Archivo Español de Arqueología 95
enero-diciembre 2022, e03
ISSN: 0066-6742, eISSN: 1988-3110, ISSN-L: 0066-6742
https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.03

De las políticas comensales a las relaciones sociales: cerámicas áticas en La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia)*Parte del trabajo realizado en este artículo ha sido realizado con los proyectos de los Planes Nacionales de Investigación HAR2008/0435 y HAR2014/54414-P, y con el proyecto LIMOS. Litoral y Montaña. Arqueología del cambio social en las comarcas meridionales de la Comunidad Valenciana(PROMETEO19/035) financiado por la Generalitat Valenciana. Las investigaciones arqueológicas en La Bastida de les Alcusses se llevan a cabo desde 1928 con el apoyo financiero de la Diputación de Valencia. Agradecemos a Helena Bonet Rosado sus comentarios a una primera versión del trabajo y a dos revisores anónimos las correcciones y sugerencias de mejora.

From commensal politics to social relations: Attic pottery from La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia)

Iván Amorós López

INAPH, Universidad de Alicante

https://orcid.org/0000-0003-4791-3248

Jaime Vives-Ferrándiz Sánchez

SIP-Museo de Prehistoria, Diputación de Valencia

https://orcid.org/0000-0003-0812-8351

RESUMEN

Se presenta el repertorio completo de cerámica ática de La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia), un oppidum ibérico de corta ocupación en el siglo IV a. C. El material es una muestra representativa porque procede de casas, edificios públicos, calles y puertas. Las 29 formas identificadas se agrupan en cuatro grandes grupos funcionales: la vajilla de mesa supera el 98 % del conjunto y los elementos de tocador, la iluminación y otros objetos constituyen el restante 2 %. Las importaciones están presentes en todos los espacios construidos y pudieron haber formado parte de la vajilla de buena parte de los habitantes y de sus estrategias comensales. Acumulaciones inusuales de varias decenas de piezas son lotes almacenados, bien en un almacén colectivo, bien en las casas. Los servicios funcionales de comida y bebida se reparten regularmente entre varias casas. En residencias ricas no hay importaciones, lo que se explica porque hubo diferencias en las expresiones materiales de elites heterogéneas.

Palabras clave: 
Edad del Hierro; cultura ibérica; oppidum; cerámica griega; barniz negro; figuras rojas; poder; intercambios; economía.
ABSTRACT

We analyse the Attic pottery from La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia), a short-lived Iberian oppidum that spans the 4th century BC. The assemblage is representative because it comes from different areas that include houses, public buildings, streets and gates. We have identified 29 types that have been classified into four functional groups: tableware constitutes more than 98 % of the assemblage and the rest are related to the toilette, lamps and other objects. The distribution in the settlement shows that Attic pottery is present in all the compounds and blocks, and it may well have been part of the tableware of many of the inhabitants and their commensal politics. Unusual concentrations of dozens of objects are interpreted as stocks either in a public storeroom o in houses. Functional sets for solid and liquid foodstuffs are distributed regularly among different houses. There are no imports in rich residences. This pattern is explained as different material strategies by heterogeneous elites.

Keywords: 
Iron Age; Iberian culture; oppidum; Greek pottery; black glazed pottery; red-figured pottery; power; exchange; economy.

Enviado: 21-01-2021. Aceptado: 15-04-2021. Publicado online: 08-04-2022

Cómo citar este artículo/Citation: Amorós López, I. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (2022). “De las políticas comensales a las relaciones sociales: cerámicas áticas en La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia)”. Archivo Español de Arqueología, 95, e03. https://doi.org/10.3989/aespa.095.022.03

CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN

 

Durante las últimas dos décadas diversos trabajos han puesto de manifiesto el potencial que tiene el estudio de las prácticas alimenticias para analizar históricamente cuestiones relativas a la ideología, el poder y la constitución de relaciones sociales, más allá de las implicaciones económicas o de subsistencia a las que tradicionalmente se han vinculado (Dietler y Hayden, 2001Dietler, M. y Hayden, B. (2001). Feasts: Archaeological and Ethnographic Perspectives on Food, Politics and Power. Washington y Londres: Smithsonian Institution Press.; Mata, Pérez y Vives-Ferrándiz, 2010Mata Parreño, C., Pérez Jordà, G. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2010). De la cuina a la taula. IV Reunió d’Economia del primer mil·lenni. Saguntum-PLAV, Extra-9. Valencia: Universidad de Valencia.; Aranda, Montón y Sánchez Romero, 2011Aranda, G., Montón, S. y Sánchez Romero, M. (eds.) (2011). Guess Who’s Coming to Dinner: Feasting Rituals in the Prehistoric Societies of Europe and the Near East. Oxford: Oxbow Books.; Sardà, García y Moreno, 2016Sardà Seuma, S., Garcia i Rubert, D. y Moreno Martínez, I. (2016). “Feasting, Phoenician Trade and Dynamics of Social Change in Northeastern Iberia: Rituals of Commensality in the Early Iron Age Settlement of Sant Jaume (Alcanar, Catalonia)”. Journal of Mediterranean Archaeology, 29 (1), pp. 37-60. DOI: https://doi.org/10.1558/jmea.v29i1.31012 ). Esta línea de investigación ha resultado ser especialmente fructífera para el periodo de la Prehistoria Reciente y la Edad del Hierro, cuando las relaciones entre diferentes regiones mediterráneas se intensificaron respecto a periodos precedentes, con la incorporación de nuevos alimentos, utensilios o vajilla en el marco de relaciones sociales diversas.

Unos de los restos materiales más conspicuos de las prácticas de comensalía lo constituyen la vajilla y los utensilios relacionados con el consumo. Los restos bioarqueológicos y los equipamientos para la transformación del alimento -molinos, hogares, hornos- ofrecen una información cualitativamente diferente, pero no siempre se han identificado o recuperado en los registros de excavaciones antiguas. Entre la vajilla, las importaciones revelan las lógicas y los intereses de los grupos locales, los valores y la orientación de la demanda y sus diferencias regionales muestran, además, los gustos particulares. De hecho, durante la Edad del Hierro nuevos productos y objetos relacionados con el consumo fueron incorporados en grados diversos que, lejos de homogeneizar la realidad social, se plasmaron en diferencias entre zonas que se explican por tradiciones culturales, por los intereses de la demanda local o por los mecanismos de interacción e integración mediterránea de cada zona (Sanmartí, 2004Sanmartí, J. (2004). “From local groups to early states: the development of complexity in protohistoric Catalonia”. Pyrenae, 35, pp. 7-41.; Vives-Ferrándiz, 2008Vives-Ferrándiz, J. (2008). “Negotiating colonial encounters: hybrid practices and consumption in eastern Iberia (8th-6th centuries BC)”. Journal of Mediterranean Archaeology, 21 (2), pp. 241-272. DOI: https://doi.org/10.1558/jmea.v21i2.241 ; Sanmartí y Asensio, 2017Sanmartí, J. y Asensio, D. (2017). “Pottery imports and social organization. Theoretical-methodological principles, and a case study of the 4th century BC in the Iberian coast”. En: Aquilué, X., Cabrera, P. y Orfila, M. (eds.), Homenaje a Glòria Trias Rubiés. Cerámicas griegas de la Península Ibérica: cincuenta años después (1967-2017). Barcelona: Centro Iberia Graeca, pp. 338-347.; Amorós, 2019Amorós López, I. (2019). Ideología, poder y ritual en el paisaje ibérico. Procesos sociales y prácticas rituales en el área central de la Contestania. Trabajos Varios del SIP, 123. Valencia: Museo de Prehistoria de Valencia - Diputación de Valencia. ).

Hacia mediados del primer milenio a. C. los materiales griegos -principalmente áticos- protagonizan el panorama de las importaciones de vajilla en los poblados ibéricos de la fachada mediterránea peninsular. Estos objetos han recibido la atención de la investigación, principalmente, desde dos puntos de vista complementarios: uno que ha tratado de examinar aspectos formales y tipológicos de las producciones, con un énfasis en la catalogación de repertorios (Lamboglia, 1954Lamboglia, N. (1954). “La ceramica precampana della Bastida”. Archivo de Prehistoria Levantina, V, pp. 105-139.; Trías, 1967-1968Trías de Arribas, G. (1967-1968). Cerámicas griegas de la Península Ibérica. Valencia: The William L. Bryant Foundation.; Rouillard, 1991Rouillard, P. (1991). Les grecs et la Péninsule Ibérique du VIII au IV siècle avant Jésus-Christ. Paris: Publications du Centre Pierre Paris 21.; Sánchez, 1992Sánchez, C. (1992). El comercio de productos griegos en Andalucía Oriental. Siglos V-IV a.C. Estudio tipológico e iconográfico de la cerámica. Col. tesis doctorales, 1495/92. Madrid: Universidad Complutense.) y otro que ha enmarcado las importaciones en sus contextos de uso, bien desde el punto de vista económico, comercial, ideológico o, ampliamente, social (un estado de la cuestión en Domínguez Monedero, 2017Domínguez Monedero, A. J. (2017). “Cincuenta años de investigaciones sobre las cerámicas griegas de la península Ibérica (1967-2017)”. En: Aquilué, X., Cabrera, P., Orfila, M. (eds.), Homenaje a Glòria Trias Rubiés. Cerámicas griegas de la Península Ibérica: cincuenta años después (1967-2017). Barcelona: Centro Iberia Graeca, pp. 44-59. ). Este artículo se sitúa a caballo entre ambas líneas de trabajo, pues su objetivo es presentar el repertorio de las cerámicas áticas en La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia) incorporando reflexiones sobre el papel de la cultura material en la constitución de relaciones sociales. Así, después de describir brevemente el yacimiento, los materiales y la metodología utilizada, pasamos a exponer el repertorio tipológico documentado, contextualizando los hallazgos en el ámbito regional. En un tercer apartado analizamos la distribución en el yacimiento y la información contextual del rico registro arqueológico. Finalmente, relacionamos todos los datos para abordar las prácticas comensales y, en última instancia, la relación entre la vajilla mediterránea y las relaciones sociales en esta comunidad contestana.

2. EL YACIMIENTO, MATERIALES Y MÉTODOS

 

La Bastida de les Alcusses es un oppidum ibérico ocupado en el siglo IV a. C. La muralla, las entradas fortificadas, los viales preparados para la circulación de carros, las manzanas de viviendas y los edificios públicos -un lugar para reuniones y un gran almacén colectivo-, indican el carácter del asentamiento como espacio del poder y residencia de elites en el paisaje regional (Bonet, Grau y Vives-Ferrándiz, 2015Bonet, H.; Grau, I. y Vives-Ferrándiz, J. (2015). “Estructura social y poder en las comunidades ibéricas de la franja central mediterránea”. Arqueo Mediterrània, 14, pp. 251-272.) (Fig. 1). El yacimiento ocupó una extensión de 4 ha delimitadas por una potente muralla de perímetro de forma aproximadamente elíptica, de tendencia sinuosa, en la que se abren cuatro entradas: tres en la parte occidental (Puerta Oeste, Norte y Sur) y una en el extremo oriental (Puerta Este). Los bloques constructivos agrupan departamentos y espacios en manzanas o conjuntos -que numeramos a medida que se excavan- en torno a plazas y comunicados por viales y callejones, en gran parte diseñados para la circulación rodada (Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.). Ya desde la primera campaña de excavaciones, en 1928, se documentaron diversas producciones de cerámica de barniz negro y de figuras rojas características de los siglos V y IV a. C. recuperados en contextos de abandono fechados hacia el tercer cuarto del siglo IV a. C. Se ha documentado una sola fase constructiva, excepto en el sector de la muralla oeste y la Puerta Oeste, donde las excavaciones recientes -en curso de estudio- han revelado la existencia de cuatro fases, todas fechadas dentro de ese mismo siglo.

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Figura 1.  Situación de La Bastida de les Alcusses y de los yacimientos citados en el texto (elaboración propia).

La abundancia de hallazgos, y el hecho de que el asentamiento tuviera una ocupación corta, llevó al investigador N. Lamboglia a basar gran parte de su célebre propuesta de seriación cronológica y tipológica de la cerámica de barniz negro en las piezas de La Bastida de les Alcusses, que corroboró con los datos obtenidos en un sondeo realizado en 1952 (Lamboglia, 1954Lamboglia, N. (1954). “La ceramica precampana della Bastida”. Archivo de Prehistoria Levantina, V, pp. 105-139.). Este trabajo fue el primer estudio detallado de un lote considerable de cerámica ática de barniz negro. La colección sería estudiada también por otros investigadores como G. Trías (1967-1968)Trías de Arribas, G. (1967-1968). Cerámicas griegas de la Península Ibérica. Valencia: The William L. Bryant Foundation. o P. Rouillard (1991)Rouillard, P. (1991). Les grecs et la Péninsule Ibérique du VIII au IV siècle avant Jésus-Christ. Paris: Publications du Centre Pierre Paris 21., ofreciendo otras lecturas de los mismos vasos.

El actual proyecto de investigación en el yacimiento comprende la excavación del asentamiento de forma paralela al reestudio de las excavaciones antiguas (1928-1931), parte de cuyos materiales permanecen inéditos. Solo se han dado a conocer de manera completa los 100 primeros departamentos (Fletcher, Pla y Alcácer, 1965Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia., 1969Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.), aunque algunos edificios han sido publicados aisladamente con sus hallazgos (ver estado de la cuestión en Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.) y, selectivamente, materiales significativos han sido objeto de estudios monográficos (por ejemplo, Kern, 1954Kern, J. H. C. (1954). “Notice sur une oenochoé attique à glaçure noire au Museé de Préhistoire de Valencia (Espagne)”. Archivo de Prehistoria Levantina, V, pp. 141-146., sobre un jarro ático de barniz negro). Así, este artículo aborda, por primera vez, la revisión de todos los materiales griegos del asentamiento, su actualización tipológica y se presenta la distribución interna, que no había tratado ningún trabajo anterior de manera global y sistemática. Lógicamente, la revisión ha dado lugar a un incremento en el número de piezas conocidas que constituyen, actualmente, una de las mayores colecciones de cerámica ática contextualizada en un hábitat peninsular.

Se han revisado los materiales procedentes de todas las excavaciones, en un periodo que abarca desde el año 1928 hasta 2019, incluyendo tanto los publicados como los inéditos 1Todos ellos depositados en el Museu de Prehistòria de València y en el Museu Arqueològic Municipal de Moixent.. El conjunto de cerámica ática está constituido por 5571 fragmentos. El mayor volumen de materiales procede, lógicamente, de las excavaciones llevadas a cabo entre 1928 y 1931, cuando se sacó a la luz alrededor de un tercio del yacimiento: 1629 piezas (el 71 % del total), de las que 991 tienen contexto concreto, bien un departamento o habitación, bien un espacio abierto, de entre los 242 identificados durante esos años (638 piezas no tienen contexto, el 27,8 % del total). Huelga decir que los materiales procedentes de las excavaciones más recientes también se encuentran adscritos a un área o departamento y se cuenta con información más precisa, de las unidades estratigráficas y coordenadas de geolocalización. El índice de fragmentación es comparable independientemente del margen del año de excavación, y dado que hay fragmentos pequeños recogidos en las excavaciones entre 1928 y 1931, podemos considerar que no hubo selección del material que afecte significativamente a los resultados de este estudio. El conjunto ático es, sin embargo, desequilibrado en comparación con la cerámica indígena, porque los porcentajes de cerámicas ibéricas de las campañas actuales son mayores que los de las excavaciones de 1928-1931. Dado que estas diferencias no se pueden explicar porque sean contextos domésticos funcionalmente diferentes, concluimos que responden a criterios de selección diferenciados en la excavación.

Al margen de la cerámica ática no hay otro tipo de vajilla importada pero sí existen otras categorías de importaciones, concretamente ánforas. Se trata de ánforas púnicas originarias del entorno del círculo del Estrecho e Ibiza y que estarían relacionadas con la importación de salazones, vino o aceite (Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 185Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.). También se ha podido identificar un pivote de un ánfora griega en el departamento 32 (Fletcher, Pla y Alcácer, 1965, p. 166Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.), posiblemente un tipo MGR-7 procedente de la Magna Grecia (Py, 1993, p. 65Py, M. (dir.) (1993). DICOCER. Dictionnaire des Céramiques Antiques (VIIèmes. Av. N. È.-VIIèmes. de n. è.) en Méditerranée nord-occidentale (Provence, Languedoc, Ampurdan). Lattara, 6. Lattes: Association pour la Recherche Archéologique en Languedoc Oriental.). Las ánforas importadas son muy minoritarias y no se han tenido en cuenta en este trabajo, centrado en la vajilla.

La cuantificación que hemos seguido se fundamenta en la metodología establecida por otros equipos acerca del tratamiento estadístico de los datos para su comparación (Raux, 1998Raux, S. (1998). “Méthodes de quantification du mobilier céramique. Etat de la question et pistes de réflexion”. En: Arcelin, P. y Tuffeau-Libre, M. (dir.), La quantification des céramiques. Conditions et protocole. Actes de la table ronde du Centre Archéologique Européen du Mont Beuvray (Glux-en-Glenne, 7-9 avril 1998), coll. Bibracte, 2, p. 11-16.; Asensio y Sanmartí, 1998Asensio, D. y Sanmartí, J. (1998). “Consideracions metodològiques en relació a l’estudi de les activitats comercials en època protohistórica. Comerç i vies de comunicació (1000 aC-700 dC)”. En: XI Col·loqui Internacional d’Arqueologia de Puigcerdà, Puigcerdà, pp. 17-32.; Adroher, Sánchez y De la Torre, 2016Adroher, A. M., Sánchez, A. y De la Torre Castellano, I. (2016). “Cerámica ática de barniz negro de Iliberri (Granada, España)Análisis crono-estadístico de un contexto cerrado”. Portvgalia Nova Serie, 37, pp. 5-38.; Sanmartí y Asensio 2017Sanmartí, J. y Asensio, D. (2017). “Pottery imports and social organization. Theoretical-methodological principles, and a case study of the 4th century BC in the Iberian coast”. En: Aquilué, X., Cabrera, P. y Orfila, M. (eds.), Homenaje a Glòria Trias Rubiés. Cerámicas griegas de la Península Ibérica: cincuenta años después (1967-2017). Barcelona: Centro Iberia Graeca, pp. 338-347., entre otros). La comparativa del recuento de los fragmentos, del número mínimo de individuos y del número de bordes se ha demostrado como la aproximación más representativa, sin que ello signifique visualizar la realidad histórica a través de los datos. Dada la naturaleza del conjunto, que está formado por material recogido en excavaciones con metodologías diversas, hemos optado por cuantificar elementos específicos de piezas, adoptando el recuento del número mínimo de individuos ponderado, reconocidos a partir de los bordes para subsanar diferencias en parámetros como la conservación, las condiciones de excavación y el registro diferente en cada año. Si bien no hay método perfecto, nos parece que este proceder es práctico, tiene en cuenta el estado de conservación de la colección, la tasa de fragmentación y manifiesta la unidad de recuento combinada con la información de la tipología y la producción. Tomamos el departamento como unidad de referencia, ya que es el común denominador de todas las campañas de excavación, partiendo de una precisa identificación de las categorías y formas cerámicas. Por tanto, dentro de cada departamento se han contabilizado los diferentes bordes pertenecientes a cada tipo, pasando a las bases en el caso de no haber bordes, el número de asas dividido por dos, o fragmentos informes de tipos reconocibles en el caso de no contar con bordes, bases ni asas.

El resultado de la aplicación de esta metodología de trabajo es que los 5571 fragmentos áticos equivalen a un número mínimo de 2294 individuos. Se han identificado 29 tipos. Para facilitar la comparación estadística con futuros trabajos en el yacimiento o con otras áreas presentamos los datos y los porcentajes resultantes con referencias tipológicas explícitas (Fig. 2). La denominación de las distintas formas ha seguido, en el caso de las cerámicas de barniz negro, la tipología de N. Lamboglia (1952)Lamboglia, N. (1952). “Per una classificazione preliminare della ceramica campana”. En Atti del I Congresso di Studi Liguri. Bordighera, pp. 139-206., en muchos aspectos superada pero útil por su versatilidad, y la de B. Sparkes y L. Talcott del ágora de Atenas (1970)Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.. Para las formas con decoración de figuras rojas nos basamos principalmente en las denominaciones presentes en el trabajo de Richter y Milne (1935)Richter, G. M. y Milne, M. J. (1935). Shapes and Names of Athenian Vases. New York: The Metropolitan Museum of Art. y en el Dicocer (Py, 1993Py, M. (dir.) (1993). DICOCER. Dictionnaire des Céramiques Antiques (VIIèmes. Av. N. È.-VIIèmes. de n. è.) en Méditerranée nord-occidentale (Provence, Languedoc, Ampurdan). Lattara, 6. Lattes: Association pour la Recherche Archéologique en Languedoc Oriental.).

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Figura 2.  Gráfica representativa de las 29 formas de cerámica ática del yacimiento. Se indica el número mínimo de individuos y el porcentaje en el conjunto de cada forma. El total de la muestra es 5571 fragmentos, 2294 NMI (elaboración propia).

Al igual que sucede en otros asentamientos de la franja mediterránea peninsular, existe un predominio claro de las cerámicas de barniz negro con 2217 ejemplares (94,2 % del total). Le siguen las cerámicas con decoración de figuras rojas con 121 individuos (5,7 %) y, finalmente, hay una presencia casi anecdótica de cerámicas con decoración de figuras negras, con 3 individuos (0,13 %). La identificación de las piezas de figuras negras y rojas se ha hecho siempre que se ha reconocido figuración, lo que puede provocar una ligera sobrevaloración de las piezas sin decorar (cf. Adroher, Sánchez y De la Torre, 2016, p. 6Adroher, A. M., Sánchez, A. y De la Torre Castellano, I. (2016). “Cerámica ática de barniz negro de Iliberri (Granada, España)Análisis crono-estadístico de un contexto cerrado”. Portvgalia Nova Serie, 37, pp. 5-38., donde se señala la misma observación) pero que no altera la estadística. Recordemos que debido a la corta ocupación del yacimiento el conjunto no tiene material residual o intrusivo que pueda afectar al resultado de la cuantificación, lo que redunda en el valor contextual de la muestra.

3. FORMAS Y FUNCIONALIDAD

 

Agrupamos las 29 formas identificadas en cuatro grandes grupos funcionales basados en las prácticas como primer nivel analítico (Fig. 3). Dichas categorías incluyen la vajilla de mesa, cuyo protagonismo en el conjunto es claro (2255 NMI, 98,86 %). A gran distancia están los elementos relacionados con el adorno y el tocador (10 NMI, 0,44 %), la iluminación (5 NMI, 0,22 %) y un cuarto grupo de piezas vinculadas a usos diferentes a los anteriores (11 NMI, 0,48 %). Dentro de cada uno se han distinguido diversos subgrupos, atendiendo también a criterios funcionales.

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Figura 3.  Agrupaciones funcionales de las 29 formas identificadas (elaboración propia).

3.1. Vajilla de mesa

 

Este grupo supone casi la totalidad de los productos áticos del yacimiento. Distinguimos, por un lado, la vajilla relacionada con la comida y el consumo de alimentos sólidos, semisólidos o salsas, de la parafernalia asociada al consumo de líquidos.

3.1.1. Comida

 

3.1.1.1. Consumo

 

Esta es la categoría funcional predominante del repertorio. En el caso de los cuencos, y debido a la diversidad de tamaños, pueden servir tanto para el consumo de alimentos sólidos como de salsas, con un predominio absoluto de las formas L. 22 y L. 21, que a nivel formal podríamos catalogarlos también como cuencos de borde saliente y de borde entrante, respectivamente.

La forma L. 22, outturned rim bowl (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 777-808Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.), cuenta con 493 individuos (21,49 % del total), siendo la forma más numerosa (Fig. 4: 1). La forma L. 21 o incurved rim bowl (825-842) está representada con 485 individuos (21,14 %) (Fig. 4: 2). Se han contabilizado además 327 bases (14,25 %) que podrían pertenecer a cualquiera de los dos tipos de cuenco. Las dimensiones son variadas, con diámetros de borde comprendidos entre los 10 y los 36 cm.

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Figura 4.  Selección de cerámica relacionada con el consumo de comida. 1: L. 22 (Conjunto 21); 2: L. 21 (D. 169); 3: L. 23 (D. 123); 4: L. 24 (D. 242); 5: Cuenco con asa (sin contexto); 6: L. 21/25 (D. 74) (elaboración propia a partir de Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 145, 14Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.).

Otro tipo de cuencos de formato más reducido son los de la forma L. 21/25 (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 863-878 y 882-889Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) con 196 individuos (8,54 % del total) (Fig. 4: 6). También se documentan 72 individuos (3,14 %) correspondientes a la forma L. 24 o footed saltcellar (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 939-950Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) (Fig. 4: 4). Dentro de la categoría de cuencos se han identificado 2 ejemplares de cuenco con un asa (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 744-763Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) que suponen solamente un 0,09 % (Fig. 4: 5). Es una forma poco común que podría relacionarse también con el consumo de líquidos.

Los platos solo están representados por la forma L. 23, también conocidos como “platos de pescado” (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 1061-1076Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) de los que contamos con 20 ejemplares (0,87 %), todos de tamaños muy homogéneos (Fig. 4: 3).

3.1.2. Bebida

 

3.1.2.1. Contenedores

 

Se trata de ánforas y pélices, cuyo formato es adecuado para transportar líquidos desde el lugar de almacenamiento al de preparación, o al de consumo. En la mayoría de los casos son recipientes con decoración figurada (Fig. 5: 2-3). Las ánforas, con 9 ejemplares, constituyen el 0,39 % del total del repertorio. Puesto que presentan un estado muy fragmentario, resulta difícil su adscripción a un tipo concreto, aunque dos de ellas parecen corresponder al tipo Am1a, otro al tipo Am1c y un tercero de ánfora de cuello Am2b (Richter y Milne, 1935, pp. 3-4Richter, G. M. y Milne, M. J. (1935). Shapes and Names of Athenian Vases. New York: The Metropolitan Museum of Art.). Asimismo, se documentan también 10 ejemplares de pélice (0,44 %) del tipo Pe2 (Richter y Milne, 1935, pp. 4-5Richter, G. M. y Milne, M. J. (1935). Shapes and Names of Athenian Vases. New York: The Metropolitan Museum of Art.). Dado el formato mediano o reducido, con diámetros de boca en torno a 10 cm en algunos casos, podrían haber sido utilizadas también a modo de jarras para servir el líquido.

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Figura 5.  Selección de contenedores y recipientes relacionados con la preparación y servicio de bebida. 1: Cratera (D. 99); 2: Pélice (sin contexto); 3: Ánfora (D. 99); 4: Enócoe (D. 37) (elaboración propia a partir de Fletcher, Pla y Alcácer, 1965, p. 184, 11Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.).

3.1.2.2. Preparación

 

Dentro de esta categoría incluimos las crateras, un tipo de recipiente cuya función original es la de mezclar el vino para ser posteriormente distribuido, aunque en los contextos domésticos ibéricos se les pudieron otorgar otras funciones. Todas las identificadas son del tipo de campana (Cr4b) (Py, 1993, p. 106Py, M. (dir.) (1993). DICOCER. Dictionnaire des Céramiques Antiques (VIIèmes. Av. N. È.-VIIèmes. de n. è.) en Méditerranée nord-occidentale (Provence, Languedoc, Ampurdan). Lattara, 6. Lattes: Association pour la Recherche Archéologique en Languedoc Oriental.), de las que se han contabilizado 46 individuos (2 % del total). Aparecen muy fragmentadas y su formato es relativamente reducido, ya que ningún ejemplar supera los 30 cm de diámetro en el borde, como es común en las producciones áticas de la primera mitad del s. IV a. C. (Fig. 5: 1). En un par de casos, este diámetro se reduce prácticamente a la mitad, en lo que podríamos considerar casi como miniaturas. Hemos identificado uno de estos como una producción beocia debido a su tamaño y decoración.

3.1.2.3. Servicio

 

Son recipientes de diversos tamaños susceptibles de ser utilizados para la distribución y servicio de líquidos. Contamos con 11 enócoes (0,48 %) de las que al menos 7 pueden adscribirse al tipo 2 de Beazley (1968)Beazley, J. D. (1968). Attic Red-Figure Vase Painters. Vol. I, II y III. Oxford: Clarendon Press. y un ejemplar L. 44 con cuerpo agallonado (Fig. 5: 4). Un olpe documentado tiene similares características y función (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 276-283Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.).

3.1.2.4. Consumo

 

Este grupo funcional está representado por copas, que son la segunda categoría más abundante en el yacimiento. La forma más común es el bolsal (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 532-561Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.), también conocida como L. 42B, con 219 individuos (9,55 % del total) (Fig. 6: 1) seguida de la Copa Cástulo, inset lip (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 469-473Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) o L. 42A, con 106 individuos (4,62 % del total) (Fig. 6: 5). Este tipo se encuentra muy fragmentado y no se ha documentado ningún ejemplar completo lo que podría indicar que en el momento de abandono del yacimiento no estaban en uso.

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Figura 6.  Selección de cerámica relacionada con el consumo de bebida. 1: Bolsal (D. 242); 2: Copa-escifo (Puerta Oeste); 3: Copa de pie bajo (D. 99); 4: Copa de la “clase delicada” (D. 66); 5: Copa Cástulo (D. 137); 6: Escifo (sin contexto); 7: Cántaros (D. 40) (elaboración propia a partir de Fletcher, Pla y Alcácer, 1965, p. 198, 7Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.).

Les siguen numéricamente los cántaros (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 696-704 y 706-714Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) o L. 40, con 65 ejemplares (2,83 % del total) (Fig. 6: 7). En los casos en que ha sido posible precisar el tipo, hemos reconocido los de borde moldurado (30) frente a los de borde exvasado (2), y los de cuerpo liso (10) frente a los de cuerpo agallonado (2).

Las copas de pie bajo o kylikes (Ky14) (Py, 1993, p. 109Py, M. (dir.) (1993). DICOCER. Dictionnaire des Céramiques Antiques (VIIèmes. Av. N. È.-VIIèmes. de n. è.) en Méditerranée nord-occidentale (Provence, Languedoc, Ampurdan). Lattara, 6. Lattes: Association pour la Recherche Archéologique en Languedoc Oriental.) están representadas por 56 individuos (2,44 % del total) (Fig. 6: 3). De características bastante similares, aunque en barniz negro, son las llamadas copas de la “clase delicada” (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 483-492Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) con 24 ejemplares (1,05 %) (Fig. 6: 4), todos muy fragmentados.

Los escifos se han documentado en un número mínimo de 50 individuos (2,18 % del total) (Fig. 6: 6). Debido a su estado fragmentario resulta en ocasiones difícil atribuirlos a un tipo concreto, aunque la gran mayoría se pueden adscribir al tipo Sk2d mientras que hay también un ejemplar claro del tipo Sk2a (Richter y Milne, 1935, p. 28Richter, G. M. y Milne, M. J. (1935). Shapes and Names of Athenian Vases. New York: The Metropolitan Museum of Art.) y una base de gran tamaño que Trías atribuye a una producción de la Magna Grecia (Trías, 1967-1968, p. 330, cat. 20, lám. CLX, 10Trías de Arribas, G. (1967-1968). Cerámicas griegas de la Península Ibérica. Valencia: The William L. Bryant Foundation.). Dentro de esta forma nos encontramos con tamaños muy variados con diámetros que van de 9 a 15 cm en el borde o de 4 a 14 cm en el caso de las bases. También se han identificado 43 individuos (1,87 %) correspondientes a la forma copa-escifo (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 612-623Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) con diámetros en el borde entre 11 y 18 cm y entre 4 y 9 cm en la base.

Del tipo de copa Saint-Valentin solo se ha documentado un ejemplar. Finalmente, 19 ejemplares de copas (0,83 %) no han podido adscribirse a ningún tipo concreto por su grado de fragmentación.

3.2. Tocador

 

3.2.1. Frascos de perfumes o ungüentos

 

Varias formas de pequeño formato son contenedores de ungüentos, aceites o perfumes, con funciones relacionadas con el ritual o con el aseo personal. La primera forma es el lécito aribalístico o squat lékythos (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 1120-1141Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) con 4 individuos (0,17 %) (Fig. 7: 2). Le siguen los gutti de cuerpo agallonado, pitorro vertedor en forma de cabeza de león y tapadera, de los que contamos con 4 individuos muy fragmentados (0,17 %) (Fig. 7: 4). Finalmente, se documenta un ejemplar de ascos con forma de astrágalo (Fig. 7: 3).

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Figura 7.  Selección de cerámica relacionada con el tocador y el cuidado personal. 1: Tapadera de lécane (D. 2) (propuesta de reconstrucción a partir de García Cano y Gil González, 2009, 85, Figura 11García Cano, J. M., Page, V., Gallardo, J., Ramos, F., Hernández Carrión, E. y Gil González, F. (2008). El mundo funerario ibérico en el Altiplano Jumilla-Yecla (Murcia): la necrópolis de El Poblado de Coimbra del Barranco Ancho. Investigaciones de 1995-2004. II.- Las incineraciones y los ajuares funerarios. Murcia: Fundación Adendia.); 2: Lécito aribalístico (D. 19) (elaboración a partir de Fletcher; Pla y Alcácer, 1965, p. 108, 1Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.); 3: Ascos (D. 68) (elaboración propia a partir de Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 104, 66Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.); 4: Guttus (D. 123 / sin contexto / D. 179).

3.2.2. Otros

 

Una tapadera de lécane (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 1240-1241Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) (Fig. 7: 1) con decoración de figuras rojas es un objeto excepcional. No hay evidencias de la propia lécane en el contexto de hallazgo, al igual que sucede en contextos cerrados de las necrópolis cercanas del Poblado en Coimbra del Barranco Ancho, concretamente en la tumba n.º 146 (García Cano et al., 2008, pp. 172 y 403García Cano, J. M., Page, V., Gallardo, J., Ramos, F., Hernández Carrión, E. y Gil González, F. (2008). El mundo funerario ibérico en el Altiplano Jumilla-Yecla (Murcia): la necrópolis de El Poblado de Coimbra del Barranco Ancho. Investigaciones de 1995-2004. II.- Las incineraciones y los ajuares funerarios. Murcia: Fundación Adendia.) o en la sepultura L-127 de L’Albufereta (Verdú, 2015, pp. 105-107Verdú Parra, E. (2015). La necrópolis de l’Albufereta (Alacant). Ritos y usos funerarios en un contexto de interacción cultural. Serie Mayor, II. Alicante: MARQ-Diputación de Alicante.). Se ha propuesto que las tapaderas se importasen de forma aislada o fueran seleccionadas para utilizarse como platos (García Cano et al., 2008, p. 173García Cano, J. M., Page, V., Gallardo, J., Ramos, F., Hernández Carrión, E. y Gil González, F. (2008). El mundo funerario ibérico en el Altiplano Jumilla-Yecla (Murcia): la necrópolis de El Poblado de Coimbra del Barranco Ancho. Investigaciones de 1995-2004. II.- Las incineraciones y los ajuares funerarios. Murcia: Fundación Adendia.).

3.3. Iluminación

 

Este grupo está documentado con 5 ejemplares (0,22 %) de lucernas del tipo Howland 23A (Fig. 8: 1).

3.4. Otros

 

Diversos objetos minoritarios dentro del conjunto son atribuibles a funciones diversas con 2 ejemplares de anforisco (0,09 %) (Sparkes-Talcott, 1970, cat. 1149-1161Sparkes, B. A. y Talcott, L. (1970). Black and Plain Pottery of the 6th, 5th and 4th Centuries B.C. (The Athenian Agora, XII). Princeton: American School of Classical Studies at Athens.) (Fig. 8: 3), o una fusayola (Fig. 8: 4), que indica testimonialmente el énfasis en el hilado con un objeto importado. Finalmente hay siete tejuelos o fichas de cerámica recortada de fragmentos áticos. En dos casos se han recortado sobre fragmentos de crateras (0,31 %) (Fig. 8: 2).

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Figura 8.  Selección de cerámica relacionada con la iluminación y otros usos. 1: Lucerna (sin contexto); 2: Tejuelo (sin contexto); 3: Anforisco (sin contexto); 4: Fusayola (D. 163); 5: Grafito sobre fondo de copa-escifo (D. 62); 6: Grafitos sobre base interna de forma indeterminada (D. 64); 7: Grafito sobre base interna de cuenco (D. 100) (elaboración propia a partir de Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 318, 89Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.).

4. DECORACIONES Y PRECISIONES CRONOLÓGICAS

 

El estado fragmentario del conjunto impide estudiar las decoraciones de todos los ejemplares. No obstante, se han reconocido decoraciones impresas e incisas en 156 individuos de barniz negro, lo que nos permite observar las tendencias y extrapolarlas al conjunto. Uno de los elementos más característicos en los tipos de barniz negro son las palmetas estampadas, sobre todo en los cuencos L. 21, L. 22 y L. 21/25, las copas del tipo bolsal, cántaros y copa-escifo o los anforiscos (Fig. 4: 1, 2, 6; Fig. 6: 1, 4). Hay palmetas enlazadas (37,2 %), agrupadas (22,06 %) y simétricas (15,87 %). Las bandas estriadas radiales o de ruedecilla, que se utilizan a partir del 385 a. C. en los talleres áticos, están presentes en la mayoría de los ejemplares con palmetas (55,49 %). Por su parte, en las piezas algo más antiguas, de finales del s. V a. C., son características las decoraciones con círculos de ovas estampadas acompañando a las palmetas, presentes en un 15,86 % de los vasos del conjunto.

Otra forma con cronología relativamente antigua son las copas de la clase delicada con líneas radiales incisas en el fondo interno (24 ejemplares, 1,07 % del total) datadas entre el 450 y el 425 a. C. Las copas Cástulo también tienen una cronología algo más antigua dentro del conjunto (450-375 a. C.) y una larga perduración en los yacimientos ibéricos (Rodríguez Pérez, 2019Rodríguez Pérez, D. (2019). “La vida social de la cerámica ática en la península ibérica: la amortización de las copas Cástulo de tipo antiguo”. Archivo Español de Arqueología, 92, pp. 71-88. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.092.019.004 ).

Las cerámicas con decoración figurada son minoritarias en el panorama del asentamiento (5,83 % en el total). Las figuras negras están representadas, únicamente, por 3 individuos correspondientes a la forma copa-escifo del tipo R (Ure, 1927Ure, A. D. (1927). Sixth and Fifth Century Pottery from Rhitsona, Oxford: Oxford University Press.) y que se adscribirían al Grupo del Pintor de Haimon y seguidores, caracterizado por decoraciones de poca calidad y con una cronología general entre 475 y 425 a. C. Son claramente residuales en el conjunto y su presencia se podría explicar como ajuares conservados durante varias generaciones en manos de las familias, pues proceden de contextos fechados en el siglo IV a. C.

Las figuras rojas se documentan en las crateras de campana (46), las copas de pie bajo (43), los escifos (23), las pélices (10), las ánforas (9), los enócoes (5), las copas-escifo (2) y en una tapadera de lécane (Fig. 5: 1-3; Fig. 6: 3, 6; Fig. 7: 1). El grado de fragmentación dificulta su adscripción a un taller o pintor, pero se reconoce el estilo de las piezas clásicas tardías, caracterizadas por su producción estandarizada y con escasa calidad artística, donde se encuadran los pintores del Grupo de Telos, Retorted Painter, Pintor del Tyrso Negro o el Pintor de Toya (Boardman, 1989, p. 169Boardman, J. (1989). Athenian Red Figure Vases. The Classical Period. London: Thames & Hudson Ltd.), todos ellos datados en la primera mitad o segundo cuarto del s. IV a. C. De hecho, se han atribuido dos crateras del depósito ritual de la Puerta Oeste al Pintor de Toya (Vives-Ferrándiz et al., 2015, p. 294Vives-Ferrándiz, J., Bonet, H., Carrión, Y., Ferrer, C., Iborra, P., Pérez, G., Quesada, F. y Tortajada, G. (2015). “Ofrendas para una entrada: un depósito ritual en la Puerta Oeste de la Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia)”. Trabajos de Prehistoria, 72 (2), pp. 282-303. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2015.12155 ). Se documenta, asimismo, un ejemplar de cratera de reducidas dimensiones y decoración que podría quizá adscribirse a talleres beocios, con una cronología de finales del V o inicios del s. IV a. C.

Más de la mitad de las copas y escifos están decoradas (29 ejemplares de 43 copas y 15 de 23 escifos). Todas se datan en el segundo cuarto del s. IV a. C. y corresponden a las producciones de los pintores de Viena 116 y del Fat Boy, estandarizadas y de baja calidad (Beazley, 1968Beazley, J. D. (1968). Attic Red-Figure Vase Painters. Vol. I, II y III. Oxford: Clarendon Press.). Las pélices también son de la primera mitad del s. IV a. C. Un ejemplar de tapadera se puede atribuir al Grupo de la lécane de Viena, cuya producción se suele datar en el segundo cuarto del s. IV a. C.

Las ánforas podrían datarse en el s. V a. C. Contamos con dos fragmentos pertenecientes a un ánfora que se cuentan entre los de mayor calidad del registro, identificados por G. Trías con el Pintor de Altamura o de los Nióbides, con una datación entre el 450 y el 440 a. C. (Trías, 1967-1968, p. 325, cat. 1Trías de Arribas, G. (1967-1968). Cerámicas griegas de la Península Ibérica. Valencia: The William L. Bryant Foundation.) (Fig. 5: 3). Una enócoe con escena de tocador de cierta calidad en comparación con el resto también podría ser de la segunda mitad del s. V a. C.

Respecto a las temáticas presentes en la decoración figurativa del conjunto, y sin entrar en detalles que exceden los objetivos de este trabajo, no difieren de los temas identificados en otros asentamientos de la región. En las copas de pie bajo y los escifos se dan las típicas representaciones estandarizadas, casi esquemáticas, de escenas de palestra donde aparecen normalmente uno o dos personajes masculinos enfrentados, vestidos con himátion, entre los cuales se representa una haltera o un aríbalo. Dicho tema suele representarse también en las caras B de algunas crateras. En ocasiones, uno de estos individuos es sustituido por una cabeza femenina cubierta con sakkos. El segundo tema más repetido es el de escenas dionisíacas, identificadas en las crateras. En ellas parece representarse al propio dios junto a su cortejo de sátiros y ménades en actitud festiva, así como algunos personajes alados, interpretados normalmente como Eros. No se ha podido identificar, en cambio, ninguna escena de banquete explícito. Finalmente, hay temáticas menos comunes como la escena mitológica sobre un ánfora interpretada como Triptólemo sobre su carro alado (Trías, 1967-1968, p. 325Trías de Arribas, G. (1967-1968). Cerámicas griegas de la Península Ibérica. Valencia: The William L. Bryant Foundation.), el enfrentamiento entre panteras y grifos sobre la tapadera de una lécane o la escena femenina de tocador sobre una enócoe (Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 183, fig. 6Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.).

Las piezas más antiguas, que son muy minoritarias, se sitúan en la segunda mitad del s. V a. C. Conviene recordar que no se hallan en contextos estratigráficos aislados del resto. El grueso de las importaciones se data en la primera mitad del s. IV a. C., pero hay elementos que permiten centrarla entre el 385 a. C., momento de aparición de la decoración a ruedecilla, y el 350 a. C., cuando decae la comercialización de las producciones de figuras rojas de baja calidad. No obstante, todavía siguen llegando algunas piezas a la península hasta el último cuarto del siglo, aunque de forma minoritaria. Un posible décalage entre la producción en el Ática y la llegada al asentamiento no es significativo para proponer una fecha mucho más baja. Para establecer el límite temporal final de la ocupación en La Bastida de les Alcusses debemos tener en cuenta las ausencias del registro. Tras la revisión de todo el conjunto de importaciones se confirma que dos producciones posteriores no llegaron: el Grupo de las Pequeñas Estampillas (325-250 a. C.) y el Taller de Rhode (finales del s. IV a. C.-200 a. C.) (Principal y Ribera, 2013, pp. 68-75 y 130-137Principal Ponce, J. y Ribera i Lacomba, A. (2013). “El material más apreciado por los arqueólogos. La cerámica fina. La cerámica de barniz negro”. En: Ribera i Lacomba, A. (coord.), Manual de cerámica romana. Del mundo Helenístico al Imperio Romano. Alcalá de Henares: Museo Arqueológico Regional, pp. 41-146.). Estas ausencias podrían indicar, de forma indirecta, que el abandono del asentamiento se produce antes del 325 a. C., lo que ya se había señalado en anteriores revisiones parciales del material (Díes et al., 1997Díes, E., Bonet, H., Álvarez, N. y Pérez Jordà, G. (1997). “La Bastida de les Alcusses (Moixent): resultados de los trabajos de excavación y restauración. Años 1990-1995”. Archivo de Prehistoria Levantina, XXII, pp. 215-295.).

El repertorio de La Bastida de les Alcusses encuentra parangón en la documentación de oppida coetáneos de la región. En El Puig d’Alcoi (Grau y Segura, 2013Grau Mira, I. y Segura Martí, J. M. (2013). El oppidum ibérico de El Puig d’Alcoi. Asentamiento y paisaje en las montañas de la Contestania. Alcoi: Ajuntament d’Alcoi-Museu Arqueològic Camil Visedo.; García y Grau, 1997, p. 121García Martín, J. M. y Grau Mira, I. (1997). “Les ceràmiques gregues als jaciments ibèrics de l’Alcoià i el Comtat”. Recerques del Museu d’Alcoi, 6, pp. 119-130.) las producciones de barniz negro son mayoritarias (70 %) aunque hay una presencia muy importante de cerámicas con decoración de figuras rojas (28 %) que sobrepasa incluso los porcentajes de este tipo en las necrópolis, que suele ser algo más elevada que en los poblados, sobre un total de 149 individuos. En cuanto a la agrupación por tipos funcionales, dominan los cuencos y platos (45 %) seguidos de las copas (37 %) y muy especialmente de crateras, que suponen casi un 13 %. En La Covalta (García y Grau, 1997, p. 125García Martín, J. M. y Grau Mira, I. (1997). “Les ceràmiques gregues als jaciments ibèrics de l’Alcoià i el Comtat”. Recerques del Museu d’Alcoi, 6, pp. 119-130.) predomina también el barniz negro (89 %) con respecto a las figuras rojas (11 %) sobre una muestra de 55 individuos. También la distribución por formas resulta muy similar, con un 60 % de cuencos y platos, un 33 % de copas y un 2 % de elementos de preparación.

En las necrópolis de la zona las categorías y los tipos se repiten, si bien con sensibles diferencias en las piezas figuradas, que puede explicarse por la selección del propio contexto ritual. En Coimbra del Barranco Ancho (García Cano, 1997, pp. 99-115García Cano, J. M. (1997). Las necrópolis ibéricas de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla. Murcia) I. Las excavaciones y estudio analítico de los materiales. Murcia: Universidad de Murcia.) domina el barniz negro (91 %) frente a las piezas de figuras rojas (9 %) de un total de 120 individuos, con cuencos y platos (74 %) triplicando a las copas (24 %). En El Puntal de Salinas (García Martín, 2004, p. 99García Martín, J. M. (2004). El comercio de cerámicas griegas en el sur del País Valenciano (siglos VIII al IV a.C.). Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid.), el barniz negro representa un 79 % mientras que las figuras rojas suponen un 17 % de un total de 58 individuos. Aquí se invierten los porcentajes de los tipos, con una presencia mayoritaria de copas (60 %), frente a un 24 % de cuencos y platos. En L’Albufereta hay un porcentaje significativo de cerámica de figuras rojas (26 %) frente a un 71 % de producciones de barniz negro, mientras que el 3 % restante corresponde a cerámicas de figuras negras, sobre un total de 71 individuos. En cuanto a la distribución por formas, encontramos una presencia mayoritaria de cuencos y platos (55 %) seguidos de copas (27 %), crateras, en algún caso utilizadas claramente como urnas cinerarias (6 %) y otros elementos de carácter ritual (10 %) (Verdú, 2015, pp. 99-122Verdú Parra, E. (2015). La necrópolis de l’Albufereta (Alacant). Ritos y usos funerarios en un contexto de interacción cultural. Serie Mayor, II. Alicante: MARQ-Diputación de Alicante.). En Cabezo Lucero, sobre un total de 681 individuos, un 80 % corresponden a barniz negro, un 17 % a figuras rojas y un 2 % a figuras negras. Los cuencos y platos (49 %) están seguidos de las copas (35 %) y con una presencia importante de grandes vasos de figuras rojas (12 %) y otros (4 %) (Aranegui et al., 1993Aranegui, C., Jodin, A., Llobregat, E., Rouillard, P. y Uroz, J. (1993). La nécropole ibérique de Cabezo Lucero. Guardamar de Segura, Alicante. Madrid: Casa de Velázquez-Instituto de Cultura Juan Gil Albert.). En la necrópolis del Cabecico del Tesoro, sobre un total de 44 piezas, un 80 % corresponden a cerámica de barniz negro y el resto a figuras rojas con un predominio de los cuencos seguidos de cántaros, crateras, copas de pie bajo y escifos (García Cano, 1982, p. 88García Cano, J. M. (1982). Cerámicas griegas de la región de Murcia. Murcia: Editora Regional.). Finalmente, en la necrópolis de El Cigarralejo se contabilizaron 242 individuos, el 90 % de los mismos en barniz negro, con un predominio de los cuencos, seguidos de las copas para beber (García Cano, 1998García Cano, J. M. (1998). “La cerámica ática. Museo de El Cigarralejo, Mula, Murcia”. Boletín de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, 38, pp. 161-174.).

5. LA DISTRIBUCIÓN EN EL YACIMIENTO

 

La distribución espacial de las importaciones áticas es estadísticamente representativa, pues el material procede de una extensión que abarca la mitad del yacimiento y de contextos de funcionalidades distintas que incluyen casas, edificios públicos, puertas y espacios de circulación (Figs. 9 y 10). La comparación entre las áticas de las antiguas excavaciones y las recientes indica que no hay grandes distorsiones en el registro porque se documentan las mismas formas y en porcentajes similares. Aunque la homogeneidad cronológica del conjunto es clara, en la zona de la Puerta Este hay piezas algo más antiguas, como dos copas-escifo de figuras negras o una enócoe con la escena de tocador, que no son estadísticamente significativas ni pertenecen a contextos más antiguos ya que en la excavación se identificó una fase constructiva (Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 74Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.).

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Figura 9.  Distribución espacial de la cerámica ática en el sector central del yacimiento (elaboración propia).
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Figura 10.  Distribución espacial de la cerámica ática en los extremos occidental y oriental del yacimiento (elaboración propia).

Las importaciones áticas están presentes tanto en las casas como en los edificios públicos (almacén del Conjunto 7, edificio de reuniones del Conjunto 5) e incluso en los espacios adyacentes a las cuatro puertas del asentamiento. El uso y el acceso a las importaciones estuvo generalizado entre gran parte de los habitantes, aunque con importantes diferencias cuantitativas y cualitativas que detallamos a continuación. El panorama es similar al visto en otros asentamientos coetáneos cercanos donde es posible establecer una distribución espacial con mínima representatividad. Así, en El Puig d’Alcoi las importaciones áticas se documentan prácticamente en todas las viviendas excavadas del poblado (Grau y Segura, 2013Grau Mira, I. y Segura Martí, J. M. (2013). El oppidum ibérico de El Puig d’Alcoi. Asentamiento y paisaje en las montañas de la Contestania. Alcoi: Ajuntament d’Alcoi-Museu Arqueològic Camil Visedo.; Amorós, 2019, p. 82Amorós López, I. (2019). Ideología, poder y ritual en el paisaje ibérico. Procesos sociales y prácticas rituales en el área central de la Contestania. Trabajos Varios del SIP, 123. Valencia: Museo de Prehistoria de Valencia - Diputación de Valencia. ).

La dispersión de los diferentes tipos y su cuantificación ponderada revela que los contextos con más importaciones están en torno al Conjunto 7, en los departamentos 100, 101 y 122 (con 91, 157 y 196 NMI respectivamente), y en el Conjunto 11 (con 231 NMI). En el otro extremo de este abanico tenemos los Conjuntos 3, 4, 10 y 20 donde no hay importaciones o estas son testimoniales, si bien no hay conjuntos o manzanas sin importaciones. Tan solo la construcción identificada como Conjunto 20 no ha deparado ninguna pieza ática, pero estos departamentos están en el límite occidental de la zona excavada en 1929 y posiblemente formen parte de un edificio más amplio sin acabar de excavar.

5.1. Espacios abiertos y espacios cerrados

 

Una observación inicial atañe a los materiales en espacios abiertos, en las calles y plazas (por ejemplo, las concentraciones alrededor del Conjunto 15 y 16, entre el 7 y 17 o entre el 7 y el 9) o en los pasillos de las puertas. Parte de ellos pudieron acabar dispersos debido al episodio violento del final del poblado, al igual que se ha identificado en otros contextos del área edetana bien conservados como el Puntal dels Llops (Olocau, Valencia) o el Castellet de Bernabé (Llíria, Valencia), donde algunos objetos -completos pero muy fragmentados- se hallan esparcidos en las calles (Bonet y Mata, 2002, p. 100Bonet Rosado, H. y Mata Parreño, C. (2002). El Puntal dels Llops. Un fortín edetano. Serie Trabajos Varios del SIP, 99. Valencia: Diputación de Valencia.; Guérin, 2003, p. 167Guérin, P. (2003). El Castellet de Bernabé y el horizonte Ibérico Pleno edetano. Trabajos Varios del SIP, 101. Valencia: Diputación de Valencia.). Ahora bien, la recuperación de objetos, los saqueos, las rebuscas y otras alteraciones violentas pueden explicar solo parte del patrón dibujado. Sin duda, parte de la vida cotidiana se llevaría a cabo en espacios adyacentes a las casas, en espacios abiertos o semiabiertos, y, de hecho, se ha propuesto que algunas artesanías se desarrollaron fuera de los muros de las casas (por ejemplo, la carpintería, cf. Tortajada, 2012Tortajada Comeche, G. (2012). “Las herramientas de carpintería en la Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia)”. Archivo de Prehistoria Levantina, XXIX, pp. 289-308.). Con todo, la identificación de materiales in situ en los espacios abiertos no tiene una explicación inequívoca y parte de ellos podrían ser, simplemente, objetos desechados en el curso de su uso.

5.2. Vajilla en residencias

 

En primer lugar, no hay correlación clara entre el volumen de importaciones y el tamaño de la unidad constructiva, bien sea el departamento o la casa, lo que nos indica que el número de residentes no es la variable que explica la cantidad de piezas áticas. En segundo lugar, la ubicación de las casas en agrupaciones mayores como barrios o sectores dentro del asentamiento tampoco es un criterio que segmente la distribución, de manera que no se puede decir que hay barrios con importaciones y otros sin ellas. Por ejemplo, la Casa 11 (Conjunto 22), una pequeña residencia de unos 50 m2 en el extremo oriental del poblado, tiene 14 piezas de vajilla (entre copas, cuencos y platos), que es un panorama similar al de casas más grandes en la parte central del poblado, como las del Conjunto 1 o el 8.

Los espacios domésticos con más áticas se localizan en la parte occidental del sector central (Conjuntos 11 y 15), en las casas que están junto a la Puerta Oeste (Conjunto 21) y en la zona adyacente a la Puerta Este. Destaca, entre todos, el departamento 68 del Conjunto 11 con más de cien piezas identificadas (58 elementos de vajilla, 89 cuencos no atribuibles a un tipo concreto, cuatro crateras, dos ánforas, una lucerna y un astrágalo). Este espacio ocupa una posición central en una residencia del Conjunto 11, con un alto grado de privacidad porque no hay un acceso directo desde la calle. Los departamentos adyacentes, que formarían parte de la misma casa o de otras vinculadas entre sí por relaciones de co-residencia, también tienen un volumen de importaciones por encima de la media del asentamiento. El Conjunto 15 muestra un panorama similar (más de 40 piezas en dos habitaciones) y tiene un amplio espacio al norte sin construcciones donde hemos documentado una acumulación de piezas destacada. Es factible interpretar estas acumulaciones como vajilla almacenada, bien para su uso o para intercambio. En el Conjunto 9 hay dos pequeños espacios, de 6 y 4 m2, abiertos a las calles. No tienen evidencias de equipamientos domésticos como hogares, hornos o molinos y en ellos se documentan 11 y 31 piezas respectivamente, sin duda vajilla almacenada de las residencias adyacentes.

Un segundo nivel de concentración de importaciones lo identificamos en aquellas construcciones con habitaciones que tienen hasta 10 piezas, bien individualmente o bien en el grupo constructivo (Conjuntos 1, 2, 3, 4, 5, 8 y 22) aunque hay diferencias graduales: por ejemplo, en el Conjunto 8 hay 25 piezas en dos posibles residencias, y en el Conjunto 2 o en el 3 tan solo hay 5 y 4 piezas respectivamente repartidas en varias residencias.

Finalmente, si bien no hay conjuntos desprovistos totalmente de importaciones, sí se identifican casas donde no las había. Los casos más llamativos son los espacios domésticos en los Conjuntos 3, 4 y 10. Esta ausencia contrasta con destacados objetos que indican un alto estatus social de sus residentes: en el Conjunto 3 se localizan las residencias más grandes y se hallaron, entre otros elementos, un carro ceremonial y una figurita de bronce que representa un buey uncido; en las casas del Conjunto 4 que no tienen importaciones se halló el célebre jinete de bronce y, finalmente, en el sector occidental del Conjunto 10 se identificó la mayor concentración de arados de todo el asentamiento y un documento escrito de carácter económico (detalles en Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.; Vives-Ferrándiz, 2013Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (2013). “Del espacio doméstico a la estructura social en un oppidum ibérico. Reflexiones a partir de la Bastida de les Alcusses”. En: Gutiérrez, S. y Grau, I., eds., De la estructura doméstica al espacio social. Lecturas arqueológicas del uso social del espacio. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 95-110.). Así pues, las grandes residencias identificadas a partir de la arquitectura, su actividad económica o por elementos simbólicos prestigiosos no tienen importaciones. Volveremos más adelante sobre este tema.

5.3. Vajilla en el almacén colectivo

 

La mayor concentración de importaciones áticas está en varios espacios de la parte central del asentamiento, vinculados al Conjunto 7 que es un granero y almacén del oppidum (Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 249Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.; Vives-Ferrándiz, 2013Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (2013). “Del espacio doméstico a la estructura social en un oppidum ibérico. Reflexiones a partir de la Bastida de les Alcusses”. En: Gutiérrez, S. y Grau, I., eds., De la estructura doméstica al espacio social. Lecturas arqueológicas del uso social del espacio. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 95-110.). La información de la excavación no permite precisar el contexto concreto de hallazgo, pero al menos sabemos que en el departamento 122 -un amplio espacio abierto de unos 250 m2 lindante con el almacén-, se han contabilizado 182 cuencos de L. 22 mientras que en el departamento 101 -un espacio de unos 36 m2 en el extremo norte del complejo- hay 130 cuencos del tipo L. 21, además de otros cuencos, platos y copas que también están presentes, si bien en menor número. Obviamente, estas extraordinarias acumulaciones no se deben explicar sin tener en cuenta el contexto constructivo al que se asocian: lejos de ser evidencias de consumo festivo, banquetes o reuniones, pueden interpretarse como conjuntos de piezas almacenadas en habitaciones que, además, parecen albergar lotes de cuencos y platos separados espacialmente. Además, en la calle situada entre los Conjuntos 17 y 7 hemos identificado 86 piezas de vajilla, con dos lotes equiparables de cuencos y platos (40 ejemplares de L. 22 y 35 de L. 21), lo que podría responder a lotes del almacén, posiblemente dispersos en la calle con motivo del abandono.

5.4. Asociaciones funcionales

 

Las asociaciones funcionales de las importaciones en servicios completos -esto es, con representación de contenedores y de elementos para la preparación, el servicio y el consumo- se reconocen en seis sitios, repartidos regularmente en los Conjuntos 2, 9, 11, 18 y en los espacios adyacentes a la Puerta Este y a la Puerta Sur (Tab. 1) de modo que los servicios no están concentrados en un solo lugar 2Cautelarmente, no tenemos en cuenta dos espacios con asociaciones funcionales en el Conjunto 21 porque está actualmente en curso de excavación y hay varias fases de ocupación. La estratigrafía definitiva podría alterar estas composiciones. . Conviene advertir que nuestra identificación de sets completos depende de la presencia de elementos para el servicio -enócoes u olpes- que son escasos en el asentamiento. Pudieron haber sido elementos diacríticos junto a crateras, ánforas o pélices, a menudo decoradas con figuras rojas, otorgando un rol diferenciado a quien lo ostentara. Los objetos diacríticos son definidos por Dietler (1999, p. 146)Dietler, M. (1999). “Rituals of commensality and the politics of state formation in the princely societies of early Iron Age Europe”. En : Ruby, P. (ed.), Les princes de la Protohistoire et l’émergence de l’état. Collection de l’École Française de Rome, 252. Roma : École Française de Rome, pp. 135-152. como bienes con una alta carga simbólica, que actúan como indicadores de estatus, y que tienen una circulación más restringida entre las comunidades locales frente a otros productos que sí alcanzan una mayor distribución.

PUERTA ESTE
  • -3 crateras

  • -2 enócoes

  • -5 c. Cástulo

  • -2 cántaros

  • -1 bolsal

MURALLA SUR -1 ánfora
- 2 crateras
- 1 enócoe
- 2 bolsales
- 2 copas-escifo
- 2 cántaros
- 1 copa de pie bajo
- 1 c. Cástulo
  • -12 L. 22

  • -5 L. 21

  • -2 cuencos

  • -13 L.21/25

  • - 1 L.24

- 7 L. 21
- 6 L. 22
- 1 L. 21/25
- 1 L. 24
DEP. 37
(Conjunto 9)
  • -1 enócoe

  • - 1 cántaros

DEP. 75
(Conjunto 11)
- 1 olpe
- 2 cántaros
- 1 c. Cástulo
  • - 1 L. 24

- 5 L. 21
- 2 L. 22
- 1 L. 24
DEP. 163
(Conjunto 2)
  • -1 enócoe

  • -4 bolsales

  • - 1 escifo

DEP. 217
(Conjunto 18)
- 1 ánfora
- 1 cratera
- 1 enócoe
- 2 copas
  • -2 L. 22

  • - 2 L. 24

- 1 cuenco
Tabla 1.  Resumen de los contextos en los que hay asociaciones funcionales con contenedores y elementos para la preparación, el servicio y el consumo (elaboración propia).

Los servicios de comida identificados revelan que la representación de las formas L.21 y L. 22 es equitativa, sin grandes distorsiones de un tipo sobre otro, y que están acompañadas de los pequeños cuencos L. 21/25 y L. 24. Sin embargo, los platos de pescado se concentran en las manzanas de los Conjuntos 11 y 15, coincidiendo con las grandes acumulaciones del resto de las importaciones.

Los elementos de tocador, muy escasos, están en los Conjuntos 1, 2, 11, 17, 21 (aunque el 17 con dudas porque la tapadera de lécane pudo haberse usado como un plato, siguiendo a García Cano et al., 2008, p. 173García Cano, J. M., Page, V., Gallardo, J., Ramos, F., Hernández Carrión, E. y Gil González, F. (2008). El mundo funerario ibérico en el Altiplano Jumilla-Yecla (Murcia): la necrópolis de El Poblado de Coimbra del Barranco Ancho. Investigaciones de 1995-2004. II.- Las incineraciones y los ajuares funerarios. Murcia: Fundación Adendia.) y en un espacio de circulación adyacente a la Puerta Sur. En tres casos se asocian a un variado repertorio de importaciones para la bebida y la comida, aunque no hay servicios funcionales de consumo completos junto a frascos de tocador. Por otro lado, en los Conjuntos 1 y 2 son las únicas importaciones presentes en los pequeños departamentos donde se hallaron. El departamento 19 del Conjunto 1, de 8 m2, mantiene un acceso directo desde la calle y, además del lécito, tenía pinzas de bronce y una manilla de escudo (Fletcher, Pla y Alcácer, 1965, p. 108Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.), por lo que es tentador pensar en un espacio destinado al cuidado corporal.

6. DISCUSIÓN: DE LAS POLÍTICAS COMENSALES A LAS RELACIONES SOCIALES

 

El propio contexto del hallazgo es un marcador social en sí mismo porque los oppida ibéricos albergan solo parte de la población, segmentada socialmente en el paisaje en diversas categorías de asentamientos (Bonet, Grau y Vives-Ferrándiz, 2015Bonet, H.; Grau, I. y Vives-Ferrándiz, J. (2015). “Estructura social y poder en las comunidades ibéricas de la franja central mediterránea”. Arqueo Mediterrània, 14, pp. 251-272.). La distribución de importaciones en la estructura del poblamiento regional se puede evaluar con garantías en zonas intensamente prospectadas. Se concentran en los oppida, como se ha visto en el territorio cercano de los valles de Alcoi, si bien también están presentes en las otras categorías de asentamientos (en 16, un 57 % del total de los datados en esta centuria, y en 9 de un total de 10 oppida). Pero no solo se documentan en los asentamientos con un mayor rango jerárquico, sino también en los núcleos subordinados menores -cinco aldeas- u otros espacios sacros como dos cuevas-santuario. Están ausentes en los asentamientos más pequeños (Grau, 2010, p. 266Grau Mira, I. (2010). “Vajillas mediterráneas y prácticas de comensalidad en el área central de la Contestania Ibérica”. En: Mata, C., Pérez Jordà, G. y Vives-Ferrándiz, J. (eds.), De la cuina a la taula. IV Reunió d’economia en el primer mil·lenni a.C. Saguntum-PLAV, Extra 9. Valencia: Universidad de Valencia, pp. 263-270.; Amorós, 2019, p. 83Amorós López, I. (2019). Ideología, poder y ritual en el paisaje ibérico. Procesos sociales y prácticas rituales en el área central de la Contestania. Trabajos Varios del SIP, 123. Valencia: Museo de Prehistoria de Valencia - Diputación de Valencia. ).

Tanto la información de la distribución en la estructura del poblamiento como los datos que presentamos en este trabajo dejan claro que ciertos lugares actuaron como centros donde se acumulaba la vajilla ática. Entendemos que gran parte estaría destinada al comercio e intercambio mediante mecanismos de redistribución, desde un postulado teórico que relaciona el control de algunos sectores económicos con el poder (Earle, 1997Earle, T. (1997). How chiefs come to power: The political economy in Prehistory. Redwood: Stanford University Press.). De hecho, en la arqueología ibérica es influyente el marco interpretativo de la economía de los bienes de prestigio según el cual el control del comercio mediterráneo, de objetos y productos restringidos y exóticos, estaría en la base, en parte, de la constitución y mantenimiento de relaciones de dependencia (Sanmartí, 2000, p. 321Sanmartí, J. (2000). “Les relacions comercials en el món ibèric”. En: C. Mata y G. Pérez Jordà (eds.), Ibers. Agricultors, artesans i comerciants. III Reunió sobre economia en el món ibèric, Saguntum-PLAV, Extra-3. Valencia: Universidad de Valencia, pp. 307-328.; Sanmartí y Asensio, 2017, p. 338Sanmartí, J. y Asensio, D. (2017). “Pottery imports and social organization. Theoretical-methodological principles, and a case study of the 4th century BC in the Iberian coast”. En: Aquilué, X., Cabrera, P. y Orfila, M. (eds.), Homenaje a Glòria Trias Rubiés. Cerámicas griegas de la Península Ibérica: cincuenta años después (1967-2017). Barcelona: Centro Iberia Graeca, pp. 338-347.) de modo que las vajillas áticas serían “objetos de prestigio, símbolos que expresaban la riqueza y el poder de las élites aristocráticas” (Picazo, 2015, p. 32Picazo, M. (2015). “La vajilla de los días de fiesta: cerámica ática en una casa de finales de siglo V a.C. de Ullastret”. Archivo Español de Arqueología, 88, pp. 25-37. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.088.015.002 ).

Ahora bien, la amplia distribución en asentamientos y territorio invita a reflexionar en torno a los conceptos de restricción y exotismo desde la contingencia. Advirtiendo estos problemas, se ha señalado que la dispersión generalizada de la vajilla revelaría el éxito de la promoción de consumidores en estas comunidades, y la participación en banquetes que albergarían el germen de la desigualdad, ya que los bienes de prestigio circularían y se utilizarían en fiestas que recrearían las redes clientelares (Grau, 2010, p. 269Grau Mira, I. (2010). “Vajillas mediterráneas y prácticas de comensalidad en el área central de la Contestania Ibérica”. En: Mata, C., Pérez Jordà, G. y Vives-Ferrándiz, J. (eds.), De la cuina a la taula. IV Reunió d’economia en el primer mil·lenni a.C. Saguntum-PLAV, Extra 9. Valencia: Universidad de Valencia, pp. 263-270.). Las altas cantidades de vajilla en el almacén o en algunos espacios domésticos que superan las necesidades familiares podrían ser susceptibles de su uso en eventos de las políticas comensales, para la organización de banquetes, reuniones o fiestas. Sin embargo, son pocas las evidencias directas de la organización de banquetes a gran escala en las que esos supuestos clientes pudieran ser involucrados. Sin ir más lejos, la vajilla depositada como restos de un ritual público en la Puerta Oeste del asentamiento indica que el número de participantes no superó la decena (Vives-Ferrándiz et al., 2015, p. 300Vives-Ferrándiz, J., Bonet, H., Carrión, Y., Ferrer, C., Iborra, P., Pérez, G., Quesada, F. y Tortajada, G. (2015). “Ofrendas para una entrada: un depósito ritual en la Puerta Oeste de la Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia)”. Trabajos de Prehistoria, 72 (2), pp. 282-303. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2015.12155 ).

Los espacios grandes para eventos conviviales, donde pudieran congregarse decenas de personas, son elusivos en el asentamiento. Los espacios abiertos entre construcciones y plazas pudieron haber sido utilizados para estos fines, pero los datos no permiten confirmarlo. Solo el Conjunto 5, localizado en la parte más alta de la loma y aislado, tiene espacios de amplias dimensiones. De hecho, ha sido identificado como un edificio público con tres amplias estancias que dan a un patio abierto, que pudieron servir como lugares de reunión, ceremonias, intercambios. Hay acabados arquitectónicos singulares, como suelos de barro endurecido, losas formando pavimento y revestimientos (Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 55Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.; Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 90Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.). No se hallaron molinos ni telares, ni herramientas de producción, ni hay talleres metalúrgicos, ni hornos u otros equipamientos para el procesado de alimentos y cocina lo que descarta que sea un espacio doméstico al uso; pero sí hay vajilla de consumo, especialmente copas áticas.

No es casual que dos de las tres piezas con grafitos del yacimiento estén en este edificio: hay un signo aislado inciso en el fondo interno de una base de tipo copa-escifo (Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 57Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.) (Fig. 8: 5) y un fragmento de fondo de una forma indeterminada tiene dos grafitos, uno griego de tipo mercantil que responde a un numeral y una inscripción ibérica en signario levantino (Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 69Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.; De Hoz, 2011, p. 225De Hoz, J. (2011). “Lengua y escritura”. En: Bonet, H. y Vives-Ferrándiz, J., La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia, pp. 221-237.; De Hoz García-Bellido, 2014, p. 266De Hoz García-Bellido (2014). Inscripciones griegas de España y Portugal. Madrid: Real Academia de la Historia.) (Fig. 8: 6). No hay grafitos identificados en las cerámicas ibéricas del yacimiento y el único grafito conocido fuera de este edificio es uno griego de tipo mercantil en otra base de cuenco (Fletcher, Pla y Alcácer, 1969, p. 317Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1969). La Bastida de les Alcuses II (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 25. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.; De Hoz García-Bellido, 2014, p. 267De Hoz García-Bellido (2014). Inscripciones griegas de España y Portugal. Madrid: Real Academia de la Historia.) (Fig. 8: 7). Al margen de que sean inscripciones mercantiles, consideramos que en el Conjunto 5 se pudieron haber promovido prácticas en las que el uso de piezas marcadas, individualizadas, hubiera sido significativo.

Sea como fuera, las importaciones del asentamiento y de los poblados de la zona (El Puig d’Alcoi, La Covalta) revelan que la demanda se orientó hacia la vajilla para el consumo de alimentos sólidos o semisólidos. El repertorio de cuencos y platos, de diferente tamaño, supera claramente al de las copas y a la parafernalia para el servicio de bebida, algo sobre lo que ya se llamó la atención hace años (Morel, 1991Morel, J.-P. (1991). “La céramique attique à vernirs noir en Ibérie et á Carthage: une comparaison”. Huelva Arqueológica, XIII (2), pp. 323-344.). En las necrópolis estas tendencias coinciden -excepto en las tumbas de El Puntal de Salinas, donde las copas predominan- lo que debe ser motivo de reflexión. A la vista de estos datos cabe pensar que los valores sociales de los alimentos sólidos estaban más generalizados que los de la bebida entre las políticas comensales de estas comunidades, o al menos lo fueron en torno al siglo IV a. C. Esta idea no pretende negar la importancia de la ritualidad de la bebida, bien documentada en los conocidos depósitos de las tumbas 20 y 25 de Los Villares (Hoya Gonzalo, Albacete) (Blánquez, 2000Blánquez, J. (2000). “Conjunto de vasos áticos del silicernio de Los Villares (Albacete)”. En: Cabrera, P. y Sánchez, C. (eds.), Los griegos en España. Tras las huellas de Heracles. Madrid: Ministerio de Cultura, pp. 411-412.), algo más antiguos que nuestro contexto, sino poner de manifiesto la diversidad en el uso de la cerámica fina (cf. Sanmartí y Asensio, 2017Sanmartí, J. y Asensio, D. (2017). “Pottery imports and social organization. Theoretical-methodological principles, and a case study of the 4th century BC in the Iberian coast”. En: Aquilué, X., Cabrera, P. y Orfila, M. (eds.), Homenaje a Glòria Trias Rubiés. Cerámicas griegas de la Península Ibérica: cincuenta años después (1967-2017). Barcelona: Centro Iberia Graeca, pp. 338-347., para un estudio regional en el siglo IV a. C. que muestra la diversidad social).

Con todo, una cosa es señalar que ciertos asentamientos concentran importaciones y otra homogeneizar a todos sus habitantes bajo un mismo patrón. No fue el caso, porque la distribución no es equitativa entre las construcciones de La Bastida de les Alcusses, y no lo es en un sentido inesperado: no hay vajilla ática, ni crateras, ánforas, pélices o copas figuradas, en aquellas casas que dominan grandes extensiones de tierra (Conjunto 10) o con acceso y control a los recursos minerales y los trabajos metalúrgicos del plomo-plata (Conjuntos 3 y 4) (ver detalles de las distribuciones en Vives-Ferrándiz, 2013Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (2013). “Del espacio doméstico a la estructura social en un oppidum ibérico. Reflexiones a partir de la Bastida de les Alcusses”. En: Gutiérrez, S. y Grau, I., eds., De la estructura doméstica al espacio social. Lecturas arqueológicas del uso social del espacio. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 95-110.). Desde un modelo interpretativo en el que las elites hubieran siempre controlado y facilitado el acceso a las piezas áticas este patrón es contradictorio. Para explicar la ausencia de piezas áticas se podría argumentar que usaron vajilla metálica, pero los datos regionales de asentamientos y necrópolis indican que esta vajilla es excepcional, prácticamente inexistente, y que no circulaba entre las elites de estas comunidades. También se podría esgrimir que la vajilla ática pudo haber sido recuperada de estas casas antes del abandono, o que los saqueos se hubieran ensañado especialmente con estos espacios y, por tanto, que la distribución que presentamos no refleje el patrón de uso cotidiano. Pero ello no explicaría por qué entonces encontramos objetos valiosos in situ en estas mismas residencias, como armas o herramientas en perfecto estado, así como emblemas e insignias o incluso carros. Si bien se ha propuesto que las élites “enmascaraban las formas más contundentes de su dominio” (Grau, 2010, p. 300Grau Mira, I. (2010). “Vajillas mediterráneas y prácticas de comensalidad en el área central de la Contestania Ibérica”. En: Mata, C., Pérez Jordà, G. y Vives-Ferrándiz, J. (eds.), De la cuina a la taula. IV Reunió d’economia en el primer mil·lenni a.C. Saguntum-PLAV, Extra 9. Valencia: Universidad de Valencia, pp. 263-270.), lo cierto es que fueron personas sin reparos en mostrar el poder con elementos distintivos y objetos exclusivos, pero sin vajilla ática.

El panorama de La Bastida de les Alcusses indica que las élites fueron heterogéneas en sus expresiones. Por un lado, hay que tener en cuenta que la producción (tierra, metales) fue tan significativa, o más, que los intercambios para la economía, o incluso se debería explorar hasta qué punto otro tipo de vajilla fuera más valorada que la cerámica importada. Por ejemplo, en el Conjunto 10 hay producciones locales que siguen tipos formales áticos (Fletcher, Pla y Alcácer, 1965Fletcher, D., Pla, E. y Alcácer, J. (1965). La Bastida de les Alcuses I (Mogente - Valencia). Trabajos Varios del SIP, 24. Valencia: Diputación Provincial de Valencia.), como una copa de pie bajo, una Copa Cástulo, una cratera de columnas, un cuenco L. 22, una copa-escifo o una sítula con pitorro en forma de cabeza de animal, que invitan a pensar que en el asentamiento existieron criterios diversos sobre un repertorio adecuado de vajilla doméstica. Desgraciadamente, no podemos ampliar estas reflexiones al repertorio de toda la cerámica local porque el registro es sesgado en este aspecto.

En el ámbito regional no existen otros contextos de hábitat estadísticamente representativos para comparar y contrastar el patrón observado en esta distribución espacial y abundar en las ideas que presentamos. Sin embargo, en necrópolis coetáneas hay tumbas del segmento de la elite sin importaciones, mientras que en otras se acumularon conspicuamente, lo que es motivo de reflexión. Dentro del primer grupo el caso más claro es sin duda la tumba 155 de la necrópolis del Cerro del Santuario (Baza, Granada), donde se halló la célebre escultura sedente (Pereira, 2010Pereira, J. (2010). “Estudio del ajuar cerámico de la tumba nº 155 de Baza”. En: Chapa, T., Izquierdo, I. (coords.), La dama de Baza. Un viaje femenino al más allá. Madrid: Ministerio de Cultura, pp. 137-147.), y que invita a pensar que las elites expresaron diversas ideologías sin importaciones.

Una vía complementaria para interpretar la ausencia de vajilla mediterránea en algunas casas se fundamenta en el reconocimiento de diversas instituciones en su relación con la economía política y doméstica. En otros trabajos se ha argumentado que en La Bastida de les Alcusses no hay una casa donde se concentre la actividad económica, en las esferas de la producción o de los intercambios, ni el control de lo simbólico, porque las casas operaron con diferentes estrategias, mientras que existieron estructuras económicas colectivas y rituales que celebraron la comunidad cívica (Vives-Ferrándiz, 2013Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (2013). “Del espacio doméstico a la estructura social en un oppidum ibérico. Reflexiones a partir de la Bastida de les Alcusses”. En: Gutiérrez, S. y Grau, I., eds., De la estructura doméstica al espacio social. Lecturas arqueológicas del uso social del espacio. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 95-110.). Así las cosas, en un paisaje urbano de heterogeneidad social, el patrón desigual de acumulación de importaciones puede ser el efecto de expresiones diferentes del poder. Las concentraciones en los Conjuntos 11 y 15 revelan actividades de sus ocupantes volcadas en el acceso a los intercambios, y no tanto en la tierra o en los metales -aunque también tienen herramientas agrarias (cf. Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 249Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.)-. La acumulación de vajilla mediterránea de estas casas podría estar destinada a la distribución, pero también a su uso en banquetes -cuyos detalles por otro lado ignoramos-. El único rallador de bronce del asentamiento procede, precisamente, del Conjunto 11 (departamento 80; Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011, p. 151Bonet Rosado, H. y Vives-Ferrándiz Sánchez, J. (eds.) (2011). La Bastida de les Alcusses. 1928-2010. Valencia: Diputación de Valencia.) lo que indica estilos culinarios diferenciados en esta residencia.

7. CONCLUSIONES

 

La vajilla ática hallada en La Bastida de les Alcusses forma un repertorio característico del sudeste de la península ibérica bien datado entre circa 400 y 325 a. C. La representación de los diferentes tipos en grupos funcionales indica que los vasos áticos relacionados con el consumo de comida y bebida son los más numerosos, con una mucha mayor representación de los primeros sobre los segundos. Las siguientes categorías están muy lejos de la vajilla de mesa en términos cuantitativos, y atañen a objetos para el adorno y cuidado del cuerpo y la iluminación. Las importaciones están presentes en todos los espacios construidos en el asentamiento y, sin duda, pudieron haber formado parte de la vajilla de buena parte de los habitantes. Acumulaciones inusuales de varias decenas de piezas son lotes almacenados para su intercambio o uso, si bien no hay pruebas directas de su reparto en banquetes amplios.

Los patrones de distribución observados apuntan a una clara contradicción con lo esperado porque en residencias ricas no hay importaciones. Parte de las elites locales no marcaron su estatus con vasos áticos de manera que advertimos matices en las expresiones materiales de las comunidades locales. Nuestra propuesta propone considerar las elites como segmentos sociales heterogéneos. Diferentes instituciones -domésticas, urbanas- coexistieron y mantuvieron fuentes alternativas de acceso a bienes, recursos, ideas o información, sin estar circunscritas a los mismos grupos. Esta lectura contribuye a matizar la idea de que existieron sistemas altamente centralizados entre las comunidades ibéricas y con modos unívocos de expresar el prestigio y el poder. Casos como el presentado en este trabajo o el de la tumba 155 de Baza pueden servir para que futuras investigaciones puntualicen el papel de las importaciones para articular identidades de estatus, género, familiares o corporativas.

NOTAS

 
*

Parte del trabajo realizado en este artículo ha sido realizado con los proyectos de los Planes Nacionales de Investigación HAR2008/0435 y HAR2014/54414-P, y con el proyecto LIMOS. Litoral y Montaña. Arqueología del cambio social en las comarcas meridionales de la Comunidad Valenciana(PROMETEO19/035) financiado por la Generalitat Valenciana. Las investigaciones arqueológicas en La Bastida de les Alcusses se llevan a cabo desde 1928 con el apoyo financiero de la Diputación de Valencia. Agradecemos a Helena Bonet Rosado sus comentarios a una primera versión del trabajo y a dos revisores anónimos las correcciones y sugerencias de mejora.

1

Todos ellos depositados en el Museu de Prehistòria de València y en el Museu Arqueològic Municipal de Moixent.

2

Cautelarmente, no tenemos en cuenta dos espacios con asociaciones funcionales en el Conjunto 21 porque está actualmente en curso de excavación y hay varias fases de ocupación. La estratigrafía definitiva podría alterar estas composiciones.

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