documentado en una misma inscripción. Los dos elementos de la variación se combinan en iltiŕailtune (PYO.01.22,2).

  • tortin : nombre personal simple formado con tortin (MLH III.1 § 7.134).

  • bilosḿilun : antropónimo que se repite en A2 (vid. supra).

  • baibege : antropónimo formado con bai (vid. supra bai·beŕ ) ybege (cf.bege·ber (PYO.07.01)).

  • beśgaldai : posible nombre personal compuesto de beś (cf. sakaŕ·beś (MU.04.01,2), que podría ser variante de ibeś (MLH III.1 § 7.58; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 62Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.) o baś (MLH III.1 § 7.27; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 30)) y galdai , que hemos puesto en relación con el elemento galdu de los antropónimos Galduriaunin (CIL II2/7, 26) y Tannegaldunis (CIL II2/14, 759).

  • leigeuborařeukun: secuencia de análisis incierto en la que es posible aislar el elemento leige -, que se repite en el inicio de la palabra siguiente, y para el que no disponemos de paralelos aclaratorios: si bien existe formalmente la posibilidad de aislar un radical lei, quizás variante del formante leis (MLH III.1 § 7.85; Rodríguez Ramos, 2014, n.o 97Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.), de un sufijo o infijo -ge, tal interpretación haría esperable a continuación otro formante antroponímico, pero la secuencia que sigue no presenta paralelos claros. Para el final, el paralelo más directo se encuentra en el grafito parietal ukun-ban (TE.14.01), donde la estructura en la que se inserta el elemento haría posible una interpretación de este como nombre común; sin embargo, otra alternativa sería equipararlo con la secuencia, posiblemente de carácter verbal, biteukin (L.01.03).

  • leigenikansar : es posible una segmentación como leige-ni-kans-ar. El inicio coincide con el de la secuencia anterior leigeuborařeukun (vid. supra); para kans, cf. las marcas de propiedad kans (TE.02.262; GI.10.21), y, con la otra sibilante, sikeikanśar (B.11.01) y kanśkebe (B.23.01), paralelos que podrían apuntar a una interpretación como formante antroponímico, apoyada por un posible final sufijal en -ar , frecuente tras nombres personales probablemente con una función próxima al genitivo (vid. Moncunill y Velaza, 2019, p. 96Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert). De ser esta interpretación correcta, podríamos considerar -ni- como un hipotético infijo entre los dos formantes.

  • uřgedageř : nombre personal compuesto de uŕke y takeŕ (MLH III.1 § 7.140 y § 7.111; Rodríguez Ramos, 2014, n.os 168 y 133Rodríguez Ramos, J. (2014). “Nuevo Índice Crítico de formantes de compuestos de tipo onomástico íberos”. ArqueoWeb, 15, pp.81-238.).

5. COMENTARIO SINTÁCTICO Y ESTRUCTURAL

 

Como suele suceder en las inscripciones sobre plomo con textos largos, el análisis sintáctico y estructural del texto constituye un aspecto especialmente problemático. En este caso, además, el hecho de que en la lámina convivan tres textos diferentes plantea el problema de las eventuales relaciones existentes entre ellos.

Por lo que se refiere al texto A1, el más breve de los tres, está constituido por cuatro secuencias de las que dos, sakaŕaŕgi yuŕkebeŕśe, son claramente nombres personales, el primero sin sufijar y el segundo acompañado del sufijo -e, al que, como se ha señalado, suele adjudicársele, con la debida cautela, un valor próximo al dativo. Como el texto podría tener un valor independiente o bien estar vinculado a A2 con un carácter de introducción o presentación, los dos nombres personales identificados podrían corresponder a los dos individuos protagonistas de la relación epistolar enunciada en el plomo, si es que este corresponde a un intercambio epistolar en un sentido laxo, o bien a algún tipo de contrato (Velaza, 1994, p. 22Velaza, J. (1994). “Sobre dos plomos con escritura ibérica: una revisión y una noticia”. Epigraphica, 56, pp.9-28.). La relación entre los dos personajes podría estar marcada por el término baides , un elemento recurrente pero todavía enigmático, puesto que ni siquiera estamos seguros de su categoría gramatical: aunque podría tratarse de un apelativo (Moncunill y Velaza, 2019, p. 120Moncunill, N. y Velaza, J. (2019). Monumenta linguarum Hispanicarum V.2: Lexikon der iberischen Inschriften. Wiesbaden: Reichert), no puede descartarse tampoco que se trate de un verbo. El resto del texto es poco transparente.

La estructura de los textos A2 y B es todavía menos evidente: en ambos casos, a pesar de que se emplean interpunciones para separar segmentos, parece claro que las secuencias resultantes corresponden a veces a “palabras” concretas, mientras que en otros casos son demasiado largas y deben de corresponder a secuencias complejas. Desde el punto de vista sintáctico, en A2 es llamativa la secuencia bilosḿilun :niosildiř : bilosnḿildiř , donde los dos primeros elementos parecen onomásticos bimembres formados por elementos conocidos, mientras que el tercero parece integrado por el primer elemento del primero y el segundo elemento del segundo, sin que podamos decir si ese fenómeno obedece a alguna razón o es estrictamente una casualidad.

Con la ya señalada abundancia de secuencias que pueden interpretarse como nombres personales contrasta el hecho de que todos ellos carecen de los sufijos que son habituales en ibérico acompañando a esa categoría de palabras. Por otra parte, apenas si podemos atisbar la presencia de secuencias verbales claras en ambos textos, más allá de la posibilidad de que beiriar lo sea. En resumidas cuentas, como suele suceder en los textos largos sobre plomo, alejados de la recurrencia formular que puede darse, por ejemplo, en inscripciones funerarias o incluso en epígrafes sobre cerámica, en el caso que nos ocupa la estructura de los textos nos resulta, por desgracia, demasiado opaca como para poder abordarla con alguna garantía y, desde luego, para deducir de ella cualquier cosa relativa al significado general de los epígrafes.

Por lo que respecta a las eventuales relaciones que puedan existir entre los dos o tres textos diferentes (dependiendo de que A1 y A2 se entiendan como textos separados o como uno solo), el hecho de que su coexistencia en el mismo plomo no sea debida a un mero reaprovechamiento del soporte, sino a una auténtica relación, parece hipótesis garantizada por la presencia de nombres personales que se repiten entre ellos: así, el nombre personal uŕkebeŕś , que aparece en A1, se repite en A2; de la misma manera, el nombre personal bilosḿilun comparece tanto en A2 como en B. Sin embargo, cuál puede ser concretamente esa relación es extremo que no nos es posible aclarar en el estado actual de nuestros conocimientos.

6. CONCLUSIONES

 

Como puede verse, el plomo que aquí se da a conocer presenta numerosos elementos de interés en diferentes aspectos.

Desde el punto de vista paleográfico, cabe destacar que la documentación de la dualidad de ti con la variante de dos trazos opuesta a la de tres confirma que la procedencia del plomo, a pesar de ser desconocida, probablemente corresponda a un yacimiento de la zona edetana, ya que esta dualidad es casi exclusiva de esta zona, sin descartar los yacimientos contestanos más cercanos a Xàbia, teniendo en cuenta que también se documenta en el plomo del Pitxòcol (Balones).

La procedencia del plomo es un hecho muy significativo, ya que se trata de un texto claramente dual con cinco de las diez posibles dualidades documentadas explícitamente, ka, ke, ta, ti y tu, y con un alto grado de coherencia respecto del comportamiento esperado, llegando casi al 85 %, teniendo en cuenta solo los elementos más seguros,sakaŕ , ildiř , baides , aŕgi , tortin , bege , istan , taŕ , uŕke y kon , de forma que la marcada representaría la sorda y la no marcada, la sonora, de acuerdo con el comportamiento general del sistema dual nororiental en el resto del territorio ibérico.

Otro de los aspectos paleográficamente destacables es la identificación de la dualidad de la vibrante ŕ, que ya se conocía por una decena de inscripciones, incluyendo el abecedario del Tos Pelat. La importancia de este texto es que las dos variantes no solo se documentan de forma equilibrada y en gran cantidad (9 ř y 13 ŕ), sino que su uso sigue una casuística relativamente clara. Aunque con alguna excepción, la marcada (ŕ) se usa fundamentalmente ante consonante y la no marcada (ř), ante vocal, mientras que en posición final se distribuyen de forma relativamente equilibrada, aunque favorable a la marcada. Este comportamiento coincidiría con el uso detectado de esta misma dualidad en la escritura ibérica suroriental, excepto en posición final, puesto que en suroriental es exclusivo de ŕ. Sin embargo, el resto de los textos largos nororientales donde se usa esta dualidad no presentan un uso tan regular. Quizás el comportamiento análogo de la distribución de las vibrantes en las inscripciones ibéricas más meridionales, con independencia de la escritura usada, fuera un indicador dialectal. La hipótesis de valor para esta dualidad es que la marcada represente la vibrante normal simple, probablemente alveolar, y la no marcada, la múltiple, mientras que la otra vibrante representaría una segunda vibrante con otro punto de articulación.

En cuanto al léxico, hay que destacar la presencia del elemento baides , recurrente en las láminas de plomo ibéricas, y de diversos antropónimos ibéricos claros, como por ejemplo sakaŕaŕgi , uŕkebeŕś , niosildiř , niosiltun , uřgedageř , biuŕboloŕ , tortin ybilosḿilun .

Por lo que respecta a los aspectos estructurales y de contenido, cabe subrayar la disposición especular de los textos, para la que contamos con un paralelo en un plomo ibérico que en su editio princeps fue considerado una carta, aunque se ha propuesto también que pueda registrar un contrato o transacción, o bien tener un valor religioso. El plomo de la Fundació CIRNE de Xàbia no presenta tampoco elementos internos que nos permitan ser concluyentes en este sentido, puesto que el texto carece, hasta donde podemos entender, de secuencias numerales o de formularios que pudieran emparentarlo de manera incuestionable con los textos epistolares de carácter mercantil o comercial. En fin, la ausencia de cualquier información relativa al contexto arqueológico del hallazgo nos impide también obtener alguna pista relevante para determinar su función concreta.

NOTAS

 
*

Esta publicación es parte de los proyectos de I+D+i “Estudio paleográfico, lingüístico y funcional del corpus epigráfico ibérico” (PID2019-106606GB-C33) y “Escrito para los dioses. Escritura y ritualidad en la Península Ibérica antigua” (PID2019-105650GB-I00), financiados por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/. Se inscribe también en el Grup de Recerca Consolidat LITTERA (2017SGR241).

1

Si no se indica lo contrario, las referencias a inscripciones paleohispánicas corresponden al Banco de Datos Hesperia (BDH): http://hesperia.ucm.es/.

2

Véanse, de todos modos, las consideraciones expresadas en Ferrer i Jané, Asensio y Pons, 2016, p. 135Ferrer i Jané, J., Asensio, D. y Pons, E. (2016). “Novetats epigràfiques ibèriques dels segles V-IV aC del Mas Castellar (Pontós, Alt Empordà)”. Cypsela, 20, pp.117-139..

3

Se trata de las tablillas de la necrópolis del Rabosero en Torres-Torres (V.04.29), La Serreta (A.04.01, .03 y .07-09), El Cigarralejo (MU.04.01), Coimbra del Barranco Ancho (MU.01.01) y el aún inédito de la Illeta dels Banyets. No incluimos en esta relación la lámina atribuida a La Serreta pero procedente del Bancal de la Corona (Mas d’Is, Penàguila): a pesar de constar como auténtica no solo en los MLH (G.1.2), sino también en el Banco de Datos Hesperia (A.04.02), poco después de su hallazgo en 1944 ya fue considerada como falsa por varios investigadores (Taracena, Pericot y Cabré, 1951, pp. 49-50, n.º 3Taracena, B., Pericot, L. y Cabré, J. (1951). “Informe acerca de la autenticidad de los objetos hallados en el Bancal de la Corona de Mas de Is, término de Penáguila (Alicante)”. En: Crónica del VI Congreso Arqueológico del Sudeste (Alcoy 1950). Cartagena: Seminario de Arqueología y Numismática Aragonesas del Instituto Fernando El Católico, pp.42-59.; Gómez-Moreno, 1962, pp. 71-72Gómez-Moreno, M. (1962). La escritura bástulo-turdetana (primitiva hispánica). Madrid: Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.; más tarde De Hoz, 1987, p. 286De Hoz, J. (1987). “La escritura greco-ibérica”. Veleia, 2-3, pp.285-298.), opinión que ha sido confirmada recientemente por el análisis electroquímico del metal, que presenta características propias de un plomo contemporáneo (Doménech-Carbó, Doménech-Carbó y Peiró-Ronda, 2013, pp. 65-67Doménech-Carbó, A., Doménech-Carbó, M. T. y Peiró-Ronda, M. A. (2013). “Datación de plomo arqueológico mediante métodos electroquímicos”. En: IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pp.63-71.).

4

La Punta de Orlell (CS.21.02), La Carencia (V.14.02), el Castellar de Meca (V.15.02), la Covalta (V.19.01), la Bastida de les Alcusses (V.17.02 y .05), el Cabeçó de Mariola (A.02.01; sobre la posibilidad de que el signario utilizado en este plomo sea el nororiental, véase la nota 7), el Amarejo (AB.06.01-04), el Llano de la Consolación (AB.07.05) y dos plomos de procedencia desconocida (SP.01.04 y .07). A estos habría que añadir la posible presencia de un texto en escritura ibérica suroriental, parcialmente borrado, en el plomo palimpsesto de la Punta de Orlell (CS.21.08).

5

Ferrer i Jané, 2018bFerrer i Jané, J. (2018b). “El signo S65 de la escritura paleohispánica meridional: A propósito de la inscripción de la necrópolis de Piquía (Arjona, Jaén)”. Estudios de Lenguas y Epigrafía Antiguas, 17, pp.139-180.. Nos referimos a los plomos del Barranco del Rey en la Sierra de Gádor (AL.01.02), el Cerro de los Allozos (GR.01.01) y la Mesa en Alcolea del Río (SE.05.01).

6

El dudoso, por ahora ilocalizable, Bastida III. En cambio, V.17.03 es anepigráfico, mientras que las otras dos tablillas procedentes de este yacimiento están en escritura meridional (véase la nota 4).

7

A pesar de las dudas expresadas por Untermann en los MLH (G.5.1), el plomo del Cabeçó de Mariola (A.02.01) está inscrito probablemente en el signario suroriental (véase la nota 4), puesto que el ductus sinistrorso es poco habitual en los textos levantinos.

8

El texto B podría haber precedido a A2 si, antes de iniciarse el proceso de escritura, se hubiera girado la lámina, lo que no sería descartable en caso de haber transcurrido cierto tiempo entre el trazado de la pauta y la redacción de los textos.

9

Véase, en último lugar, Rodríguez Ramos, 2017Rodríguez Ramos, J. (2017). “La cuestión del dativo en la lengua íbera”. Philologia Hispalensis, 31/1, pp.119-150. DOI: https://doi.org/10.12795/PH.2017.i31.06 .

10

Siempre y cuando no haya que considerar una cierta distancia temporal entre la redacción de B y A1: en ese caso el sentido del último texto podría deberse al azar.

11

Inspección realizada el 27/11/2021 en el Museu de Xàbia.

12

Excepto para ta2 (Ferrer i Jané, 2005, p. 960Ferrer i Jané, J. (2005). “Novetats sobre el sistema dual de diferenciació gràfica de les oclusives”. Palaeohispanica, 5, pp.957-982.).

13

De la relación inicial se excluyen HER.02.374, PYO.01.01 y V.06.007.

FUENTES

 
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  • CIL = Corpus Inscriptionum Latinarum.

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