Archivo Español de Arqueología 94
Enero-Diciembre 2021, e18
ISSN: 0066-6742, eISSN: 1988-3110, ISSN-L: 0066-6742
https://doi.org/10.3989/aespa.094.021.18

El Cabeço de Mariola y las dinámicas complejas de la expansión romana (siglos II-I a. C.). Fortificaciones republicanas y reinterpretaciones locales en los oppida de Iberia oriental*Este trabajo se ha realizado en el marco de los proyectos de investigación PID2019-107264GB-I00 “Paisajes romanos en el sur de la Provincia Tarraconense. Análisis arqueológico de la estructura territorial y modelo socioeconómico” del Ministerio de Ciencia e Innovación y PROMETEO/2019/035, “LIMOS. LItoral y MOntañaS en transición: arqueología del cambio social en las comarcas meridionales de la Comunidad Valenciana”, financiado por la Generalitat Valenciana. Quisiera agradecer la atenta lectura y los comentarios de J. M. Segura, F. Prados y P. Roselló y las valoraciones de los revisores anónimos que han contribuido a refinar los argumentos del artículo.

El Cabeço de Mariola and the complex dynamics in the Roman expansion (2nd- 1st centuries BC). Republican fortifications and local reinterpretations in the oppida of Eastern Iberia

Ignasi Grau Mira

Universidad de Alicante
Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico-INAPH

https://orcid.org/0000-0001-8470-6315

RESUMEN

En este trabajo nos proponemos analizar las dinámicas complejas del proceso de expansión romana durante el periodo Ibérico Final, entre los siglos II-I a. C. en el área oriental de Iberia. La construcción de fortificaciones en oppida ibéricos se relacionaría con las estrategias de dominación romana de la región. Sin embargo, el proceso no fue ni lineal ni únicamente fruto de la imposición de los criterios de Roma, pues el papel de las poblaciones locales se mostró fundamental en estas dinámicas. Emplearemos la documentación reciente del Cabeço de Mariola, un oppidum ibérico del área central de la Contestania, contextualizado en las dinámicas regionales, para ofrecer los argumentos de complejas interacciones entre el poder romano y las poblaciones locales.

Palabras clave: 
conquista romana; Edad del Hierro ibérica; negociación de poder; fortificaciones; control territorial.
ABSTRACT

In this paper, the complex dynamics in the process of Roman expansion in East of Iberia (2nd-1st cents. BC) is analysed. Roman strategies of territorial dominion are recognized in the construction of fortification in several Iberian oppida. However, the processes were not protagonized solely by Roman rules, since the role of Iberian peoples was fundamental in these dynamics. Archaeological data of the Iberian oppidum of El Cabeço de Mariola and other examples in the region are used to present complex interaction between Roman power and local populations.

Keywords: 
Roman conquest; Late Iberian Iron Age; Eastern Iberia; power negotiation; fortification; territorial control.

Enviado: 01-09-2020. Aceptado: 04-12-2020. Publicado online: 28-10-2021

Cómo citar este artículo/Citation:  Grau Mira. I. (2021). “El Cabeço de Mariola y las dinámicas complejas de la expansión romana (siglos II-I a. C.). Fortificaciones republicanas y reinterpretaciones locales en los oppida de Iberia oriental”. Archivo Español de Arqueología, 94, e18. https://doi.org/10.3989/aespa.094.021.18

CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN

 

El estudio de la transformación de las sociedades de la Edad del Hierro como resultado de su contacto con Roma, proceso que conocemos genéricamente como Romanización, ha sido recientemente un tema de gran dinamismo y discusión científica en el ámbito peninsular, especialmente en la vertiente de la ocupación militar (Cadiou, 2008Cadiou, F. (2008). Hibera in terra miles. Les armées romaines et la conquête de l’Hispanie sous la République (218-45 av. J.-C.). Madrid: Casa de Velázquez.; Uroz, Noguera y Coarelli, 2008Uroz, J., Noguera J. M. y Coarelli, F. (eds.) (2008). Iberia e Italia: Modelos romanos de integración territorial. Murcia: Tabularium.; Santos y Cruz, 2013Santos J. y Cruz, G. (eds.) (2013). Romanización, fronteras y etnias en la Roma Antigua; el caso hispano. Anejos de Veleia. Acta, 12. Revisiones de Historia Antigua, 7. Vitoria-Gasteiz: Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, Argitalpen Zerbitzua. ; Cadiou y Navarro 2014Cadiou, F. y Navarro, M. (Eds.) (2014). La guerre et ses traces. Conits et sociétés en Hispanie à l’époque de la conquête romaine (IIIe-Ier s. av. J.-C.). Bordeaux: Ausonius.; Mataloto, Mayoral y Roque, 2014Mataloto, R., Mayoral V. y Roque, C. (Eds.), Salas Tovar, E. (Coord.) (2014). La gestación de los paisajes rurales entre la protohistoria y el período romano: formas de asentamiento y procesos de implantación. Anejos de AEspA, LXX. Mérida: CSIC.; Sala y Moratalla, 2014Sala, F. y Moratalla, J. (eds.) (2014). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ.; Padrós y Ruiz de Arbulo, 2015Padrós, C. y Ruiz de Arbulo, J. (Eds.) (2015). Castella i praesidia a la façana mediterrània de la Hispània tardorepublicana. Dossier Revista d’Arqueologia de Ponent, 25. Lleida: Universitat de Lleida.; Beltrán Lloris, 2017Beltrán Lloris, A. (2017). “Acerca del concepto de romanización”. En: Tortosa, T. y Ramallo, S. (Eds.). El tiempo final de los santuarios ibéricos en los procesos de impacto y consolidación del mundo romano. Madrid: CSIC, pp. 17-26. ; Principal et al., 2017Principal, J., Ñaco, T., Mestres, I. y Durán, M. (Eds.) (2017). Roma en la Península Ibérica presertoriana. Escenarios de implantación militar provincial. Colección Instrumenta, 56. Barcelona: Universitat de Barcelona.; Ñaco y Principal, 2020Ñaco, T. y Principal, J. (2020). “‹Logística militar y espacios de integración en el NE de Hispania Citerior, de Numancia a Sertorio”. En: Revilla, V., Aguilera, A., Pons, Ll. y García M. (Eds.). Ex Baetica Romam. Homenaje al Prof. Dr. J. Remesal Rodríguez. Barcelona: Universitat de Barcelona, pp. 287-313. ; Padrós, 2020Padrós, C. (2020). “Guerra y conflicto en la Hispania Citerior: el impacto de la conquista romana en la Península Ibérica (ss. II - I a. C.)”. Empúries, 58, pp. 177-207.). No es nuestra intención adentrarnos en una compleja revisión de los planteamientos que han guiado los estudios, pero debemos señalar los ejes principales en los que se sitúa nuestro trabajo en este complejo marco de diversidad teórica.

Como cuadro general podemos señalar que el debate sobre la Romanización ha virado desde los postulados clásicos que veían la implantación de la cultura y orden político romano como una consecuencia lógica del proceso histórico y de la invasión y hegemonía política, a plantearse los diferentes desarrollos que se pudieron dar en cada una de las regiones. Pasó de asumirse que el proceso era el resultado obvio de la expansión del mundo romano a plantear la necesidad de explicar cómo y porqué se produjo esta dinámica histórica que no era ni lineal, ni unidireccional, ni homogénea. La revisión del modelo clásico partió de la observación de la experiencia colonial europea, y especialmente de los procesos de descolonización, que habían mostrado una realidad histórica y sociológica extraordinariamente compleja. Este debate se produjo especialmente en el mundo anglosajón y en los Países Bajos desde los años 1990, y conformó una potente escuela de estudios poscoloniales aplicados a la investigación de la expansión romana (Millet, 1990Millett, M. (1990). “Romanization: historical issues and archaeological intepretation”. En: Blagg, T. y Millett, M. (Eds.). The Early Roman Empire in the West. Oxford: Oxbown, pp. 33-41.; Woolf, 1998Woolf, G. (1998). Becoming Roman. The origins of provincial civilization in Gaul. Cambridge: Cambridge University Press.; Van Dommelen, 1998Van Dommelen, P. (1998). On Colonial Grounds: A Comparative Study of Colonialism and Rural Settlement in First Millennium BC West Central Sardinia. Leiden: Faculty of Archaeology.; Keay y Terrenato, 2001Keay, S. y Terrenato, N. (eds.) (2001). Italy and the West: Comparative Issues in Romanization. Oxford: Oxbow.; Van Dommelen y Terrenato, 2007Van Dommelen, P. y Terrenato, N. (Eds.) (2007). Articulating local cultures. Portsmouth: JRA Supplement.). Esa misma corriente teórica vinculada al pensamiento poscolonial ha tenido un importante papel en la renovación de los estudios y el debate sobre la Romanización en el ámbito peninsular (Cañete, 2010Cañete, C. (2010). “Retelling the Tale: Modernity, Colonialism and the Discourse about the Roman Expansion”. En: Dalla Riva, M. y Di Giuseppe, H. (Eds.). Meetings between Cultures in the Ancient Mediterranean. Proceedings of the 17th International Congress of Classical Archaeology, Rome 22-26 sept. 2008. Bollettino di Archeologia on line I/ Volumen especial A/A7/2.; Jiménez, 2011Jiménez, A. (2011). “Changing to Remain the Same. The South of the Iberian Peninsula between the Third and the First Centuries BC”. En: Moore, T. y Armada, L. (Eds.). Atlantic Europe in the First Millennium BC: Crossing the Divide. Oxford: Oxford University Press, pp. 506-518.).

Este marco de revisión ha afectado a la propia denominación de Romanización, tan frecuentemente empleada para describir el proceso histórico del contacto y transformación sociopolítica y cultural. La crítica más tenaz desde los postulados poscoloniales rechazaba la propia palabra, por cuanto se asociaba al viejo paradigma que atribuía implícitamente un papel de relevancia o predominio de Roma en el proceso. Por ello se ha propuesto cuanto menos la denominación entre comillas (Versluys, 2014, p. 5Versluys, M. J. (2014). “Understanding objects in motion. An archaeological dialogue on Romanisation”. Archaeological Dialogues 21 (1), pp. 1-20. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000038 ). En realidad, más problemático que el uso en sí de la palabra Romanización es que con ella nos estamos refiriendo a distintas acepciones en diferentes estudios, lo que puede llevar a confusión. Romanización puede ser un periodo cronológico que ocupa los siglos II-I a. C., puede referirse al proceso de contacto y transformación cultural con la difusión de los modelos itálicos, o también puede referirse a la imposición de un dominio político de naturaleza imperial, entre los significados más evidentes (Stek, 2014Stek, T. (2014). “Roman imperialism, globalization and Romanization in early Roman Italy. Research questions in archaeology and ancient history”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 30-40. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000063 ).

Como vemos, hoy en día, el debate sobre los significados y las orientaciones teóricas sobre la Romanización no cesa, especialmente en aquellos ámbitos donde se produjo la primera renovación teórica (Versluys, 2014Versluys, M. J. (2014). “Understanding objects in motion. An archaeological dialogue on Romanisation”. Archaeological Dialogues 21 (1), pp. 1-20. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000038 ; Hingley, 2014Hingley, R. (2014). “Struggling with a Roman inheritance. A response to Versluys”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 20-24. DOI: https://doi.org/10.1017/s138020381400004x ; Van Dommelen, 2014Van Dommelen, P. (2014). “Fetishizing the Romans”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 41-45. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000075 ; Woolf, 2014Woolf, G. (2014). “Romanization 2.0 and its alternatives”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 45-50. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000087 ; Stek, 2014Stek, T. (2014). “Roman imperialism, globalization and Romanization in early Roman Italy. Research questions in archaeology and ancient history”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 30-40. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000063 ; Van Oyen, 2017Van Oyen, A. (2017). “Material culture in the Romanization debate”. En: Lichtenberger, A. y Rubina R. (Eds.). The Diversity of Classical Archaeology. Studies in Classical Archaeology 1, Turnhout: Brepols, pp. 287-300.; Osgood, 2018Osgood, J. (2018). Rome and the Making of a World State, 150 BCE-20 CE. Cambridge: Cambridge University Press. ). A mi parecer, una de las principales aportaciones de estas discusiones ha sido mostrar las alternativas y los matices a una gran narrativa sobre el proceso de Romanización, que se entendía como un modelo general al que debían adaptarse los numerosos estudios de caso como epifenómenos, es decir, matices con detalle de la horma genérica. Frente a este rígido esquema, los estudios multivocales y a escalas reducidas de análisis permiten reconocer la complejidad, la existencia de agencias y procesos emergentes que en su entrelazamiento con las trayectorias generales enriquecen el discurso histórico.

En ese sentido, comparto la opinión de Stek (2014)Stek, T. (2014). “Roman imperialism, globalization and Romanization in early Roman Italy. Research questions in archaeology and ancient history”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 30-40. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000063 de que posiblemente sea igual de relevante el debate sobre las grandes teorías de la Romanización como la discusión y formalización de esos planteamientos en cuestiones concretas de investigación. Este cambio de enfoque y de escalas de análisis favorece la observación de la participación de los distintos sujetos históricos en los contextos concretos del análisis arqueológico.

Así las cosas, en este trabajo nos proponemos analizar las dinámicas complejas del proceso de implantación romana durante el periodo Ibérico Final, o si se quiere emplear el término romano, en la República tardía en el área oriental de Iberia (Fig. 1). Nuestro planteamiento es que la dominación romana tuvo momentos de impulso claramente detectables en el registro arqueológico y nos permite reconocer sus pulsiones históricas. Sin embargo, este proceso no fue ni lineal, ni únicamente fruto de la imposición de los criterios de Roma. A mi parecer, solo atendiendo el papel de las sociedades locales podemos entender la complejidad de las dinámicas históricas del periodo. Así, la expansión romana no fue todo lo progresiva y exitosa que las fuentes grecolatinas y las narrativas tradicionales pretendían mostrar y presentó, en cambio, trayectorias discontinuas. Emplearemos la documentación reciente de un oppidum ibérico del área central de la Contestania, El Cabeço de Mariola, contextualizado en las dinámicas regionales, para ofrecer los argumentos que articulan nuestro discurso.

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Figura 1.  Mapa del área de estudio con la localización de los principales asentamientos citados. 1: La Carència; 2: Valentia; 3: Saitabi; 4: El Rabat de Rafelcofer; 5: El Cabeço de Mariola; 6: Dianium; 7: El Tossal de la Cala; 8: Alon-La Vila Joiosa; 9: El Monastil; 10: Ilici; 11: Carthago Nova (elaboración propia).

2. EL CABEÇO DE MARIOLA: DESCRIPCIÓN DE UN CENTRO DE PODER EN LOS INICIOS DE LA DOMINACIÓN ROMANA

 

2.1. CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL CABEÇO DE MARIOLA

 

El Cabeço de Mariola es un gran poblado localizado sobre el reborde septentrional de la Serra de Mariola, un macizo montañoso que se sitúa en el sector occidental de las comarcas de l’Alcoià y El Comtat y en la divisoria entre las provincias de Alicante y Valencia. Se emplaza sobre una elevada meseta de 1050 m s. n. m. que domina desde las alturas uno de los principales puntos estratégicos para las comunicaciones interregionales como es el corredor de la Valleta d’Agres (Fig. 2) que conectaba el principal eje viario de la región, la vía Heráclea, con el valle del Serpis, por su zona noroeste. Estas posibilidades estrategias son claves para entender la dilatada ocupación del poblado y su importancia en la estructura territorial del área (Grau Mira, 2016Grau Mira, I. (2016). “Conquista e implantación romana en la Contestania central (ss. II-I a. C.)”. En: Pera, J. y Vidal, J. (Eds.). Fortificacions i Control del Territori a la Hispania Republicana. Barcelona: Ed. Portico, pp. 107-134.).

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Figura 2.  Imagen del Cabeço de Mariola desde la Valleta de Agres, al norte (fotografia I. Grau Mira).

Entre los años 2013 y 2019 hemos desarrollado investigaciones en este asentamiento en colaboración con el Museo de Alcoi y en co-dirección con J. M. Segura. En este enclave ibérico nunca se había intervenido a pesar de suponerle una destacada importancia en el ámbito territorial (Visedo, 1959Visedo, C. (1959). Alcoy. Geología. Prehistoria. Alcoi: Publicaciones del Instituto Alcoyano de Cultura.; Llobregat, 1972Llobregat, E. (1972). Contestania ibérica. Alicante: Instituto de Estudios Alicantinos.; Grau y Moratalla, 1998Grau, I. y Moratalla, J. (1998).El Poblamiento de época ibérica en el Alto Vinalopó. Villena: Fundación J. M. Soler.). Aunque los planteamientos del proyecto y algunos resultados preliminares han sido presentados de forma sintética (Grau y Segura, 2016Grau, I. y Segura, J. M.ª (2016). “L’assentament ibèric del Cabeço de Mariola (Alfafara, Alacant; Bocairent, València): plantejaments i primers resultats de la recerca”. Recerques del Museu d’Alcoi, 25, pp. 69-80.), el asentamiento es prácticamente inédito y se encuentra en fase de estudio para su publicación detallada, así que en este apartado vamos a resumir sucintamente los principales aspectos formales, cronológicos y territoriales que nos aportan la información necesaria para el estudio de la dinámica histórica que ahora presentamos.

Las excavaciones han permitido reconstruir una secuencia de ocupación del poblado que ocupa gran parte del primer milenio a. C., entre el s. IX y el I a. C. Se han identificado tres grandes fases: 1) Bronce Final-Ibérico Antiguo, 2) Ibérico Pleno y 3) Ibérico Final (Grau y Segura, 2016, pp. 76-77Grau, I. y Segura, J. M.ª (2016). “L’assentament ibèric del Cabeço de Mariola (Alfafara, Alacant; Bocairent, València): plantejaments i primers resultats de la recerca”. Recerques del Museu d’Alcoi, 25, pp. 69-80.). En este trabajo vamos a centrarnos en este último episodio.

Durante esta fase del Ibérico Final el poblado se extiende por dos zonas (Fig. 3). La primera es la cumbre amesetada del Cabeço con una superficie aproximada de 1,4 ha y está claramente enmarcada por los límites que dibuja la topografía y los restos de un perímetro amurallado (Grau y Segura, 2016, pp. 74-75Grau, I. y Segura, J. M.ª (2016). “L’assentament ibèric del Cabeço de Mariola (Alfafara, Alacant; Bocairent, València): plantejaments i primers resultats de la recerca”. Recerques del Museu d’Alcoi, 25, pp. 69-80.). En esta zona es donde se ha centrado la intervención arqueológica. La segunda zona es un sector de viviendas y/o instalaciones adyacentes al suroeste de la meseta cimera que muy probablemente correspondería a una ampliación del último momento de ocupación, a juzgar por la cronología de las cerámicas de superficie con abundantes importaciones itálicas de época republicana.

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Figura 3.  Modelo digital del terreno con la dispersión de materiales arqueológicos, en rojo, y los principales elementos del Cabeço de Mariola (elaboración propia a partir de Grau y Segura, 2016, fig. 4Grau, I. y Segura, J. M.ª (2016). “L’assentament ibèric del Cabeço de Mariola (Alfafara, Alacant; Bocairent, València): plantejaments i primers resultats de la recerca”. Recerques del Museu d’Alcoi, 25, pp. 69-80.).

Sobre las ocupaciones anteriores en este solar, los trabajos realizados han permitido documentar un destacado episodio edilicio que supone la reconstrucción completa del hábitat en una datación que cabría situar hacia la mitad del s. II a. C. y que acabaría repentinamente en torno a los años 70 a. C. Esta remodelación afectaría a todo el sector de la cumbre del Cabeço, pues se detecta en todas las áreas que han sido excavadas. Esta fase del Ibérico Final es la que centra nuestra atención en este trabajo y por ello vamos a detenernos en sus particularidades. Aunque su duración no llega a un siglo, puede desgajarse en dos episodios claramente identificados en la secuencia estratigráfica y los materiales recuperados.

2.2. EL CABEÇO DE MARIOLA EN EL S. II A. C.: LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PODEROSA FORTALEZA

 

La principal reconstrucción identificada en esta fase final consistió en un reforzamiento del perímetro defensivo, donde la muralla de perfil ataludado correspondiente a los periodos anteriores se vio recrecida con un lienzo exterior de muralla de unos 1,10-1,20 m de ancho que estuvo construido en gruesos bloques de piedra calcárea recortada y coronado con mampostería de piedra de menor tamaño. Este potente muro de cierre sirvió de pared trasera a una serie de células construidas con una gran regularidad, aunque se adaptaron a la curvatura de la topografía del lugar modificando el diseño original. Los muros que constituyen estos departamentos adosados a la muralla tienen un grosor de 50 cm y dibujan compartimentos que junto con el lienzo exterior configuran una compleja obra de fortificación del tipo de muralla de casamatas (Fig. 4).

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Figura 4.  Planimetría, arriba, y ortofotografía, del sector excavado al norte del Cabeço de Mariola (elaboración propia).

La puerta principal de este recinto estaba localizada al suroeste de la loma, donde se observa un pasillo ligeramente ascendente al poblado desde el llano circundante. En esta rampa encontramos que la muralla se dispone en dos muros paralelos, en forma de corredor. Un segundo acceso se localiza en el punto de contacto entre la pared de roca subvertical del noroeste del cerro y el lienzo de muralla de la cara noreste del poblado. En este punto se abre una poterna con una luz de aproximadamente 2,20 m.

La cronología de esta fase de construcción y uso se establece a partir del material asociado a los niveles inmediatamente subyacentes a las construcciones y sobre todo por los restos muy fragmentarios incorporados a los suelos de tierra batida de los departamentos (Fig. 5, 1-5). Estos materiales conformarían lo que se denomina “desecho perdido” (Schiffer, 1996, pp. 76-79Schiffer, M.B. (1996). Formation Processes of the Archaeological Record. Salt Lake City: University of Utah Press.), originado a partir de piezas rotas que no han sido completamente eliminadas del suelo de uso al permanecer ocultas en rincones o incrustadas en los suelos de tierra batida. Estos descartes aportan una información de gran importancia desde el punto de vista cronológico, pues corresponderían a la fase de construcción y primera ocupación de la muralla y sus habitáculos. Encontramos importaciones púnicas con la presencia de ánforas de la familia de las T-7.4.3.0, dedicadas al transporte de salazones piscícolas. Algunos bordes proceden de la costa mediterránea meridional y otros procederían de la bahía de Cádiz, cuyas formas antiguas se inician en torno a mediados del s II a. C. (Sáez et al., 2016Sáez, A. M., Bernal, D., García, E. y Díaz, J. J. (2016). “Ramon T-7433 (Costa Bética)”. En: Amphorae ex Hispania. Landscapes of production and consumption. Disponible en: http://amphorae.icac.cat/amphora/ramon-t-7433-baetica-coast [consultado 10-07-2020].). Asimismo, hemos registrado un borde de T-9.1.1.1 de perfil macizo y engrosado al interior y boca estrecha, lo que lo relaciona con las formas de la segunda mitad del s. II a. C. (Sáez, 2016Sáez, A. M. (2016). “Ramon T-9111 (Costa Bética Ulterior)”. En: Amphorae ex Hispania. Landscapes of production and consumption. Disponible en: http://amphorae.icac.cat/amphora/ramon-t-9111-baetica-ulterior-coast [consultado 20-07-2020].) similares a las del campamento numantino de Peña Redonda (Sanmartí, 1985, p. 147, fig. 22.88Sanmartí, E. (1985). “Las ánforas romanas del campamento numantino de Peña Redonda (Garray, Soria)”. Empúries, 47, pp. 130-161.). Acompañan a estas ánforas algunas piezas de Barniz Negro de cronología semejante, como los boles L27 de campaniense A y la copa calena MP 127. Todos estos materiales confirman una fecha hacia mediados del s. II a. C.

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Figura 5.  Selección de materiales de importación correspondientes a los dos episodios reconocidos en la fase del Ibérico Final. 1-5, fase de construcción y uso; 6-11: momento de destrucción (elaboración propia).

2.3. LA TRANSFORMACIÓN DE UNA FORTALEZA EN POBLADO

 

La potente fortificación del Ibérico Final sufrió diversas modificaciones para transformar su función militar en un uso residencial civil. En efecto, las casamatas de la fortificación se vieron ampliadas con la construcción de nuevos departamentos en la parte frontal, con paramentos claramente más irregulares y ligeramente desalineados respecto al diseño original (Fig. 6).

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Figura 6.  Ortofotografía y esquema interpretativo de las fases del Ibérico Final en que se observa la 1ª fase de construcción de la fortificación de época final del Cabeço de Mariola, y la ampliación con departamentos añadidos (elaboración propia).

Como resultado de estas reformas constructivas las células originales se transformaron en viviendas de dos habitaciones, adosadas frontal o lateralmente para configurar cada una de las unidades domésticas con el aspecto sencillo de las casas ibéricas de la zona de montaña contestana. De ese modo se configuraron departamentos cuadrangulares de dimensiones modestas, normalmente alrededor de 12-15 m2, y con pavimentos de tierra batida, que unidos a pares configuraron las viviendas.

Las casas estaban formadas por una cámara frontal multifuncional donde se ubicaba el hogar constituido por una placa rubefactada y con muestras de una intensa actividad de cocina o trabajo textil alrededor del fuego. Este espacio constituyó propiamente el espacio de actividad y cuyos usos irían cambiando a lo largo del día: pasaría de ser un área de trabajo y cocina diurno a convertirse en el espacio de descanso nocturno, una vez que se retiraran los enseres domésticos y tras desplegar alfombras y esteras para configurar los lechos.

Las cámaras postreras de estas unidades domésticas, las casamatas originales de la fortaleza, se usarían principalmente como almacenes y despensas, como señala la profusa presencia de ánforas y otros contenedores de alimentos. Estas despensas han aparecido repletas de vasos cerámicos, especialmente ánforas, durante el transcurso de las excavaciones recientes (Fig. 7).

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Figura 7.  Imagen cenital de un departamento con los materiales del momento de destrucción (imagen proyecto arqueológico El Cabeço de Mariola).

Podríamos pensar que esta transformación edilicia y funcional pudiera deberse a un momento puntual de inestabilidad, cuando se albergó la población ibérica del entorno en esta potente fortaleza. Sin embargo, las construcciones adosadas, la naturaleza de los repertorios y los desechos domésticos indican un uso prolongado de estas construcciones como viviendas y no una ocupación efímera. Las modalidades del uso del espacio apenas se diferencian, excepto por la constricción espacial, de los rasgos de las viviendas más sencillas de otros poblados de altura del entorno centro-contestano como El Puig (Grau y Segura, 2013Grau, I. y Segura, J. M.ª (2013). El oppidum ibérico de El Puig d’Alcoi. Asentamiento y paisaje en las montañas de la Contestania. Alcoi: Museu Arqueològic d’Alcoi.) o La Serreta (Olcina, Grau y Moltó, 2000Olcina, M, Grau, I. y Moltó, S. (2000). “El Sector I de la Serreta: noves perspectives al voltant de l´ocupació de l´assentament”. Recerques del Museu d’Alcoi, 9, pp. 119-144.). Es decir, la fortaleza no acogió únicamente el refugio temporal de poblaciones del entorno, sino que su diseño inicial se transformó en un espacio residencial con las evidencias propias de una vida doméstica continuada que dispuso de almacenes, telares, hogares y todas las funciones cotidianas. Se trataría de casas habitadas por familias conyugales, es decir, aquellas formadas por dos generaciones de padres e hijos, que serían la unidad social básica. El espacio diseñado inicialmente para otras funciones provocó que las casas se articularan de dos modos en función del espacio disponible, bien en enfilada y perpendicular a la muralla, bien adosados lateralmente y de forma paralela a la fortificación.

A pesar de lo reducido de las casas es posible observar diferencias a partir de la variedad de los ajuares domésticos y sobre todo en la capacidad de almacenamiento. De este modo, la casa más próxima a la poterna contaba con un amplio departamento, de 7 × 3 m aproximadamente, dedicado únicamente al almacenamiento y que conservaban grandes cantidades de ánforas, algunas de ellas importadas y con grafitos ibéricos que nombraban a propietario (Grau y Segura, 2016Grau, I. y Segura, J. M.ª (2016). “L’assentament ibèric del Cabeço de Mariola (Alfafara, Alacant; Bocairent, València): plantejaments i primers resultats de la recerca”. Recerques del Museu d’Alcoi, 25, pp. 69-80.). Esto nos señala que estamos ante una familia poderosa de la comunidad del Cabeço con una gran capacidad de concentrar reservas alimentarias y que adquirió una buena cantidad de vino itálico de elevado precio.

La mayor parte de los departamentos se encontraron cubiertos de niveles termo-alterados y cenizas. Estas características señalan que el poblado fue destruido por un ataque violento donde intervino el fuego y que impidió a los habitantes recuperar sus pertenencias y reservas domésticas. Estas piezas, prácticamente enteras, se diferencian de los restos fragmentarios descritos con antelación y ofrecen la cronología de la destrucción del poblado.

Las importaciones anfóricas mayoritarias proceden del ámbito extrapeninsular desde el que se importaría fundamentalmente vino (Fig. 5, 6-7). Por una parte, se han documentado individuos de Dressel 1A de procedencia del área campano-lacial, otras son individuos de Lamb. 2, tipo vinario producido en la costa adriática itálica (Cipriano y Carre, 1989Cipriano, M. T. y Carre, M. B. (1989). “Production et typologie des amphores sur la côte adriatique de l’Italie”. En: Amphores romaines et histoire économique: dix ans de recherche. Actes du colloque. Roma: École Française de Rome, pp. 67-104. ; Carre, Monsieur y Pesavento, 2014Carre, M. B., Monsieur, P. y Pesavento, S. (2014). “Transport amphorae Lamboglia 2 and Dressel 6A: Italy and/or Dalmatia? Some clarifications”. Journal of Roman Archaeology, 27, pp. 417-428. DOI: https://doi.org/10.1017/s1047759414001329 ), si bien también se ha constatado su producción en Croacia (Lindhagen, 2009, pp. 86-87Lindhagen, A. (2009). “The transport amphoras Lamboglia 2 and Dressel 6A: a central Dalmatian origin?”. Journal of Roman Archaeology, 22, pp. 83-108. DOI: https://doi.org/10.1017/s1047759400020602 ). Los ejemplares documentados presentan bordes rectos o ligeramente exvasados de perfil rectangular o subrectangular, propios de momentos avanzados del tipo. Su presencia coincidiría con el periodo de llegada preferente a la península ibérica, que se inicia durante el periodo de las guerras sertorianas (Mateo, 2016, p. 278Mateo, D. (2016). Comercio anfórico y relaciones mercantiles en Hispania Ulterior (ss. II a. C.-II d. C.). Colección Instrumenta, 52. Barcelona: Universitat de Barcelona.).

Este material anfórico coincide con el repertorio encontrado en contextos datados en el primer tercio del s. I a. C. y, en especial, con aquellos relacionados con el conflicto sertoriano como el paradigmático caso de Valentia (Ribera, 2014, p. 74Ribera, A. (2014). “La destrucción de “Valentia” (75 a. C.) y la cultura material de la época de Sertorio (82-75 a. C.)”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 65-77. ; Ribera y Pascual, 2015, p. 744Ribera, A. y Pascual, G. (2015). “Las ánforas del nivel de destrucción de Valentia (75 AC)”. En: Aguilera, I., Beltrán, F., Dueñas, M.ª J., Lomba, C. y Paz, J. A. (Eds.). De las ánforas al museo. Estudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris. Zaragoza: Institución Fernando el Católico, pp. 739-750. ), La Solana del Castell de Xàtiva-Saitabi (Pérez Ballester, 2014, p. 61Pérez Ballester, J. (2014). “El Xúquer, “Saitabi” y Sertorio”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 51-63.), El Tossal de la Cala (Bayo, 2010, pp. 73-75Bayo, S. (2010). El yacimiento ibérico de “El Tossal de la Cala. Alacant: MARQ.), Cap Negret (Sala, 2003Sala, F. (2003). “La transformación del instrumentum domesticum y el comercio”. En: Abad, L. (Ed.). De Iberia in Hispaniam: la adaptación de las sociedades ibéricas a los modelos romanos. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 287-316.; Bayo, 2014, fig. 1Bayo, S. (2014). “Identificación del uso del espacio y su momento histórico a partir de los contextos materiales”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alacant: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 99-113.), los niveles del campamento militar detectado en la ciudad de Alon-La Vila Joiosa (Espinosa et al., 2014, p. 121Espinosa, A., Ruiz, D., Marcos A., Peña, P. y Martínez, A. M.ª (2014). “El campamento militar de las guerras sertorianas de Villajoyosa”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 115-125. ) o Libisosa (Uroz y Uroz, 2014, pp. 201-202Uroz, H. y Uroz, J. (2014). “La Libisosa iberorromana: Un contexto cerrado de -y por- las Guerras Sertorianas”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 199-216.). En el ámbito subacuático, sin salirnos del entorno cercano, encontramos también similitudes con el cargamento itálico de los pecios Sant Jordi A (Cerdà, 1980Cerdà D. (1980). La nave romano-republicana de la Colonia de Sant Jordi, Ses Salines, Mallorca. Palma de Mallorca: Ediciones Cor.; Asensio, 2010Asensio, D. (2010). “El comercio de ánforas itálicas en la Península Ibérica entre los siglos IV y I a. C. y la problemática en torno a las modalidades de producción y distribución”. En: Dalla Riva, M. y Di Giuseppe, H. (Eds.). Meetings between Cultures in the Ancient Mediterranean. Proceedings of the 17th International Congress of Classical Archaeology, Rome 22-26 sept. 2008. Bollettino di Archeologia on line I/ Volumen especial A/A7/2, pp. 23-41.) y Escombreras 2 (Alonso y Pinedo, 2008Alonso, D. y Pinedo, J. (2008). “Notas sobre las ánforas adriáticas del pecio Escombreras 2 (Cartagena)”. En: Pérez, J. y Pascual, G. (Eds.). Comercio, redistribución y fondeadores: la navegación a vela en el Mediterráneo (V Jornadas de Arqueología Subacuática, Gandía 2006). València: Universitat de València, pp. 221-229.), en los que aparecen de manera conjunta ánforas Dressel 1 y Lamb. 2.

En cuanto a la vajilla fina de barniz negro (Fig. 5, 8-11), encontramos un conjunto en su mayoría perteneciente al grupo de la calena media-tardía. Están presentes las formas L1, L2, L3, L4, L10 y especialmente el plato L5/7, la forma más abundante con más de dos tercios de los ejemplares. Esta vajilla de barniz negro encuentra su referencia más próxima en las fases de destrucción de Valentia, donde destaca la presencia mayoritaria de cerámica calena de la serie tardía y en las que se documenta la aparición de la forma 1, la abundancia de la serie 5 y de las formas intermedias de la serie 5/7 (Ribera, 2014, p. 74Ribera, A. (2014). “La destrucción de “Valentia” (75 a. C.) y la cultura material de la época de Sertorio (82-75 a. C.)”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 65-77. ). En la zona alicantina aparecen estas mismas formas y el predominio de los platos de la serie 5/7 en enclaves importantes del periodo como El Tossal de La Cala (Bayo, 2010, 65-73, fig. 24Bayo, S. (2010). El yacimiento ibérico de “El Tossal de la Cala. Alacant: MARQ.), Ilici-L’Alcúdia d’Elx (Sala, 1992, figs. 41-48Sala, F. (1992). La “tienda del alfarero” del yacimiento ibérico de la Alcudia. Alicante: Publicaciones de la CAM.), y en los repertorios del puerto de Dènia (Gisbert, 1999Gisbert, J. A. (1999). La Romanización de Dianium: Ciudad y Territorium. En: Historia de La Marina Alta, vol. 1. Alicante: Publicaciones Mediterráneo, pp. 121-132.). Estos mismos productos calenos también son muy numerosos en El Monastil de Elda (Tordera, 1996Tordera, F.F. (1996). “El comercio de barniz negro en el poblado de El Monastil (Elda, Alicante), ss. III-I a. C.”. En: Actas del XXIII Congreso Nacional de Arqueología (Elche, 1995), vol. I. Elche: Ayuntamiento de Elche, pp. 481-492.), en La Solana del Castell de Xàtiva-Saitabi (Pérez Ballester, 2014, p. 60Pérez Ballester, J. (2014). “El Xúquer, “Saitabi” y Sertorio”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 51-63.) y en los contextos clausurados por las guerras sertorianas de Libisosa (Uroz y Uroz, 2014, fig. 7Uroz, H. y Uroz, J. (2014). “La Libisosa iberorromana: Un contexto cerrado de -y por- las Guerras Sertorianas”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 199-216.).

En el entorno próximo de las comarcas de l’Alcoià y El Comtat, el plato caleno de la forma 5/7 es también el más abundante en El Pitxòcol, con 24 bordes y 10 bases (Amorós, 2015, fig. 6Amorós, I. (2015). “Secuencia de ocupación del poblado ibérico de El Pitxòcol (Balones, Alacant) a partir de su repertorio material”. Alberri, 5, pp. 133-169.), junto a otras formas como la L1, la L3 y la L4. Estas formas también tienen una importante presencia en otros oppida tardíos como El Castell de Cocentaina, El Castell de Penàguila (Grau Mira, 2002, pp. 183-185, cuadro 6Grau Mira, I. (2002). La organización del territorio en el área central de la Contestania Ibérica. Alicante: Universidad de Alicante.) o El Xarpolar (Grau y Amorós, 2014, figs. 4.1, 7.5 y 9Grau, I. y Amorós, I. (2014). “Secuencia de ocupación y análisis territorial del poblado ibérico de El Xarpolar (Vall d’Alcalà, Alacant)”. Archivo de Prehistoria Levantina, XXX, pp. 311-334. ).

Aunque hemos hecho especial referencia a los materiales importados por el valor cronológico que aportan, cabe señalar que la inmensa mayoría de los repertorios están formados por vajillas ibéricas. Sin adentrarnos en el estudio tipológico aún en curso, encontramos las típicas ánforas ibéricas en forma de obús, acompañadas de otros grandes recipientes como tinajas y lebetas. Las cerámicas de cocina son principalmente ollas globulares, las piezas de despensa se componen de tinajillas y algunos kálathos, y la vajilla de mesa está compuesta de jarros, cubiletes y especialmente páteras de borde reentrante de mediano y pequeño tamaño.

2.4. SÍNTESIS: UN OPPIDUM IBÉRICO SINGULAR

 

Inicialmente, las estructuras descubiertas en las excavaciones nos hicieron pensar en una batería de viviendas muy sencillas formadas por dos departamentos, normalmente los postreros adosados a la muralla y los frontales abiertos a un espacio de circulación. Este modelo constructivo formado por conjuntos de viviendas sencillas está ampliamente documentado en el mundo ibérico, especialmente en los poblados de diseño orgánico de reducido tamaño. Ejemplos en el área catalana los encontramos en Els Estinclells (Asensio et al., 2009Asensio, D., Cardona, R., Ferrer., C., Garcia-Dalmau, C., Morer, J., Pou, J. y Saula, O. (2009). “L’arquitectura domèstica en el nucli fortificat ilergeta dels Estinclells (Verdú, l’Urgell), segle III aC”. En: Belarte, M. C. (Ed.).L’espai domèstic i l’organització de la societat a la protohistòria de la Mediterrània occidental (Ier mil·lenni). Actes de la IV Reunió Internacional d’Arqueologia de Calafell (Calafell-Tarragona, 6 al 9 de març de 2007). Arqueomediterrània, 11. Barcelona: Universitat de Barcelona, pp. 125-142. ) o La Moleta del Remei (García Rubert, 2004Garcia Rubert, D. (2004). “El plantejament urbanístic i defensiu del poblat de la Moleta del Remei (Alcanar, Montsià) durant la primera edat del ferro”. Revista d’Arqueologia de Ponent, 14, pp. 179-200.), mientras que en las comarcas valencianas podríamos citar los ejemplos de La Sènia o El Puntal dels Llops (Bonet y Mata, 2002Bonet, H. y Mata, C. (2002). El Puntal dels Llops. Un fortín edetano. València: TV del SIP.). Sin embargo, este tipo de poblados no se conocen en las tierras de la Contestania central, donde los asentamientos de época plena excavados en amplias extensiones como La Bastida de les Alcusses (Bonet y Vives-Ferrándiz, 2011Bonet, H. y Vives-Ferrándiz, J. (eds.). (2011): La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia). València: Dip. de València.), El Puig d’Alcoi (Grau y Segura, 2013Grau, I. y Segura, J. M.ª (2013). El oppidum ibérico de El Puig d’Alcoi. Asentamiento y paisaje en las montañas de la Contestania. Alcoi: Museu Arqueològic d’Alcoi.), La Covalta y La Serreta (Grau Mira, 2002Grau Mira, I. (2002). La organización del territorio en el área central de la Contestania Ibérica. Alicante: Universidad de Alicante.) muestran un modelo distinto. En estos poblados, la forma constructiva se basa en el empleo de la crujía (el espacio entre dos muros de carga, normalmente cubierto con vigas), que compone un módulo básico con el que configurar los edificios por adición y yuxtaposición. Este sistema edilicio permite la adaptación a solares distintos, como los cerros amesetados con facilidades para desplegar los diseños cómodamente o las laderas intrincadas que se organizan básicamente en hiladas. En cualquiera de estos entornos, los módulos se amplían fácilmente para el crecimiento del hábitat y tienen mucha capacidad de transformación mediante la creación de espacios nuevos (Vives-Ferrándiz, 2013, p. 99Vives-Ferrándiz, J. (2013). “Del espacio doméstico a la estructura social en un oppidum ibérico. Reflexiones a partir de la Bastida de les Alcusses”. En: Gutiérrez, S. y Grau, I. (Eds.). De la estructura doméstica al espacio social. Lecturas arqueológicas del uso social del espacio. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 95-111.). El resultado es una amalgama de casas autónomas, con formas y tamaños muy variados y que raramente se agregan orgánicamente.

Así las cosas, El Cabeço de Mariola se aparta completamente del patrón urbanístico local para constituir un espacio definido y diseñado orgánica y extremadamente regular en lo que se refiere a su fortificación de casamatas (Fig. 8). Es decir, no nos encontramos con un poblado de diseño orgánico originalmente pues este patrón correspondía solo a su sistema defensivo. La adición de departamentos frontales adosados a las estructuras iniciales es lo que produce esta imagen de regularidad.

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Figura 8.  Imagen aérea del Cabeço de Mariola con el trazado hipotético de la muralla de casamatas a partir de la información de la excavación, línea continua, y del posible trazado a partir de las anomalías topográficas, línea discontinua (elaboración propia).

3. ASENTAMIENTOS IBÉRICOS Y MURALLAS REPUBLICANAS

 

El tipo de fortificación reconocido en El Cabeço de Mariola ha resultado ser un modelo repetido de forma idéntica en otros enclaves coetáneos del área oriental de Iberia y con los que debemos relacionarlos para su interpretación en el marco de las dinámicas históricas del momento. Veamos algunos de estos ejemplos.

Al igual que en nuestro caso de estudio, la muralla republicana del Cerro del Molinete de Cartagena inicialmente se identificó como los restos de la ciudad prerromana durante las excavaciones de los años 1970 (San Martín, 1983, p. 348San Martín, P. A. (1983). “Cartagena: Conservación de yacimientos arqueológicos en el casco urbano”. En: Arqueología de las ciudades modernas superpuestas a las antiguas. Madrid Ministerio de Cultura, pp. 337-355.), pero ha sido interpretado recientemente como la fortificación de esta importante ciudad. Esta estructura constituye un cuerpo orgánico construido mediante lienzos paralelos unidos entre sí por tirantes dispuestos a intervalos irregulares (Fig. 9A). Configura un paño de muralla conservada en una longitud de unos 34 m, orientada en sentido noreste-suroeste, y con una anchura de 4,30-4,90 m. Dibuja un trazado sinuoso e irregular condicionado por la topografía de la loma sobre la que se emplaza y que motiva que los compartimentos interiores dispuestos en batería tengan tanto una planta rectangular, como de forma trapezoidal más irregular por la necesidad de adaptarse a la curva de nivel (Noguera et al., 2017, pp. 359-361Noguera, J. M., Madrid, M. J. García, V. y Velasco, V. (2017). “Las defensas de Cartagena en la Antigüedad: las murallas de la acrópolis en los siglos III y II a. C.”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 347-383.).

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Figura 9.  Murallas de casamatas de Carthago Nova (A) según Noguera et al. (2017)Noguera, J. M., Madrid, M. J. García, V. y Velasco, V. (2017). “Las defensas de Cartagena en la Antigüedad: las murallas de la acrópolis en los siglos III y II a. C.”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 347-383. y de La Carència (B) según Albiach (2013)Albiach, R. (2013). L’oppidum de la Carència de Torís i el seu territorio. Serie de Trabajos Varios SIP 116. València: Servicio de Investigación Prehistórica del Museu de Prehistòria de València..

El paramento exterior tiene una anchura de aproximadamente 1,10 m y una longitud, conservada de forma discontinua, de unos 27 m y está construido con fábrica de mampostería irregular de piedras calizas desbastadas y trabadas con barro. Paralelo al lienzo exterior y separado de él entre 2,50-3 m, discurre el paramento interior, construido también con mampostería irregular trabada con tierra y una anchura que oscila entre 0,70 y 0,80 m. Apenas se han documentado en las recientes excavaciones depósitos arqueológicos asociados a las unidades construidas, debido a su retirada en los trabajos de los años 1970. Sin embargo, a nivel estratigráfico resulta evidente que dicha estructura se superpone a la precedente muralla púnica y que debía datarse, por tanto, con posterioridad a su destrucción a fines del siglo III a. C. Por su parte, el nivel de amortización de una de las estancias de la muralla, la número 7, ha proporcionado materiales que datarían su abandono. Se trata de una copa campaniense A, ánforas púnicas y de producción itálica y cerámica de cocina itálica, testimonios de que hacia finales del siglo II o los inicios del I a. C. la estancia ya estaba abandonada (Noguera et al., 2017, pp. 364-366Noguera, J. M., Madrid, M. J. García, V. y Velasco, V. (2017). “Las defensas de Cartagena en la Antigüedad: las murallas de la acrópolis en los siglos III y II a. C.”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 347-383.).

Estos elementos avalan la datación de la muralla romana en época de la República tardía, posiblemente en la primera mitad o mediados del siglo II a. C. Los investigadores sugieren que la construcción de esta fortificación debe relacionarse con las noticias transmitidas por Livio y Apiano relativas a las obras de reparación y reconstrucción de las murallas decretadas por Escipión después de la conquista de la plaza púnica, en las décadas inmediatamente posteriores a la conquista de la ciudad y con ocasión del primer proyecto de monumentalización urbanística y arquitectónica de la ciudad romana (Noguera et al., 2017, p. 377Noguera, J. M., Madrid, M. J. García, V. y Velasco, V. (2017). “Las defensas de Cartagena en la Antigüedad: las murallas de la acrópolis en los siglos III y II a. C.”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 347-383.).

Por lo que corresponde al diseño formal, Noguera y colegas asocian el ejemplo de Cartagena a las murallas de casamatas, un modelo tipológico propio de la arquitectura militar fenicio-púnica. Se trata de una serie de fortificaciones defensivas en la que junto al lienzo se construyen ambientes internos que desempeñarían la función de casernas o casamatas (cella tormentaria). Estas células podrían emplearse para el avituallamiento de víveres, el almacenaje de armas, el hábitat o defensa de la tropa. También cabe la posibilidad de que dichos compartimentos estuviesen macizados con rellenos de arcilla, tierra prensada o escombros, en cuyo caso se trataría de una muralla de cajones. Los autores realizan un exhaustivo recorrido por los ejemplos propios de la arquitectura defensiva protohistórica del sureste de la península ibérica, al que remitimos a los lectores interesados (Noguera et al., 2017, pp. 369-374Noguera, J. M., Madrid, M. J. García, V. y Velasco, V. (2017). “Las defensas de Cartagena en la Antigüedad: las murallas de la acrópolis en los siglos III y II a. C.”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 347-383.). Concluyen señalando que la perduración de este modo tipológico de raigambre púnica no es un unicum de Cartagena, sino que se señalan otros ejemplos contemporáneos como la muralla republicana de casetones de Sisapo (La Bienvenida, Ciudad Real), construida en las décadas centrales del siglo II a. C. (Zarzalejos y Esteban, 2007, pp. 293-298Zarzalejos, M. y Esteban, G. (2007). “La secuencia defensiva de La Bienvenida-Sisapo (Almodóvar del Campo, Ciudad Real). El flanco suroriental de la fortificación”. En: Berrocal-Rangel, L. y Moret, P. (Eds.). Paisajes fortificados de la Edad del Hierro. Las murallas protohistóricas de la Meseta y la vertiente atlántica en su contexto histórico. Madrid: Real Academia de la Historia, pp. 281-303.). Traemos a colación este ejemplo de Sisapo, algo alejado de nuestra área de interés en el sureste, pues se trata del primer lugar en que se presentó este modelo poliorcético de ambientes fenicio-púnicos relacionado con la presencia romana republicana. Más allá de los paralelos formales, nos interesa destacar las interpretaciones sobre la función de este dispositivo. En especial, nos parecen muy relevantes dos aspectos concretos en relación a los casos que ahora analizamos. El primero es que esta fortificación supone la integración de un poblado ibérico en las estructuras romanas de control territorial. El segundo es la mención de la multifuncionalidad de la estructura, aunando funciones defensivas con otras complementarias, como el almacenaje, fundamental en un centro de explotación minera (Zarzalejos y Esteban, 2007, pp. 299-300Zarzalejos, M. y Esteban, G. (2007). “La secuencia defensiva de La Bienvenida-Sisapo (Almodóvar del Campo, Ciudad Real). El flanco suroriental de la fortificación”. En: Berrocal-Rangel, L. y Moret, P. (Eds.). Paisajes fortificados de la Edad del Hierro. Las murallas protohistóricas de la Meseta y la vertiente atlántica en su contexto histórico. Madrid: Real Academia de la Historia, pp. 281-303.).

Aunque las murallas de casamatas están presentes en la arquitectura protohistórica de la región (García y Prados, 2017García, A. y Prados, F. (2017). “Las defensas y la trama urbana del Cabezo del Estaño de Guardamar. Un encuentro fortificado entre fenicios y nativos en la desembocadura del río Segura (Alicante)”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 51-78.), parece claro que esta tipología constructiva es muy singular en el ambiente regional del sudeste en época republicana. Por tanto, el ejemplo que presentamos del Cabeço de Mariola debe relacionarse estrechamente con el de Cartagena a juzgar por su extraordinaria similitud, en cuanto a formas constructivas, dimensiones, concepto y modulación. Nos parece que, por la semejanza en dimensiones y modulaciones, el paralelismo va más allá de las semejanzas formales y debe remitir a unos constructores estrechamente relacionados.

Pero no solo estos dos núcleos contaron con murallas idénticas, aún podemos añadir un tercer ejemplo de las tierras orientales de Iberia, y es el de la ciudad ibérica de Kili-La Carència de Torís. Esta ciudad se sitúa dominando el valle del Magre, a una distancia de unos 40 km de la costa mediterránea con la que conectaría por la zona de la desembocadura del Xúquer sin accidentes geográficos de relevancia. La ciudad era conocida por exploraciones y trabajos realizados hace algunas décadas que se han retomado recientemente para caracterizar detalladamente su morfología, duración, funciones e implantación territorial (Albiach, 2013Albiach, R. (2013). L’oppidum de la Carència de Torís i el seu territorio. Serie de Trabajos Varios SIP 116. València: Servicio de Investigación Prehistórica del Museu de Prehistòria de València.).

La Carència está estructurada en tres amplios recintos fortificados de épocas distintas que fueron ampliando paulatinamente la ciudad. En los trabajos realizados en los años 1970, M. Gil-Mascarell describió el recinto II (Fig. 9B) como una fortificación constituida por un muro de aproximadamente 1 m de ancho al que se adosaban pequeños cubículos. Esta investigadora citaba: “No existe estratigrafía y los materiales son los típicos de los poblados ibéricos: cerámica precampaniense, campaniense A y B, ibérica, fusayolas, etc. Falta por completo el material romano de época imperial” (Gil-Mascarell, 1975, pp. 695-696Gil-Mascarell, M. (1975). “Resumen de las excavaciones realizadas en el poblado ibérico de La Carencia (Turís, Valencia)”. En: Actas del XIII Congreso Arqueológico Nacional, 1975. Cartagena. Zaragoza: Universidad de Zaragoza, pp. 693-696.).

Por su parte, las excavaciones de R. Albiach en este recinto II muestran una secuencia estratigráfica formada por tres estratos (Albiach, 2013, p. 47Albiach, R. (2013). L’oppidum de la Carència de Torís i el seu territorio. Serie de Trabajos Varios SIP 116. València: Servicio de Investigación Prehistórica del Museu de Prehistòria de València.). El más profundo nivelaba el terreno para construir la muralla con materiales datados entre los siglos IV y III, lo que aporta una datación posterior al s. III a. C. A continuación, se detectaron dos estratos superpuestos que se apoyan sobre el interior de la muralla y que datarían sus momentos de uso. Ambos están compuestos por carbón, malacofauna, fauna y fragmentos cerámicos ibéricos, itálicos de barniz negro y ánfora itálica, con una cronología del conjunto de los siglos II-I a. C. La misma secuencia estratigráfica se vuelve a repetir en la excavación de otros tramos de esta muralla del recinto II, en especial en la zona donde se detectó una poterna o puerta secundaria de 1,3 m, similar a la documentada en Mariola. Se repite la secuencia formada por el estrato de nivelación de los siglos IV-III y los niveles de uso asociados a la muralla de los siglos II-I a. C. (Albiach, 2013, p. 51Albiach, R. (2013). L’oppidum de la Carència de Torís i el seu territorio. Serie de Trabajos Varios SIP 116. València: Servicio de Investigación Prehistórica del Museu de Prehistòria de València.). Aunque la investigadora opta por situar la creación de la muralla en los siglos IV-III a. C. (Albiach, 2013, p. 52Albiach, R. (2013). L’oppidum de la Carència de Torís i el seu territorio. Serie de Trabajos Varios SIP 116. València: Servicio de Investigación Prehistórica del Museu de Prehistòria de València.), en puridad la secuencia estratigráfica señala claramente que estas defensas se construyeron con posterioridad a esa fecha.

Si resumimos las particularidades de estos tres paralelos, encontramos un diseño de murallas idéntico que reúne, al menos, estas cuatro características (Fig. 10):

  • Son diseños que tienden a la regularidad formal, pero se adaptan a las condiciones topográficas del lugar.

  • Tienen un lienzo continuo de muralla con un espesor de 1,10-1,20 m, construido con aparejos de mampuestos ligeramente tallados trabados con barro y en los que algunos bloques tienen un considerable tamaño.

  • El muro interior paralelo al lienzo exterior presenta una anchura variable que oscila entre los 50 y 70 cm, pero en los tres casos se dispone a una distancia promedio de 4,3 m.

  • Los casetones interiores o casamatas tienen unas dimensiones semejantes conformando células de aproximadamente 5 × 3 m.

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Figura 10.  Esquema a escala de las murallas del Cabeço de Mariola (A), Carthago Nova (B) y La Carència (C). Obsérvese la similitud morfológica y de dimensiones (elaboración propia a partir de Noguera et al., 2017Noguera, J. M., Madrid, M. J. García, V. y Velasco, V. (2017). “Las defensas de Cartagena en la Antigüedad: las murallas de la acrópolis en los siglos III y II a. C.”. En: Prados, F. y Sala, F. (Eds.). El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 347-383. y Albiach, 2013Albiach, R. (2013). L’oppidum de la Carència de Torís i el seu territorio. Serie de Trabajos Varios SIP 116. València: Servicio de Investigación Prehistórica del Museu de Prehistòria de València.).

En suma, encontramos tres ejemplos de fortificaciones republicanas datadas hacia mediados del s. II a. C. y que reúnen unas particularidades formales de tal similitud que deben corresponder al mismo diseño preliminar y probablemente fruto de una planificación común. La aparición en Carthago Nova, el principal centro de dominio territorial romano en la región, sugiere que este debió ser el foco de decisión de estas obras de fortificación, muy probablemente para reforzar núcleos estratégicos para el control territorial. En el diseño formal de estas estructuras debe destacarse su carácter multifuncional, donde el almacenaje tendría una importancia fundamental junto con la propia defensa del poblado. Es plausible relacionarlo con la necesidad de concentrar en estos núcleos la tributación en especie de los territorios bajo control.

A estos ejemplos claramente vinculados por su morfología, podríamos incluir otras fortificaciones cuya descripción detallada no podemos realizar con la información disponible en la actualidad, pero que muestran claras vinculaciones por su diseño formal. El principio articulador es que cuentan con lienzos exteriores de aproximadamente 1 m de anchura y por tanto demasiado delgados para constituir un cierre con las mínimas garantías defensivas. No tienen un espesor suficiente para contener un embate, ni permiten que los defensores se encaramen a su estrecha superficie para hostigar a los atacantes desde su coronación superior. Así las cosas, el lienzo exterior no puede considerarse una muralla, sino parte integrante de una fortificación más robusta constituida por el muro exterior y una serie de espacios celulares adosados.

El primero de los casos es el del Tossal de la Cala (Benidorm-Finestrat, Alacant). Este asentamiento de nuevo ha pasado de considerarse un asentamiento ibérico (Bayo, 2010Bayo, S. (2010). El yacimiento ibérico de “El Tossal de la Cala. Alacant: MARQ.) a definirse como un castellum romano relacionado con las campañas de la guerra de Sertorio en los inicios del s. I a. C. (Sala, Moratalla y Abad, 2014Sala, F., Moratalla, J. y Abad, L. (2014). “Los fortines de la costa septentrional alicantina: una red de vigilancia de la navegación”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 79-89. ). Una vez más este cambio en la interpretación da cuenta de la interrelación de elementos de naturaleza múltiple en estos asentamientos.

El Tossal de la Cala cuenta con un lienzo de muralla de espesor medio de 0,94 m que presenta un trazado con diversos quiebros que se adapta a la topografía del terreno. En este lienzo traban toda una serie de muros perpendiculares construidos en mampostería de tamaño medio trabada con tierra, con un grosor medio de 0,46 m (Ramón, 2019, pp. 116-117Ramón, P. (2019). “Arquitectura tardorepublicana en la Contestania ibérica: Patrones constructivos entre el Oppidum y la Colonia”.Recerques del Museu d’Alcoi, 28, pp. 115-28.). En conjunto estas estructuras definen una batería de unas 18 estancias adosadas cuya funcionalidad podría relacionarse, en principio, con el almacenamiento y que de nuevo conforman una muralla de casamatas, a tenor de su morfología. En este caso, los muros transversales que constituyen las células prosiguen en su desarrollo hacia la zona central del recinto a modo de muros maestros que parecen vertebrar la totalidad del conjunto arquitectónico (Ramón, 2019, pp. 116-117Ramón, P. (2019). “Arquitectura tardorepublicana en la Contestania ibérica: Patrones constructivos entre el Oppidum y la Colonia”.Recerques del Museu d’Alcoi, 28, pp. 115-28.).

Otra muralla que reúne estas mismas características se encuentra en El Rabat (Rafelcofer, Valencia), aunque con mucho menor conocimiento de la información arqueológica. Las excavaciones realizadas en la década de 1980 pusieron al descubierto un sector del poblado ibérico en el extremo noroeste que mostraba fundamentalmente las fases del s. II y los inicios del s. I a. C. superpuestas a ocupaciones más antiguas que se remontan al s. V a. C. En este sector de nuevo se aprecia el cierre norte del poblado constituido por un muro de aproximadamente 1 m de espesor, construido por grandes bloques de roca caliza y en el que se abre alguna poterna. A este lienzo de muralla se adosan departamentos cuadrangulares de pequeño tamaño, unos 2,5 × 3,5 m, es decir, en torno a 8 m2, constituidos por muros de unos 50-60 cm de espesor (Aparicio, Gurrea y Climent, 1983, pp. 280-305Aparicio, J., Gurrea, V. y Climent, S. (1983). Carta arqueológica de la Safor. Gandía: Dip. de València.). Estas cámaras de difícil uso doméstico por sus reducidas dimensiones deben interpretarse como las casamatas de una fortificación como las que venimos describiendo.

4. DISCUSIÓN: PROCESOS Y AGENTES IMPLICADOS EN LA EXPANSIÓN ROMANA

 

Las evidencias que hemos presentado ofrecen múltiples posibilidades de lectura, desde el reconocimiento de la transformación del registro material en época tardía, hasta la persistencia de un elemento de clara raigambre púnica como la muralla de casamatas en tiempos de la dominación romana, en la línea de otras pervivencias púnicas que han sido identificadas y analizadas en la región (Prados, 2013Prados, F. (2013). “Cartago y el mundo ibérico. Presencias y apariencias púnicas en el sureste hispano”. En: Bendala, M. (Ed.). Fragor Hannibalis. Aníbal en Hispania. Alcalá de Henares: Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, pp. 356-379.). Sin embargo, queremos centrarnos en los sucesivos episodios de uso definidos para proponer la lectura del proceso de implantación de Roma en la región.

La visión clásica de la Romanización hacía descansar en Roma, como entidad estatal poderosa y dominio imperial, el protagonismo de todo el proceso. Frente a este postulado, se empezaron a revisar distintos aspectos, como la naturaleza del estado romano en los momentos de la expansión y las distintas posibilidades de actuación política, más allá de la imposición (Terrenato, 1998Terrenato, N. (1998). “The Romanization of Italy: global acculturation or cultural bricolage?”. En: Forcey, C., Hawthorne, J. y Witcher, R. (Eds.). Proceedings of the seventh annual Theoretical Roman Archaeology Conference which formed part of the Second International Roman Archaeology Conference, University of Nottingham, April 1997. Oxford: Oxbown, pp. 20-27., 2007Terrenato, N. (2007). “The clans and the peasants. Reflections on social structure and change in Hellenistic Central Italy”. En: Van Dommelen, P. y Terrenato, N. (Eds.). Articulating local cultures. Portsmouth: JRA Supplement, pp. 12-23.). También se incorporó a la discusión la variedad de procesos locales y agentes nativos que intervenían en las fluidas tramas del poder en los tiempos de la conquista. Sin duda, estas reflexiones emanaban de una de las principales premisas del pensamiento poscolonial como era la reivindicación de los grupos subordinados y el indigenismo a partir de los estudios sobre situaciones coloniales modernas (véase una importante revisión historiográfica en Van Dommelen, 2014, pp. 43-44Van Dommelen, P. (2014). “Fetishizing the Romans”. Archaeological Dialogues, 21 (1), pp. 41-45. DOI: https://doi.org/10.1017/S1380203814000075 ). Es en ese contexto de juegos de poder cambiantes en el que creemos que debe enmarcarse la acción de Roma, entretejida con la estructura indígena de relaciones políticas. La acción selectiva del poder romano sobre algunos centros locales en detrimento de otros avalaría estas complejas tramas de poder.

Mi propuesta es partir de los contextos observables en trabajos arqueológicos detallados y enmarcarlos en su contexto social y político para reconocer la influencia de Roma como dominador hegemónico, pero en discusión con otros agentes como los grupos de poder locales que condicionaron la acción efectiva de su dominio. La observación de estos patrones remite a las decisiones de distintos colectivos en sus contextos sociopolíticos específicos, pero variados y no unánimemente establecidos.

En este caso concreto de estudio se entremezclan los factores romanos y nativos para constituir complejas dinámicas históricas. Por una parte, las evidencias analizadas se incardinan en el contexto histórico del s. II a. C. que puede considerarse de impulso del proceso de dominación de Roma, especialmente hacia los años centrales de la centuria. Con la derrota de Viriato y la toma de Numancia, se produjo una pacificación de las áreas interiores de la península que permitió dedicar esfuerzos a la ordenación del territorio conquistado. En el área oriental de la península se identifican claros avances en este sentido, como la fundación de Valentia en el 138 a. C. (Ribera, 2014Ribera, A. (2014). “La destrucción de “Valentia” (75 a. C.) y la cultura material de la época de Sertorio (82-75 a. C.)”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 65-77. ). Por esos años, concretamente en 132 a. C., se produjo el envío de una comisión a Hispania de 10 senadores para organizar los territorios conquistados (Salinas, 2014Salinas, M. (2014). “Reflexiones sobre la guerra de Sertorio en la Hispania Citerior y sus fuentes literarias”. En: Sala, F. y Moratalla, J. (Eds.). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ, pp. 23-33.). Otras de las medidas concretas de este esfuerzo administrativo sería la emisión de moneda con que impulsar la economía regional, en concreto en la ceca de Saitabi, que será la única en el sur valenciano durante este periodo. Otras iniciativas en ese sentido serían el reforzamiento de la red viaria, con construcción de calzadas en Allon-La Vila Joiosa datadas hacia mediados del s. II (Espinosa, Alcalde y Marcos, 2005Espinosa, A., Alcalde, D. y Marcos, A. (2005). “Nuevas aportaciones al conocimiento de La Vila Joiosa en Época Ibérica”. En: Abad Casal, L., Sala Sellés, F. y Grau Mira, I. (Eds.). La Contestania Ibérica. Treinta años después. Alicante: Universidad de Alicante, pp. 179-196.), o la construcción de plazas fuertes para el control territorial, como las identificadas en este trabajo. El impulso de estas acciones debió obedecer a decisiones centralizadas romanas que buscaron el afianzamiento de la dominación y una gestión más eficaz de los territorios conquistados.

Sin embargo, los alcances de estas iniciativas, lejos de darse por garantizados, deben valorarse en el contexto local y en el marco de participación de los grupos ibéricos, que eran las poblaciones absolutamente predominantes en estos momentos. Cualquier estrategia de dominación romana en el área oriental de Iberia debía contar con la necesaria connivencia con las poblaciones locales, habida cuenta de la amplitud del proyecto territorial y la localización de las áreas preferentes sometidas al control directo en otras regiones peninsulares. Y, sin embargo, en no pocos estudios actuales están absolutamente ausentes las poblaciones ibéricas.

Las limitaciones de la capacidad de acción directa romana se verían reflejadas en el ejemplo estudiado: un complejo dispositivo militar que fue transformado en un espacio de hábitat ibérico, posiblemente como consecuencia de haber delegado la defensa de la plaza fuerte en la población local. Bien sea por incapacidad, exceso de confianza en los aliados, u otras posibilidades, el registro arqueológico señala claramente la diferencia entre la función inicialmente planeada y los usos finales de una misma edificación.

En definitiva, la materialización de las complejas interacciones hace que encontremos unas estructuras defensivas ajenas a los patrones materiales locales, pero con unos usos y prácticas domésticas absolutamente ibéricas. En otros términos, se entrecruzan elementos materiales con significados diversos en la trayectoria de la ocupación del sitio. Ascendiendo en los significados, nos advierten de las complejas trayectorias históricas del periodo, desde las pulsiones de control territorial romano, hasta el acomodo de las formas de vida ibéricas.

Por último, cabe señalar que el final del proceso se produjo en el primer tercio del s. I a. C. en el marco de las guerras sertorianas, que tan bruscamente afectó a los territorios ibéricos del área y en general de la península (Sala y Moratalla, 2014Sala, F. y Moratalla, J. (eds.) (2014). Las guerras civiles romanas en Hispania: una revisión histórica desde la Contestania. Alicante: Universidad de Alicante-MARQ.). Este episodio bélico marcaría un punto de inflexión en las dinámicas y procesos de expansión romana y a partir de ese momento se desplegaron otras estrategias de implantación urbana y organización territorial.

5. VALORACIONES FINALES

 

La cultura material romana no lleva incorporada una categoría histórica ni cultural implícita, sino que su significado se adquiere por su uso relativo y en el marco del contexto en el que cobra sentido, como ya señaló hace unos años G. Woolf (1998)Woolf, G. (1998). Becoming Roman. The origins of provincial civilization in Gaul. Cambridge: Cambridge University Press.. El significado de componentes romanos, por tanto, se transforma en el marco de relaciones con otros elementos con los que adquiere pleno sentido (Haeussler, 2013, pp. 25-26Haeussler, R. (2013). Becoming Roman? Diverging identities and experiences in Ancient Nortwest Italy. London: UCL Publications.). Ese análisis permite reconocer cómo la homogeneización de determinados tipos y elementos culturales deja abierta la posibilidad de variación en las prácticas que se le asocian. A partir de esos presupuestos se establece una perspectiva más equilibrada de la cultura material, en la que se tiene en cuenta la innovación que suponen los elementos romanos, pero también se atiende a todas las consecuencias y posibilidades (Van Oyen, 2017, p. 296Van Oyen, A. (2017). “Material culture in the Romanization debate”. En: Lichtenberger, A. y Rubina R. (Eds.). The Diversity of Classical Archaeology. Studies in Classical Archaeology 1, Turnhout: Brepols, pp. 287-300.).

Desde esa perspectiva adquiere sentido la propuesta metodológica de reducción del nivel de análisis desde el marco general a escala más reducida de observación. De ese modo conectamos el proceso regional de Romanización con prácticas específicas y localizadas a nivel del sitio individual y el área de estudio. Así encontramos los elementos que se incorporan en el proceso de dominación romana, pero también consideramos el uso específico en contextos determinados. Ese proceder permite relacionar las transformaciones de la cultura material con las dinámicas históricas, atendiendo a lecturas no-lineales que quedan enmascaradas en la narrativa general. De ese modo se entienden mejor las complejas tramas de poder y relaciones sociales del proceso de expansión romana.

Así hemos procedido en el caso analizado, donde muy probablemente la replicación de un modelo constructivo defensivo, con pautas formalmente muy semejantes en medidas y diseños, debe asociarse a una planificación enmarcada en el proceso de control territorial. Sin embargo, esas edificaciones idénticas tienen usos ambivalentes y contextualmente distintos: desde su uso canónico como anejos de la fortaleza en el caso de Carthago Nova, hasta la transformación en espacios domésticos en el caso del Cabeço de Mariola. En definitiva, se trata de ejemplos de diversas trayectorias en el marco de procesos generales de configuración del poder romano.

NOTA

 
*

Este trabajo se ha realizado en el marco de los proyectos de investigación PID2019-107264GB-I00 “Paisajes romanos en el sur de la Provincia Tarraconense. Análisis arqueológico de la estructura territorial y modelo socioeconómico” del Ministerio de Ciencia e Innovación y PROMETEO/2019/035, “LIMOS. LItoral y MOntañaS en transición: arqueología del cambio social en las comarcas meridionales de la Comunidad Valenciana”, financiado por la Generalitat Valenciana. Quisiera agradecer la atenta lectura y los comentarios de J. M. Segura, F. Prados y P. Roselló y las valoraciones de los revisores anónimos que han contribuido a refinar los argumentos del artículo.

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